GP de México
El asturiano, que quiere probar su nuevo coche el 22 de noviembre en los test de Abu Dhabi, reitera su hartazgo con la escudería francesa: “No estamos preparados”.
El abandono en México, el quinto por una avería en su coche, desencadenó las más furibundas críticas de Fernando Alonso contra Alpine. “Este motor no puede terminar las carreras, así que no estamos preparados. Si cambias seis o siete motores a lo largo del año no se trata de simple mala suerte”, explicó el bicampeón mundial en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Un hartazgo que parece haber acelerado la cuenta atrás para subirse al Aston Martin. En el horizonte ya aparece el 22 de noviembre, fecha de los test de Abu Dhabi, cuando el asturiano tiene pensado ponerse al volante del AMR22.
Los test de Yas Marina, que se disputan dos días después de la última carrera del Mundial, representan el primer campo de pruebas de cara al nuevo curso, tanto para los pilotos que cambian de aires como para los jóvenes debutantes. Todos se suben a los monoplazas del último año y estrenan los neumáticos de Pirelli para la siguiente temporada.
Una magnífica oportunidad para Alonso, aunque para poderla llevar a cabo debería previamente liberarse de sus obligaciones y compromisos con Alpine. A la espera de esta confirmación oficial, el ovetense ya ha lanzado un primer aviso desde México. “Siempre soy dueño de mi propio destino”, adelantó en declaraciones recogidas por Autosport. Estas prisas coinciden con su notorio desencanto a las órdendes de Laurent Rossi y Otmar Szafnauer, máximos responsables de la escudería francesa.
La comparación con Honda
La desesperación de Alonso se hizo patente en la vuelta 66, cuando la únidad de potencia de su A522 le dejó tirado a final de recta. Por entonces rodaba en la séptima plaza, luchando por unos puntos con los que Alpine aún pueda aguantar el acoso de McLaren en el Mundial de Constructores. “Durante 20 vueltas iba con cinco cilindros, haciendo medio el ridículo. Finalmente se rompió, que era lo mejor”, declaró el ovetense, que venía perdiendo casi dos segundos por giro frente a Esteban Ocon.
A falta de dos carreras, Ocon le aventaja ahora en 11 puntos, por lo que Alonso podría terminar este Mundial por detrás de su compañero de garaje. Un hecho que no se produce desde 2007, durante aquella convulsa temporada junto a Lewis Hamilton en McLaren. Las cinco averías de Fernando, seis si contamos el problema eléctrico que le apartó de la carrera al sprint en el GP de Austria, han mermado extraordinariamente sus opciones.
De hecho, la falta de fiabilidad de los motores Renault trae a la memoria de Alonso el infausto Mundial 2015, cuando inició una segunda andadura con McLaren. Durante aquel año, los contínuos contratiempos con Honda, suministrador de la escudería de Woking, se convirtieron en 72 puesto de penalización en la parrilla. “El caso es que por entonces los dos coches se paraban y este año todos los problemas son para el coche número 14”, analizó Alonso.