El sueño de volver a Europa no es una utopía para el Valencia de los milagros de Rubén Baraja. No será fácil la pelea con rivales como Real Sociedad y Betis y dependiendo de que el Athletic alce la Copa y libere una plaza para Conference League, pero nadie renuncia. En Los Cármenes de Granada había quien buscaba poder soñar y quien trataba de despertarse de una pesadilla. Ganaron los soñadores, el Valencia, con un gol de André Almeida en el minuto 76 en un duelo que nunca consiguieron tener de cara.[Narración y estadísticas]
Los tres puntos ponen al equipo séptimo, un lugar imposible de imaginar porque Baraja sigue teniendo recursos limitados. Se notó durante toda la primera parte, en la que no fue reconocible. Desdibujado y sin energía, se escudó en el guardameta Mamardashvili para frenar todo el ímpetu de un Granada que se aferraba a su última bala en Primera. Gumbau estrelló en la escuadra la primera ocasión sin romper a sudar y el georgiano se encargó de atajar todo lo que rondaba el área y, en especial, un chut de Pellestri. Dominaban los nazaríes, víctimas de nuevo de su desacierto ante un rival que ni siquiera pudo acercarse a la portería. La primera ocasión se la fabricó a trompicones en el 42.
Almeida, decisivo
El paso por el vestuario y la bronca de Baraja los espabiló. Se recolocaron en el campo y Javi Guerra, de un cabezazo, hizo desperezarse al meta Batalla. Los valencianistas necesitaban que alguien encendiera la luz y alumbrara el camino al área. Fue André Almeida.
El portugués es un fichaje que aprovechará Baraja en las ocho finales que le restan. Después de meses con una lesión de espalda, volvió al equipo para desatascarlo justo cuando más falta le hacía. Trianguló con Diego López para poner un centro raso que casi sorprende al portero granadino y, cinco minutos después, controló con el pecho en la frontal el balón despejado por Lucas Boyé de un saque de córner y, con un derechazo con el alma, inclinó el marcador y rompió una igualdad a punto de petrificarse.
Aún tuvo arrestos el Granada de buscar el empate a la desesperada, lo pudo lograr Pellestri, pero el Valencia, esta vez sí, tiró de oficio para amarrar tres puntos le dan la cuarta victoria del año lejos de Mestalla y le colocan en disposición de pensar que Europa ya no está tan lejos.