Un Alcaraz rebosante de energía y motivación

Un Alcaraz rebosante de energía y motivación

Actualizado Sábado, 15 noviembre 2025 - 22:59

Cualquier reserva que pudiera haber sobre una hipotética relajación de Carlos Alcaraz después de conseguir cerrar el curso como número 1 del mundo quedó pronto desmentida en la semifinal ante Felix Auger-Aliassime. El español completó un primer set de película. Poco importó que con su victoria ante Lorenzo Musetti en el último partido de la fase de grupos hubiera suscrito uno de los objetivos que le llevaron a Turín. El despliegue realizado, la voracidad en cada acción, el instinto de cazador, demostraron que el trabajo aún no estaba hecho y que quería su primera final en el torneo que reúne a los ocho mejores de la temporada. Contaba con el margen suficiente como para consentirse alguna distracción en el segundo set, algo que no podrá hacer este domingo ante Jannik Sinner.

Están ellos dos. Y luego, a una distancia más que estimable, los demás. Roland Garros, Wimbledon, US Open y ahora la antaño denominada Copa de Maestros. Otra vez mano a mano. El italiano tiene el desafío de superar al número 1 del mundo, y de hacerlo frente a su público. Al español se le presenta la opción de cerrar a lo grande un año de auténtico ensueño y ratificar la jerarquía recién adquirida.

El partido, más aún al mejor de tres sets, se resolverá en dos o tres jugadas, dos o tres instantes, en apenas unos centímetros, en un alarde, en un desliz. De entrada, la superficie ayuda más a Sinner, que cuenta con automatismos para favorecer la toma de decisiones. Alcaraz siempre precisa una pequeña adaptación. El partido con Cameron Norrie en Paris-Bercy seguramente no lo habría perdido en otra superficie.

Pero tal y como le hemos visto en estas ATP Finals, está claro que llega en magníficas condiciones, después de que junto a su equipo haya elegido con mimo el último tramo del calendario, que en alguna ocasión le resultó incómodo.

No se puede hablar de un favorito. Los dos se presentan en el partido definitivo sin perder un set y en un estado de forma esplendoroso, como si no les pesase el trabajo de una temporada de máxima exigencia. Sinner no duda. Sigue siendo el jugador efectivo y reconocible y estará deseoso de dar respuesta a lo ocurrido en Nueva York, un partido en el que su gran rival marcó considerables diferencias.

No lo tendrá fácil. Carlos está que se sale del cuerpo. Es todo energía,y extramotivación, frescura. Se vislumbra una final apasionante, como suele ser cada uno de sus enfrentamientos. Abróchense los cinturones. Y no parpadeen demasiado.

Alcaraz desmonta a Auger-Aliassime con un tenis perfecto y se cita en otra final con Sinner

Actualizado Sábado, 15 noviembre 2025 - 22:29

El tenis se acostumbra a la dulce rutina de ver frente a frente a dos hombres geniales en lo suyo, tan distintos, dominadores de su época. Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, en otra final, la sexta del año. Este domingo (18.00 horas, Movistar) será en las ATP Finals, en casa del italiano en todos los sentidos: en Turín y con su público, pero sobre todo en superficie dura y bajo techo. Únicamente esas condiciones hacen favorito a Sinner, porque los precedentes señalan al español como vencedor. Wimbledon creó la sensación de una rivalidad alterna, pero lo cierto es que en Alcaraz se impuso en las otras cuatro citas.

En todo caso será un capítulo más de una historia, su historia, que promete continuar años y más años. En todos los torneos, se celebren donde se celebran, los rivales claudican ante ellos con una impotencia en aumento. Hasta esta temporada ni Alcaraz ni Sinner habían disfrutado de la grandeza que hacía que Nadal, Federer o Djokovic ganasen incluso antes de empezar a jugar. Ahora ya gozan de esa aura.

En semifinales, Álex de Miñaur nada pudo hacer ante Sinner, que lo derrotó por 7-5 y 6-2, y Felix Auger-Aliassime apenas resistió ante Alcaraz antes de caer por 6-2 y 6-4. Si en una cita así, con los ocho mejores del mundo clasificados, nadie puede ni tan siquiera discutir un set, ¿Qué hará el resto? El caso de De Miñaur se puede considerar excepcional porque ha perdido sus 13 duelos con Sinner y la falta de moral es lógica, pero Auger-Aliassime mostró el mismo ánimo.

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Desde el primer juego, el canadiense apareció con la tristeza en los ojos y los brazos decaídos. No es que sea un tenista muy expresivo, todo lo contrario, pero su gestualidad resumía sus escasas probabilidades de éxito. Todas sus opciones pasaban por tener un gran día al servicio y que Alcaraz estuviera fallón y no ocurrió ni una cosa ni la otra. El canadiense empezó tembloroso concediendo demasiadas bolas de break y el número uno se le abalanzó encima. El primer set apenas duró 37 minutos. El partido entero, sólo un poco más, 82 minutos.

La perfección de Alcaraz

Durante la fase de grupos de estas ATP Finals, Alcaraz había dominado a sus rivales, pero siempre le quedaba una adversativa. Vencía, aunque quería afinar su revés. Ganaba y sin embargo se lamentaba su porcentaje de primeros. Este sábado ya no podía hacerse reproches. Su actuación fue perfecta. Todo lo que necesita para derrotar a Sinner salió a relucir. Más allá de su saque -sólo concedió una bola de break- y de la potencia en su derecha, la clave estuvo en su puntería.

Una bola iba a la línea y luego otra y luego otra. En los minutos iniciales Auger-Aliassime pidió una revisión y se quejó varias veces, pero al final se dio cuenta que el Ojo de Halcón funcionaba perfectamente. Su problema era otro. Las estadísticas pueden ser tramposas, pero Alcaraz acabó el primer set con apenas dos errores no forzados. Ante un rival tan preciso nadie puede hacer virguerias, aunque Auger-Aliassime todavía arrastra los problemas con su revés de siempre. Si había tensión en un punto, Alcaraz le tiraba a ese lado y, al final, siempre ocurría lo mismo. El canadiense acabó el partido con muchos más errores -19- que aciertos -15-.

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"Estoy muy feliz por la victoria de hoy", aseveró Alcaraz en italiano justo al acabar ganándose al público local, que apoyó a Auger-Aliassime. "Espero que al menos tres o cuatro personas me animen mañana [por este domingo]", añadió bromista. "Ha sido mi mejor actuación en el torneo. Desde el principio he estado muy concentrado, sin hacer errores, yendo a por ello, apurando la pista al máximo. Punto a punto he ido cogiéndose confianza y me he acabando encontrando muy bien. Estoy orgulloso del nivel que he demostrado para lo que viene", comentó después quien disputará la primera final de las ATP Finals de su carrera.

Por la pista y por las fechas se suponía un torneo difícil para él, pero ya no lo es. Como pasó en otras superficies, como pasó en otros meses de este 2025, como pasó en Roma, Roland Garros, Wimbledon, Cincinnati y el US Open, está a un paso del título y el último escollo es Sinner. Dulce rutina para el tenis.

Sinner ya espera a Alcaraz en la final: vence por decimotercera vez a De Miñaur, su víctima favorita

Actualizado Sábado, 15 noviembre 2025 - 16:34

Este sábado, antes de su semifinal de las ATP Finals, tanto Felix Auger-Aliassime como Carlos Alcaraz pudieron calentar tranquilamente en la pista central del Inalpi Arena. Una rareza, porque jugaban en el último turno. En realidad, un privilegio esperado: todos los presentes sabían que la semifinal anterior, entre Jannik Sinner y Alex De Miñaur, se resolvería rápido. Jugadores, aficionados, periodistas, entrenadores y, por supuesto, organizadores no dudaron al hacer su planning. Si normalmente reservan la pista tres horas para cada partido, esta vez solo bloquearon dos. ¿Para qué más?

Hasta 12 veces habían jugado antes Sinner y De Miñaur, y en las 12 previas el italiano había dominado con autoridad. La decimotercera no fue la excepción. Para alcanzar su tercera final consecutiva de las ATP Finals, Sinner se impuso por 7-5 y 6-2 en apenas una hora y 52 minutos ante su adversario favorito, un tenista cuyo estilo le favorece.

Esta vez De Miñaur intentó algo diferente, pero el resultado fue el mismo. Su estilo defensivo, correoso y conservador es ideal para la voracidad de Sinner. A un lado, un tenista sólido; al otro, un tenista destructivo. En el primer set, De Miñaur empujó al italiano al error y forzó los intercambios todo lo que pudo, pero en cuanto le sobrevino cierto cansancio, todo quedó en manos de Sinner.

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Para ganar, el australiano necesitaba hacer el partido de su vida, estirar cada golpe, buscar ángulos más allá de sus límites; para ganar, el italiano solo tenía que hacer lo suyo. De Miñaur aguantó hasta el 6-5 del primer set y luego cedió con un break. El segundo set fue solo la constatación de la superioridad de uno sobre el otro. Si acaso, destacó la noble actitud de De Miñaur que, pese a estar ya dos breaks abajo, con 4-0 en contra, peleó el partido hasta donde le alcanzaron los golpes.

Auger-Aliassime será el rival de Alcaraz tras derrotar a un frágil Zverev

Actualizado Viernes, 14 noviembre 2025 - 23:01

Alexander Zverev arrastra un problema de confianza. A sus 28 años sigue siendo un tenista capaz de ganar un Grand Slam: mantiene la derecha, el revés, el servicio, la movilidad e incluso la inteligencia táctica; todavía tiene mucho a su favor, pero está siempre a punto de romperse. Carlos Alcaraz y, especialmente, Jannik Sinner —que le ha derrotado cuatro veces este año— le han robado la esperanza y transita por la pista sin creer que puede. Si le dicen que va a ganar un torneo grande, mira para otro lado. Su juego le mantiene en las grandes citas, pero cuando llegan los momentos decisivos se deshace.

El pasado miércoles ya le ocurrió ante Sinner: tuvo siete opciones de break, pero no se creyó ninguna y cayó en dos sets. Y ayer le pasó lo mismo ante Félix Auger-Aliassime. Disfrutó de oportunidades para la ruptura, en este caso cuatro, y falló en todas para perder por 6-4 y 7-6(4) en dos horas de juego. En los últimos puntos el alemán se desesperaba, gritaba, como ya había hecho en otros tramos del partido: de nada le sirvió.

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En semifinales, así, el rival de Alcaraz será Auger-Aliassime, un adversario complicado. Los precedentes sirven para lo que sirven: el español ganó en los últimos cuatro enfrentamientos, pero el canadiense se impuso antes en los dos únicos partidos disputados en las condiciones actuales, es decir, en pista dura bajo techo. En todo caso, es información no muy útil.

Auger-Aliassime fue un jugador tanto o más delicado que el actual Zverev, y ya no lo es. Esta temporada, el ex pupilo de Toni Nadal ha encontrado la continuidad que le faltó en otros cursos. En el pasado US Open alcanzó las semifinales, donde llegó a arrebatarle un set a Sinner, y también le peleó al italiano la final del pasado Masters 1000 de París. Alcaraz es favorito, pero Auger-Aliassime se presenta con la tranquilidad de quien ya lo ha hecho todo este año, todo en el presente torneo.

De hecho, pase lo que pase, el próximo lunes ascenderá hasta el número cinco del ranking ATP, su mejor posición de siempre, sólo por detrás de los grandes dominadores: el endeble Zverev y Novak Djokovic. Puede ser incluso el nuevo líder de la generación perdida que intenta plantar cara al nuevo Big Two.

La celebración de Alcaraz, los abucheos en Italia y la zancadilla si llega a la final ante Sinner: “Es una desventaja, obviamente”

Actualizado Viernes, 14 noviembre 2025 - 10:25

Turín es ciudad de fútbol. El Inalpi Arena, sede de las ATP Finals, comparte calle con el Estadio Olímpico, la casa del Torino, y en cada partido se pone la alfombra roja a los futbolistas de la Juventus. Este jueves, varios presenciaron cómo Carlos Alcaraz se adueñaba del número uno del ranking ATP hasta final de año, aunque ninguno de ellos saludó al tenista. Lo hizo en su lugar Alessandro Del Piero, héroe de los héroes. Como en tantos lugares de España, el balón enloquece a los locales y esa pasión la han trasladado estos días al tenis. Ante Lorenzo Musetti, Alcaraz se llevó más de un abucheo, algo rarísimo en su carrera. Si llega a la final del domingo y se enfrenta a Jannik Sinner, el ruido se multiplicará.

"Teniendo a jugadores como Lorenzo y Jannik, van a ir de su lado, es normal. Intento estar concentrado, que no me afecte y, de momento, lo he conseguido. Tengo que evadirme para acabar bien el torneo", comentaba el español a pregunta de EL MUNDO, siempre conciliador. De hecho, se despidió de la afición con un nada irónico "¡Grazie!".

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En realidad, nada podía empañar el entusiasmo del mejor tenista del año por ser precisamente eso: el mejor tenista del año. "Está siendo una temporada magnífica. La consistencia siempre ha sido mi punto débil, es algo en lo que he trabajado mucho y este año he demostrado que puedo tenerla", aseguraba quien se notaba liberado de un peso. Lo admitió hace meses y lo volvió a repetir este jueves. Durante la sanción de Sinner, la misión de recuperar el liderato de la lista mundial se le hizo bola y necesitó trabajo psicológico para llegar hasta donde ha llegado.

"Mi comienzo de año no fue el mejor, pero después he encadenado muy buenos meses. Ahora siento que puedo competir aunque no me encuentre bien y eso es una gran mejora. Juego a buen nivel e intento encontrar soluciones pase lo que pase", se felicitaba Alcaraz, dueño de cada vez más récords.

Sus datos en este 2025 parecen indiscutibles; si acaso, como reconocía, para mejorar el curso que viene le queda empezar con otro pie. Lleva 70 victorias por solo ocho derrotas en la temporada, pero es que, si se cuenta solo a partir de abril, su balance es de 55 triunfos en 59 partidos. En todo el año: dos Grand Slam, tres Masters 1000 y tres ATP 500 para cerrar su dominio. Este viernes, a las 14.00 horas, justo antes del intrascendente encuentro entre Sinner y Ben Shelton, Alcaraz levantará el trofeo que le acredita como ATP year-end number 1, un copón que ya pudo tocar en 2022.

Una celebración tímida

Este jueves, después de su encuentro ante Musetti, se concedió un rato extra de charla con su familia y amigos como celebración, pero poco más. Desde que salió de la pista, se centró en su rutina de recuperación, con su bicicleta estática y su masaje, y tras atender a la prensa abandonó el Inalpi Arena, ya a la una de la madrugada, rumbo a su hotel, el céntrico Principi di Piemonte. "No he podido celebrarlo mucho, pero ya habrá tiempo. Tengo que hacer todo lo que esté en mi mano para poder estar fresco en los partidos que quedan", subrayaba quien contará con una desventaja si alcanza la hipotética final.

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La organización ha programado su semifinal del sábado a las 20.30 horas, por lo que se plantará en la lucha por las ATP Finals con menos horas de sueño de las deseadas. La semifinal entre Sinner y Alex de Miñaur, en cambio, será a las 14.00 horas y el vencedor podrá esperar rival desde la misma cama de su hotel. "Es una desventaja, obviamente. Cuanto menos tiempo de recuperación, peor. No es lo mismo irte a la cama a las 11 de la noche que a las dos o las tres de la madrugada. Pero es lo que es y debo adaptarme", asumió Alcaraz, que también entró en el debate vivo en Italia sobre la Copa Davis.

Tanto Sinner como Musetti han renunciado a jugar la semana próxima y eso ha hecho que en el país, vigente campeón y organizador de las Finales a 8, se avive un interrogante que hace tiempo existe en el tenis: ¿qué hacer con la Davis? Pese a su reestructuración, la competición sigue sin atraer a los mejores jugadores y quizá la solución pase por no jugar cada año. A Alcaraz le preguntaron, pero reconoció que él tampoco tiene el remedio: "Para mí es un torneo muy importante porque no juegas para ti, juegas para tu país, y eso es algo totalmente distinto, es un privilegio. Pero estoy de acuerdo en que algo hay que hacer, quizá jugar cada dos o cada tres años para que los jugadores se comprometan más".

El 2025 es suyo: Alcaraz desconecta a Musetti y se asegura el número uno del año

Actualizado Jueves, 13 noviembre 2025 - 22:36

Un año, un tenista. Carlos Alcaraz vive de ambiciones históricas, como el recuento de Grand Slam, pero no escapa del simbolismo de acabar una temporada en el número uno del ranking ATP. Este 2025 es suyo, ya lo es. Fue el mejor en determinados momentos -la remontada de Roland Garros, el dominio en el US Open-, pero también fue el mejor en general. Más de una vez proclamó que la lista mundial y sus puntos no le importaban, pero sólo apartaba tanta exigencia. Es un éxito importante. Un éxito reivindicativo.

Hasta ahora le sobrevolaba una crítica a su regularidad: un genio intermitente, el asombro que no dura. Pero este curso ha acabado con la misma. Después de derrotar a Lorenzo Musetti por 6-4 y 6-1 en el último partido de la fase de grupos de las ATP Finals, Alcaraz se aseguró acabar el año en lo más alto del ranking mundial y confirmó su camino como leyenda. Si llega o no llega a las cifras de quienes le precedieron, ya no se podrá decir que fue por inconsistencia.

Antes sólo una vez había cerrado una temporada como número uno, y fue muy distinto. Fue el 2022 del descubrimiento. Era un adolescente impactando al mundo. Ahora este 2025 es otra cosa. Sigue siendo joven, por supuesto, pero ya no es una promesa: es quien manda. Sólo su histórica rivalidad con Jannik Sinner puede poner un asterisco: el italiano faltó tres meses -aunque lo hizo por dopaje-. En todo caso, esa duda también tiene solución

Antonio CalanniAP

Este domingo, Alcaraz y Sinner podrían enfrentarse en la final de las finales y, con todo a favor para el italiano -la pista y el público-, una victoria del español sería definitiva este curso. Antes, ambos deberán pasar las semifinales, pero... ¿quién puede derrotarles? El sábado, Sinner se medirá a Alex De Miñaur, su víctima preferida -el balance entre ambos es 12-0-, y Alcaraz, al vencedor del duelo entre Alexander Zverev y Félix Auger-Aliassime. En otras circunstancias los dos serían adversarios considerables en una superficie dura bajo techo, pero en este torneo, el número uno es realmente el número uno.

El público italiano, muy en contra

«Esto significa un mundo para mí. Si soy sincero, al principio de año me parecía un objetivo muy difícil, muy lejano, pero conforme avanzaba la temporada lo veía más cerca. Torneo a torneo me acerqué a Jannik en el ranking y al final he podido conseguirlo. Estoy muy orgulloso de mí mismo y de mi equipo», comentaba tras el partido Alcaraz, que este viernes recibirá el trofeo que le acredita como el triunfador del curso. Ante Musetti no dejó duda de que lo era.

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Aunque los nervios le agarrotaron, en los instantes clave supo abalanzarse sobre el triunfo como debía. En el primer set, en la primera media hora, sumó más errores de los deseados, pero se centró en mantener su servicio frente a un rival que hizo más cosas de lo habitual. Musetti corrió más, atizó más con su derecha, subió más a la red; en definitiva, buscó el éxito.

Tampoco le funcionó. Alcaraz estaba decidido a clausurar el ranking ATP del año y aprovechó sus debilidades. Ninguno de los dos había disfrutado de oportunidades de break cuando, con 5-4 en el marcador, el español se agigantó en la pista para hacerse con el primer set y, en realidad, con todo el partido. Incluso se pudo permitir el lujo de fallar una bola de set: resolvió con la segunda. Al acabar el encuentro, su celebración enrabietada guardaba la tensión por su lucha con Sinner en la lista mundial y, al mismo tiempo, la incomodidad sufrida durante el partido.

Pocas veces se vio Alcaraz en una situación así; pocas veces existió algo parecido en la historia de las frías ATP Finals: el público estaba encendido en su contra. En el calentamiento de la tarde ya escuchó tímidos silbidos, un leve abucheo, pero durante el partido la afición italiana se volcó en todo momento con Musetti y no dudó en abroncar al español cuando tuvo oportunidad. Celebraba sus errores tanto o más que los aciertos del italiano. «Lorenzo, Lorenzo, Lorenzo», y así hasta el último punto. No era grave -podía recordar el último Masters 1000 de Roma, cuando derrotó a Sinner en un ambiente similar-, pero era extraño. En todo caso, tampoco cambió nada: este 2025 es, de todas todas, de Alcaraz.

Alcaraz, una pedida de mano, la broma interna en catalán y algo en lo que no pensar: "Obviamente va a ser muy importante para mí"

Alcaraz, una pedida de mano, la broma interna en catalán y algo en lo que no pensar: “Obviamente va a ser muy importante para mí”

Cada cual decidirá si fue hermoso o fue cutre, pero durante un descanso del partido entre Carlos Alcaraz y Taylor Fritz, un hombre se levantó de su asiento en el Inalpi Arena de Turín, sacó un anillo del bolsillo de su chaqueta beige, se arrodilló sobre la rodilla derecha y le pidió matrimonio a su pareja. Ella respondió que sí -en este caso, «sì»- y se colocó la sortija en el dedo. Fue una sorpresa para ella, una de las dos que se vivieron este martes.

Nadie en el público esperaba la velocidad que demostró Fritz. De repente, un tenista distinto, ágil, un gigante de dos metros capaz de llegar a todas las bolas; en baloncesto le llamarían un unicornio. En sus enfrentamientos anteriores, Alcaraz siempre le había derrotado mareándolo, moviéndolo de un lado a otro de la pista, castigándolo con dejadas; pero esta vez no bastó. Ante su rapidez, el español tuvo que dar un paso atrás, resistir, defender. Finalmente, ganó por 6-7(2), 7-5 y 6-3 en casi tres horas de partido, se clasificó virtualmente para las semifinales de las ATP Finals y se acercó al objetivo de acabar el año como número uno del ránking mundial. Le bastará con derrotar a Lorenzo Musetti el jueves para confirmarlo.

«Intento no pensar en ello. Obviamente va a ser un partido muy importante para mí. Pero intentaré que los nervios no me jueguen una mala pasada. Intentaré controlar las emociones, controlarme. Hoy [por su partido ante Fritz] lo he pensado un poquito al principio, por eso no me he sentido tan bien como [en el debut el domingo] ante De Miñaur. He llegado a pensar que se me escapaba el número uno. Después he tenido que ver qué cambiar para darle la vuelta al partido», comentó Alcaraz, con sentimientos encontrados ante el hito que tiene ya tan cerca. Superar a Jannik Sinner al final del año, incluso teniendo en cuenta la sanción de tres meses del italiano, será una muestra de madurez. Quien crea que no es un tenista regular -una duda que él mismo ha confesado- se quedará sin argumentos. «El número uno es algo a lo que hay que darle mucho valor. Estoy peleándolo con Jannik, que es muchísimo más consistente», reconocía este martes, aunque sabe que la presión por mantenerse en lo más alto es enorme.

La broma de Samuel López

Durante la ausencia de Sinner en primavera, Alcaraz ya sufrió el peso del ránking con derrotas tempranas en el ATP 500 de Doha o el Masters 1000 de Miami, y podría ocurrirle lo mismo a comienzos de la próxima temporada, especialmente en el Abierto de Australia, el único Grand Slam que le falta. Por eso, cada vez que le preguntan por el número uno, el español prefiere hablar del tenis: del juego, de los golpes, de la técnica, de la táctica... en definitiva, de lo que sucede dentro de la pista.

ALESSANDRO DI MARCOEFE

Y este martes, por ejemplo, había mucho de eso de lo que hablar. Pese a su victoria esta temporada en el ATP 500 de Tokio, el dominio de las superficies duras bajo techo sigue siendo una tarea pendiente, y ante Fritz descubrió un camino. La teoría dice que en estas pistas debe ser más agresivo que nunca, restar sobre la línea, pegar más duro, pero... ¿y si eso no funciona? En lugar de desesperarse como hizo en el Masters 1000 de Shanghái, aceptó la situación y dio un paso atrás para desafiar al estadounidense: si quería derrotarlo, tendría que hacerlo él, punto a punto, a base de ganadores. Nada de riesgos, solo defensa y más defensa.

«Me he dado cuenta de que, aunque empiece mal, si insisto y tengo buen comportamiento siempre acabo jugando mucho mejor», analizaba Alcaraz, que se reconocía «exhausto» después del esfuerzo realizado. De hecho, al acabar el encuentro, se tomó una hora más de lo habitual para atender a la prensa: su rutina fue más relajada, con más tiempo en la ducha, un rato largo para comer y una extensa charla con su equipo. En estas ATP Finals cuenta con todos sus ayudantes al completo, incluidos sus dos entrenadores, Juan Carlos Ferrero y Samuel López, que normalmente se van turnando. Curiosamente, ante Fritz, López le animaba con unas palabras en catalán, aunque no es su lengua. «Es una cosa que tenemos Samu y yo. Me hace reír y ahí es cuando mejor saco mi tenis», aseguró quien ya está a un paso de cerrar el último objetivo de una temporada de ensueño.

Sinner logra ante Auger-Aliassime su vigesimoséptima victoria consecutiva bajo techo

Sinner logra ante Auger-Aliassime su vigesimoséptima victoria consecutiva bajo techo

Son ya 27 victorias consecutivas las que ha suscrito en pista cubierta Jannik Sinner, que este lunes derrotó a Felix Auger-Aliassime en el inicio de la defensa de su título en las ATP Finals de Turín. El número 1 del mundo, rango que cederá si Carlos Alcaraz suma tres victorias en la fase de grupos del torneo o alcanza la final, venció por 7-5 y 6-1 al mismo hombre a quien derrotó recientemente en la final del Masters 1000 de Paris-Bercy.

El canadiense, un tenista especialmente cualificado en este tipo de superficies, sólo presentó oposición en el primer parcial, para sucumbir después ante un hombre que maneja todos los resortes en indoor. Este miércoles buscará frente a Alexander Zverev, ganador ante Ben Shelton en su debut, una plaza en las semifinales, en el que será el segundo partido del Grupo Bjorn Borg.

Sinner queda ahora a dos victorias de igualar uno de los registros de Roger Federer, quien encadenó 29 triunfos bajo techo entre los años 2010 y 2012. Está a gran distancia aún de John McEnroe, impoluto a la luz de los focos en una secuencia de 47 victorias entre 1978 y 1987. Novak Djokovic, ausente en esta edición tras salir campeón en Atenas, con 35, de nuevo Federer, con 33, e Ivan Lendl, con 32, aún le preceden en la lista.

El italiano, que ha renunciado a liderar a su país, ganador de las dos últimas ediciones, en las Finales de la Copa Davis que se celebran la semana próxima en Bolonia, tiene en este torneo su último gran objetivo de una temporada en la que ganó Wimbledon frente a Alcaraz y se vio superado por el español en las finales de Roland Garros y el Abierto de Estados Unidos.

Sus posibilidades de volver a cerrar el curso como número 1 pasan por ganar el título y esperar que su gran rival no consiga esas tres victorias en el round robin ni alcance el partido definitivo.

En el otro partido de la jornada de este lunes, dentro del Grupo Jimmy Connors, Taylor Fritz derrotó a Lorenzo Musetti, que ha entrado en el torneo gracias a la baja de Djokovic, por 6.3 y 6-4. El estadounidense se medirá este martes con Alcaraz (14.00 h., Movistar), quien se impuso el domingo, también en dos sets, a Alex de Miñaur. Fatigado después de la durísima final de Atenas que perdió ante Nole, Musetti poco pudo hacer ante la eficacia del estadounidense, que cerró el encuentro con 13 aces.

Alcaraz, la sonrisa recobrada, un futbolista de visita y sinceridad con Djokovic: «No voy a mentir, prefiero a Lorenzo»

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Hace un año, Carlos Alcaraz transitaba cansado de todo, incluso triste, por el mismo pabellón, el Inalpi Arena de Turín. Antes incluso de su eliminación en la fase de grupos de las ATP Finals, las entrevistas televisivas se le hacían larguísimas y las ruedas de prensa suponían un martirio. Esta temporada es otro. O, mejor dicho, esta temporada es él. El escenario es idéntico, también es noviembre, pero estos días en el norte de Italia luce la sonrisa de siempre, el ánimo que le caracteriza, lo que los ingleses llaman mood.

«Cuando juega con este mood es realmente difícil estar a la altura. Cuando está tan alegre juega a su máximo nivel, utiliza todas sus armas, puede crear un golpe ganador desde cualquier lugar de la pista», proclamaba este domingo su primera víctima en el torneo, Álex de Miñaur. Por primera vez en toda su carrera, Alcaraz se estrenó en una Copa de Maestros con una victoria, ante el australiano, por 7-6(5) y 6-2 en una hora y 40 minutos de juego. Más allá de su tenis, con un afinadísimo revés y una derecha discordante, quedó en evidencia su alegría. Llega feliz, muy feliz.

«Ha sido un proceso. Este año he aprendido a darme cuenta de lo que necesito para estar motivado en los últimos meses, sobre todo fuera de la pista. La temporada es muy larga y es normal que haya cansancio físico, pero esta vez he tenido más tiempo de descanso entre torneos, he estado más días en casa, y eso me ha ayudado a mantenerme fresco. Realmente quiero ganar este torneo por primera vez y vengo con buenas sensaciones», contaba después de la victoria con tanta energía que se abalanzaba sobre un dilema. ¿Ganar las ATP Finals o ganar la Copa Davis, el otro torneo que queda por jugar este curso? Nada de elegir: mejor ganarlo todo.

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«¿Por qué elegir? Quiero hacerlo bien aquí y después en la Copa Davis. Realmente quiero pelear por los dos títulos este año», proclamaba después de pasar unos minutos por la bicicleta estática, como siempre, y de atender una de las obligaciones habituales en Turín: después de cada partido, toca saludar a un jugador de la Juventus. Este domingo fue Arkadiusz Milik.

El revés, la mejor arma

La derrota en la primera ronda del Masters 1000 de París ya es pasado, más aún en Turín, donde la pista rápida es realmente rápida y tanta velocidad le permite hacer más daño. Ante De Miñaur demostró que le sobra confianza; no hay adversario más resistente. En el primer set le remontó un 4-1 y 0-40 a favor y, en el segundo, peleó hasta el último punto. A base de piernas y actitud, su defensa hizo que Alcaraz empezara a acumular fallos, sobre todo con su derecha, pero en ningún momento se desesperó. Cuando no podía ser por fuerza, era por precisión, y así el español fue desarmando a su adversario.

Con varios golpes muy delicados, especialmente su revés paralelo, el murciano se impuso pese a tener que cruzar por instantes tensos, como el tie-break del primer set, cuando llegó a encontrarse con un 5-3 en contra. «Álex es muy rápido y por eso siempre es difícil jugar contra él: tienes que ganar el punto tres o cuatro veces», valoró Alcaraz, que ahora observa un horizonte claro.

Descansará este lunes, día del debut de Jannik Sinner ante Félix Auger-Aliassime, y el martes se enfrentará al vencedor del duelo entre Taylor Fritz y Lorenzo Musetti. Si el español vence entonces, ya estará clasificado para las semifinales y le quedarán dos partidos, dos oportunidades, para asegurarse matemáticamente el número uno a final de temporada. En principio, en ese tránsito debería encontrarse a Novak Djokovic, pero su renuncia a participar en las ATP Finals lo ha simplificado todo.

«Cuando está Novak en el cuadro, siempre lo hace más difícil, por la experiencia que tiene. El año pasado perdí con él y no jugué mal, pero me pasó por encima. No voy a mentir: prefiero enfrentarme a Lorenzo, aunque también viene mostrando un nivel muy alto», confesó Alcaraz en las entrañas del Inalpi Arena de Turín, donde hace un año le vieron mustio, superado por las exigencias del tenis, y ahora por fin lo disfrutan en todo su esplendor.

Alcaraz se estrena con autoridad ante De Miñaur en las ATP Finals y se acerca al número uno

Alcaraz se estrena con autoridad ante De Miñaur en las ATP Finals y se acerca al número uno

Álex de Miñaur es un tenista con una mentalidad asombrosa. En los partidos pasa por momentos desesperantes, instantes crueles, y no mueve ni una ceja. Sigue a lo suyo, nunca se queja. No solo mantiene el tipo, también mantiene el tenis. Por eso este domingo era un adversario complicado para Carlos Alcaraz. En su debut en las ATP Finals de Turín, el español venció al australiano en dos sets (7-6 [5], 6-2) y demostró que le sobra confianza. ¿Ganar el torneo? Claro. ¿Recuperar el número uno? Por supuesto.

Con el recuerdo de la derrota en la primera ronda del Masters 1000 de París, Alcaraz podría haber temblado, vacilado, temido... pero no lo hizo. Pese a la resistencia de De Miñaur, sumó su primera victoria en una hora y 40 minutos de juego y ahora seguramente le bastará con un triunfo más —ante Taylor Fritz o ante Lorenzo Musetti— para clasificarse para semifinales. Su vuelta a la cima del ranking ATP, cada vez más cerca.

El juego del australiano encaja a la perfección con las virtudes de Alcaraz —de ahí que siempre le haya vencido—, pero no así su estoicismo. Ante alguien así, las dudas de los últimos tiempos podrían haberse multiplicado. Más aún teniendo en cuenta el desarrollo del partido.

Trabajo previo

El español apareció en la pista del Inalpi Arena con seguridad, listo para finiquitar pronto el duelo. Se notaba el trabajo psicológico previo: duro desde el primer punto. Pero De Miñaur estaba dispuesto a resistir cualquier cosa. Con 4-1 y 0-40 en contra, la mayoría de rivales le habrían concedido a Alcaraz el primer set, si no el encuentro entero. Pero el australiano levantó las tres bolas de break, remontó la desventaja y llevó el parcial hasta el tie-break. A base de piernas y actitud, su defensa hizo que Alcaraz empezara a acumular fallos, sobre todo con su derecha.

No era el desastre de París, pero en el box del actual número dos del mundo se notaban los nervios. En la muerte súbita, de hecho, De Miñaur llegó a mandar por 5-3, y tuvo que ser entonces Alcaraz quien mostrara entereza. Su recuperación para llevarse el primer set lo lanzó hacia el triunfo, aunque no fue gracias a recuperar su drive, a pegar golpetazos ni a imponer su fuerza. Fue gracias a su precisión.

Con varios golpes muy delicados, especialmente su revés paralelo, el español fue desarmando a su adversario, aunque este nunca se rindió. Incluso en ese segundo set, con 5-2 en contra, De Miñaur siguió buscando una resurrección que ya era imposible. A la espera de lo que ocurre en el duelo entre Fritz y Musetti, Alcaraz ya tiene el camino marcado para acabar el año con una alegría, por fin, de una vez.