De Bruyne, Tedesco y los periodistas belgas acaban a insultos y Koundé insiste contra Le Pen: “Quita libertades”

Actualizado Martes, 2 julio 2024 - 01:57

Periodistas y futbolistas vivieron ayer una zona mixta muy caliente en el Dusseldorf Arena. Bueno, casi todos. Aurelien Tchouaméni sonreía ante la pregunta del millón de la prensa española: "¿Alemania o España? ¿Kroos y Rüdiger o Nacho, Carvajal o Joselu?". El galo no quiso elegir entre sus "hermanos", pero verá el partido. Como Griezmann, que admitió, tirando de un pequeño tópico, que "el lado del cuadro es duro, pero queremos ganar a todos", aunque no le gustó una de las preguntas: "¿Un resultado corto? No molestéis con un resultado corto porque estamos en cuartos de final. A su lado, Camavinga se despedía con un "¡Adiós!" en castellano mientras asumía que acumula otro partido sin saltar al césped. Cosas de Deschamps... Pero vamos a lo caliente.

La derrota de Bélgica ante su rival fronterizo dolió. Pero dolió más entre la prensa y los jugadores que en la grada. Los miles de aficionados que hace unos días abuchearon al equipo tras el empate contra Ucrania que les hizo quedar segundos, ayer les animaban. Los 'Diablos Rojos' tuvieron contra las cuerdas a Francia durante algunos momentos del partido y sólo un gol de rebote de Kolo Muani decantó el duelo.

Pero en la zona mixta no hubo aplausos. "¿Cuál es tu sentimiento al saber que la generación dorada no ha tenido ningún éxito?", le preguntó un periodista a Kevin DeBruyne. "¿Qué generación dorada?", contestó el centrocampista del Manchester City. "La vuestra", le insistió el compañero. "¿Es que Alemania, Francia, Inglaterra y España no tienen una generación dorada?", replicó suspirando y abandonando la sala... "Estúpido...", finalizó, sin mirar al periodista.

Antes le habían preguntado por su retirada de la selección, algo que reconoció no tener decidido. "Es demasiado pronto para responder. Déjame procesar esto. Ha sido una temporada larga y necesito descansar. Tomaré una decisión después del verano", anunció.

Con Domenico Tedesco, seleccionador, fueron todavía más duros. "¿Cree que Courtois hubiera parado el gol?", le cuestionaron, sin miramientos. "No puedo responder de otras circunstancias. Casteels ha estado brillante en esta Eurocopa. Nos salvó contra Ucrania. Su parada entonces supuso que pudimos jugar el partido de este lunes, ha estado fantástico. Ese gol no es culpa suya", dijo.

Le insistieron en la "cobardía" que había tenido el equipo, en el bajo nivel de Lukaku, en la táctica... Cuando la realidad es que Bélgica, ya sin Hazard y con una mezcla de veteranos y jóvenes, aguantó a Francia casi hasta el final.

En el lado francés hubo de todo: fútbol y política. Tchouaméni, que tiene la lección aprendida del Madrid, reconfirmó que "me da igual cómo ganar, tirando una vez, tres o 15, lo que importa es ganar". Koundé, por su parte, se centró en las elecciones generales de su país, en cuya primera vuelta el partido de ultraderecha de Marine Le Pen se llevó la mayor cantidad de votos.

"Me decepcionó ver qué dirección toma Francia, con un gran apoyo a un partido que rompe los valores del respeto y la convivencia. Solo insté a la gente a votar, a todos los que no habían votado. Creo que hay que combatir a Rassemblement National (el partido de Le Pen) porque va a recortar libertades y diversidad", reflexionó el futbolista, elegido MVP del partido.

La pasión turca del niño Güler, de recogepelotas a icono: "No ha habido nadie como él en nuestro país"

La pasión turca del niño Güler, de recogepelotas a icono: “No ha habido nadie como él en nuestro país”

La noche del 6 de enero de este año, día de Reyes en España, Umit y Serap Güler se sentaron en una humilde grada de Aranda de Duero para ver el debut de su hijo Arda con el Real Madrid. Lejos, en Turquía, la retransmisión del partido se convertía en uno de los programas más vistos del día en el canal Tivibu Spor 1. Así era la pasión turca por el niño de moda en el país, elevado ahora en la Eurocopa a héroe nacional. «No ha habido ni hay en el país ningún jugador como él que haya conseguido tantas cosas tan pronto y juegue en un club tan grande», explica a EL MUNDO el periodista turco Halil Sarkaya, que conoce a Güler desde los 13 años.

Hoy, ante Austria, Turquía busca igualar el mejor resultado de su historia en una Eurocopa, los cuartos de final de la edición de 2000. Y lo hará a hombros de su nueva estrella, su Messi, autor de un golazo en la primera jornada y clave en el triunfo ante República Checa en el último encuentro de la fase de grupos. Ya es el jugador más joven en marcar en su debut en el torneo continental, superando a Cristiano Ronaldo (2004).

Arda, un niño por su edad pero también por su apariencia tímida, vive en el foco mediático del fútbol turco desde hace varios años, antes incluso de fichar por el Fenerbahce. Y la culpa la tiene el fotoperiodista Halil Sagirkaya, que hace seis años quería hacer un reportaje con algún recogepelotas del Genclerbirligi que quisiera ser futbolista profesional y preguntó al club quién podría valer. La respuesta: Arda. «Me avisaron sobre Arda. Le observé entrenar durante un rato y me pareció muy talentoso. Y además era fotogénico, tenía algo», explica a este periódico. «Le seguí durante algunos días, tanto a los partidos del club como a encuentros de la selección en los que también ejercía como recogepelotas», añade.

«Sabía lo que hacía»

En seis años, de recogepelotas a icono nacional, pero siempre manteniendo un perfil discreto. «Era muy tranquilo, muy trabajador y muy respetuoso. Sabía lo que hacía. Su mayor sueño era ser un gran futbolista», recuerda Sagirkaya.

Su fichaje por el Fenerbahce cumplió sus objetivos, porque ahí jugaba uno de sus ídolos, Álex de Souza, centrocampista brasileño que después de cruzar el charco para jugar en el Parma terminó vistiendo la camiseta del Fenerbahce durante ocho temporadas, desde 2004 a 2012. Arda, nacido en 2005 y cuyos partidos son los primeros que recuerda, dormía con la biografía del futbolista al lado. La leía casi todas las noches.

Su explosión en la Eurocopa llega después de un año complicado en el Madrid, con varias lesiones y una puesta a punto con algunas prisas que alargó su debut hasta enero. En Valdebebas lo llaman «un golpe de realidad». Pasar de Turquía al club con más presión del mundo, a una nueva ciudad y a un idioma nuevo no es fácil. «Le costó un poco», admiten en la ciudad deportiva. A partir de ahí, mucha mano izquierda de Ancelotti y de la directiva del conjunto blanco, con Juni Calafat, el jefe de ojeadores, pendiente de él para que no se impacientara por la falta de minutos y con el cuerpo técnico enfocado en su preparación física. Necesitaba tiempo para ganar musculatura, la calidad la tenía. «No se rindió y luchó», reflexionan en Valdebebas, donde no olvidan a James Rodríguez, que se dejó llevar cuando la situación se puso más complicada.

No saldrá cedido

Güler terminó jugando mucho en el tramo final del curso y acabó con seis goles en 379 minutos, ganándose el cariño del vestuario, donde es «el hermano pequeño», dicen, y del cuerpo técnico, que le quiere de nuevo en la plantilla la próxima temporada. Según ha podido saber este periódico, la idea del club es que no salga cedido y siga evolucionando al lado de sus compañeros. Ni la dirección quiere que se vaya ni él quiere salir.

En la fiesta de Cibeles, hubo un detalle que resumió la temporada de la nueva joya turca. «Hoy os quiero presentar a un chico muy interesante...», anunció Ancelotti al público. «¡Arda!», le llamó, mientras los compañeros aplaudían y se partían de risa. «¡Es muy tímido!», siguió el italiano. «¡Hola madridistas!», saludó Güler, mientras Ancelotti celebraba sus palabras. «Somos una familia, gracias por todo», terminó el joven. «¡Olé!», finalizó el técnico, que repite a su círculo cercano la misma frase desde hace meses: «Arda tiene un don».

Esta tarde, a sus 19 años, juega por la historia de su país.

Francia llega a cuartos de rebote tras jugar al ajedrez con Bélgica

Francia llega a cuartos de rebote tras jugar al ajedrez con Bélgica

Didier Deschamps es frío, calculador y le encanta el ajedrez. Así es también Francia, 'su' Francia, un equipo que desde hace una década es sólido como una roca aunque no sonría todos los días, aunque no brillen como deberían las estrellas que tiene en su plantilla y aunque a veces no merezca lo que consigue. Da igual, llega lejos en los torneos y a veces los gana. Eso importa. La final de la Euro 2016 y del Mundial 2022 lo demuestra. El Mundial de 2018 lo confirma. En Dusseldorf y en otro juego táctico, Francia superó a Bélgica con un gol de rebote de Kolo Muani y se metió en los cuartos de final de la Eurocopa, donde espera a Portugal o a Eslovenia.

Los dos entrenadores, criticados durante la primera fase por sendos segundos puestos, cambiaron el esquema de su equipo. En Francia, Deschamps optó por primera vez por sentar a Dembélé y situó a Griezmann escorado hacia la derecha, aunque cayendo hacia la mediapunta. El francés fue el cuarto centrocampista galo, con Mbappé a la izquierda y Thuram en punta. En Bélgica, Tedesco se olvidó de los tres centrales, dibujó una defensa de cuatro zagueros, retrasó a De Bruyne al centro del campo y se la jugó con dos delanteros, Lukaku y Openda, rápido atacante del Leipzig.

Fue un juego de ajedrez que se trasladó al césped. Mientras la afición esperaba un duelo de velocidades, exprimiendo las virtudes de sus estrellas, el duelo derivó en una batalla táctica entre los dos entrenadores.

En la primera media hora el balón fue de Bélgica, que creció en las arrancadas de Doku y en las segundas jugadas tras balones largos a Openda y Lukaku. Así conseguían superar la primera línea de presión francesa y evitaban combinar entre sus torpes centrales. En el 23, una falta lateral de De Bruyne casi sorprende a Maignan. Y en el 26, Carrasco tuvo la más clara de los 'Diablos Rojos', pero su disparo, tras un buen regate de Openda a Upamecano, se estrelló en Theo Hernández.

Los minutos asentaron a Francia en el partido, lo que tardaron Griezmann y Mbappé en entender que tenían que mediapuntear para abrir las bandas a Theo y Koundé. Así surgieron sus mejores opciones. El lateral del Milán ganó la línea de fondo en varias ocasiones pero sus centros no encontraron a Thuram, que sí remató un buen balón de Koundé, pero sin atinar en portería por centímetros.

En un buen eslalon de Mbappé por izquierda, justo cuando amenazaba el descanso, el rechace del pase de la muerte cayó a los pies de Tchouaméni, que remató de primeras demasiado alto.

Tras el descanso siguió el juego de ajedrez, con Bélgica esperando su oportunidad y Francia acelerando sólo cuando veía algún espacio. Es decir, casi nunca. Tchouaméni, muy incisivo en los disparos, probó a Casteels desde lejos, y Mbappé remató demasiado alto tras dos buenos regates sobre Carrasco y De Bruyne.

Onana y Tchouaméni, los mejores

El duelo se sujetó en el centro del campo, con Onana y Tchouaméni ganando duelos y organizando el juego de sus equipos, muy sólidos atrás. La vía para el gol era el error rival. Lo sabía Bélgica, que murió con su idea: espero y corro cuando pueda.

En el 60, después de una hora esperando, llegó el error de Francia. Saliba falló en salida de balón, De Bruyne le robó la pelota y encontró a Carrasco al hueco, pero Theo, salvador, llegó justo cuando el ex del Atlético se disponía a batir a Maignan.

El susto se le metió en la cabeza a Francia y empujó a Bélgica, que volvió a intentarlo unos minutos después en las botas de Lukaku. Maignan, otra vez, estuvo firme.

El partido entró en máxima tensión a diez minutos del final. Mbappé volvió a enviar arriba una buena opción tras un pase atrás de Koundé y Bélgica soñó con los cuartos en un disparo de De Bruyne. Doku vio a su compañero del City y éste, desde la frontal, hizo volar a Maignan.

Fue un suspiro belga, porque un minuto después llegó el golpe más duro. Francia tocó en la frontal de izquierda a derecha, Kolo Muani recibió de espalda de Kanté, se dio la vuelta, disparó y su remate, que iba fuera, tocó en Vertonghen para sorprender a Casteels y meterse en la portería rival.

Silencio en Dusseldorf y Deschamps que consiguió su objetivo. Un partido en el que apenas pasaron cosas, dos remates a puerta de los galos y tres de los belgas, con un sólo gol, de rebote; en el que Francia dejó la portería a cero una vez más y se metió con frialdad pero con derecho en los cuartos de final, donde espera a la Portugal de Cristiano Ronaldo o a la Eslovenia de Oblak.

El “hábito” que Bellingham aprendió en Madrid y un grito a la “basura” que le critica: “¿Quién más?”

Actualizado Lunes, 1 julio 2024 - 08:19

Jude Bellingham se liberó en el Veltins Arena. A sí mismo y a toda Inglaterra. Un país ansioso y una selección temblorosa que se salvaron de caer al precipicio gracias a una chilena del futbolista del Real Madrid en el minuto 95. Como si todavía siguiera en el Santiago Bernabéu. Un gol que forzó la prórroga y sirvió para responder a toda la "basura", así lo llamó el jugador, que habían lanzado sobre él y sobre la plantilla en los últimos días. "¿Quién más? ¿Quién más? (Who else? Who else?)", gritó el futbolista cuando se levantó del suelo tras realizar la chilena. Mano a la oreja, haciendo como que escuchaba los comentarios.

"Estábamos a 30 segundos de irnos para casa, de tener que escuchar toda la basura, sintiendo que dejábamos caer a nuestro país y a nuestra gente...", respondió, a pregunta de este periódico, en la sala de prensa de Gelsenkirchen. "Pero en 30 segundos, una patada a un balón puede cambiarlo todo". Y tanto que lo cambió.

Para saber más

Las crónicas ya escritas, las críticas, los comentarios negativos, la posible destitución de Southgate, las dudas sobre el futuro de Harry Kane en la selección... Todo cambió con la chilena.

No es el primer gol que Bellingham anota tan tarde, pero seguramente sí sea el más emocional. Anotó en el minuto 91 el 3-2 del clásico contra el Barça en la segunda vuelta liguera, el 1-2 en el 92 del primer clásico de Liga, el 1-0 contra el Unión Berlín en el 94, el 2-1 contra el Getafe en el 95... Y además, vivió de cerca el doblete de Joselu ante el Bayern.

"Es un sentimiento que no me gusta porque vas perdiendo, pero que cuando lo consigues sienta genial. Es un hábito que aprendí en Madrid, donde mi juego ha mejorado, y estoy orgulloso de haberlo traído hasta este partido", argumentó sobre el gol en el minuto 95.

"Más allá de lo que la gente pueda decir. He hecho esto en el Madrid, lo he hecho con Inglaterra antes... Estoy feliz de ayudar al equipo", continuó.

Matthias SchraderAP

"Uso la 'basura' como gasolina"

A partir de esa respuesta de orgullo, llegaron los golpes de revés a todos aquellos que habían dudado de él y de la plantilla durante los últimos días. Algo que, admite, ha llegado a tomarse como "personal".

"Durante la semana pasado ha sido muy duro mantener la energía negativa lejos de la concentración. Creo que hoy estaban ya preparados para darnos caña otra vez... Jugar con Inglaterra es increíble pero también hay mucha presión. La gente habla mucha basura y creo que tienes que tomártelo un poco a lo personal, y a veces está bien usarlo como gasolina y devolvérselo".

Sobre el gol, que a muchos recordó al de Cristiano Ronaldo ante la Juventus en Champions League, dijo que "probablemente" sea el mejor de su carrera. "Es uno de los mejores goles en la historia de nuestro país", se animó a catalogar Harry Kane. "Es lo que hace Jude, nos ha mantenido vivos. Qué jugador", le elogió el capitán inglés en la entrevista pospartido, donde también le defendió: "Se ha hablado mucho sobre él en los últimos días y ha mostrado lo que puede hacer en los momentos importantes".

Unos minutos más tarde y con la ducha calmando ánimos, la zona mixta del Veltins Arena fue un poco más seria. Como decíamos, el ambiente entre el vestuario de la selección y los periodistas ingleses ha sido muy tenso durante estas semanas, con duras críticas al seleccionador y a las estrellas por parte incluso de leyendas como Lineker o Shearer. Quizás por eso, los futbolitas pasaron por el pasillo con gesto serio y la mirada fija en el autobús, casi sin hablar salvo los que tenían la obligación por los contratos con la UEFA. Va a ser una semana larga en la concentración, pero están vivos y les espera Suiza en cuartos.

Una bronca delante de las cámaras y 20 veces al banquillo: Deschamps no baila con Camavinga

Actualizado Domingo, 30 junio 2024 - 22:58

Era el único entrenamiento a puerta abierta de la semana y Didier Deschamps lo sabía. «¿Estás listo, Eduardo? ¿Podemos empezar?», dijo con ironía al principio de la sesión. A la media hora, con las cámaras agolpadas en la grada, el seleccionador francés se acercó a Camavinga. Empezó con un lenguaje corporal normal, de charla entre técnico y futbolista, pero con el paso de los segundos comenzó a agitar los brazos, a andar de aquí para allá mientras no paraba de hablar. En un momento, le dio la espalda al jugador, se volvió y se quedó mirándole durante unos instantes, en silencio, con cara de profesor enfadado. Así siguió durante tres largos minutos mientras los periodistas franceses no daban crédito. «Clásico Didier», apuntaron cuando el colega español les cuestionó la situación. Para terminar, varios movimientos de brazos más y un acercamiento cara a cara que resultó extraño para todos.

Lo curioso, por decirlo de alguna forma, es que se suponía que el origen de esa discusión estaba resuelto. Todo surgió tras el partido entre Francia y Polonia, el tercero de la fase de grupos. Camavinga, que todavía no ha sido titular en esta Eurocopa, siempre por detrás de N'Golo Kanté y Adrien Rabiot, saltó al campo en el minuto 61 y tuvo varias acciones que enfadaron al seleccionador. Se resbaló un par de veces y Deschamps se lo recriminó tras el duelo, incidiendo en sala de prensa en las pocas soluciones que habían aportado los suplentes.

Para saber más

Según los periodistas galos, el técnico discutió con Camavinga en el mismo vestuario del Signal Iduna Park. ¿Era necesaria una nueva conversación, delante de toda la prensa, 48 horas después? «Me resbalaba todo el tiempo, así que el entrenador me pidió que me pusiera tacos aún más altos, de rosca, pero me dolían bastante los pies», había asegurado el futbolista.

La relación entre Camavinga y Deschamps nunca ha sido ideal. Mientras Carlo Ancelotti desea «bailar con Eduardo Camavinga» en cada fiesta del Madrid, el seleccionador nunca se ha mostrado como un gran fan del jugador. «Al principio de la Eurocopa vino a decirme cuál iba a ser mi papel. No hablamos todo el rato, porque sino sería un poco tóxico», admitió Camavinga el sábado en sala de prensa, dos días después de la discusión.

Otra circunstancia que sorprendió a los enviados especiales: la necesidad de sacar otra vez al foco al joven futbolista tras los tres minutos de bronca cuando ya había sido el protagonista en la zona mixta ante Polonia. «No suelen repetir», explicaban los compañeros galos, que no le preguntaron sobre las elecciones celebradas este fin de semana en Francia, tema central para el vestuario.

«Sigo sin disfrutar ahí»

En el entrenamiento, después de la discusión, Deschamps utilizó a Camavinga como lateral izquierdo. Theo Hernández estaba realizando trabajo en el gimnasio y el seleccionador no tenía más laterales zurdos, así que optó por el madridista. «Sigo sin disfrutar ahí, eso no ha cambiado, pero soy un jugador de equipo y si tengo que jugar de lateral, lo haré».

Deschamps fue el primero en utilizar al centrocampista en la banda, incluso antes que Ancelotti. Lo hizo durante el Mundial de Qatar y aunque a Camavinga no le gusta, sabe que es su única opción. En el medio es misión imposible. «No estoy contento, pero sé que un día u otro llegará mi momento», admitió, sin querer echar más gasolina a los problemas: «No veo muchas diferencias entre él y Ancelotti», cortó rápido, preguntado por su entrenador en el Madrid. La realidad es que sí las hay.

Para Carletto, Camavinga es capital, el décimo jugador más utilizado de la temporada a pesar de sufrir una lesión en la rodilla a finales de 2023. Es un fijo en el once campeón de Liga y de Europa. Para Deschamps, sin embargo, es el fondo de su armario. El jugador acumula 19 partidos, nueve de ellos como titular y diez como suplente, y otros diez en los que ha sido convocado pero no ha disputado ni un solo minuto. Hoy, ante Bélgica, nueva oportunidad.

Dios salve al Rey Jude: una chilena de Bellingham obra el milagro de la supervivencia inglesa

Dios salve al Rey Jude: una chilena de Bellingham obra el milagro de la supervivencia inglesa

Era el fracaso de una vida, la derrota de otra generación inglesa camino de un eterno «Football is coming home (el fútbol está volviendo a casa)» que nunca llega. La presión por ganar y el miedo a perder mezclados en un vestuario incapaz de superar a la débil Eslovaquia, sin fútbol, sin corazón, encomendados a lo divino. Y el milagro fue Jude Bellingham con una chilena ya histórica para forzar la prórroga en el minuto 95, cuando el partido y su país morían en la Eurocopa. Lo inició Schranz en el 25, lo empató Bellingham y lo remató Harry Kane en el tiempo extra. Inglaterra está en cuartos. [Narración y estadísticas (2-1)]

Después de dos semanas de críticas, el seleccionador británico se mantuvo en su línea: la solución para los problemas de Inglaterra fue cambiar al acompañante de Declan Rice en el centro del campo. Empezó el torneo reconvirtiendo a Trent Alexander-Arnold, luego apostó por Conor Gallagher y finalmente, en el escenario de los octavos de final, le dio la oportunidad a Kobbie Mainoo, joven promesa del Manchester United. Como si cambiando una pieza el puzle se fuera a arreglar.

Inglaterra fue, otra vez, pura ansiedad. Fruto de casi 60 años de presión por ganar un gran torneo. El equipo no sabe a lo que juega, no tiene plan. Y sin plan, en el fútbol de 2024, no eres nadie. En la Euro todos lo tienen, incluso Francia y su megaplantilla, centrada más en la defensa que en el ataque pero centrada en algo. Ahí están sus éxitos.

Imprecisiones y amarillas

Ante Eslovaquia, el conjunto británico fue víctima de sus propios miedos y temblores. En cada pase, en cada acción dividida, en cada decisión. Y Eslovaquia lo aprovechó. En el 4, Hancko alcanzó el lateral del área en carrera y no acertó a tirar o pasar, paseándose la pelota por los dominios de Jordan Pickford. Primeros temblores. En el 11, y después de un disparo alto de Trippier tras un buen pase de Bellingham, Haraslin tardó demasiado en definir otra contra y el ex lateral del Atlético salvó el 0-1.

La defensa hacía aguas, con Walker, un muro contra Vinicius en los Madrid-City, incapaz de cuidar su espalda. El partido se llenó de imprecisiones y cuatro amarillas en los primeros 15 minutos. Las dudas resultaron en un 0-1 tan duro como esperado. Una concatenación de errores defensivos que terminaron en el gol de Schranz. Guehi perdió un salto con Kucka, Strelec la bajó delante de Stones, Schranz tiró un desmarque con Walker, fuera de posición, evitando el fuera de juego y batió a Pickford.

El gol hizo daño a Inglaterra, lógico. Ansiosa por todo, no supo reaccionar. Estuvo lenta con balón, para desesperación de la grada. Lo único que le solucionaba alguna acción eran las arrancadas individuales de sus centrocampistas, como Mainoo o Bellingham. Nada más. Pura ansiedad.

Kane festeja el gol de la victoria Gelsenkirchen.

Kane festeja el gol de la victoria Gelsenkirchen.AFP

Tras el descanso, el equipo cambió un poco. Tuvo algo más de pausa y algo más de fútbol, ya es decir. El gol anulado a Phil Foden en el 49 por fuera de juego fue un mazazo, porque se veían remontando, y la desesperación fue a más.

Strelec, desde el mediocampo, casi sorprende a Pickford, y sólo Mainoo parecía tener la calma para crear jugadas. El resto quería ganar el partido a 40 metros de la portería. En el 63, Gareth Southgate ideó su primer cambio: entró Palmer, salió Trippier y Saka, extremo derecho, pasó a ser carrilero izquierdo. El seleccionador inglés moría con sus estrellas.

En busca del milagro

Inglaterra embotelló en su área a Eslovaquia, eso no se le puede negar, pero lo hizo la inercia del partido y la debilidad de su rival, no su fútbol. Southgate acumuló atacantes y situó a Foden en el centro del campo para calibrar balones e intentar sorprender a Dubravka.

Kane remató fuera un saque de falta de Foden y Rice, en el 80, estrelló en el palo un disparo desde fuera del área. Intentos menores para un equipo que buscaba un milagro. Un milagro llamado Bellingham. En el minuto 94, como si el Veltins Arena de Gelsenkirchen fuera el Santiago Bernabéu, Jude se inventó una chilena histórica para salvar a su país. Un saque de banda que peinó Guehi y que la estrella de Inglaterra envió a la red.

Inglaterra, empujada por el gol, aceleró en la prórroga y encontró premio en el 2-1 de Kane en el primer minuto. Otro centro, otro toque de cabeza y gol. Así es el fútbol, un estadio emocional. Los británicos aguantaron el asedio final y están en cuartos.

Alemania supera la tormenta y espera a España en cuartos

Alemania supera la tormenta y espera a España en cuartos

Thor, Dios nórdico del trueno, hizo acto de prensa en Dortmund para detener el Alemania-Dinamarca durante 22 minutos, pero los de Nagelsmann terminaron saliendo indemnes de la tormenta para esperar a España o a Georgia en los cuartos de final de la Eurocopa. Un duelo eléctrico, siguiendo con las comparaciones fáciles de la noche, en el que el VAR actuó dos veces y los anfitriones, a hombros de Havertz y Musiala, ganaron el constante ida y vuelta.

Nagelsmann realizó dos cambios en su once con respeto al equipo de gala con el que inició el campeonato. Raum y Sané entraron por Mittelstadt y Wirtz, y el equipo lo notó. En un arranque furioso, Alemania fue lo que prometía el cielo: una tormenta sobre la portería de Schmeichel. Extraordinario en la presión tras pérdida, el conjunto germano asedió las redes rivales durante los primeros 15 minutos.

En el 3, Oliver anuló un gol a Schlotterbeck por falta de Kimmich; en el 6, el guardameta nórdico voló para salvar un disparo desde lejos del lateral alemán; en el 10, Rüdiger encontró en largo a Havertz y el delantero del Arsenal voleó de primeras para la estirada de Schmeichel; en el 12, Musiala probó suerte desde fuera del área y su lanzamiento salió desviado. Alemania no pisaba el freno, pero Dinamarca supo cómo responder.

Los daneses comenzaron a respirar con balón, enlazando posesiones largas para aliviar las ansias de los anfitriones. Y a partir de ahí el partido cambió. El duelo pasó de jugarse en sexta marcha a primera. Lento, pausado y sólo con algún arranque puntual. Alemania no podía aguantar todo el choque a 100 kilómetros por hora y aceptó la pausa. Sonrió Dinamarca, que tuvo opciones con Maehle y Eriksen antes de la tormenta.

En el minuto 36 y en mitad del diluvio, Oliver anunció la suspensión del duelo. La UEFA ya había alertado sobre la tormenta eléctrica que iba a caer en Dortmund y no dudó a la hora de parar el partido, justo los rayos caían más cerca del estadio.

22 minutos lluviosos después, el cielo se calmó y los jugadores regresaron al césped para jugar los nueve minutos restantes de la primera parte, en los que Alemania volvió a pisar el acelerador consciente de que un partido largo y espeso beneficiaba a su rival. Lo intentaron Havertz y Schlotterbeck, pero la más clara fue de Hojlund en una contra que no consiguió resolver ante un rápido Neuer.

Los minutos de locura

La segunda parte fue diferente. Un ida y vuelta sin pausas, sin dudas, sin freno, con cinco minutos en los que la locura se apoderó del Signal Iduna Park. En el 48, Andersen se aprovechó de varios rechaces tras un centro y anotó ante Neuer, pero el VAR avisó a Oliver de que Delaney estaba en fuera de juego en el último rebote. Freno de mano a la emoción danesa. Y no quedaría ahí el golpe moral

En la siguiente jugada de ataque, Raum puso un centro que se fue largo, parecía que no pasaba nada, pero cuando el balón salió del campo el VAR avisó de nuevo a Oliver. En el pase del lateral, la pelota había dado en la mano de Andersen, al que el destino le jugó una mala pasada. Penalti y gol deHavertz.

El tanto hizo daño a Dinamarca, que vio cómo todo el esfuerzo de los primeros 50 minutos había sido en vano. En el shock nórdico, Havertz tuvo su segundo gol de la noche, pero erró al picar el balón ante Schmeichel. Alemania tenía lo que más le gusta: espacio para correr a la espalda de la defensa danesa, demasiado adelantada.

Dinamarca quiso llegar tocando, con el riesgo que eso supone ante un equipo con tanta calidad a la contra, y aunque Hojlund lo intentó con un buen disparo ante Neuer tras una combinación, el partido se deslizaba hacia el segundo de los locales.

En los espacios crecieron Havertz, Sané y Musiala, que encontró huecos a la contra para casi sentenciar el duelo. En el 69, Schlotterberck, imperial al corte y en el pase, dibujó un balón largo a la espalda de los centrales que Musiala atrapó a la carrera. Schmeichel dudó en la salida e hizo dudar a sus compañeros, y terminó quedándose en la línea para dar ventaja al talentoso mediapunta alemán, que definió con tranquilidad ante el danés.

El tramo final fue de total impotencia nórdica. Alemania perdonó a la contra, pero ya pensando en los cuartos. El anfitrión ya espera a España o a Georgia.

Dentro de la concentración de Inglaterra: torneo de dardos con periodistas y guerra contra las leyendas

Dentro de la concentración de Inglaterra: torneo de dardos con periodistas y guerra contra las leyendas

«Tienes que girar a la derecha cuando pases las vacas y el campo de golf». Y ahí, a la derecha, aparece el pequeño campo de fútbol, con apenas un par de filas de gradas para los periodistas. Al lado del césped nace el monte, mucho monte, y una carpa temporal gigante y blanca que hace de gimnasio. Jude Bellingham, que calienta un poco en una de las bicicletas estáticas situadas en la puerta, mira hacia la fila de periodistas. Los mismos que estos días analizan y concluyen que Inglaterra no es capaz de jugar bien con el mejor jugador de la Bundesliga, el de la Premier y él, el mejor de la Liga, y que quizá uno debe ir al banquillo. La concentración de los Three Lions es un polvorín antes de los octavos de final contra Eslovaquia. Pero ¿cuándo no lo ha sido?

Una visita a Blankenhain, un pequeño pueblo a una hora y media de Leipzig, sirve para entender la situación de la selección inglesa en esta Eurocopa. A nivel logístico, la Federación ha decidido aislar a la plantilla a 40 kilómetros de sus familias para evitar, así lo definen los tabloides, «el circo del último torneo en Alemania, el del Mundial 2006», con las mujeres de las estrellas haciendo más declaraciones que los jugadores.

Los ingleses duermen en el Weimarer Land Spa and Golf Resort, a las afueras del pueblo, desde donde pueden ir andando al campo de fútbol, rodeados siempre por la seguridad de la Federación. Dentro, tres suites de lujo, una de ellas para Gareth Southgate, piscina, sala de cine, de juegos, un simulador de golf, el lugar favorito de muchos; una pista de pádel, donde el campeón es Kobbie Mainoo; una cocina liderada por dos chefs con estrella Michelin, un robot llamado Robbie que se encarga de pasar por las habitaciones y recoger todo lo que quieran los jugadores... Todo lo necesario para alejarse del ruido mediático.

Una de las cosas del pueblo que sorprendió a la expedición inglesa, tanto a jugadores como a periodistas, fueron las pintadas con el número 1966 en muchas calles de la villa. 1966 es el año del último título inglés. «Alucinamos», admite un compañero. Pero la realidad era diferente. Resulta que 1966 es el año de fundación del FC Rot-Weis Erfurt, el equipo más famoso en la zona.

Casi 60 años sin títulos

Inglaterra llegó a Alemania como uno de los equipos favoritos, junto a Francia, y es ahora mismo una de las pequeñas decepciones del torneo, con una victoria por la mínima ante Serbia y dos empates frente a Dinamarca y Eslovenia. Más allá de los resultados, que le han dado el liderato del Grupo C, preocupa el nivel de juego mostrado por el equipo y las actuaciones individuales de Harry Kane, Phil Foden y Bellingham, incapaces de conectar en ninguno de los tres partidos. El del Madrid marcó el tanto del triunfo contra Serbia y el del Bayern el del empate contra Dinamarca, pero ninguno se encuentra cómodo y todos miran al banquillo, a un Southgate cuestionado por aficionados, periodistas y leyendas. Como todos.

La presión en el país es extrema. Inglaterra está a punto de cumplir 60 años sin ganar un gran título y la derrota contra Italia en la final de la última Eurocopa todavía pesa. «Existe la carga de la historia, del fracaso de los últimos 60 años. La camiseta de Inglaterra pesa más que la de cualquier club», contesta a pie de campo Craig Hope, enviado especial del Daily Mail, que incluso anima a Southgate a sentar a Bellingham. «No ha elegido a los jugadores adecuados ni ha configurado el equipo para sacar lo mejor de ellos. Debe encontrar la manera de que Cole Palmer y Anthony Gordon entren en el equipo, aunque eso signifique prescindir de Bellingham», asegura.

Kane, contra Shearer y Lineker

El centrocampista del Madrid, que ayer cumplió 21 años, es el centro de muchas de las dianas. «Está frustrado e intenta hacer más de lo que debe. Es una estrella, pero no siempre tiene que ser ese tipo de jugador», añade Hope. Al lado de Bellingham, la diana para Kane, atacado por leyendas como Alan Shearer y Gary Lineker. «Les diría que recuerden lo que es vestir la camiseta. Ellos tampoco ganaron nada», contesta el delantero y capitán del conjunto británico.

Al lado de esas dos dianas mediáticas hay una de verdad, situada en el centro de prensa de Blankenhain. Qué irónico. Ahí trabajan los enviados especiales y ahí acude cada mañana un futbolista para contestar a sus preguntas. Desde 2018, cada día de la concentración un jugador de la selección y un periodista se miden en un torneo de dardos. «Fue idea del departamento de comunicación, pero es verdad que otros años igual el torneo hubiera acabado mal...», bromean los compañeros. Estas semanas tampoco van por buen camino.

Un fracaso esta tarde ante Eslovaquia convertiría el polvorín en guerra.

Observadores UEFA, los ojos del nuevo fútbol: 12 expertos en la Eurocopa, un centro de análisis en Nyon, inteligencia artificial...

Observadores UEFA, los ojos del nuevo fútbol: 12 expertos en la Eurocopa, un centro de análisis en Nyon, inteligencia artificial…

Una de las alineaciones más importantes de la Eurocopa no se junta en el terreno de juego, sino en la grada. Fabio Capello, Ioan Lupescu, Michael O'Neill, David Moyes, Aljosa Asanovic, Rafa Benítez, Avram Grant, Packie Bonner, Frank de Boer, Ole Gunnar Solskjaer, Aitor Karanka y Jean-Francois Domergue son los doce entrenadores que están actuando este mes como Observadores UEFA en el torneo continental. Un rol clave para entender y desarrollar hacia dónde irá el fútbol en los próximos años.

«Buscamos los aspectos determinantes de los encuentros, incluso esos detalles que a simple vista no se ven. La idea es dar a conocer el momento actual del fútbol europeo y hacia dónde irá», explica a este periódico Aitor Karanka.

El trabajo de los Observadores durante cada partido tiene varios destinos. Por una parte, eligen al MVP del encuentro y a los futbolistas que más tarde protagonizarán el Equipo Ideal del torneo, y los premios a MVP, Mejor Joven y Mejor Gol. Y por otra, recopilan información sobre jugadores, entrenadores, estilos de juego y dinámicas del partido ayudándose de inteligencia artificial para luego desarrollarla y que llegue a los todos los rincones de la famosa pirámide del fútbol continental. «Es una magnífica manera de ver cómo evoluciona y crece el fútbol, de estudiar a nuevos entrenadores y aprender de ellos», admite Karanka, que lleva tres años trabajando en este rol.

La tecnología, como en el mercado de fichajes o en el día a día de un club, es clave para entender las nuevas tendencias. En el caso de los Observadores, es vital para su trabajo. Después de cada partido, el responsable elabora un informe sobre el encuentro utilizando vídeo y estadísticas para desgranar las características tácticas y técnicas del duelo. Tiene acceso a todas las imágenes de la retransmisión, lógicamente, pero también a imágenes tácticas que se ponen a su servicio.

"Mejora la comprensión del juego"

Además, y en algo que está ya en el día a día de los clubes y las competiciones, se sirve de estadística avanzada: número de pases, disparos, centros, distancias recorridas, velocidades máximas, posición media en campo... Todo para analizar en mayor profundidad el sistema de juego, las causas de los goles o las jugadas de estrategia. Según la UEFA, la mejora a nivel tecnológico en este torneo "ayudará a que los Observadores tengan una imagen más completa de los partidos". En concreto, la UEFA estrena en este torneo un centro de análisis de rendimiento en Nyon, donde una decena de analistas de datos e ingenieros apoyan a los Observadores.

Los informes completan "un relato detallado de la evolución de la táctica en todos los niveles del fútbol europeo, que será tan valioso para los historiadores como para los entrenadores modernos", aseguran desde el organismo.

Para la UEFA se trata de un trabajo importante, de ahí la calidad de los nombres elegidos. "Al proporcionar explicaciones detalladas y razonadas de las tendencias actuales, la UEFA mejora la comprensión del juego a todos los niveles", asegura la entidad. Puede parecer un trabajo simple, pero para los Observadores hay detalles que servirán de aprendizaje para otros profesionales y que explican hacia dónde va el fútbol.

"Atraer al rival para jugar en largo"

"Analizando tantos partidos, hay varios aspectos que me llaman la atención y que veo como un patrón general. Por ejemplo, la mayoría de los equipos se construyen desde la parte defensiva y a partir de ahí crecen en su juego y van a más. Incluso atraen a jugadores del equipo rival para luego jugar un balón largo y empezar a jugar con los segundos balones", detalla Karanka. Un estilo que vemos en selecciones como España, Alemania o Austria.

"Otra tendencia es que los centrocampistas en sistemas de 4-3-3 cuentan con interiores, como es el caso de Jude Bellingham o Jamal Musiala, que tienen mucha llegada y que aportan una gran cantidad de goles», añade.

El contenido que desarrollen durante la Eurocopa se compartirá con todas las federaciones nacionales y clubes de la UEFA, adaptándolo a los profesionales que trabajan tanto en el fútbol base, juvenil y elite. Todo para ver, analizar y entender hacia dónde va el fútbol.

Kroos y Alemania, un amor-odio desde Múnich: "Le llamaban 'Toni-paselateral' y ahora es el favorito"

Kroos y Alemania, un amor-odio desde Múnich: “Le llamaban ‘Toni-paselateral’ y ahora es el favorito”

Hace justo tres años, un 29 de junio de 2021 en el Estadio de Wembley, Toni Kroos se despidió del vestuario de la selección alemana. Acababan de perder ante Inglaterra en octavos de final de la Eurocopa y el centrocampista del Real Madrid tenía claro que todo se terminaba ahí. Criticado en su país por aficionados e incluso leyendas como Lothar Matthäus, decidió parar. 1.095 días después, Alemania vuelve hoy a los octavos del torneo con Kroos como timón futbolístico, ídolo absoluto de la afición y líder de la plantilla. Atrás, los años de críticas y motes en esa constante relación de amor-odio con su gente.

Convencer a Kroos fue la obsesión de Nagelsmann cuando asumió el cargo en septiembre de 2023. La selección venía del fracaso de Qatar, donde cayó en la fase de grupos, y de perder contra Bélgica, Polonia, Colombia, Japón, Turquía y Austria, las dos últimas ya con Nagelsmann como técnico. El entrenador más joven de la Euro tenía clara la solución.

Primero habló con los pesos pesados del vestuario para conocer si tenían algún problema, especialmente Kimmich, mediocentro al lado de Gündogan y posible damnificado por el regreso de Toni. Sus respuestas positivas animaron al seleccionador, que en noviembre inició los contactos con el centrocampista. Le costó muchas semanas llegar al «sí», porque Kroos no veía sencillo cambiar el ritmo del equipo alemán y había terminado muy desgastado después de la Eurocopa de 2021, pero finalmente aceptó. «Toni insistió en que sólo iba a decir 'sí' si estaba seguro de que podíamos cambiar y aspirar a ganar», ha explicado Nagelsmann estos días. Y vaya si aspiran.

Más pases completados

El regreso de Kroos ha sido capital en el cambio de Alemania, que ha recuperado la identidad. «Hemos dado un paso adelante que era necesario», admitió el futbolista del Real Madrid a este periódico tras el 2-0 ante Hungría de la segunda jornada. Y él ha conseguido mantener con la selección el extraordinario nivel que ha mostrado con los blancos esta temporada. Es el futbolista que más pases ha completado en el torneo (326 de 341), muy por encima del segundo (Rüdiger, con 251), el que más pases entre líneas ha dado hasta ahora, el que más distancia ha mover la pelota con sus pases (más de dos kilómetros)y el que más acciones de gol ha generado (20).

«Está en su mejor momento», admite un Nagelsmann agradecido. Con Kroos ha encontrado la última pieza de su puzle, libera a Gündogan en la mediapunta para conectar con Musiala, Wirtz y Havertz y acompaña a Andrich, irregular con balón pero fuerte y físico sin él.

El favorito de la afición

Kroos es el futbolista alemán que más camisetas está vendiendo en la Eurocopa y su nombre ha sido el más coreado en los estadios durante la primera fase. Una muestra del cariño que siente la grada por él y un cambio con respecto a algunos momentos de la última década donde Toni no era tan querido ni admirado. «Se cree mejor de lo que es», dijo Matthäus sobre Kroos tras la última Eurocopa. «Sus pases rasos son como su peinado: bonitos y limpios, pero eso le quita tiempo al juego», añadió, en unas críticas durísimas que confirmaron las sensaciones del centrocampista del Madrid: ya no merecía la pena seguir.

Los comentarios negativos empezaron en 2014. «No te voy a pagar lo que pides porque no eres un jugador de talla mundial», ha reconocido Kroos que le aseguró Rummenigge cuando negociaban su renovación. «Cuando se fue al Madrid, el Bayern no pensaba que iba a ser un jugador top», explica a este periódico Tobias Altschäffl, responsable de la información del Bayern y de la selección en Bild. «Siempre le llamaban Querpass-Toni, como diciendo que siempre da un pase lateral, un pase fácil», explica. Un mote que todavía hoy llega a la concentración de Alemania. «Siempre estamos con esa expresión, Querpass-Toni. Quien todavía hoy diga eso, desgraciadamente no tiene ni idea de fútbol», ha dicho Nagelsmann.

"A veces la gente me subestima"

El mote no ha pasado desapercibido para Kroos. «Quizás muchos me encasillaron demasiado rápido y mi estilo de juego fue algo controvertido en Alemania durante mucho tiempo», dijo el jugador en 2019. «Creo que muchos aficionados aprecian mi juego, pero a veces creo que la gente subestima lo que he hecho estos años», admitió en una entrevista en 2023.

Unas críticas que ahora, con Kroos de vuelta a la selección, ya no existen. Incluso Matthaus ha tenido que cambiar el tono de su discurso: «Venderle al Madrid ha sido el mayor error del Bayern en su historia, la UEFA debería crear un premio con su nombre», declaró. De la crítica al amor. «Antes podría haber sido una relación de amor-odio, pero ahora es todo amor. Es el número uno para los fans ahora mismo», indica Altschäffl.

Kroos, mientras, evita contestar a ese cambio de discurso y se centra en exprimir sus últimos partidos como futbolista. Cada duelo es una final antes de volver a Madrid, su «casa».