En el fútbol, las excusas se suelen contar con una media sonrisa en la boca y las xaviscusas se tienen que decir muy muy serio
Lo único que le faltó a Laporta el lunes cuando se puso a dar explicaciones sobre el caso Negreira fue hacer la de Xavi y echarle la culpa al sol. Jurar por todo lo que se menea -no me vais a creer, tíos- que la culpa de su relación con aquel árbitro
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