Engonga: “Me da igual que haya 11 negros u 11 blancos, siempre he sido de España”

Actualizado Sábado, 13 julio 2024 - 00:07

Vicente Engonga (Barcelona, 1965) fue el primer futbolista de raza negra nacido en España que jugó con la selección absoluta. Su padre había llegado a Cantabría en 1958 desde Guinea Ecuatorial, conoció a su madre y él nació en Barcelona antes de volver a Santander. Debutó el 23 de septiembre de 1998 tras una llamada inesperada de José Antonio Camacho y ahora, siendo parte de la Federación Española, en mitad del Campos Leyendas de España, charla con EL MUNDO sobre la "normalidad" con la que ve la gran Eurocopa de Nico Williams y Lamine Yamal.

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¿Usted se considera un referente?
No, la verdad que no. Nunca he pensado en otra cosa que no sea vivir con normalidad. Es cierto que en mi barrio, en Cantabria, en los 60, el único negro era mi padre. Sé que en Bilbao, en Barcelona y en Madrid había alguna familia de Guinea Ecuatorial, porque sé que mi padre hablaba por teléfono con ellos, pero lógicamente España no era el país que es hoy, no era un país al que la gente iba a vivir, sino que era al revés, la gente emigraba a Alemania, a Francia, a otros sitios... Yo la infancia la viví con normalidad. Estuve bien cuidado y rodeado de amigos, y a partir de ahí ves que las cosas van cambiando.
¿Qué le decía la gente a su padre, qué le decían a usted y qué le dicen a sus hijos?
Cuando mi padre llegó a Cantabria desde Guinea Ecuatorial, en el 58, todo el mundo le aceptó muy bien pero era como un ser extraño. La gente no estaba acostumbrada a ver a un hombre negro por la calle. Iba a algún pueblo y había gente que le quería tocar la piel. Y los niños, que son los más curiosos y los que tienen la mente más abierta, le tocaban, mi padre les hacía dos gracias y ya está. Yo me encontré alguna situación parecida de pequeño, peleando con un niño en el fútbol me llamó 'negro de mierda' y me fui a casa llorando. Y mi madre que es blanca me cogió la palma de la mano y me dijo '¿De qué color es?': 'Blanca'. Le dio la vuelta y me dijo '¿Y esto?'. 'Negro'. 'Pues ahora vas a ese niño y le llamas 'blanco'. Y se acabó el problema. Cosas de niños. Cuando vas creciendo te puedes sentir extraño cuando en general ves que los equipos no tienen ningún jugador de color, pero es que había sólo un argentino, por ejemplo. Si no eres un país al que no venga gente no hay tanta mezcla. Y a día de hoy pues hace mucho tiempo que a España llega mucha inmigración de muchas zonas, hay niños que se crían aquí y es su país, y otros que nacen aquí y también es su país.
Su padre llegó a España para jugar al fútbol.
Sí, pero la motivación es la misma: encontrar tu futuro laboral en otro sitio. Mi padre jugaba bien, estuvo en el Racing de Santander o en la Gimnástica de Torrelavega y a la vez trabajaba. Y se quedó. La motivación siempre es mejorar, ahora y antes.
¿A usted le discutían su 'españolía'?
En el entorno en el que yo crecí no tuve ningún problema. Todo el mundo sabía que éramos españoles y que mi padre había nacido en otro país. Hoy en día hay muchas discusiones y han cambiado mucho las leyes de extranjería, pero es política y yo paso de la política y de los políticos. A nivel personal siempre he pensado lo mismo: si naces en un sitio y te crías en ese sitio, eres de ese sitio. A mí me pasó, salvando las distancias. Nací en Barcelona porque mi padre estaba allí jugando en el Condal, pero a los ocho meses volvieron conmigo para Cantabria y crecí allí. En mi carnet pone que soy de Barcelona, pero yo no me siento catalán. Es un tema complicado, cada uno tendrá una opinión, pero lo normal es que si naces en un país eres de ese país. Yo me sentía representado viendo a todos los fenómenos en el 78 y en el Mundial de España 82, siempre he sido de España y me da igual que haya 11 negros u 11 blancos. No creo que esto represente más o menos al país. Creo en el fútbol, en que si eres bueno juegas y si eres malo vas al banquillo.
¿Qué sintió cuando debutó con la selección?
No tuve tantos sentimientos como cuando me dijeron que estaba convocado. Pensaba que se habían vuelto todos locos, te lo juro. Tenía 32 años, casi 33, no había sido nunca internacional de nada, ni siquiera había estado en las quinielas. Y te vienen y te dicen que te vas con España. No me lo creía, pensaba que era una broma. Viene Camacho y te da la mano, y Hierro, con todas las trifulcas que habíamos tenido, me acogió como a un hijo. Ahora cuando veo a chicos jóvenes como Lamine o Nico que llegan tan temprano a ese momento, creo que tienes que tener la cabeza muy bien amueblada para seguir siendo tú y siendo consciente de lo que representa. Yo ya era maduro, pero si no tienes los pies en el suelo te pueden pasar muchas cosas, y no buenas.
Lamine y Nico dan la sensación de pasar un poco por encima de todo el debate.
Igual dentro de su juventud tienen esa conciencia inconsciente, ¿no? Yo conozco a los dos personalmente y creo que están muy bien cuidados por su entorno y tienen la cabeza bastante bien puesta. Veo difícil que se pierdan por el camino.
Usted trabaja como asistente en diferentes categorías de la Federación Española, donde hay más casos como los de Nico y Lamine. ¿Tiene conversaciones con ellos sobre el tema? ¿Les intenta aconsejar?
Intento ver cómo les puedo ayudar. Vas viendo sus personalidades y a quién le puede molestar más una cosa u otra. Siempre intento sacar dos minutos, charlar con ellos, ver cómo lo llevan, cómo se sienten... Creo que es muy importante que ellos sientan esa normalidad en todos los sentidos. Que vean que nadie se come a nadie, que están en casa y que todos son hermanos. Para que cuando venga De la Fuente y les llame sepan que se encontrarán con un salto de nivel y no con otras cosas.
Es importante que tengan referentes dentro del campo pero también en el banquillo, como usted.
Sí, tal y como está el mundo en cualquier selección de inferiores, incluso en Finlandia, que los he visto, tienen variedad de razas. Y esa normalidad la das desde el momento en el que el entrenador finlandés, noruego o lo que sea pues es de origen árabe, de color negro o es una mujer. Esa normalidad es lo que viene. Y el trabajo tiene que empezar desde abajo para hacer entender a todo el mundo que lo realmente importante es que vas a defender a tu país en un deporte y tienes que estar orgulloso de ello.
Lo estamos viendo en esta Eurocopa.
Es un tema multicultural. En una concentración puedes tener tres musulmanes, que son españoles y musulmanes. Y tienen horarios, cosas que hacer, alimentos que no pueden comer... Y todo eso se lleva a cabo. No es un tema de raza u color, es un tema de que eres un futbolista con unas características y no se te puede hacer la vida imposible porque tengas un color diferente o creas en otra cosa. Esa es la normalidad que por suerte está viviendo la juventud. Yo tengo hijos de 33 y 28 años, que vivieron unas cosas cuando crecían, y tengo otra de 14 que te sorprendería la naturalidad con la que trata todos los temas. Porque crecen así, lo ven, mi hija tiene suerte porque su padre soy yo y le explico las cosas.. Hay que ver todo con naturalidad y no prejuzgar a nadie por la pinta que tenga.
El Valladolid de Maturana y los colombianos, el Celta de los balcánicos... Ha estado en vestuarios muy diversos.
He tenido esa suerte. He jugado en casi todas las categorías del fútbol español porque cuando me fui a hacer la mili a Ferrol jugué en Segunda Regional. He tenido compañeros de todas las razas, colores y credos y si algo he aprendido es que cuando dos quieren se llevan bien. Yo creo en las personas, y hay personas buenas y malas en todos los ámbitos.
¿Antes se insultaba más dentro de un campo de fútbol?
Muchísimo más. Imitaban sonidos de animales, te tiran cosas... Pero por suerte también ha cambiado y se está erradicando. También ocurre que a veces hay futbolistas que se dedican a otras cosas que no son jugar al fútbol y acaban provocando, porque por su carácter no pueden aguantarlo, se estresan y contestan... Pero se está mejorando dentro y fuera del terreno de juego.
Le he leído alguna vez reflexionar que usar la raza para insultar durante un partido no es racismo.
Cuando compites contra un rival puede haber odio porque le quieres ganar, el problema es qué tipo de odio. Yo he dicho esa frase, 'negro de mierda', con otro color. ¿Soy racista? No. Pero en un partido hay tensión y te sale un insulto u otro, y te puede salir algo con la raza, con su madre, con su prima... Es difícil de controlar. Y eso no implica que seas mejor o peor persona. Pero a partir de ahí, cuando llegas al vestuario es cuando tienes que ver qué actitudes tiene un futbolista. Ahí sí que tienes el cerebro en calma y ahí sí que puedes decir que alguien es racista, xenófobo u homófobo. Dentro siempre he pensado que incluso en la grada, es un tema deportivo y de querer desestabilizar al enemigo.
Cada vez hay más leyes para erradicar esos comportamientos en los campos de fútbol.
Y estoy de acuerdo y entiendo que tiene que ser así, que hay que educar a la gente y que no se puede insultar. Que hay muchas maneras de desestabilizar al rival sin insultar. Pero no es menos insulto que se acuerden de la madre o el padre de un jugador que decir negro o sudaca. Sin embargo a veces no se le da tanta importancia.

La “pasión” sin control de Pickford en la portería de Inglaterra: muchos gritos, un psicólogo y un cambio de apellido

Actualizado Sábado, 13 julio 2024 - 00:05

Cuando usted se siente a ver la final del domingo, seguramente le sorprenda el portero de Inglaterra. Le verá gritar sin parar a sus compañeros, a la grada y al banquillo. Gesticulará en todo momento, incluso cuando el balón esté a 50 metros de su portería. Moverá los brazos, la cara, se reirá con sus rivales y volverá a gritar de nuevo. Ese hombre es Jordan Pickford, un guardameta de 30 años que juega en el Everton y que tiene una personalidad única.

«Lo ve todo y nos habla mucho. Bueno, mucho no, todo el rato», bromea John Stones, líder de la defensa de Inglaterra, desde la concentración en Blankenhain. «Es un poco pesado, pero le queremos mucho. Ha sido muy importante para nosotros en este torneo, no tengo nada malo que decir sobre él. No nos deja caer y espero que siga así durante muchos años», reflexiona Kyle Walker, diana de los gritos de Pickford en muchos partidos.

El portero del Everton ha sido clave en el éxito de Inglaterra a lo largo de esta Eurocopa. En octavos realizó varias paradas de mérito contra Eslovaquia y en cuartos fue el héroe de los penaltis contra Suiza. Los británicos no ganaban una tanda continental desde los cuartos de 1996, precisamente ante España, y Pickford les salvó. Lo mismo hizo en los cuartos del Mundial de 2018, también en el momento decisivo desde los 11 metros ante Colombia. ¿Su secreto? Un papel pegado a su botella de agua con el lado al que solían disparar los futbolistas suizos. Algo que repetirá contra España en caso de llegar más allá de los 120 minutos.

Detuvo un penalti al helvético Drmic para acabar terceros en la Liga de Naciones de 2019 y en la Eurocopa de 2021 hizo todo lo que pudo en la final contra Italia, repeliendo los disparos de Belotti y Jorginho. Un logro insuficiente alzar el trofeo. Con el rechazado a Manuel Akanji en cuartos, ha evitado 4 de 14 penaltis en grandes torneos, una cifra superior a los dos que pararon los arqueros ingleses entre 1990 y 2012.

"Es difícil de cambiar"

El puesto de portero de la selección nunca parece bien cubierto en Inglaterra, pero Pickford va camino de hacerse un nombre en la historia del país. Criticado en la Premier durante años, esta temporada se ha transformado y ha llevado esa evolución a los Three Lions a pesar de que no juega en uno de los grandes clubes de su liga. Ha sido el segundo guardameta del campeonato, tras David Raya, con más porterías a cero. Y es el segundo portero con mejor porcentaje de paradas en las Eurocopas tras Iker Casillas, teniendo en cuenta aquellos que han disputado 10 o más partidos.

«Este es su carácter y es difícil de cambiar», admitía Carlo Ancelotti durante su estancia en el Everton. El portero era incontrolable porque más allá de los gestos, fallaba mucho sobre el césped. «Tiene que estar concentrado en lo que está haciendo, conociendo sus limitaciones y también sabiendo sus puntos fuertes», explicaba el técnico italiano, con cierta mano izquierda.

Ahora parece que Pickford ha sabido cómo gestionarse, gracias también a la confianza de Gareth Southgate, que siempre le ha defendido a pesar de las críticas. «Dicen que soy leal a él, pero es que se lo ha merecido. No hay nadie que le desafíe seriamente en la posición», admite el seleccionador en Blankenhain.

"He cambiado como persona"

Pickford sigue gritando y gesticulando, pero detiene balones, que al fin y al cabo es lo más importante. «Hace un par de años comencé a trabajar con un psicólogo, porque fui consciente de que tenía mejorar en algunas cosas. Y creo que en los últimos dos años he estado en el mejor plano mental de mi vida. He cambiado como persona, pero he mantenido la pasión», admitía durante una reciente entrevista con Sky. «He nacido con esa pasión y tengo que equilibrarla con el juego, pero sin perderla», añadía.

El portero nació en Sunderland y se formó desde los ocho años en el conjunto local. Una vez llegado al profesionalismo, no parecía capaz de mantener la regularidad y fue cedido a seis equipos en cuatro años. Una locura que también explica su momento vital. Darlington y Alfreton Town, de ligas regionales; Burton Albion, en la Cuarta División; Carlisle United y Bradford City, en Tercera y Preston North End en Championship, donde sí brillaría para catapultarse al Sunderland y al Everton, que en 2017 le convirtió en el portero inglés más caro de la historia. El club de Liverpool pagó 25 millones de libras y a partir de ahí fue un fijo en la selección. Southgate, que le había visto en las inferiores, no dudó.

Y aquí está Pickford, que en realidad es 'Pigford' de nacimiento, aunque se cambió su apellido porque significaba «vado de cerdos». Cosas de Jordan. Le espera España.

Morata y la masculinidad tóxica

Morata y la masculinidad tóxica

Actualizado Viernes, 12 julio 2024 - 00:47

Existen motivos para criticar a Morata. Sin duda. Su Eurocopa no es brillante, es evidente, aunque tampoco tan mala como algunos nos quieren hacer creer (su semifinal ante Francia fue notable, pero para reconocerlo hay que mirar más allá de lo que ve de reojo tu suegro en el bar mientras echa un mus). En cualquier caso, la crítica futbolística es legítima y va en el sueldo. De acuerdo. Pero el resto no y esta semana se han superado muchos límites

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El sistema 'ADN Inglaterra' que cambió al fútbol inglés y nació del éxito de España: "Vieron los títulos de 2008-2012 y..."

El sistema ‘ADN Inglaterra’ que cambió al fútbol inglés y nació del éxito de España: “Vieron los títulos de 2008-2012 y…”

España e Inglaterra en la final de la Eurocopa de 2024. La Inglaterra de Cole Palmer ganando a la España de Baena en la final de la Eurocopa sub'21 de 2023. La Inglaterra de Foden, Guehi y Gallagher ganando a la España de Ferran la final del Mundial sub'17 de 2017. La misma España ganando a la misma Inglaterra la final del Europeo sub'17 de 2017. Todos estarán en Berlín. Un español ganando la Champions en siete de las últimas once temporadas, seis el Madrid y una el Barça. Un inglés levantándola en tres de las últimas seis (City, Chelsea y Liverpool). El dominio del fútbol español y del inglés sobre el resto de Europa es extraordinario, pero tiene un origen, y ese origen es el éxito de España en el periodo 2008-2012, germen, también, de la evolución definitiva del fútbol británico. Fue el Big Bang de la final del domingo.

«La Federación inglesa vio el éxito de España entre 2008 y 2012 y se dio cuenta de que necesitaba un sistema similar y propio por encima de los grandes nombres», explica Aadam Patel, periodista del Daily Mail. Los fracasos del conjunto británico durante tantas y tantas décadas a la espalda de tantas y tantas estrellas se tenían que acabar, así que la FA le dio carta blanca a dos nombres: Dan Ashworth y Gareth Southgate.

El primero, ahora director deportivo del Manchester United, fue elegido como director de desarrollo de la Federación Británica en 2012 y creó, a rebufo de los triunfos españoles, el 'ADN Inglaterra', un sistema tecnológico y futbolístico para el desarrollo de las jóvenes promesas a través de la Premier y las categorías inferiores del país. El segundo llegó a la selección sub'21 en 2013 y a la absoluta en 2016, siendo clave para la evolución definitiva de los jóvenes que crecieron bajo ese programa.

Los títulos en inferiores

«En el momento se recibió con mucho escepticismo, pero ahora las consecuencias son muy claras. Inglaterra tiene un sistema que le ha llevado muy lejos», analiza Patel. Los datos apoyan ese 'ADN Inglaterra': la absoluta acumula una semifinal en el Mundial 2018, una final perdida en la Euro 2020 y una final este año. Resultados históricos para ellos, aunque siguen soñando con repetir el éxito de 1966. Además, en los últimos diez años han ganado un Mundial sub'20 y un sub'17 y cuatro Europeos, sub'21, dos sub'19 y uno sub'17.

«Todos esos títulos son fruto de la planificación que hubo hace más de una década. La FA y la Premier crearon un sistema para promover el talento. La Premier invierte y cada club tiene unas exigencias con el fútbol base. Es un sistema de cuatro categorías, siendo la 1 la más alta», explica a EL MUNDO el técnico español Pep Clotet, que ha pasado por el Birmingham City, donde coincidió con Bellingham, el Oxford United, el Leeds o el Swansea. «En Swansea, por ejemplo, pasamos del nivel 2 al 1 y la diferencia era que teníamos que invertir 5 millones en total en el fútbol base. Pero la FA y la Premier te exigen objetivos y te supervisan todo cada seis semanas a través de un sistema que llaman 'Review' y que implica una estrategia para todas las categorías del club. A nivel físico, nutricional, psicológico, de entrenamiento, de instalaciones... Y la FA y la Premier coordinan todo a través de una herramienta tecnológica. Tienen una estrategia para cada futbolista», desarrolla Clotet.

Lo que dice el 'ADN Inglaterra'

Pero, ¿es cierta la 'copia' al modelo español? ¿Qué dice ese 'ADN Inglaterra? Juzguen ustedes el inicio de los mandamientos del programa: «El objetivo de los equipos ingleses es dominar la posesión de forma inteligente, seleccionando los momentos adecuados para hacer progresar el juego y penetrar en el campo contrario».

«Se apoyan en cómo entrenamos en España. La forma de entrenar es muy española. Usan mucho la posesión, el juego en espacios reducidos, el trabajo técnico...», asegura Clotet. «Hasta cierto punto, es lo que España ha venido haciendo los últimos 20 años, pero no se pone el mismo énfasis en jugar un fútbol atractivo. Se trata de ser sólidos en la posesión y crear un equipo difícil de batir. Ahora la presión es ganar un trofeo. 1966 fue hace mucho tiempo», admite Patel.

Ese 'ADN Inglaterra' se ve en la plantilla de la selección, la tercera más joven de toda la Eurocopa con 26,2 años de media, sólo superada por República Checa (25,5) y Turquía (25,8). En su equipo titular, jugadores nacidos a partir del 2000 como Guehi (23 años), Saka (22), Mainoo (19), Bellingham (21) o Foden (24).

Southgate, clave

«Southgate es el hombre principal ahora mismo y sería una gran pérdida para la FA si se va porque ha llevado a cabo todo el sistema», explica Patel. Y es que Southgate estaba con Ashworth en esas primeras reuniones del 'ADN Inglaterra'. «Es el gran responsable», añade Clotet, que insiste en que al país le falta «una gran victoria para tener identidad».

Aunque la selección sigue esperando el primer título desde hace casi 60 años, el 'ADN Inglaterra' ha convertido a la Premier League en la mejor liga del mundo. Es la que recibió más ingresos en la temporada 22-23, con 6.967 millones de euros, superando a LaLiga (3.500) y acaba de firmar un contrato de televisión de cuatro años con Sky y TNT por valor de 6.700 millones para las emisiones en el país. LaLiga, mientras, se verá entre 2022 y 2027 en territorio español en DAZN y Movistar por 4.950 millones, pero Bellingham y Yamal, estrellas de la final, juegan en el campeonato ibérico.

Una excepción en 100 años, ¿por qué en las selecciones sólo triunfa el entrenador nacional?: “Son identitarias”

Actualizado Viernes, 12 julio 2024 - 00:45

Luis de la Fuente nació en Haro (La Rioja), Gareth Southgate en Watford, Didier Deschamps en Bayona y Ronald Koeman en Zaandam. Todos en el territorio de la selección a la que han dirigido en esta Eurocopa. ¿Sorprende? No, porque siempre es así. No se gana con un entrenador que no sea de tu propio país. Lo dice la historia. Desde 1930, año del primer Mundial, y 1960, momento de la primera Eurocopa, sólo una selección ha ganado el torneo con un técnico extranjero: Grecia con el alemán Otto Rehhagel en 2004. Y fue la sorpresa de todas las sorpresas.

«La selección es un equipo identitario, se identifica con una nación. Por eso las grandes selecciones buscan entrenadores del mismo país. Alguien que conozca el fútbol, el entorno y la identidad del equipo», explica el psicólogo deportivo David Peris. Porque sí, la selección es tan mental y emocional como futbolística. Incluso más.

«Sería inaceptable», clamaba hace unos días Sam Allardyce, exseleccionador, preguntado por la posibilidad de que un entrenador no inglés dirigiera a los Three Lions si Southgate era cesado de su cargo. «El técnico de Inglaterra debe ser siempre inglés», añadía Jamie Carragher, leyenda del Liverpool y de la selección. No quieren repetir la experiencia de Eriksson (2001-2006) y Capello (2007-2012).

«Los aficionados estarían encantados con alguien como Guardiola o Klopp, claro, pero tras lo que pasó con Eriksson y Capello creo que será difícil que elijan a un extranjero», explican varios periodistas ingleses en un corrillo formado en la concentración británica en Blankenhain.

"El fútbol francés no está listo para un extranjero"

«Si Deschamps se va, todo el mundo quiere a Zidane como sucesor», explica Denis Menetrier, periodista del diario francés Le Monde. «No creo que haya una voluntad de elegir a un extranjero, sería admitir la debilidad de los entrenadores franceses, que es otro debate. Creo que el futbol francés no está listo para tener un extranjero», reflexiona.

El dato de Rehhagel es contundente: una victoria extranjera en 38 torneos desde 1930. En Europa, lo intentan ahora el español Roberto Martínez con Portugal, antes con Bélgica, y el italiano Montella con Turquía, ambos cuartofinalistas de la Eurocopa. «Tanto en Bélgica como en Portugal, Roberto ha entendido que lo ideal es atraparse de la cultura local, del idioma y de sus costumbres. Es lo principal», admiten los que mejor conocen al seleccionador luso, que desde su llegada obligaba a sus compañeros a hablarle en portugués.

A pesar de los intentos de Brasil con Ancelotti y los rumores del interés de Inglaterra en Guardiola, parece que las grandes selecciones se siguen fiando del talento nacional. En la clase media es diferente: en la Eurocopa hay cinco seleccionadores italianos, son mayoría, Albania tiene al brasileño Sylvinho, Georgia al galo Sagnol... «Buscan fuera el talento que no tienen en casa», explica Peris.

El fútbol de clubes, sin embargo, olvida la nacionalidad y se tira al talento. Ancelotti gana con el Madrid y Guardiola con el City, el Barça y el Atlético están entregados a Flick y Simeone...

España se une al club de las selecciones de 1.000 millones impulsada por Rodri y Lamine Yamal

Actualizado Viernes, 12 julio 2024 - 00:44

¿Cuánto vale Lamine Yamal? ¿Y Nico Williams, Dani Olmo o Rodri? La respuesta la tiene el mercado pero no es equivocado decir que más que hace un año y medio cuando se disputó el Mundial de Qatar y aún más que el 14 de junio cuando arrancó la Eurocopa. Los jugadores de la selección se han revalorizado en una línea ascendente que comenzó antes de la llegada al banquillo de Luis de la Fuente pero que se ha acelerado en el último mes.

España rozaba en junio un valor de 1.000 millones de euros y se acerca a Inglaterra y Francia, los equipos nacionales que tienen en sus filas a los jugadores más cotizados. La lista de Southgate vale 1.520 millones y la de Deschamps, que ya está de vacaciones, 1.230.

En concreto los internacionales españoles tenían un valor en el mercado al comienzo de la Eurocopa de 965,50 millones de euros, con una media por jugador de 37,13 , según el portal Transfermarkt. Eso son 112,5 millones más que el grupo que lideró Luis Enrique en la última Campeonato del Mundo.

La figura de Rodri

España ha crecido y no sólo lo ha hecho desde las botas de los jugadores que han asombrado a Europa. El jugador con más valor de España es Rodri, uno de los líderes del conjunto español cuyo valor se estima en 120 millones. En el Mundial su cotización se fijaba en 80 millones y ha ido aumentando en diez en cada ventana de mercado. En los últimos dos años, el incremento ha sido de 70 millones y si España se proclama campeona tras el brillante torneo del jugador del City, la cifra aumentará. Es el pivote más valorado junto a Declan Rice y está el sexto en todas las posiciones tras Mbappé y Bellingham (180), Foden (150), Saka (140) y el alemán Florian Wirtz (130). Tras la Eurocopa, y pese a sus 28 años, escalará.

El siguiente en la lista es, cómo no, Lamine Yamal. El Barça le firmó la renovación hasta 2026 y le colocó una cláusula disuasoria de 1.000 millones, y es que su valor ya está en 90 millones cuando hace un año era de 25. Sin que haya traspaso de por medio y con la Premier como único mercado que mueve grandes cifras, Yamal romperá el techo de los jugadores españoles en breve.

Eso parecían que harían Pedri y Gavi. El canario llegó a Qatar con la máxima valoración de todo el equipo nacional: 100 millones y le seguía el andaluz con 90. Las lesiones han bajado su caché, que en el caso del canario está en 80. Estas cifras son simbólicas cuando los clubes, como es el caso del Barça, no piensan en sacar a sus figuras al mercado.

Caso distinto es el de dos futbolistas que también está brillando en esta Eurocopa. Nico Williams ha pasado de 25 millones en noviembre de 2022 a 60 cuando llegó a Alemania, una cifra muy próxima a la cláusula que pactó con el Athletic en su reciente renovación. De ahí que existan rumores que enfadan al Athletic y que le colocan otra camiseta, en concreto la del FC Barcelona.

En el RB Leipzig no se lo toman a mal, pero saben que la cláusula de salida de existe en el contrato de Dani Olmo por 60 millones ya no es disuasoria sino que se acerca a su valor real, que ya estaba en 50 millones antes de que marcara tres goles en momentos clave para España en este torneo, donde otros futbolistas se han colocado en el escaparate que les hará aumentar su valor.

Es el caso de Cucurella, que partía con 25 millones, Fabián Ruiz, que lo hacía con 30 como Fermín, que ha pasado en un año de 300.000 euros a otros 30 millones. En su caso y en el de Álex Baena, que apenas han tenido minutos, la presencia en los Juegos de París también ayudará.

La aparición de estos jugadores ha provocado que la demarcación más cotizada en España sea el centro del campo. Ficharlos supondría un desembolso de 450 millones de euros. Algo más de la mitad, 253 millones, valen los atacantes, sobre todo arrastrados por el valor de los extremos, y 172,5 millones la defensa. Donde España gana claramente es en la portería: Unai Simón, David Raya y Álex Remiro valen 90 millones de euros, frente a los 63 de los guardametas de Francia y los 59 de los ingleses.

Como en el mercado pesan mucho los años, España tiene a la cola con menos de diez millones de valoración a Ayoze (7), Joselu ( 5), Nacho (3) y, sobre todo, Jesús Navas, con 2,5 millones y un pie en la retirada. Antes puede ser el jugador más veterano en jugar en una final.

La metamorfosis de Luis de la Fuente en Alemania: memes de sí mismo, 'Quijote' en el karaoke y un quirófano aplazado

La metamorfosis de Luis de la Fuente en Alemania: memes de sí mismo, ‘Quijote’ en el karaoke y un quirófano aplazado

Corre por las redes sociales como la pólvora. Es un vídeo. En la imagen, el seleccionador nacional, Luis de la Fuente, durante una rueda de prensa. Creada con Inteligencia Artificial, su voz reproduce una serie de groserías hacia los periodistas que, al igual que una buena parte de la afición, han asistido, atónitos, a una de las metamorfosis más rápidas habidas en el mundo del fútbol. Esas frases tan desagradables, lógicamente, jamás han salido de la boca, real, del técnico, que sin embargo es el primero que se ríe cuando lo ve. En el chat de Whatsapp del equipo, estos días, se comparten esos memes una y otra vez.

Para saber más

Está crecido Luis de la Fuente. Y no tiene la expresión sentido peyorativo alguno. Está crecido porque se ha ganado el derecho a estarlo. Del mismo modo que agachó la cabeza cuando tocaba, hoy camina con ella erguida y protagoniza incluso discursos virales (aquí, de nuevo, las redes sociales, que hoy lo adoran). Se ha convertido, incluso, en alguien a quien escuchar. El pasado martes, tras imponerse a Francia, elaboró un speech miles de veces reproducido en Instagram: "Hoy estoy reivindicativo. De lo que más orgulloso me siento es de cómo hemos llegado hasta aquí. La gente joven debe saber que no hay logros sin sufrimiento, sin esfuerzo. El sufrimiento forma parte del fútbol, y de la vida", dijo.

Se siente seguro. En las pantallas de la sala de prensa de Donaueschingen, aparece su fotografía junto a un enorme número 6, que son las victorias que lleva en esta Eurocopa el equipo, algo que nadie había logrado. Echa la vista atrás y ya no dice en bajito que es muy creyente, que reza todos los días, que se persigna antes de cada partido y que, cuando juega en Sevilla, acude siempre a rezarle al Cristo del Cachorro, en Triana. Tampoco dice en bajito que le gustan los toros, como a Nacho, y mucho menos que se siente español por los cuatro costados. En realidad, Luis de la Fuente ya no dice nada en bajito porque el paso del tiempo le ha dado la razón en todo lo que decía. Estos meses atrás, en reuniones discretas con periodistas de su confianza, siempre agarrado a su vaso de agua, transmitía el mensaje de que sí, de que se podía ganar la Eurocopa, de que había mimbres, jugadores, ambición...

El técnico, antes del España-Francia

El técnico, antes del España-FranciaPABLO GARCÍARFEF

Era consciente, cómo no, de que ese discurso no calaba entre el gran público, pero asiste hoy, satisfecho, a la entrega de todo un país a su proyecto. Y lo celebra. Lo celebra siempre, pero especialmente divertida fue la fiesta que montó en el hotel de concentración a la vuelta del partido contra Alemania. Normalmente, la selección duerme en la ciudad donde se juega el partido y regresa a Donaueschingen al día siguiente, pero el viernes pasado, el "hogar" -así lo definió ayer Dani Vivian-, quedaba a poco más de una hora en autobús, y volvieron a dormir a casa.

El seleccionador improvisó una fiesta con karaoke para el staff y todos los trabajadores que quisieron unirse. Para romper el hielo, él mismo cogió el micrófono:

"Soy de aquellos que sueñan con la libertad /Capitán de un velero que no tiene mar / Soy de aquellos que viven buscando un lugar / Soy quijote de un tiempo que no tiene edad / Y me gustan las gentes que son de verdad / Ser bohemio, poeta y ser golfo me va / Soy cantor de silencios que no vive en paz / Que presume de ser español donde va".

Es Quijote, de canción de Julio Iglesias, su favorita, y ahí estaba el seleccionador español, bien entrada la madrugada, dándolo todo con esas estrofas. Tras él se animaron unos cuantos.

Es la celebración de un camino que recuerda hoy la llamada a Sergio Ramos, nada más llegar, para decirle que no iba a contar con él. Ese fue su primer vía crucis. El último, el que hubo de atravesar cuando decidió que no iba a rogarle a Brahim que se quedara, que sí, que contaría con él si se lo ganaba, pero que no le iba a prometer amor eterno, al contrario que sí quiso hacer en su momento con Achraf Hakimi. Fue el jugador del PSG el que no quiso firmar el documento que le presentó. Hoy nadie echa de menos ni a Ramos ni a Brahim.

Por detrás, pues, de lo evidente, de que está pasando un montón de horas preparando el partido contra Inglaterra (monotonía interrumpida ayer para disfrutar de una comida tranquila junto a todo su 'staff' en un restaurante alemán a dos kilómetros del hotel), sólo hay algo que le inquieta: en noviembre se pondrá una prótesis en su rodilla. Debería haberlo hecho en diciembre pasado, habló incluso con Del Bosque para preguntarle cómo era el proceso, pero se echó atrás por miedo a los quirófanos. Ahora parece decidido.

De la Fuente y su 'staff' se hacen un 'selfie'.

De la Fuente y su 'staff' se hacen un 'selfie'.PABLO GARCÍARFEF

De la Fuente, que no es considerado internacional por la UEFA porque no jugó un solo minuto con la absoluta, sigue obsesionado con un factor: hacer grupo. "Aquí no hay ni bromas sobre los clubes. Nadie habla de eso. Ha habido épocas en que se creaban grupos, ahora no. Porque hay personas dentro del staff que hacen que esto no ocurra", explica a este periódico Fernando Giner, delegado de la selección y presidente de Asociación Española de Futbolistas Internacionales, Leyendas de España.

"Como Aragonés o Del Bosque, sabe llegar, a la persona y al futbolista. Cada uno lo transmitía de una manera, pero el fondo es el mismo. Y eso es lo que perciben los futbolistas", prosigue Giner, muy atareado estos días con todos los preparativos de la final. "Lo que veo dentro del cuerpo técnico es el respeto que nos tienen a todos. Es un trato excepcional, cercano, motivador, pero no especial para nadie, ni para los que jugamos menos. Estamos muy agradecidos de tenerle", decía ayer mismo Vivian sobre Luis, que ya no es Luis, que ya es Don Luis.

La "premonición" del héroe Watkins y el partido "de tú a tú" de Bellingham contra España: "Juegan de maravilla"

La “premonición” del héroe Watkins y el partido “de tú a tú” de Bellingham contra España: “Juegan de maravilla”

Ollie Watkins no se lo podía creer. A sus 28 años, tras haber jugado sólo 14 partidos con Inglaterra en los que había anotado tres escasos goles, el delantero del Aston Villa de Unai Emery fue el héroe de su país en una semifinal de la Eurocopa. Y, como si fuera fácil, parece que el futbolista se lo imaginaba. "Antes del partido tuve una premonición. Lo juro por mi vida, por mis hijos, le dije a Cole Palmer que íbamos a entrar desde el banquillo y que me iba a dar un pase de gol". Así lo contó en la zona mixta de Dortmund y así sucedió sobre el césped.

En el minuto 91, la estrella del Chelsea filtró un pase al atacante del Villa, éste se dio la vuelta fabulosamente y cruzó la pelota hasta donde no pudo llegar Verbruggen. 1-2 e Inglaterra en la final. "Sabía que en cuanto tuviera el balón me la iba a jugar. Hay que ser egoísta: la toco y la remato. Y cuando vi que entraba... Madre mía. No tengo palabras", reflexionó ante los medios.

Watkins, criado en el Exeter City y en el Brentford y futbolista del Aston Villa desde 2020, ha vivido este año la mejor temporada de su vida. 19 goles en la Premier y 27 en total gracias, en parte, a la llegada de Unai Emery. "Ha mejorado muchísimo. Está fantástico. Tiene una actitud muy buena y desea con todas sus fuerzas hacer algo con el club y con la selección, estar en ella y ser uno de los mejores delanteros del campeonato", dijo el técnico español sobre él antes de la Eurocopa.

Dicho y hecho. En apenas diez minutos, Watkins aprovechó la oportunidad que le dio Gareth Southgate, sustituyó a todo un emblema británico como Harry Kane y metió a Inglaterra en la final. "Nunca había soñado con algo así, te soy sincero. No pensaba en que iba a estar en un torneo así... He trabajado muchísimo", admitió entre lágrimas.

El gol de Watkins dio la razón a Southgate, criticado durante las últimas semanas. Y el seleccionador 'devolvió' un poco esas palabras en sala de prensa. "A todos nos gusta sentirnos queridos, ¿no? Cuando eres inglés y todo lo que lees son críticas es duro, pero vivir noches como estas lo es todo".

En los pasillos del Signal Iduna Park, Jude Bellingham ya observaba la final del domingo contra España, en la que se encontrará a tres amigos del Madrid (Nacho, Carvajal y Joselu) y varios conocidos de la liga española. "España ha jugado de maravilla. Ha estado muy bien, pero la final es sólo un partido y puede pasar cualquier cosa. Estoy seguro de que nos sentaremos, los analizaremos y haremos el análisis adecuado. Vamos aenfrentarnos de tú a tú contra ellos", avisó.

Y es que Inglaterra ha dado un paso adelante contra Países Bajos. Ha sido más vertical y se ha arriesgado más en ataque, especialmente en una primera parte en la brilló Phil Foden. "Recibiremos críticas cuando no juguemos bien, pero es importante que nos unamos para ganar estos partidos. Estos momentos son geniales, nos unen como equipo y como familia", dijo, y dio las gracias a Watkins porque "creo que no me quedaba gas para otra media hora". "Es el héroe y nos salvó", añadió.

"Tenemos futuro"

En el otro lado de la balanza, la tristeza de Países Bajos, donde Xavi Simons, ex del Barcelona y actual jugador del Leipzig, habló en castellano con este periódico. "Uno de mis sueños es llevar a esta selección a lo más alto y estoy seguro de que lo vamos a conseguir algún día, tenemos un grupo con mucho futuro", declaró, admitiendo que la rapidez con la que Inglaterra empató el partido cambió el duelo: "Hemos empezado presionándoles mucho, que creo que es algo que les incomodaba, pero bueno, al final metieron el 1-1 muy rápido y el partido se decanta por detalles mínimos".

Quejas por el penalti

Ese 1-1 fue el tema de conversación en la zona mixta. El penalti, revisado por el VAR, de Dumfries sobre Kane. Una 'plancha' que el colegiado Zwayer en directo no señaló pero que cuando consultó la pantalla juzgó como pena máxima. "Creo que dice todo sobre la situación que el árbitro entrara tan rápido al vestuario al acabar el partido... No me dio tiempo ni a saludarle", aseguró, irónico, Van Dijk, capitán neerlandés.

"Creo que no era penalti", declaró Koeman. "Es otra de esas decisiones de VAR... ¿Qué tienes que hacer como defensa? Denzel intenta blocar el balón y Kane dispara y luego golpea el zapato de Dumfries con su bota. El fútbol cambia de verdad por este tipo de decisiones del VAR", se quejó, e insistió en que "pitó cosas que no se pitan en la Premier League".

Watkins, héroe de Inglaterra en el 91 para remontar a Países Bajos y jugar la final ante España

Watkins, héroe de Inglaterra en el 91 para remontar a Países Bajos y jugar la final ante España

La grada de Inglaterra repite en cada noche de Eurocopa el dichoso «Football is coming home (El fútbol está viniendo a casa)». Cada noche. No se cansan, en esa fe eterna en que algún día les tocará. Y este torneo les ofrece milagros que en otros se les negaba. Aquella chilena de Bellingham contra Eslovaquia, los penaltis contra Suiza... Y ayer un gol en el minuto 91 para remontar contra Países Bajos y meterse en la final contra España. El héroe fue Watkins, apuesta de Southgate en el tramo final. Simons adelantó a los de Koeman, pero Inglaterra brilló por fin en un torneo que van a pelear hasta el final.

El seleccionador británico tardó cinco partidos en hacer jugar a sus futbolistas, pero al final lo consiguió. Southgate, el más criticado de la Eurocopa junto a Deschamps, se jugaba su futuro en estas semifinales porque el nivel del equipo ha sido paupérrimo... Hasta esta noche.

El técnico repitió su ataque, con Rice y Mainoo en el doble pivote, Saka en banda derecha, Foden y Bellingham enlazando y Kane en punta. Y por fin funcionó. Si durante estas semanas la clave habían sido los dos goles de Bellingham a Serbia y Eslovaquia y los penaltis contra Suiza, ante Países Bajos Foden vivió su primer gran partido. Jugó liberado en la mediapunta, cayendo hacia el carril derecho para trazar diagonales y buscar la portería con su zurda. Eso que tantas veces había hecho en el City de Guardiola hasta ser elegido mejor futbolista de la última Premier. El 'Iniesta de Stockport' brilló, aunque antes le tocó sufrir.

En el minuto 7, Rice se durmió en un control y Simons le robó el balón, arrancó hacia el área y se inventó un misil desde la media luna que sorprendió a Pickford, incapaz de estirarse para evitar el gol.

Así son los de Koeman, eléctricos, verticales y con capacidad de amoldarse a sus entornos. El cuadro del torneo ha sido benévolo con ellos, y a pesar de ser terceros en el grupo de Austria, Francia y Polonia se han tenido que enfrentar a Rumanía y Turquía en su camino hacia cuartos. Pasaron por encima de los rumanos y tuvieron que remontar a los otomanos, pero lo hicieron con virtudes de candidato.

Reacción inglesa

Los de Southgate se quedaron paralizados tras el 1-0 y el conjunto Oranje siguió insistiendo para el segundo, hasta que los Three Lions despertaron. Primero Kane, luego Saka y por tercera vez, la buena, de nuevo Kane. El delantero del Bayern remató una volea dentro del área y recibió una plancha de Dumfries. El alemán Zwayer no lo vio, pero el VAR le avisó. Revisión, penalti anotado por el capitán y empate.

A partir de las tablas, Inglaterra hizo suyo el partido. Dominó la posesión, como otras veces, pero fue más vertical y más agresiva en sus pases. Se atrevió. Porque si no te atreves puedes llegar a semifinales con algo de fortuna, pero rara vez podrás salir campeón. Lo entendieron los de Southgate y lo entendió Foden, que apareció por primera vez en el torneo y tuvo el segundo en varias acciones.

Primero, Dumfries sacó sobre la línea el remate del inglés, que había regateado a Verbruggen tras un buen pase filtrado de Mainoo. Después, el palo repelió el lanzamiento desde lejos de Foden cuando la rosca amenazaba con colarse en las redes neerlandesas. Era un gol clavado al de Lamine, pero salió despedido.

Fueron los mejores minutos de Inglaterra, con Foden cayendo a la base a iniciar la jugada y conectando con Saka y Kane arriba. Koeman se vio obligado a meter a Veerman, un centrocampista, por la lesión de Depay, y aunque ganó en número, no consiguió el balón.

El miedo

Tras el descanso el ritmo bajó. Ambos se acordaron de que había una final en juego y el miedo empezó a aparecer. Comenzaron a asegurar más los pases y a tomar menos riesgos y el encuentro se convirtió en cemento. Todo mucho más táctico, esperando el hueco o el error en la defensa rival. Inglaterra entregó el balón y Países Bajos comenzó a hacerse con él cuando entendió que a la contra le estaba siendo difícil.

Entre Schouten, Reijnders y Veerman los de Koeman dieron un paso adelante y Simons, en el 77, tuvo una volea que remató mordida. Los británicos necesitaban de nuevo a Foden, exhausto. Su último servicio fue aparecer entre líneas para filtrar a Walker y que Saka venciera a Verbruggen, pero el tanto se anuló por fuera de juego. Southgate le retiró junto a Kane y entraron Palmer y Watkins.

Decisión importante que le salió bien, porque en el 91, cuando ya se observaba la prórroga, el del Chelsea asistió al del AstonVilla para que con un excelente movimiento definiera cruzado. Veremos si el fútbol vuelve de nuevo a su casa, pero Inglaterra viene a por España. Toca Berlín.

¿Qué hacían las leyendas del fútbol con 16 años? Lamine Yamal, a la altura de la precocidad de Pelé

Actualizado Miércoles, 10 julio 2024 - 23:07

No tiene edad para trabajar sin el consentimiento de sus padres, ni para conducir ni para votar. Lamine Yamal acaba de aprobar cuarto de la ESO y se ha convertido en estrella del fútbol con 16 años y 362 días antes de poder hacer todo lo demás, una precocidad superior a la de las grandes leyendas de la historia del fútbol mundial. Ni Maradona, ni Cruyff ni Di Stéfano, ni siquiera Pelé brillaron en un gran torneo tan pronto como el español.

Al brasileño es al que más se acerca. Con 15 años lo sacó el Santos de una fábrica de zapatos donde cobraba dos dólares la hora mientras jugaba en el Baquinho, un club de barrio de Bauru, en el interior de Sao Paulo. Lo hizo debutar un mes antes de cumplir los 16 en un amistoso ante el Corinthians, pero su primer partido oficial lo jugó el 26 de abril de 1957 con 16 años, 6 meses y tres días. Unos meses después, el 7 de julio, jugó su primer partido con Brasil: la Copa Roca y ante Argentina en Maracaná. Perdieron 2-1, pero suyo fue el gol. Su explosión llegó un año después en Suecia. El 15 de junio, ante la URSS, con 17 años, siete meses y 20 días marcó su primer gol para conducir a Brasil a la Copa de Mundo y empezar a fraguar su camino de leyenda.

A Cruyff, del que seguro Lamine Yamal ha escuchado mil y una historias en La Masía, también le costó algo más acaparar las miradas. A los 12 años, y tras el repentino fallecimiento de su padre, entró en el Ajax, donde debutó en la élite con 17 años, seis meses y 21 días. Sin embargo, para vestir la 'orange' tuvo que esperar hasta los 19 años, en septiembre de 1966 con un 2-2 ante Hungría con un gol suyo. Ese año también ganó la Liga. Su liderazgo con Holanda se fraguó en los 70, tras recibir el Balón de Oro con 24 años.

El fútbol de Cruyff le queda lejos hasta al padre de Lamine, que apenas tiene 36 años, pero seguro que recuerda a Diego Armando Maradona y su talento puro. El argentino también fue precoz. Con 15 años, once meses y 20 días debutó con la camiseta de Argentinos Juniors, cuando ya habría brillado en su equipo infantil, que apodaban Cebollitas. Menotti le llamó para debutar con Argentina con 16 años y 119 días, pero no contó con él para el Mundial del 78, uno de los momentos más amargos de la carrera de Maradona, que se convertiría en icono del fútbol mundial a mediados de los 80, pasados los 20 años.

Con 16 años, Alfredo di Stefáno estaba ayudando a su padre con en el campo y con la ganadería. Había abandonado los estudios para contribuir a la economía familiar pero no la pelota. Aprovechaba cualquier momento para jugar allá donde fuera y su talento llegó a oídos de River Plate. A los 17 años le fichó River Plate, que no le hizo debutar hasta dos años después, luego lo cedió a Huracán para recuperarlo en 1947 y proclamarse campeón de Liga, máximo goleador con 27 goles y campeón con Argentina del Sudamericano, en el que marcó cinco goles en seis encuentros. Esa misma temporada, el 4 de diciembre de 1947, jugó por primera vez con Argentina. Tenía 21 años y 147 días. Fue en Ecuador con una goleada 7-0 a Bolivia en la que marcó.

Lamine Yamal.

Lamine Yamal.MIGUEL MEDINAAFP

De Zinedine Zidane hay poco que explicarle a Yamal, aunque recuerde más su faceta de entrenador del Real Madrid que de jugador. También llegó rápido al profesionalismo, pero le costó más entrar en la selección francesa. El 18 de mayo de 1989, con 16 años y 329 días, firmó su contrato con el Cannes para debutar en la Ligue 1, pero no fue hasta cinco años después, en agosto de 1994, tras el Mundial de Estados Unidos al que no fueron los bleus y tras cumplir los 22, cuando la absoluta le llamó para un amistoso contra la República Checa en Burdeos, ciudad y club para el que jugaba. El marcó los dos goles que hicieron empatar a Francia.

El 'padrino' Leo Messi

A Lamine nadie le tiene que explicar qué hacía Leo Messi a los 16 años, porque en La Masía convive con quienes le conocieron. De hecho, el argentino le 'apadrinó' sin saberlo en un calendario solidario en el que el joven jugador de 20 años del Barça sostiene a un bebé de Mataró que se había inscrito para participar en esa acción solidaria en la que se volcó el club. Con la edad de Yamal, el argentino ya asombraba, pero fue Rijkaard quien lo llevó al primer equipo el 16 de noviembre de 2003, con 16 años y 145 días, en un amistoso ante el Oporto de Mourinho. Su debut en Liga fue el derbi ante el Espanyol en Montjuic un año después. No tardó en vestirse la albiceleste. Fue en Budapest en el verano de 2005, con 18 años y 55 días. A Lamine aún le faltaban dos años para nacer.

A Cristiano y a Mbappé también se les puso el foco muy rápido. Con 16 años, el portugués daba su primera entrevista después cuatro años en la cantera del Sporting de Portugal. Su familia había cambiado Funchal, en Madeira, por la capital buscando la progresión, que llegó con el debut en Primera con el 29 de septiembre de 2002, con 17 años y 233. La Eurocopa de Portugal en 2004 le abrió las puertas de la selección un año antes e hizo su debut recién cumplida la mayoría de edad.

Kylian Mbappé no es de la misma generación, pero Yamal se va a cruzar con él muchas veces. En la primera, ya le derrotó. El francés tiene el récord de precocidad en la Ligue 1 al debutar con el Mónaco en 2015 con 16 años y 347 días, de manera que superaba a Thierry Henry. Su primer gol lo marcó con 17 años y 62 días, pero la internacionalidad absoluta no le llegó hasta 2017 con 19 años, lo que convierte en más extraordinaria la precocidad del joven español.