Dani Olmo, el ‘jugador número 12’ que viste el traje de Cesc Fàbregas

Actualizado Domingo, 7 julio 2024 - 23:19

El 15 de noviembre de 2019, Dani Olmo debutaba como internacional absoluto en Cádiz. Morata le dio la alternativa a un chico de 21 años que jugaba en el Dinamo de Zagreb y que ese día llevó el dorsal 12. Como si fuera una premonición. Cinco años después, Olmo partía en esta Eurocopa de Alemania como el jugador número 12, ése al que los entrenadores no se atreven a dar la titularidad pero acaba siendo imprescindible. Con España brillando en una Eurocopa, el último que vistió ese traje fue Cesc Fàbregas y Olmo recoge ahora el testigo. Además, ambos fueron el 'primer suplente' llevando el 10 a la espalda.

Para Luis de la Fuente es uno de sus incuestionables desde que lo llamó para la Sub-21 cuando andaba emigrado en Croacia. Sin embargo, su hueco en el campo se lo tuvo que pelear con Pedri desde su recuperación y el canario había ganado la partida de la titularidad hasta el pasado viernes. El debate lo zanjó Kroos con una entrada que deja al jugador del Barça fuera de la Eurocopa y le abre las puertas del once al jugador del Leipzig. Él ya estaba a punto de derribarlas.

Asistió a Ferran ante Albania en el único partido que fue titular, redondeó la victoria frente a Georgia en octavos saliendo desde el banquillo y, ante Alemania, en un partido que marcará su carrera, marcó el gol que ponía en ventaja a España y puso el centro perfecto para el remate de Merino. Con esos números, el parecido con el papel que jugó Cesc en 2008 se multiplicó. De hecho, ambos son los jugadores de España que más goles han marcado saliendo desde el banquillo en una fase final.

En aquella Eurocopa de Luis Aragonés en Austria y Viena, el jugador 12 fue el entonces jugador del Arsenal, también con 21 años. Entre Xavi, Silva, Xabi Alonso, e incluso Fernando Torres, se fue colando en los planes del técnico de Hortaleza hasta el punto de que acabó lanzando el decisivo penalti ante Italia que metía a España en semifinales a pesar de no haber tirado uno desde los 15 años. Antes ya había marcado su primer gol en el torneo para cerrar la goleada a Rusia del primer partido. Con minutos en todos los encuentros, Cesc acompañó a Marcos Senna y Xavi en el once titular de la final ante Alemania para después ser sustituido por Xabi Alonso.

Cesc marca el penalti de los cuartos de final ante Italia en 2008.

Cesc marca el penalti de los cuartos de final ante Italia en 2008.AFP

La calidad y la confianza de Cesc le llevó también a ser imprescindible en la convocatoria de Vicente Del Bosque cuatro años después y a volver a contribuir con goles y su seguridad en el lanzamiento de penaltis. Marcó en los dos primeros partidos, luego tiró en la tanda de penaltis frente a Portugal en semifinales y fue titular en la goleada a Italia. El ahora entrenador del Como recién ascendido a la Serie A no duda en ver similitudes entre aquella selección y la que tendrá que vérselas con Francia mañana en las semifinales. Existirá la duda de si, en caso de que el pase a la final se decida desde los once metros, Dani Olmo lanzará. Sería una forma de sacarse la espina del fallo ante Donnarumma en la Eurocopa de 2020.

Lo que sí es una certeza es que Olmo estará en el equipo titular de De la Fuente. Sin saber que perdería a Pedri horas después, el seleccionador lo dejó claro antes del duelo ante Alemania: «Está preparadísimo. Cambiará el nombre del jugador, pero no la idea». Ese nombre será el de Olmo que, ahora sí, pasará del 12 al 10.

La estrategia de penaltis para la “resiliencia de Inglaterra” y la autodefensa de Southgate: “No todo es puro fútbol”

Actualizado Domingo, 7 julio 2024 - 13:37

Sonaban los primeros acordes de Under Pressure [Bajo presión] de Queen y Bowie sin llegar a la estrofa que podía reflejar lo que pasaba por la cabeza de Gareth Southgate: ¿No podemos darnos una oportunidad más? Todo el fondo inglés del estadio de Düsseldorf se temió lo peor durante algunos segundos. Inglaterra no gana una tanda de penaltis en una Eurocopa desde que lo hizo ante España en 1996, cuando acertó los cinco. Y después sólo lo repitió frente a Colombia en el Mundial de 2018, donde rozó la final. Aquel equipo que también dirigía Southgate no sufrió tanta crítica, porque no tenía a seis jugadores campeones de Champions en once ni preparaba con tanta meticulosidad lo que no es una lotería. Nada de lo que ocurrió desde que el colegiado Orsato decretó el inicio de la segunda parte de la prórroga fue casualidad. Menos aún cuando quedó claro que la clasificación se iba a decidir desde los once metros.

Esta Inglaterra tiene un fútbol ramplón, incapaz de hacer lucir el talento de sus futbolistas que incluso, por momentos, se han estorbado en el campo, y es muy conservadora. Eso es lo que quiere su entrenador, es su plan. No arriesga pero avanza y está en semifinales, a un paso de una final que nunca ha jugado lejos del territorio británico. Sufrió más de la cuenta, pero quedó primera de grupo y se garantizó un camino fácil, aunque acabara con prórroga ante Eslovaquia y penaltis con Suiza. Para Southgate es el camino correcto para ser campeón: agarrarse a todo lo que sea necesario para sacar el resultado. Eso implica cualquier aspecto que pueda dominar.

"No todo es puro fútbol. No siempre lo hemos hecho bien, pero hemos demostrado una resiliencia que tienen otros equipos que han ganado torneos como Italia, España o Francia. Ya tenemos otros atributos", argumentó tras el partido. "Con Inglaterra era habitual empezar bien, avanzarse en los primeros minutos, y luego caer. No éramos inteligentes. Este grupo es diferente", añadió. Esa diferencia es que duerme los partidos, "con posesiones más largas", que si bien no generan daño al rival, impide que se lo hagan. Y también que prepara en sigilo otros aspectos determinantes.

A esa teoría, que enerva a los seguidores, se va a agarrar hasta el final el seleccionador, que lanzó al campo su artillera durante la prórroga pero lo hizo manejando a la vez la tanda de penaltis que se avecinaba. Es una rutina ensayada y pulida durante los últimos años, sobre todo desde el varapalo que fue perder la final en Wembley después de que Pickford parara dos penaltis.

Esta vez estaba todo medido. Southgate había consultado con su asistente una carpeta con información para elegir a los lanzadores. Antes, en los instantes finales, había tenido que renunciar a Harry Kane, pero había puesto en el campo a Toney, un especialista que ni mira la pelota en el golpeo. El resto serían Palmer, Bellingham y Saka, para acabar con Alexander-Arnold. Todos ellos tienen un porcentaje de acierto que roza el 90% cuando la media de un buen lanzador se cifra en el 75%.

Finalizada la prórroga, sólo reunió en una piña a los lanzadores y a los que acabaron sobre el césped pero no estaban designados: Rice, Shaw, Walker y Stones. A ellos les correspondía el papel de 'padrinos' de cada lanzador, el encargado de darles ánimo y felicitarles. Walker lo hizo con Palmer, Shaw con Bellingham, Stones con Saka y Rice con Toney. Lo necesiten o no, ése es su papel. El resto de jugadores esperaban en la banda a que el seleccionador forjara ese respaldo.

Nadie más tomó la palabra. No hubo preguntas ni consultas. Esa muestra de que está al mando y le siguen le ha dado crédito entre algunos críticos como el mítico Alan Shearer, comentarista de la BBC, que elogió su forma de anticiparse a los penaltis ya con los cambios: "Hizo que pareciera fácil".

Mientras, Pickford era aleccionado por el árbitro para que no hiciera su habitual teatrillo de distracción y repasaba la estrategia de lanzamiento de los rivales que lleva siempre en su botella. "Estaba mentalizado para parar uno, es lo que quería", confesaba después. No es una novedad, sólo se ha perfeccionado pasando del papel que entregaban a los porteros, difícil de manejar con guantes, a imprimirlo en la botella. Además, le funciona. Con el Everton ya había adivinado este año el tiro de Bobby Reid para el Fulham en cuartos de final de la EFL Cup. No todo es puro fútbol.

La ‘chuleta’ de Pickford y el descaro de Saka dan a Inglaterra el premio de ser semifinalista desde el punto de penalti

Actualizado Sábado, 6 julio 2024 - 21:17

El lanzamiento de penaltis es una suerte que manejan los futbolistas con buen pie y a Inglaterra le sobran. Da igual que sean incapaces de encontrarse en 120 minutos, de generar desequilibrios incluso de mostrar su calidad. Cuando llega el momento de la vida extra, esa que da la tanda, aparecen. Inglaterra está en semifinales por no haber errado sin que Kane ni Foden estuvieran entre los lanzadores. Sí Bukayo Saka, quitándose la losa que ha arrastrado tres años después de ser el mejor de una seleción mediocre a la que, si no es porque Pickford, con su chuleta de lanzadores pegada en la botella, busca el error de Akanji, Suiza habría plantado cara como hizo durante todo el partido, sometiendo por momentos a los Three Lions. [Narración y estadísticas (1-1, 5-3)]

Ver jugar a los ingleses no te impide dar una cabezadita a la hora de la siesta. Sólo las carreras de veloz Saka pueden sobresaltar, porque el resto es sopor. Superó los sustos en la fase de grupos, jugó con fuego ante Eslovaquia y sólo en esa prórroga agónica volvieron a aparecer los galones de Bellingham y, por primera vez, los de Kane. Es como si en la locura del arrebato se desatara un desorden que libera el talento. Olvidarse de la música para bailar sólo a ritmo de tambores. Incluso eso tardó en ocurrir ante Suiza.

Southgate mantiene a su equipo bien atado, por más que vaya cediendo a algunos cambios para calmar las críticas y, sobre todo, buscar soluciones para no salir por la puerta de atrás. La apuesta por Mainoo ha aparcado los experimentos y dado equilibrio a la medular, pero mientras Bellingham sigue acostándose a la izquierda y buscando cómo encontrar su lugar para romper hacia el área. Foden fue durante todo el partido una sombra.

Juego lento y conservador

Suiza es un equipo ordenado que conoce al dedillo el plan de Murat. No se desespera y busca la velocidad que tiene en la bandas y en Embolo. Su única laguna fue la banda izquierda, donde Saka se colaba una y otra vez por el agujero que dejaba Ricardo Rodríguez sin que Aesbischer fuera capaz de taponarlo. Ese era el mayor peligro de los pross, que siguen atascados. Tanto que hasta Mainoo se animó a avanzar hacia el área hasta estrellarse contra el muro de Akanji. Poco a poco Suiza, a pesar de que Xhaka andaba a medio gas, fue cogiendo vuelo. Comenzaron a aparecer Freuler y Vargas para surtir a Embolo. Los suizos que llenaron el fondo del estadio, a quienes alienta su entrenador antes del arranque, son un reflejo de lo incansable que es su equipo en el campo.

Enredados los ingleses, sólo buscaba la punta de la madeja el jugador del Arsenal. Un juego lento y conservador provocó que los suizos volvieran tras el descanso dispuestos a dar un paso adelante. Se estiraba Ricardo Rodríguez para buscar a Embolo en el segundo palo en su batalla con el villano Konsa, nutría Akanji de balones en largo a Ndoye y Vargas se lanzaba al uno contra uno. Murat había metido piernas frescas en el campo y ese atrevimiento provocó que en el minuto 69, Kane tuviese que sacar un balón en su propia línea de fondo.

Antes de que Inglaterra intentara espabilar, se vio con un gol en contra. Schär buscó en profundidad a Ndoye para romper a Trippier y poner un balón al segundo palo que rebañó Embolo. Acababan de sonar las trompetas para los Three Lions.

Pickford consulta las anotaciones en su botella.

Pickford consulta las anotaciones en su botella.Dean Mouhtaropoulos

Southgate movió el banquillo para intentar aguantar unos días más su trabajo. Por eso hizo debutar a Luke Shaw, y mandó al césped a Eze y a Cole Palmer para empujar a los suizos, que se dejaron de manera involuntaria. Antes de que alguno tocara la pelota, Saka se escapó, recortó para verse en el pico del área y armar un zurdazo que ni vio Sommer hasta que recogió del fondo de la red. Era el primer disparo de Inglaterra entre los tres palos de todo el partido. Sobrevivía en el minuto 80 para jugársela, otra vez, a cara o cruz.

Cantaban sus gradas al inicio de la prórroga, pero apenas sirvió. Un cañonazo de Declan Rice y un doble disparo de Bellingham que atrapó Sommer en la primera parte de la prórroga. Suiza quiso apretar a Pickford y lo hizo. Shaqiri buscó el gol olímpico que se estrelló en la escuadra, Amdouni armó un zurdazo que obligó al meta inglés a vestirse de salvador antes de tiempo y el rechazo a punto estuvo de aprovecharlo Widmer. Los penaltis no parecían un mala manera de intentar ganar vida.

España tira del banquillo de la ‘familia’ ante Francia: “No me van a fallar”

Actualizado Sábado, 6 julio 2024 - 03:09

Cuando Wirtz empató en el minuto 89 para forzar la prórroga en Stuttgart, todo el estadio recontó los jugadores que España tenía sobre el campo. Se había marchado la irreverencia de Nico Williams y Lamine Yamal, también Le Normand amenazado con una amarilla y Carvajal se tenía que manejar con cuidado porque cargaba con otra. Ante el arrebato al que se alentaba desde la grada, España tenía que responder con los jugadores a los que De la Fuente les había confiado el partido tras mirar al banquillo. Todos le respondieron para volver a demostrar que la fuerza de la familia que han creado. Ahora le reto es repetirlo ante Francia. "No me van a fallar. Voy a muerte con ellos y ellos conmigo", no dudó en proclamar Luis De la Fuente.

Es ahora cuando más se va a mirar al banquillo. España llegará a las semifinales sin algunas de las piezas más valiosas para el entrenador, pero con un rendimiento extraordinario de quienes no han conseguido aún hacerse un hueco en el once. Un dato apuntala este argumento: un tercio de los 11 goles marcados por España los han conseguido jugadores que partían como suplentes.

Es el caso de Dani Olmo. Marcó para cerrar la goleada ante Georgia y ayer no sólo volvió a hacerlo para abrir el marcador, sino que de su bota salió el balón que Mikel Merino cabeceó en el 119 con una plasticidad que deja una imagen para la historia. Se convierte así el futbolista aún de Leipzig en el máximo asistente de la historia del torneo en su fase eliminatoria al haber hilvanado cuatro goles. Pero, además, el tanto de ayer le permite igualar a Cesc Fábregas como el jugador de España que más goles ha marcado sin ser titular.

Ante Francia, Olmo estará entre los once que escuchen el himno junto al colegiado porque el debate abierto entre el catalán y Pedri se lo zanjó a De la Fuente Toni Kroos. Una entrada lesionó al canario en los primeros minutos y dejó el estadio con la rodilla vendada y cojeando. Ninguno de sus compañeros le da por descartado, pero el primer diagnóstico de esguince lateral interno no es positivo, y menos cuando quedan tres días para el partido.

Tampoco podrá jugar Carvajal, que provocó su expulsión en el último instante del duelo como sacrificio para asegurar la clasificación. Eso supone que Jesús Navas será quien ocupe la orilla derecha por donde suele moverse Mbappé. El capitán del Sevilla, el hombre más veterano de esta selección, campeón de Europa con 55 partidos a sus espaldas, tiene muy claro su papel. Sólo jugó como titular ante Albania y aguantó los 90 minutos con molestias en el pie para proteger a Carvajal, apercibido de sanción. En los octavos jugó nueve más y ante Alemania tuvo escuchitas con De la Fuente y fue uno de los primeros que lanzarse al festejo sobre el césped. El martes estará preparado.

Otro que podrá jugar en Munich Le Normand. Vio una tarjeta que provocó que se quedara en el vestuario en el descanso y que no se enfrente a su país de origen. Nacho, que acabó con molestias, tendrá que ser la pareja de Laporte. El ex capitán del Real Madrid, subido al carro de esta selección en el último momento, fue titular ante Croacia y después cedió su lugar a Laporte. Era la idea del seleccionador, que se vio reforzada por unas molestias. Su experiencia le gana la partida a Vivian, el cuarto central de España.

La falsa amarilla de Morata

La dificultad podía haber sido mayor si, como se temió durante algunos minutos, Álvaro Morata hubiera visto una amarilla en el banquillo durante los últimos instantes del partido cuando todos los futbolistas invadieron el área técnica. Así apareció en algunas estadísticas. "No, no puede ser. Si me ha sacado tarjeta tenía que haberlo hecho a todo el banquillo de Alemania", se lamentaba en la zona mixta antes de que le confirmaran que no, que no está sancionado y podrá jugar la semifinal.

Y es que en los minutos tras el gol de Alemania hubo mucho tumulto tras el banquillo de España, incluso hubo un mareo de la madre de Oyarzabal por la tensión del que pronto se recuperó. Y el segundo de Nagelsmann se encaró varias veces con De la Fuente. Todo lo apaciguó el tanto de Merino. "Ha sido un pedazo de gol, probablemente por el minuto y la importancia, el gol de mi vida", reconocía Merino. Había logrado algo extraordinario el navarro. 33 años antes, cuando ni siquiera había nacido, su padre, Miguel, marcaba el 2-3 de para darle la victoria a Osasuna ante el Stuttgart y el pase a los octavos de final de la Copa de la UEFA. Era 1991 y el padre de Merino lo celebró girando sobre el banderín de córner. Ante Alemania su hijo tuvo la cabeza fría de recordar esa celebración y repetirla en el estadio donde fue, por primera vez, internacional absoluto. "Me he duchado rapidísimo porque quería ir a la grada a ver a mi familia y a decirle a mi padre que ya no podrá recordarme más que él marcó en Stuttgart", admitía el jugador muy feliz, consciente que para eso está en esta selección, en el once o en el banquillo, sin rechistar. La familia, siempre lo primero.

De la Fuente, sobre la dureza alemana: “¿Qué quieres, que te den besos? Esto es fútbol”

Actualizado Viernes, 5 julio 2024 - 21:59

«¡Qué equipazo tenemos!». Es lo único que el aliento le permitía decir a Dani Olmo cuando escuchó el silbato del árbitro y España estaba en semifinales de la Eurocopa. Tenía ganas de ser titular, de demostrar en Alemania, en un estadio familiar, que puede catalizar el ataque de la selección. Le tocó hacerlo por una desgracia, pero enseñó, una vez más, de lo que es capaz. Marcó el primer gol, apretó los dientes y en el 119 de la prórroga puso un centro a la cabeza de Merino para echar al anfitrión por primera vez en la historia de la selección y jubilar a Toni Kroos. El castigo para el alemán por haber lesionado a Pedri nada más comenzar el partido.

Del canario se acordó el primero quien salió para sustituirle. «Es el campeonato de todos. Esperemos que lo de Pedri sea sólo un golpe. Esta victoria es para él y vamos a por las semifinales», aclaró en plena recuperación. «En las últimas jugadas, cuando el cuerpo no puede vas con el corazón», admitió. "Estoy muy orgulloso de este grupo, nunca me falla", avanzó Luis de la Fuente en la rueda de prensa, antes de dejar una frase para la historia. Le preguntaron sobre la dureza alemana, especialmente en esos primeros minutos. "Yo jugué al fútbol en los 80, mirad las entradas que había ahí. ¿Qué quieres, que te den besos? Esto es fútbol", cerró.

También estaba «muerto» Mikel Merino, que marcó en su territorio. En Stuttgart debutó como internacional y ha emulado en unos cuartos de final a su padre, que marcó en Copa de la UEFA con Osasuna. «Este estadio tiene algo especial para nosotros», admitió.

Tampoco se olvidará Pedri de este duelo ante Alemania. Seis minutos estuvo en el césped. Una dura entrada de Kroos le provocó un esguince lateral interno en la rodilla izquierda que, pasara lo que pasara, le obliga a decir adiós a esta Eurocopa. Las lágrimas del canario fueron un golpe emocional para la selección. De la Fuente se había decantado por mantenerlo en el once y sobre él se volcó Kroos, que antes de la lesión ya le avisó con otra entrada de que no le iba a conceder ni un metro. Anduvo sobreexcitado el alemán, que también le despachó un pisotón a Lamine Yamal que el colegiado inglés Anthony Taylor tampoco castigo con amarilla.

La piña con Pedri

Su salida del campo noqueó durante algunos minutos a los jugadores españoles, que tardaron en recuperar la tensión. Desde el banquillo saltaron a arroparle y cuando se marchó al vestuario para valorar el alcance de la lesión, comenzó una peregrinación. Raya, Merino, Fermín, Ferran... todos con el permiso del seleccionador fueron a arropar a su compañero, que pudo ver con la rodilla inmovilizada la segunda parte desde el banquillo.

No era el guión que había dibujado la selección, aunque Olmo cumplió a la perfección su papel, marcó y España puso contra las cuerdas a una Alemania contundente que nadó contra corriente. «No han sido juego sucio», aclaró Unai Simón, que cuando llegó el gol de Merino tenía la mente en los penaltis. «Era imposible no hacerlo. Miraba que estaba Kross, Müller...», explicó.

Grandes tiradores y una grada entregada. El 80% del Arena de Stuttgart era blanco, el resto un rojo que quería ser animoso, pero le costaba hacerse escuchar. Lo intentaron, pusieron una bandera de Haro, el pueblo del seleccionador, en el banquillo y una camiseta con el número 3 que lucía el seleccionador, como lateral izquierdo, en sus tiempos de corto. Alentaron, pero el rugido alemán estalló con el gol de Wirtz casi con el tiempo cumplido.

La grada plagada de leyendas

En la grada sufrieron los ex internacionales como Pujol, Gerard Piqué, a pie de césped durante el calentamiento, Iker Casillas o Dani Parejo, que se fundieron con los aficionados durante toda la mañana, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que viajó a Stuttgart junto a la ministra de Deportes, Pilar Alegría. Vivió junto al canciller alemán Olaf Scholz estos cuartos de final en un estadio mítico para la Mannschaft porque en él disputó el primer partido tras la Segunda Guerra Mundial y también como selección reunificada.

Le pedía el jefe del Ejecutivo español a la selección que fuera «fiel a la verticalidad y al ansia de balón que hemos tenido hasta ahora». Sánchez no coincidió con Pedro Rocha, a quien la UEFA otorga la máxima representación de España y estuvo junto a Ceferin. Apenas un saludo protocolario entre ambos. Después Rocha se lanzó al césped a festejar con el seleccionador y los jugadores la clasificación para semifinales. Mientras, Nico y Lamine bailaban con la grada. Habrá una tarde de juegos más.

Alemania y España frente a sus propios espejos: “No hay nada mejor para el fútbol”

Actualizado Jueves, 4 julio 2024 - 21:22

Un cruce en cuartos de final que llega antes de tiempo. Si hay dos selecciones contundentes, eficaces y cuyo fútbol se ha alabado en esta Eurocopa son España y Alemania. Nadie duda de ello. Con matices en su estilo, ambas han caminado con paso firme y una igualdad que les hace mirarse en el mismo espejo y que tiene que romperse en este partido. «Será igualado, al 50%. Son dos equipos de nivel similar, muy alto. No hay nada mejor para el fútbol», advirtió Gündogan. No lo ve diferente Carvajal.

Aunque el juego y los resultados de España den a la selección una pátina ofensiva, Alemania ha marcado un gol más (10), tiene a uno de los máximos goleadores, Musiala (3), y al jugador que más dispara a puerta, Havertz (15). En todas estas estas estadísticas, después hay un español: Fabián. Gana la selección en asistencias, que lidera Lamine Yamal, y en forzar a los porteros a hacer paradas (10). Sin embargo, y pese a la sensación de que Alemania es un equipo más compacto, los españoles ganan más duelos y recuperan algunos balones más, aunque sólo Cucurella (22) aparece en esta lista lejos de Rüdiger (33).

Hombre por hombre, la igualdad se rompe por detalles. En la portería, Neuer ha tenido más trabajo que Unai Simón, pero el vasco ha parado un penalti y ha encajado un gol menos. Ambos han tenido que superar un tanto en propia puerta. La experiencia aparece en el lateral derecho con Kimmich y Carvajal. Aunque la versión del alemán es más ofensiva en cuanto a pases buscando el área y a disparos a puerta (5), el madridista lleva un gol y 100 minutos menos a la espalda.

Más han jugado Rüdiger y Le Normand. Los dos han marcado, en su propia portería y su impacto en el inicio del juego es similar. La diferencia es la contundencia defensiva del central alemán, que ha recuperado casi el doble de balones. También presentan números similares Tah y Laporte con una diferencia: el español saca más el balón y tiene mayor incidencia en las acciones a balón parado, que le han llevado a sumar tres remates en los tres partidos. Entre Mittelstädt y Cucurella, el catalán es más expeditivo en labores defensivas y un complemento perfecto para Nico.

Donde España toma ventaja es con Rodri en comparación con Andrich. «Es el mejor pivote del mundo», admitía Gündogan antes de que reconocer que tienen un plan para incomodarle: «No puedes anular a ese jugador 90 minutos, pero tenemos herramientas para complicarle la vida y crearle dudas». El madrileño es más veloz, abarca más campo y participa mucho más en todas las facetas del juego de ataque, desde el lanzamiento de faltas al gol.

Equilibra de nuevo la balanza Kroos al medirlo con Fabián. «Si pudiera le ataría los pies, pero no creo que la UEFA nos deje», reconoció el seleccionador De la Fuente. El alemán domina mucho más la medular, ostenta el doble de posesión y acumula 43 kilómetros recorridos frente a los 34 del sevillano. Los valores defensivos caen de lado del alemán salvo en que ha sacado 28 córners teledirigidos al área pequeña, mientras que Fabián luce dos goles, una asistencia, 11 ocasiones y siete regates.

Los jugadores de Alemania, en el entrenamiento.

Los jugadores de Alemania, en el entrenamiento.M. MESSARAEFE

Se miden Gündogan y Pedri justo en el mejor momento del alemán, donde mejora en todo al canario menos en regates y recuperaciones de balón, un valor que destaca el trabajo gris que De la Fuente le pide a Pedri.

Las alas son decisivas en ambos equipos y el debate entre las parejas Musiala-Yamal y Wirtz-Williams es la comidilla. El extremo del Bayern ha tenido más suerte. Ha marcado tres goles de siete ocasiones mientras que Lamine ha probado 11 veces, se ha estrellado en el palo y le han hecho tres paradas. Le cosen a faltas (5) y bota saques de esquina, pero es algo menos veloz y regatea menos que el alemán. Aún así, asombra. «Tenemos que contrarrestarlo», advirtió Nagelsmann. «Hay jugador para una década», apostilló Gündogan.

Entre Nico y Wirtz, gana el español, tanto que podría jugar Leroy Sané. El navarro ha tenido más ocasiones (7, de ellas una al palo y otra al larguero), ha hecho intervenir más a los porteros y ha regateado tres veces más que el extremo del Leverkussen. Ahora en disciplina defensiva le gana el alemán.

Havertz como falso nueve está teniendo algo más de incidencia que Morata en goles (2), asistencias (1), regates (3) e incluso posesión del balón. Esta noche, sólo uno seguirá.

España, Francia y Eslovaquia: selecciones ejemplares que se salvan del ‘castigo’ de la UEFA

Actualizado Jueves, 4 julio 2024 - 21:17

Ni los saltos de aficionados al césped, ni las bengalas en la grada, ni los lanzamientos de objetos o las banderas y cánticos improcedentes van a quedar sin castigo en la Eurocopa de Alemania. La UEFA ha tomado nota y ha empezado a girar facturas a las federaciones por los incidentes registrados en la primera fase de la competición y los octavos de final. En total, las sanciones que se han impuesto ascienden a 1,3 millones de euros y alcanzan a todas las selecciones salvo tres: España, Francia y Eslovaquia. El comportamiento de sus aficionados, y de sus jugadores, en los estadios ha sido ejemplar hasta momento y acorde a las normas que marca el máximo organismo.

Croacia, Albania y Serbia serán las que más que tendrán que pagar, en concreto casi 400.000 euros, un tercio del total. Los croatas tendrán que hacer frente a la sanción más alta: 220.875 euros el comportamiento de sus aficionados en las dos primeras jornadas de la competición por encender bengalas, lanzar objetos al campo. Le sigue Albania con 171.375 euros que, además, vio cómo varios de sus seguidores saltaban al campo y exhibían mensajes políticos inadecuados. Por este motivo es tercera en el podio Serbia, que tendrá que pagar 166.625 euros. Las tres fueron eliminadas en la fase de grupos, no así Turquía y Suiza, también recibirán la factura de la UEFA, como Rumanía, Países Bajos, Austria, Polonia o Bélgica. Sólo España, Francia y Eslovaquia no han sido castigadas con pagos de, cómo mínimo, 7.750 euros, que es lo que afrontará Chequia.

Es llamativo el caso de la Federación de Alemania, a quien castiga no sólo por el comportamiento de sus fans sino por «no proteger el área de juego». Es decir, como coorganizadora, tiene responsabilidad en la invasión de los campos, especialmente en los partidos de Portugal ante Turquía y Georgia. Tendrá que afrontar 23.375 euros.

Inglaterra también tendrá que pagar por la frustración de sus seguidores. De los 12.500 euros, 10.000 obedecen a los «disturbios» durante los himnos nacionales en el partido ante Dinamarca (1-1), a los que se unieron lanzamientos de objetos (especialmente vasos) en el duelo ante Eslovenia que acabó con empate (0-0).

Ese mismo comportamiento penalizó a los escoceses, que se quedaron sin opción en las dos primeras jornadas pero se marchan con una multa de 9.000 euros.

La UEFA ha seguido escrutando los partidos de octavos, en lo que se han repetido incidentes como los castigados -en especial bengalas y lanzamientos- y lo hará en cuartos. Pero no sólo mira a la grada, sino también al césped.

El delantero de Albania Mirlind Daku fue sancionado, y no jugó ante España el último partido, por agarrar un megáfono en el duelo ante Croacia y alentar cánticos contra los macedonios y los 'serbios', enemigos de Croacia y Albania.

El máximo organismo europeo también anuncio que abría una investigación a Jude Bellingham por un gesto al banquillo de Eslovaquia tras su gol que podía interpretarse como un menosprecio. Sin embargo, aún no hay resolución.

La sonrisa de Kroos al futuro: un último partido, los sentimientos en un podcast y el aviso a España

Actualizado Miércoles, 3 julio 2024 - 20:08

Demasiada melancolía cuando lo que hay en juego es una semifinal de la Eurocopa, el penúltimo escalón para pelear por el título. A Toni Kroos no le importa. No se ha instalado en ella, pero está saboreando cada último momento. Sostiene a Alemania, no pierde la sonrisa y sigue alimentando lo que vendrá después. No deja de vivir con normalidad una 'jubilación' deseada.

Por eso es capaz de contar en el podcast que tiene con su hermano Felix la resaca emocional del duelo ante Dinamarca y de hacer bromas con Rüdiger además de prestarse a analizar con sumo respeto a España. Con un respeto que ha exigido a ex internacionales como Lehmann. Porque conoce bien a los jugadores a los que se va a enfrentar y porque puede ser adiós. En muchos momentos de su comparecencia pesó más lo último que lo primero, algo ante lo que otro tipo de futbolista hubiera torcido el gesto pero que él afrontó con una sonrisa.

Empezó por responder a Joselu, un español nacido en Stuttgart, con quien ha compartido vestuario y confidencias en el Real Madrid y que le quiere jubilar. "Ojalá el viernes retiremos a Kroos", había dicho minutos antes en el campo base de la selección. El alemán entendió el sentido de las palabras de su compañero. "Lo ha dicho porque quiere ganar, porque quieren estar en el semifinales y ganar el torneo. Me parece un comentario divertido. Yo intentaré que no sea así y creo que Alemania tiene muchas cosas para evitar que España pase. Será un partido excitante que creo que estará al 50% y que no será el último", apostilló.

El adiós es algo que tiene la cabeza e interiorizado, por eso habla con tanta naturalidad: "No me molesta, al contrario. Es una motivación muy grande poder alargarlo lo más posible, ojalá hasta la final. Pero es mi decisión y puedo vivir muy bien con ella. Si no estoy aquí hasta el final, así será, y estaré feliz sin el fútbol". Dejó claro que piensa dedicarse a sus tres hijos y a su academia. Al fútbol desde la barrera.

No ha tenido que hacer de espía sobre España. Son de sobra conocidas las virtudes de la selección, a quien no considera inexperta, como Lehmann. "No nos representa es un tío que siempre tiene una opinión diferente a los demás. Tienen Rodri, Morata, Nacho, Carva, todos tienen experiencia. No tiene razón", aclaró. Tampoco afeó que los españoles tengan confianza. "Me gusta. Es verdad que juega bien, pero ahora tienen que confirmar que son los mejores. Yo veo un partido 50/50 de dos equipos muy buenos que se va a decidir en detalles", explicó.

De España destacó a un Rodri al que admira, pero con quien no compite por ser el mejor en en el centro del campo. "Creo que él es más pivote y soy más un 8. Es uno de los jugadores más decisivos que hay, con España y con City. No se pone nervioso, siempre está calmando, nunca parece estar bajo presión... Es un jugador top, llamado a jugar para Guardiola".

También pone el foco el Lamine Yamal. "Tiene 16 años y es increíble la estabilidad y la confianza con la que juega. Es uno de los jugadores más peligrosos. Nos hemos enfrentado varias veces y es impresionante. Le hemos estudiado. España tiene muy buenos extremos, Nico también y debemos defenderlo entre todos para que no vuele libre como un pájaro", advirtió. Su reto es conseguirlo.

Gakpo y Malen desatan el vendaval de la ‘Oranje’ ante Rumanía para estar en cuartos

Actualizado Martes, 2 julio 2024 - 20:49

Países Bajos lleva mucho tiempo viviendo en la Eurocopa del recuerdo de lo que fue. En los Mundiales suele dejar su sello, lo hizo en Qatar, pero en el continente se baja de la pelea antes de tiempo. 24 años, seis ediciones del torneo, llevaba la 'Oranje' sin superar una eliminatoria, pero deshacerse de Rumanía fue un paseo. Aunque el marcador se mantuvo ajustado demasiado tiempo, los neerlandeses ya no encontraban más formas imaginativas de plantarse en el área rumana. De tanto insistir, llegó. Entre Gakpo y Malen, a quien Koeman sacó del banquillo tras el descanso, liquidaron a la selección de Iordanescu, firme en la fase de grupos, deshecha en el cruce de octavos. [Narración y estadísticas (0-3)]

No entraba Países Bajos en ninguna quiniela de candidatas a ganar la Eurocopa, pero puede que llegue a tiempo. Avanza por la parte cómoda del cuadro y, lo es que mejor, ha crecido con el paso de los partidos. Koeman ha encontrado la tecla y sus jugadores, construyendo desde una defensa hormigonada por Van Dijk, van encontrando los pasillos al área. En su debe ya sólo aparece el acierto, que sigue siendo pobre.

Rumania saltó al césped sin complejos y descarada, tratando de sorprender y darle un golpe de mano al duelo. De hecho pudo haberlo logrado Man con un disparo cruzado buscando la escuadra en la que, solo, voló desde la orilla derecha al centro del área par armar la zurda. Eso fue todo lo que lograron los rumanos. Porque inmediatamente después, las burbujas de su efervescencia desaparecieron y a los 20 minutos ya tenía el marcador en contra.

En las redes de Simons

Gakpo tiró de jerarquía para escaparse por la banda, regatear al lateral del Rayo Ratiu y golpear al palo corto ajustado al poste. No apareció el guardameta Nita para evitar el tercer gol del extremo del Liverpool. Desde ese instante, el partido ya tuvo un dueño sin que Rumanía fuera capaz de evitarlo. Fue como si se hubiera desatado un vendaval, aunque les dio tiempo a cerrar puertas y ventanas. Se sucedieron los ataques y los saques de esquina que, uno tras otro, no se convirtieron en gol.

Muy cerca lo tuvo De Vrij cuando, solo en el segundo palo, recibió la pelota telegrafiada por Memphis Depay. Tampoco es que pudiera abroncarle el delantero del Atlético, que tuvo ocasiones así de claras que tampoco mandó al fondo de la red.

Cuando Rumanía intentaba correr, caía en las redes de Xavi Simons o Schouten y de nuevo arranca un ataque neerlandés. Así toda la primera parte y pudo irse al descando con más ventaja si Simons no se hubiese enredado con la asistencia que le puso Dumfries al punto de penalti, sólo por querer acomodársela a su pierna diestra. La respuesta la tuvo Dragus aprovechando una recuperación de Hagi ante un, por una vez, confiado Van Dijk.

Simons centra de rabona ante Ratiu.

Simons centra de rabona ante Ratiu.AFP

Lo único que cambió tras el paso por el vestuario es que Koeman entendió que Malen le podía poner más picante en la derecha que Bergwijn. Convivir con Rumanía durante 45 minutos más con una ventaja tan corta exigía correr algún riesgo medido. No se equivocó. Malen acabó de redondear el partido más completo de Países Bajos en el torneo, pero costó.

20 saques de esquina

Depay la tuvo antes con un disparo tras una carambola en los defensas que salvó Stanciu casi bajo palos. De ahí no salía. Si en la primera parte los neerlandeses sacaron 10 córners, en la segunda fueron otros tantos. Uno de ellos lo mandó Van Dijk al palo. La descomposición del equipo de Iordanescu ante la mirada contrariada del mítico Gica Hagi en el palco. Nita evitó el segundo de Gakpo, que se recorrió a la carrera todo el campo para llegar a la frontal y armar el tiro que despejó el arquero. De ese córner también pudo nacer el tanto que buscaba, pero lo cazó en fuera de juego.

El partido estaba tan volcado que era cuestión de ir probando a ver cuándo la pelota volvía a entrar. Lo hizo, de nuevo, un desafortunado Depay, que tiró de picardía y, aprovechando que los rumanos no tumbaron a un hombre a los pies de la barrera, lanzó un libre directo rasito que rozó el palo corto. Otra vez la madera impediría aumentar la ventaja cuando apareció Veerman, renacido tras el varapalo ante Austria, para probar. Se acercaba el final y creían las oportunidades, también para Simons, que tampoco acertó. Pero Gakpo estaba empeñado en enterrar a Rumanía, por si se le ocurría resucitar.

Peleó hasta la línea de fondo con Dragusin, que se confió en que la pelota salía. No sólo se la ganó casi pegada al palo, sino que con el exterior le sirvió el tanto a Malen, que aparecía de segunda línea. La tarea ya estaba hecha, pero el jugador del Dortmund quería más. Aprovecharon el último empuje de Rumanía para cazarles en una contra. Robó Simons casi en su área, y lanzó a correr por la derecha a Malen para que amarrara los cuartos de final.

El fado de Cristiano: “Hasta la gente más fuerte tiene sus días. Esta es mi última Eurocopa”

Actualizado Martes, 2 julio 2024 - 13:54

El destino va dibujando para Cristiano Ronaldo una Eurocopa a ritmo de fado. Fatalista y sin brillo más allá del que como colectivo pueda conseguir Portugal. Eso genera en el astro una mezcla extraña de sentimientos que ante Eslovenia, tras parar Oblak el penalti en los últimos instantes de la primera parte de la prórroga, estalló en lágrimas. Cristiano Ronaldo, y no era la primera vez, se rompió.

Lo hizo en la Copa de Arabia tras perder la final y le volvió a ocurrir en el estadio de Frankfurt. Se tapó la cara, acudió Diogo Dalot a arroparle y consolarle, pero cuando Roberto Martínez daba instrucciones en el rondo, vio a su madre en el palco y no pudo contener los sollozos. Otra vez Dalot, Pepe, la guarda pretoriana de Cristiano al rescate. "Fue una muestra de la unión del grupo. Fue él como podía haber sido otro y la reacción hubiera sido la misma. El equipo está con él. Ya marcó muchos, muchos penaltis", admitía Palinha. Bernardo Silva, que lanzó el tercero y último, sabe lo de que habla. "Yo tuve una experiencia hace poco contra el Real Madrid. Sólo la gente que acepta la responsabilidad de tirarlos los puede fallar. Cristiano lo falló como cualquier otro", aseguró.

Pero el astro portugués se lleva una espina clavada que se reflejaba en su cara incluso en la zona mixta. El "partido a la portuguesa" que definió Palinha, "con mucho sufrimiento y final feliz", no fue consuelo, más allá de que da una oportunidad más. "Hasta la gente más fuerte tiene sus días", se limitó a Cristiano con la voz entrecortada para explicar sus lágrimas.

Volvió a darle el entrenador español los 90 minutos del partido y la prórroga. Y él buscó un gol histórico que se le resiste. Lo buscó de jugada, y tuvo un mano a mano en el 90 con Oblak, de cabeza y hasta con dos faltas, una de las cuales también acabó en las manos del meta esloveno.

Ese penalti le hubiera permitido descargarse la tensión. El que lanzó en la tanda no suma en las estadísticas. "Durante un año no fallé y cuando más lo necesitaba el equipo, paró Oblak. Tengo que revisar si lo tiré bien o mal. Es un sentimiento de tristeza y alegaría", alcanzaba a confesar. El portugués no fallaba desde enero 2022. Casi desde entonces no atajaba el arquero del Atlético de Madrid.

A pesar del error, Cristiano se plantó de nuevo en los once metros para abrir la tanda, pateó, marcó y pidió perdón a la grada, un gesto poco habitual en un futbolista al que se le ve ansioso. Consciente de que cada día es uno menos vistiendo la camiseta de Portugal. Quiere despedirse con honores porque ya no habrá más. "Sin duda es mi última Eurocopa, pero no me motiva eso sino hacer feliz a la gente", confesó.

Sin ser incierto, a Cristiano le pesa el gol en su sexta Eurocopa. Es el jugador del torneo que más disparos ha hecho sin marcar, 20. Le siguen Lukaku, que ya está camino de Bélgica, Lamine Yamal y Thuram con 11 y Griezmann con diez. Con él se verá las caras en los cuartos de final en Hamburgo.

"Vamos a dar guerra. Nunca he tenido miedo de afrontar las cosas de frente y rendirse es algo que nunca me oirás", volvió a decir con altanería.