Alex Palou, tras su año mágico: “Me gusta haber triunfado a mi manera y que el éxito no me haya cambiado”

Alex Palou, tras su año mágico: "Me gusta haber triunfado a mi manera y que el éxito no me haya cambiado"

El pasado 25 de mayo, Álex Palou (Sant Antoni de Vilamajor, 1997) concretó en Indianápolis una de las mayores gestas en la historia del deporte español. A esa victoria en las 500 Millas sumaría, menos de tres meses después, su cuarto título de la IndyCar, con el que redondeó una temporada de leyenda. En Estados Unidos, el nombre de Palou ya se sitúa a la altura de Mario Andretti, Scott Dixon o Will Power, mientras por aquí sólo los muy iniciados siguen sus pasos de madrugada. A modo de despedida de 2025, Álex conversa con EL MUNDO sobre este año inolvidable.

El 25 de mayo de 2025, usted ganó las 500 Millas de Indianápolis. ¿Es esta victoria un pasaporte a la inmortalidad?
En Estados Unidos y en el motorsport, sí. Más que nada por toda la tradición que arrastra la carrera. También por tener la oportunidad de que pongan tu nombre y tu cara en el trofeo. Quieras o no, gane otras cinco veces o ninguna más, mi cara va a quedar esculpida ahí para siempre.
Quizá su gran virtud sea el control de la carrera. En Indianápolis supo usar a dos doblados como escudo durante las 14 últimas vueltas. A ocho para la meta, el coche le hizo un extraño y se quedó muy cerca del muro. ¿En estos casi siete meses, ha soñado alguna vez con todo aquello?
Sí, lo he revivido, sí. Y también de maneras distintas. Me acuerdo que justo la semana después, un día me desperté porque había soñado que no podía pasar a Marcus Ericsson y terminaba segundo. Y era como… ¡No puede ser! Pero sí, he revivido el momento muchas veces. Sobre todo, la celebración y la felicidad de después, con mi familia y mi equipo en la pista.
A día de hoy usted es el deportista español más célebre en EEUU…
Creo que hay súper estrellas como Marc Márquez o Carlos Alcaraz, que son mundiales, conocidas y celebradas incluso por quien ni siquiera sigue el tenis o el motor. Así que creo que no soy el que más, pero sí estaremos ahí, por supuesto.
Supongo que no le debe de resultar sencillo caminar tranquilo por la calle o sentarse a tomar un café…
Si salgo a comprar algo cerca de mi casa siempre hay alguien que me para. Si estoy en Nueva York, por ejemplo, no hay ningún problema, porque ahí no tenemos ninguna carrera. Pero allá donde corremos y sobre todo en el estado de Indiana, ahí sí que resulta todo mucho más difícil.
¿Y en España puede pasar más desapercibido?
Aquí no me pararán en la calle más de dos veces al día. Por aquí todo es muy normal.
Dado su actual estatus, ya sólo puede mirar a la historia, como Tadej Pogacar en el ciclismo o Mondo Duplantis en salto de pértiga. ¿Se le ha quedado a usted pequeña la IndyCar?
Si lo miras sólo por números, obviamente hay muy pocos con mis cifras. Sin embargo, yo me lo tomo como que en 2026 todos empezamos con cero puntos y a nadie le va a importar lo que haya hecho el año anterior. O lo vuelvo a hacer o se olvida rápido. Así que más vale que vuelva a apretar, porque si no todo el mundo lo olvidará.

Palou, durante el tradicional homenaje a los ladrillos del ‘brickyard’.JOE SKIBINSKI

Este año ha sido el de su mayor superioridad en el campeonato, con victorias en urbanos y óvalos, donde se veía por detrás de sus rivales. ¿Ha sido más duro de lo que parecía por TV?
Sí, mucho más. En la tele muchas veces se veía como demasiado fácil, pero bueno, suele ocurrir. La gente normalmente simplemente enciende la tele, la carrera ya ha empezado, quien va primero termina primero y dicen: “Así te lo hago yo también”. Pero no ven todo el trabajo y la preparación que hay detrás, que ha terminado marcando la diferencia. Ha sido un año mágico donde todo funcionó muy bien.
¿Se considera una persona ambiciosa?
Sí, por supuesto.
¿Y humilde?
Creo que sí, también.
Hablemos, por tanto, de su tormentosa relación con McLaren, con quien anda aún hoy en litigios. Zak Brown, CEO de McLaren, mostró con Fernando Alonso y Carlos Sainz una clara afinidad con los pilotos españoles. ¿Usted sintió alguna vez también ese cariño?
Bueno, sí, obviamente. Por eso, que fuera real o no, eso es lo que algunos pensarán y yo diré lo contrario, pero sí, al final lo que me ha pasado o lo que he vivido no ha sido lo mejor, obviamente, y en el lío en el que me he metido menos. Al final en ese momento tomé esa decisión, como otras que pensaba que eran lo mejor para mí, pensando que era la mejor, con la información que yo tenía en ese momento. Viendo todo lo que ha pasado, a lo mejor habría tomado otra y nunca habría intentado llegar a la F1, por ejemplo.
¿Qué se le viene a la cabeza cuando recuerda aquella vez que se subió al McLaren?
Estoy muy contento de aquella oportunidad de haberme podido subir por primera vez a un F1. Durante ese año lo hice más de una vez y fue un logro increíble como piloto. Un sueño, realmente fue un sueño. Aprendí un montón. Era un coche increíble de conducir. Quería intentarlo, darlo todo para intentar conseguir un puesto. No salió bien, obviamente, pero no me arrepiento. No es como, ostras, no valió la pena. Yo creo que sí. Podría haber salido mejor, obviamente. Podría no haberme metido en un lío legal, obviamente. Pero la realidad es que todo ocurrió así y no me arrepiento porque, como he dicho, en ese momento pensaba que se estaba haciendo lo correcto. Y creo que al final he tenido suerte, porque todo me ha salido bien a nivel de resultados y tomé la decisión correcta de romper algo y quedarme en Ganassi.
Viendo desde fuera lo que ha sucedido con McLaren a lo largo del Mundial 2025, ¿qué opina de las papaya rules?
Opino que han perdido oportunidades de haber sellado el Mundial mucho antes, porque al final para un equipo lo más importante es ganar. Te da igual con qué piloto, porque ambos son empleados. Creo que debe haber reglas en todos los deportes para favorecer a la empresa, al equipo. Y creo que por intentar ser, ¿cómo lo diría? ¿equilibrados? han hecho algo peor. Ha salido mal, han sido desequilibrados y además le dieron a uno de los pilotos más peligrosos, como Max Verstappen, una oportunidad que no debió tener. Así que estuvo muy interesante. Fui a tope con Max, a ver si podía conseguirlo.

El #10 de Chip Ganassi Racing, tras la victoria en Indianápolis.JOE SKIBINSKI

Su estilo cerebral al volante, su modo de leer la carrera y cuidar los neumáticos, ha generado algunas comparaciones, por ejemplo, con Alain Prost. ¿Le gustan estos comentarios?
Cuando te comparan con cualquier piloto que sea una leyenda, que todo el mundo lo conoce por haber logrado cosas enormes en el motorsport, te guste o no, para mí es algo increíble. Me lo tomo siempre bien, nunca me han comparado con alguien y he dicho, “¿dónde vas?”
Sus cuatro títulos de la IndyCar y la victoria en las 500 Millas le colocan a la par de Fernando Alonso, bicampeón mundial de F1, y Carlos Sainz, bicampeón mundial de rallies y cuatro veces ganador del Dakar. Si ampliamos el espectro, en motos también debemos mencionar a Marc Márquez y Ángel Nieto. ¿Se siente cómodo en este Olimpo del motorsport patrio?
Poco a poco nos hacemos un hueco ahí, con la única diferencia de que no es un Mundial. Por eso quizá pesa un poco menos. Pero espero haber abierto la puerta a futuros pilotos españoles, igual que lo hicieron Fernando, Carlos o Ángel, que fueron los primeros en lo suyo, o de Marc, que no fue el primero, pero que ha ganado mucho. Espero que yo haya podido hacer lo mismo para futuras generaciones, que ahora saben que no sólo podíamos llegar, sino que Álex ganó, la IndyCar y las 500 Millas. Así que ojalá le abra la puerta a algún futuro piloto español.
Siempre se ha sentido más cómodo lejos de la farándula y más pendiente de su familia. ¿Quizá ese perfil bajo puede haberle perjudicado?
¿En qué sentido?
En el sentido de que si a un piloto no le gusta medrar o revolotear por los círculos de poder, parece que en realidad no vale para esto.
Sí, puede ser. Yo vengo de una familia muy modesta, donde no creíamos posible nada de esto, donde sabíamos que cada día que seguíamos en el karting o en las fórmulas era una oportunidad increíble. Era como estar en el parque de atracciones. Éramos y somos conscientes de que mañana se puede terminar. Así que sí, supongo que no soy el prototipo, pero eso me gusta. Me gusta que haya sido más a mi manera y que haber llegado arriba tampoco me haya cambiado.
Hace unas semanas, su hija Lucía cumplió dos años. Hay un debate recurrente sobre cómo influye la paternidad en el rendimiento de los pilotos. ¿Qué opina al respecto?
Que no es verdad y si lo es, pues a mí me ha funcionado. Siempre lo había escuchado y siempre había tenido el miedo de que fuese verdad. Lo más importante para mí es la familia, mi mujer, mi hija, toda mi gente alrededor. No sabes lo contento que estoy de que mis mejores temporadas hayan coincidido con la paternidad. Porque la crianza es un trabajo increíble para el que nadie te prepara. Es mucho más trabajo del que te podrías haber imaginado, pero al mismo tiempo te da unas recompensas que tampoco nunca las habrías imaginado. Y a mí me ha ayudado a trabajar más, porque como no tengo tanto tiempo debo ser más eficiente. También me ha ayudado con los momentos malos, porque no me voy a estar rayando cuando una carrera me haya ido mal. Si me siento enfadado luego veo que a Lucía le da igual y que lo único que quiere es que yo pinte con ella. Eso me recuerda que tengo un trabajo increíble, pero que no estoy haciendo nada increíble, no estoy salvando vidas, no soy un médico que está haciendo realmente algo importante. Por todo ello, ser padre me ha ayudado a ir más rápido y a ser mucho más feliz.

kpd