"He vuelto". Con esas dos palabras ha anunciado el mito Manny Pacquiao que vuelve a los 46 años de su retiro para enfrentarse al estadounidense Mario Barrios por el cinturón WBC del peso wélter. No es la primera vez que el filipino regresa, ya lo hizo para pelear contra Ugas en 2021. Ahora se volverá a poner los guantes el 19 de julio en Las Vegas, informa Afp. "¡Hagamos historia!", ha escrito en X.
Pacquiao, que ganó 12 títulos mundiales en ocho categorías de peso distintas, no ha luchado desde perder en los puntos contra el cubano Yordenis Ugas por el cinturón WBA de peso wélter en agosto de 2021.
Las normas WBC permiten a un excampeón solicitar un combate por el título mundial tras volver del retiro.
En su carrera, Pacquiao presenta un balance de 62 victorias y ocho derrotas, con dos empates y 39 nocaut.
Desde su retirada de los cuadriláteros se implicó en política e intentó sin éxito conseguir la presidencia de Filipinas.
El mundo del deporte despide a Giovanni Benvenuti, icono del boxeo italiano, que ha fallecido en Roma a los 87 años. Popularmente conocido como Nino, había nacido en 1938 en Isola d'Istria, actualmente parte de Eslovenia.
La carrera de NinoBenvenuti estuvo repleta de éxitos profesionales memorables. Se alzó como campeón olímpico de los pesos wélter en 1960, consolidándose como una promesa del boxeo desde su juventud. Posteriormente, su dominio se extendió en otras categorías, conquistando el título de campeón mundial de los pesos superwélter entre 1965 y 1966, junto al reconocimiento como campeón europeo de los pesos medios entre 1965 y 1067. En 1968, recibió el prestigioso galardón de ‘Fight of the year’, un reconocimiento que ningún deportista italiano ha conseguido hasta el momento.
Junto a los títulos y condecoraciones, Nino Benvenuti ha protagonizado combates históricos. En su primera pelea en la trilogía contra Emile Griffith fue condecorado como ‘Fight of the year’, volviendo a recibir el reconocimiento tres años después en su enfrentamiento contra Carlos Monzón. La potencia de sus golpes quedó patente en 1969, cuando la undécima ronda de su victoria por nocaut ante Luis Manuel Rodríguez fue premiada como ‘Round of the year’. El boxeador fue el único italiano en conseguir el título mundial por unanimidad, siendo reconocido en dos categorías de peso (medios y superwélter). Esta hazaña que solamente han logrado nueve boxeadores en los pesos superwélter.
Su legado trascendió fronteras, llegando a ser el primer italiano incluido en el International Boxing Hall of Fame en 1992, y también en el National Italian-American Sport Hall of Fame, junto a figuras como Rocky Marciano y Joe Di Maggio, por sus gestas en Estados Unidos.
El cine de Nino
Fuera del ámbito deportivo, Nino Benvenuti exploró otras facetas. En 1969, debutó como actor en el spaghetti-western"Vivi o preferibilmente morti", compartiendo pantalla con Giuliano Gemma. En 1975, volvió al cine como protagonista en la película policíaca "Mark il poliziotto spara per primo". Su interés por la comunicación lo llevó a inscribirse en el registro de periodistas publicistas del Lacio el 9 de marzo de 1979.
Sin embargo, la vida de Benvenuti no estuvo exenta de desafíos personales. En 2020, un grave drama familiar lo golpeó duramente con el suicidio de su primogénito a los 58 años. Stefano, quien cumplía una pena de cuatro años por robo de joyas y se encontraba en arresto domiciliario a causa de la pandemia de COVID-19, fue encontrado sin vida en un bosque en la meseta del Carso.
La relación de Nino con Stefano y sus otros hijos de su primer matrimonio —Macrì, Giuliano, Francesco y Soraya— fue, según sus propias palabras en una entrevista con el Corriere della Sera dos años antes de la tragedia, "difícil". Reconoció no tener contacto con ellos y lamentó no conocer a sus nietos, reflexionando: "Aunque no he sido un buen padre, aún podría ser un buen abuelo". En contraste, su relación con Nadia Bertorello, a quien describió como el "gran amor de su vida", le trajo la alegría de su hija Nathalie.
Un campeón de otra época. El mexicano Saúl 'Canelo' Álvarez venció este sábado en decisión unánime al cabo de doce asaltos al cubano William Scull y sumó el cinturón de las 168 libras de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) a los de la AMB, CMB, OMB, informa Efe..
La pelea, que se llevó a cabo en el ANB Arena de Riad, capital de Arabia Saudí, como evento principal de la velada Fatal Fury, se resolvió con tarjetas de 115-113, 116-112 y 119-100, todas favorables al nacido en Guadalajara, pero que denotan los obstáculos que interpuso Scull, que llegó al estelar intercambio con un récord de 23 peleas ganadas, nueve por nocáut.
Desde los primeros asaltos se notó que Scull evitó entrar en una lucha cuerpo a cuerpo con 'Canelo', quien aplicó golpes más certeros en las ocasiones que el cubano descuidó su guardia.
A la altura del cuarto round, el tapatío comenzó a perfilar el combate a su favor, llevando a Scull contra las cuerdas en los primeros compases, pero el matancero logró aplacar el castigo.
Canelo muestra su cinturón de campeón.FAYEZ NURELDINEAFP
En el noveno episodio, el púgil mexicano fue avisado por parte del árbitro por un golpe bajo al cubano, parte de la frustración que estaba sintiendo por cómo se estaba desarrollando el combate.
Los últimos tres rounds, ya con un claro dominio del mexicano en las tarjetas, mostraron a un 'Canelo' decidido a sumar más golpes, pero Scull se demostró recio y no fue presa fácil.
Con la victoria, el campeón incrementó su récord a 64 victorias que le han valido los títulos de las cuatro grandes federaciones.
Superado el capítulo Scull, ahora el mexicano se alista para su nuevo compromiso. Se producirá en septiembre contra Terence 'Bud' Crawford, uno de los púgiles más completos de la última década.
Fue uno de los pegadores más temibles que jamás subió a un ring. Un deportista que redifinió la longevidad, capaz de proclamarse campeón mundial de los pesos pesados más de dos décadas después de la primera vez. George Foreman murió el viernes a los 76 años en un hospital de Houston (Texas), rodeado de sus seres queridos. Con él se marcha una de las figuras más ilustres de la historia del boxeo. El gigante que derribó seis veces a Joe Frazier antes de noquearle, el que llevó al límite a Mumammad Ali en Kinsasha y el que en 1994 sorprendió a Michael Moorer con su victoria más improbable, la que le devolvía a la cima a los 45 años.
Big George, una mole de 191 centímetros, sumó 68 de sus 76 victorias por KO (89,5%) con sólo cinco derrotas, la última en noviembre de 1997, ante Shannon Briggs en Atlantic City. La constatación de que aquella vez sí, su tiempo había terminado. Desde entonces podría dedicarse a los negocios. A vender millones de tostadoras para la cocina (The George Foreman Grill) y a protagonizar una breve serie (George) sobre su figura en la cadena ABC.
Había nacido y crecido en Houston, dentro de una familia con seis hermanos. A los 14 años dejó la escuela y formó, junto a un grupo de amigos, una banda de atracadores. Sólo el Job Corps, un programa gubernamental destinado a la ayuda de los adolescentes, le permitió salir de las calles y aprender las reglas del noble arte. En los Juegos de México dio su primer aldabonazo como amateur, colgándose el oro olímpico tras derrotar al soviético Jonas Cepulis.
"Down goes Frazier!"
Su gran bautismo de fuego llegaría en 1976, cuando noqueó a Joe Frazier tras un brutal acometida al título de los pesados. Smokin' Joe, con su aura de eterno perdedor, logró levantarse tres veces de la lona en el primer round y otras tres en el segundo, antes de que el árbitro, conminado por las lágrimas de Angelo Dundee, el preparador de Ali, detuviese la pelea. El delirio para los 36.000 asistentes en Estadio Nacional de Kingston (Jamaica) y la inmortalidad para Howard Cosell, comentarista de la ABC, autor del grito "Down goes Frazier!"
Tras llevar tres veces a la lona a Ken Norton en Caracas, había llegado el turno de defender su corona ante Ali. Aquel 30 de octubre de 1974, en el Estadio 20 de mayo de Kinsasha acogió el Rumble in the Jungle, una de las veladas que definieron la historia del boxeo. Con un asombroso invicto de 40-0, Foreman se presentaba como favorito ante aquel deslenguado, que venía de derribar dos veces a Norton y otra a Frazier. La astucia de Ali, su fabulosa agilidad de pies en torno a las cuerdas, terminaron por desesperar a Foreman, que encajó varias derechas fuera del conteo y no pudo pasar del octavo asalto.
Aquella derrota, le sumiría en una tremenda crisis personal y casi dos años de travesía por el desierto. En enero de 1976 acabó con la feroz resistencia de Ron Lyle en el Caesars Palace de Las Vegas y aquel mismo junio volvió a tumbar dos veces a Frazier en el quinto asalto. No obstante, una derrota ante Jimmy Young, definida tras 11 toques de campana, le llevó a la retirada. Según su propio testimonio, aquella velada en el Coliseo Roberto Clemente de San Juan (Puerto Rico), le hizo conectar con su yo más espiritual.
Foreman, con la zurda ante Moorer en Las Vegas.AP
Aquella vía mística duró lo que duraron los ahorros, así que en julio de 1987 tuvo que volver a enfundarse los guantes, quitándose de encima a rivales de escaso fuste, atemorizados aún por su aliento de pegador. En abril de 1991, cuando Evander Holyfield puso en juego los cinturones de la Federación Internacional (IBF) y el Consejo Mundial (WBC), Foreman se llevó una soberana paliza. Aún hoy resulta asombroso cómo, siendo 14 años mayor, pudo aguantar en pie los 12 asaltos.
Superada la cuarentena, la oronda figura de Foreman ya no inspiraba rechazo entre las familias de bien. Se mostraba amable, calmado. Ya no era un portento físico, pero sabía esperar su momento, dentro y fuera del ring. De ese modo, tan insólito, pudo sorprender a Moorer en una pelea organizada por Bob Arum en el MGM Grand de Las Vegas. El campeón asomaba con un récord de 35-0, pero Foreman aguantó con temple hasta conectar el golpe definitivo en el décimo asalto. "¡Sucedió!", exclamó su gran amigo Jim Lampley, con quien entre 1992 y 2004 compartiría espacio televisivo en la HBO. Foreman se había consagrado, a los 45 años, como una de las mayores leyendas de la historia del boxeo.
La leyenda del boxeo y campeón del mundo de pesos pesados Frank Bruno enfermó gravemente durante un vuelo de larga distancia. Tras aterrizar en Doha, en Qatar, tuvo que ser trasladado con urgencia a un hospital tras ser atendido por el equipo médico del aeropuerto, según informa The Sun.
Frank Bruno, de 63 años y padre de cuatro hijos, viajaba para asistir a un ciclo de conferencias en Tailandia. En el vuelo, del 3 de marzo de e Qatar Airways desde Heathrow a Doha, registró fiebre muy alta e informó de que se encontraba realmente mal.
Los médicos finalmente le diagnosticaron una infección viral y lo mantuvieron internado en el Hospital Al Wakra durante casi dos semanas, quitándole el pasaporte para que no pudiera intentar irse.
Anoche su manager dijo que se estaba recuperando y que buscaba volver a trabajar "lo antes posible", continúa el tabloide.
Antes de despegar, el boxeador que colgó los guantes después de su derrota en 1996 ante Mike Tyson, escribió con buen ánimo en redes que se disponía a iniciar una gira por el mundo. "Buenos días, así que la gira mundial de Frank Bruno continúa. Me levanté temprano para tomar un avión; no duermo bien en los aviones, pero intento recuperar algo de sueño", escribió la leyenda del boxeo.
Bruno, que viajaba acompañado de su asistente Paul Hunter, enfermó poco después del despegue y la tripulación fue alertada de su difícil situación. "Sudaba profusamente y tenía síntomas parecidos a la fiebre".
"Frank estaba bien al subir al avión, pero su estado empeoró rápidamente durante el vuelo. Estaba muy mal y no sabían cuál era el problema", dijeron conocedores del incidente.
""Fue extremadamente preocupante porque estaba en pleno vuelo y estaba atrapado en el avión", añadieron.
Bruno, quien recientemente protagonizó el documental de Amazon Prime Four Kings junto a sus compañeros luchadores británicos Lennox Lewis, Nigel Benn y Chris Eubank, tenía previsto comenzar su gira por Tailandia el 6 de marzo.
En el Hospital Al Wakra le quitaron el pasaporte al campeón del mundo por miedo a que se fuera del hospital por su agenda de trabajo y porque él mismo había manifestado su aburrimiento y que quería irse ya al encontrarse mejor.
Los médicos "no quisieron correr ningún riesgo y solo le dejaron irse cuando su condición mejoró", dijeron.
Frank Bruno, en Los Angeles, en 1996.MICHAEL CAULFIELD | AP
La gira por Tailandia, donde es muy conocido, estaba prevista para comenzar en Pattaya, antes de realizar más fechas con fans en Bangkok, Hua Hin y Koh Phangan.
Frank Bruno, que fue galardonado con un MBE por sus servicios al boxeo en 1990, se encuentra ahora "recuperándose" y ha regresado a Gran Bretaña.
Se espera que pueda cumplir con los compromisos de la gira por el Reino Unido en mayo y junio, incluida una fiesta Evening With en el Birmingham City FC.
Fue diagnosticado de trastorno bipolar en 1998, antes de separarse de su esposa Laura en 2001.
Bruno ahora es activista de salud mental. En 2021, declaró a The Sun que lo internaron, por quinta vez, durante el confinamiento del Covid.
El dominicano Alberto Puello venció este sábado por decisión dividida al español Sandor Martín con lo que conservó el título mundial de la división súper ligera del Consejo Mundial de Boxeo en un combate en el Barclays Center en Nueva York. Dos tarjetas de los jueces favorecieron al dominicano 115-113 y 116-112, y una al español, por 115-114.
Puello, de 30 años, permanece invicto en 24 combates, de los cuales ha ganado 10 por la vía rápida. Martín, de 31 años, quedó 42 peleas ganadas, 15 por nocáut, y cuatro derrotas.
En el primer asalto 'La Avispa' Puello sacó ventaja de su mayor estatura, 1.77 metros, mantuvo a raya a su rival, 1.70, con rectos de izquierda y un insistente jab de derecha. Sandor buscó hacer daño con su gancho de derecha.
Martín, nacido en Barcelona, arrancó el segundo con mayor empuje. Trató de poner contra las cuerdas a su rival e invitó al intercambio de golpes en el que castigó a un monarca que se vio apurado.
En la vuelta al ring el dominicano conectó el rostro del retador con la izquierda, lo llevó a las cuerdas, pero Sandor salió del apuro con el poder de su derecha; absorbió los golpes al cuerpo y estremeció al nacido en San Juan de la Maguana con el gancho.
La velocidad del catalán le permitió conectar en el inicio del cuarto par de zurdas al pómulo, Puello contestó con volado de derecha al rostro en un incesante tira-tira al que ninguno rehuyó. Sandor recibió al campeón con una potente izquierda al rostro en la quinta vuelta y continuó con golpes a las partes blandas.
La intensidad no amainó en el sexto y séptimo round. Ambos pugilistas se enfrascaron en constantes intercambios en el centro del cuadrilátero con ligero dominio de Puello.
En el octavo 'La Avispa' hizo sangrar la nariz de Martín con par de ganchos de derecha y le provocó un corte en la ceja izquierda, a pesar de lo cual el retador no reculó.
El noveno y décimo ofreció una exhibición de velocidad en el uno-dos del catalán que contrarrestó la efectividad del monarca.
El undécimo asalto perdió fuelle ante el desgaste de ambos boxeadores; fue el preámbulo a un cierre frenético, con un Alberto Puello que se quedó fuera de distancia con la zurda y un Sandor más certero con la derecha en una intensa y pareja batalla.
"Tuve problemas en los primeros asaltos, empecé mal, pero luego pude mantener el ritmo. La capacidad de ir de menos a más me llevó a la victoria", señaló el dominicano al final de la contienda.
Por su parte, Sandor Martín aseguró este domingo que no bajará los brazos hasta conseguir su objetivo de ser campeón del mundo. "Sentí que gané esta pelea, pero yo no soy parte de los jueces y claramente ellos lo vieron de una forma distinta. No sé qué me falta, pero no estoy por bajar los brazos", afirmó el púgil barcelonés.
Sandor Martín (Barcelona, 1993) dio su primera hostia oficial cuando apenas tenía seis años. Lo tuvo que hacer en Francia, donde el reglamento para los deportes de contacto en categoría infantil estaba más desarrollado. Desde entonces, son 25 años ininterrumpidos (o casi) zurrando contrincantes con mayor o menor suerte, más lo primero que lo segundo, en el cuadrilátero. "El boxeo es mi ADN, me entra por las venas 24/7 y lo voy a llevar hasta el día que me muera, es mi gran amor", apunta el púgil a EL MUNDO.
Un amor interrumpido durante más de un año por circunstancias y cancelaciones extrañas. "Hay gente que se podría haber venido abajo con la espera, pero yo me lo he tomado con filosofía, paciencia y resiliencia y ahora a por el objetivo", revela. En diciembre de 2023, Sandor mandaba a la lona a Marcouchi en el cuarto asalto en su último combate oficial. Era la victoria 42 de su carrera, pero sería una de sus tres derrotas, la que sufriría contra Teofimo López en Nueva York un año antes, la que le colocaría como aspirante al campeonato mundial de superligero en junio de 2023. "Ahora ya sé cómo respira Nueva York y puedo hacerla bailar a mi son", cuenta el boxeador sobre aquel combate en el que el mundo del boxeo coincidió en que le robaron.
Así, más de dos años después de esa derrota por decisión dividida y casi uno y medio desde su último duelo en el ring, el púgil catalán aspira esta madrugada del sábado al cinturón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en categoría superligero. "A veces da vértigo soñar tan alto porque los sueños se cumplen y estoy muy cerca de hacerlo", apunta sobre su duelo contra el imbatido Alberto la Avispa Puello (23-0-0) en el que vivirá los "45 minutos más importantes de su existencia". "A día de hoy vivo por y para esa pelea", añade.
El cinturón de la CMB en disputa.David RamirezAraba
Quizás se podría decir que Sandor nació para ese combate o al menos, para momentos como este. Hijo de un entrenador de boxeo y de una propietaria de una tienda deportiva, el camino hacia los guantes parecía estar marcado desde niño. "Jamás lo hice obligado, pero sí condicionado por ser el negocio familiar y luego, a base de trabajo y constancia, sin ningún secreto, se me dio bien", afirma el actual campeón de Europa desde 2019 tras vencer a Andrea Scarpa en Barcelona y haber defendido su título con éxito en dos ocasiones.
Fue bajo la estricta batuta de su padre, Rafa, propietario del gimnasio KO Verdún y actual entrenador, el que le mantuvo enfocado en el colegio, en una vida ordenada, alejado de malas compañías y centrado en una filosofía de trabajo y disciplina aplicada al deporte y a la persona que es a día de hoy. "Si lo miramos con perspectiva, pues creo que la inversión ha sido positiva", admite el boxeador.
Martín guantea con su padre.David RamirezAraba
Sandor es y siempre ha sido un tío tranquilo, pese a que su rápida zurda en el cuadrilátero dé la impresión de ser la mordedura de una víbora. El boxeador catalán dice haber siempre evitado los problemas y hace poco reveló cómo, en un intento de atraco en Barcelona, prefirió correr a enfrentarse a su agresor. «Tijera contra puño, gana tijera», bromea sobre una situación que, por desgracia, se está volviendo más habitual en su ciudad. De hecho, el púgil critica las políticas que permiten que haya más delincuencia en la capital catalana y le preocupa por el futuro que vaya a vivir su hija de 18 meses.
Un bebé que llegó casi cuando fue nombrado aspirante al título mundial y que ha visto a su padre más veces en el gimnasio que en casa. Es su mujer y su familia quienes se ocupan de ella para que Sandor pueda estar centrado. "Yo, muy agradecido y ahora toca devolvérselo con una victoria", apunta sobre la dureza del largo campamento que ha tenido que afrontar para esta cita, casi siete meses, y de la importancia del descanso como pilar para una buena preparación física. "No es lo mismo dormir ocho horas que cuatro y cuatro y levantarte tres veces", y añade con media sonrisa: "Si por no haber dormido te llevas cuatro hostias, la cosa se complica". Como reafirma el púgil, perder un partido para un futbolista es un daño menor a perder un combate, ya que en el boxeo no suele haber segundas oportunidades.
El púgil catalán practica con el saco.David RamirezAraba
A él le va a llegar la suya algo tarde, 31 años, la misma edad con la que se hizo con su primer título mundial Javier Castillejo, el Lince de Parla. Fue en 1999, una época en la que el boxeo no tenía que competir contra la pujanza mediática de las MMA y la figura de un Ilia Topuria que es un fenómeno planetario. "El boxeo es un gigante dormido", explica Sandor sobre un deporte que dice que sólo en Cataluña realiza más veladas que las Artes Marciales Mixtas en toda España. Pide más transparencia y un cambio en su estructura para devolverle el brillo de antaño.
Y eso él lo conoce bien porque además de deportista de élite también es promotor de combates de boxeo con su empresa Barcelona Boxing Nights y colabora con Ibai Llanos en la organización de La Velada del Año. Asegura que mucha gente se apunta a gimnasios enganchados por los eventos del streamer y que hoy se dedican al boxeo. Además, afirma que este tipo de eventos ayuda a eliminar la "estigmatización" que, dice, vive hoy el deporte que se lo ha dado todo.
El bucal que llevará el boxeador en la pelea con Puello.David RamirezAraba
Le queda subir un escalón más, el que le convertiría en el Guerrero numero 13, es decir, el decimotercer campeón mundial español masculino. Hay 15 entre los dos sexos. Será en Brooklyn, un lugar que estará más con Puello, pero en el que no espera ninguna encerrona. "Siempre me ha motivado pelear fuera, el ambiente hostil y la gente en contra es como más a gusto me siento", apostilla un boxeador que esta madrugada no duda que volverá a España con el título de la CMB de superligero en su cintura.
La primera vez que se subió a un ring, Andrea Lasheras (Barcelona, 1994), temblaba. «¿Qué hago yo aquí? No vuelvo a hacer esto jamás». Cuando se bajó, la plenitud le recorría: «No lo cambio por nada del mundo». El golpe más fatídico en el boxeo es aquel que no se ve venir. También en la vida. A Andrea, púgil por vocación, estudiante de arquitectura y mosso d'esquadra en el Raval, le aguardaba un gancho de los que tumban a gigantes. Un control rut
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No era el más guapo, tampoco el más delgado, pero quizás sí era uno de los más altos y, también, uno de los púgiles más talentosos de los últimos años. Tyson Fury (Wythenshawe, 1988) dice adiós al mundo del boxeo con un escueto mensaje en redes sociales con sorpresa final.
"Hola a todos, seré breve y dulce, quiero anunciar mi retirada del boxeo", comenzaba Fury su discurso en un vídeo colgado en todas sus redes. "Ha sido increíble, he disfrutado de cada minuto", continuaba para luego soltar la bomba: "Dick Turpin, llevaba máscara".
Esta última sentencia, que hacía alusión al famoso ladrón y salteador de caminos británico del siglo XVII popularizado por una novela un siglo más tarde, hacía referencia a lo que él consideró que fue un robo por parte de los jueces respecto a su última pelea ante Oleksandr Usyk en Riad.
Más allá de esa reivindicación, que repitió tras el combate pese a que la decisión de los jueces fue unánime (116-112) e incluso la Inteligencia Artificial, que se usó también en la velada, dio incluso más ventaja al ucraniano (118-112), la carrera del Rey Gitano es histórica.
En sus 36 años le dio tiempo a ser campeón de los pesados en dos ocasiones tras vencer a Wladimir Klitschko y a Deontay Wilder. La saga de tres peleas ante el Bombardero de Bronce pasará a los anales de la historia del boxeo. Y, aunque el mundo esperaba un nuevo episodio con Joshua, que nunca se pudo producir por la derrota de éste ante Dubois, parece que ese duelo de las islas no se va a producir.
También se ocupó de autodestruirse y de reconstruirse. De pasar de necesitar el alcohol y la cocaína, de ser condenado por tomar anabolizantes, de pensar en el suicidio... a hacer dieta, a ejercer de padre de sus siete hijos, los cuatro varones con Prince (Príncipe) de nombre porque él es el Rey, y a volver a ponerse en forma para asombrar de nuevo al mundo del boxeo.
Entonces llegó la rivalidad con Usyk, el primero que puso una derrota en su casillero. Y también la segunda... Con el que volvieron a ennoblecer el noble deporte del boxeo, en los últimos tiempos, algo opacado por la irrupción de las artes marciales mixtas. Y con el que protagonizó también dos combates que pasaran a la historia de este deporte.
En su primera derrota rozó el ko en el noveno asalto, pero las cuerdas le salvaron de caer y su enorme resiliencia, la que ha demostrado durante toda su carrera, hizo el resto. En la segunda, no tocó la lona, pero tampoco fue capaz de dominar a un ucraniano que ya está entre los mejores boxeadores de la historia.
Segunda retirada
Esta es la segunda vez que el gigante británico anuncia su retirada del boxeo. Ya lo hizo en 2022, pero en aquella ocasión fue tras vencer a Dillian Whyte. Volvería seis meses después hasta que el ucraniano le puso las dos derrotas en su cartilla de 34 (24 por ko)-2-1.
El promotor de Fury, Fran Warren, explicó a la BBC que él no había hablado con Fury de esto, pero que su última intención es "influenciar su decisión". "Si es lo que quiere hacer, genial. Ha hecho todo lo que tenía que hacer. Probablemente ha sido el mejor peso pesado británico de su generación de largo. Dos veces campeón mundial y dos derrotas ajustadas con Usyk. Tiene dinero de sobra, cabeza, una familia encantadora... Que Dios le bendiga y que disfrute."
El pasado 18 de mayo, el ucraniano Oleksandr Usyk le hizo un favor estético al boxeo al derrotar a un gigante adiposo, el británico Tyson Fury. Se unificaba así el título de los pesos pesados con los cuatro cinturones de los organismos que rigen "el noble arte": la Organización Mundial (WBO por sus siglas en inglés), el Consejo Mundial (WBC), la Asociación Mundial (WBA) y la Federación Internacional (IBF). Un laberinto. Un jeroglífico. N cachonde
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