A veces cuesta volver a sufrir. Cuesta volver a ponerse las guantillas y estar preparado para dar y recibir. Pero Aleksandre Topuria había cumplido el papel con su hermano, le había permitido volar, le había ayudado a despegar y ahora era su turno de reactivar su propio camino casi dos años después. Y no iba a desaprovecharlo. El contrato en la UFC esperaba.
Fue un gancho en el primer round el que allanó el camino de la victoria ante Colby Thicknesse. Porque, como dijo el propio Topuria al terminar la pelea: “La estrategia está bien, pero a veces un golpe lo cambia todo”. Y eso fue lo que ocurrió y lo que terminó borrando el clean sheet del australiano (7-1) cuando, al finalizar los tres rounds, el brazo que se alzó al aire fue el de Topuria (6-1) por decisión unánime de los tres jueces (30-27)
Y es que el combate de peso gallo (135 libras) comenzó con Thincknesse controlando bien la distancia con varias patadas más efectistas que efectivas y Aleksandre sin saber muy bien cómo meterle mano. Pegaba jabs y manos al cuerpo, pero no conseguía hacer daño con el poder que, dice Ilia, tiene en sus manos.
Entonces, tras un amago al cuerpo, consiguió golpear con un gancho de derecha a Thicknesse, que lo acusó, y la pelea viró hacia la esquina del hispanogeorgiano. Los primeros cinco minutos terminaron con un suplex magistral (una llave) que tumbó pero no noqueó al australiano.
El segundo asalto se vio a un Thicknesse más activo, pero incapaz de conectar con un rápido Topuria que entraba, pegaba y salía. Las tarjetas no mentían, 20 y 21 golpes conectados para el mayor de los Topuria en los dos primeros asaltos por 9 y 14 para Thicknesse. El combate estaba en la mano.
Así, en el tercero, El Conquistador ya supo que tenía el territorio en sus manos y lo que hizo fue “ocuparlo”. Se mantuvo casi los cinco minutos agarrado a Thicknesse sin dejarle realizar ninguna maniobra. Inteligencia frente a fuerza bruta. Quizás Ilia hubiese buscado el knockout, pero Aleksandre prefirió no arriesgar. “Estaba preparado para cualquier escenario”, admitió el hispanogeorgiano.
A domicilio
El mayor de los Topuria se presentaba en la UFC 312 en casa de su rival y también de Volkanovski, su mentor. Debía soportar la presión de debutar en el Olimpic Park de Sidney bajo la atenta mirada no sólo de Volk, sino de su propio hermano y campeón del mundo de la UFC de peso pluma. Y ante un rival inesperado tras la baja por lesión de Cody Haddon.
De hecho, Ilia se mantenía siempre a la espalda de Aleksandre como evidenciando que los focos debían ser sólo para su hermano. Fue el menor el que le puso el protector bucal al Conquistador, con una bandera de España de un lado y la de Georgia al otro. Igual que la enseña con la que se cubrió el vencedor tras la victoria. “No siempre es como te imaginas. Este rival me ha mostrado una gran pelea, y eso me ha valido un contrato en la UFC”, explicó el luchador tras terminar la pelea.