Sacar conclusiones de un partido amistoso suele ser un ejercicio engañoso. Y si el partido se juega en Las Vegas, con un gran show montado alrededor, más todavía. La principal es que Rafael Nadal volvió a las pistas tras su lesión en los cuartos de final de Brisbane, hace casi dos meses, y que Carlos Alcaraz parece haberse recuperado del tobillo derecho, buena noticia de cara a su participación en Indian Wells la semana que viene. El resto es anecdótico.
Alcaraz derrotó a Nadal en el encuentro bautizado como el Netflix Slam, celebrado en el Michelob Ultra Arena del casino Mandalay Bay. Es parte de la irrupción del gigante del streaming en el negocio de los deportes en vivo. Y solo es el comienzo de la apuesta de la plataforma por este modelo de espectáculos. Hubo repartos de sets (3-6 y 6-4) y un súper tie break que cayó del lado del murciano de 20 años. Hasta cierto punto previsible.
Alcaraz comenzó dubitativo, cediendo una doble falta que le costó el primer break, sin demasiado ritmo y levantando el freno del acelerador, con la sensación de haberse llevado el choque con más facilidad de haber apretado un poco más los dientes. Parecía mostrar más ganas el manacorí.
El reciente campeón de Wimbledon no pareció querer reaccionar y fue a remolque en un parcial que duró 45 minutos y donde apenas tuvo tensión competitiva. Baste el dato de las nulas oportunidades de break que arrancó el de El Palmar en ese set y su inconsistencia en el saque. 6-3 en 38 minutos.
Y casi como si estuviera en el guión, el actual número dos del mundo apretó un poco y puso las cosas del cara en el segundo, con Nadal cediendo su saque con una doble falta. Un calco del primer set, solo que al revés, como mandan los cánones del espectáculo. Fue ahí, cuando se impuso cierta sensación de exigencia, cuando se notó lo justo de físico la leyenda del tenis mundial. El jueves, cuando debute en Indian Wells, sabremos más de sus verdaderas opciones de volver a dar guerra en el circuito ATP.
Aún faltaría un último giro de tuerca, un inesperado break por parte de Nadal para apretar la manga (5-4) y alargar algo más el espectáculo. No solo eso, cuando más apretaba el murciano, el veterano de 37 años se sacó un passing paralelo que puso al público en pie, marca de la casa. No pudo evitar, eso sí, que el partido se fuera al desenlace tras 48 minutos de segundo parcial.
El desempate fue, sin duda, lo más reseñable del partido, con un buen nivel de tenis entre ambos. Alcaraz tuvo cinco bolas de partido y el balear las salvó todas. La segunda, con otro passing demoledor sobre la subida del murciano a la red, puso al estadio de pie, volcados con las dos estrellas españolas. Hizo falta la sexta para cerrar el partido en poco menos de dos horas (14-12).
En general fue una experiencia grata para el público presente, con mucha presencia de hispanos en un estado, Nevada, donde son la principal. Nadal tuvo unos cuantos gestos hacia la grada que normalmente no se permite y concedió entrevistas entre juegos. Alcaraz, por su parte, regaló varios puntos a su admirado rival que, en condiciones normales, no dejaría escapar. Y todos contentos.
Tampoco faltó el baile de estrellas, con representación del mundo del deporte y del cine. Pau Gasol, Ona Carbonell, Charlize Theron, Catherine Zeta-Jones, Michael Douglas, Danai Gurira, Colin Kaepernick y un largo etcétera, en un estreno en Las Vegas para ambos jugadores que podría abrir la puerta a espectáculos similares en el futuro, a tenor de la respuesta y el entusiasmo del público.