Alcaraz resiste contra el viento y ya está en semifinales del Masters 1000 de Roma

Alcaraz resiste contra el viento y ya está en semifinales del Masters 1000 de Roma

Quedan peligros, pero el Masters 1000 de Roma empieza a preparar una final entre Carlos Alcaraz y Jannik Sinner el próximo domingo, la primera entre ambos sobre tierra batida desde que eran unos críos. Si el italiano -que este jueves se enfrentará en cuartos de final a Casper Ruud– ha regresado de su sanción en excelente estado de forma, el español está también preparado. Este miércoles se aseguró su pase a semifinales al vencer a Jack Draper por 6-4 y 6-4 en una hora y 37 minutos en un encuentro incómodo por varios motivos.

En primer lugar por el viento de tormenta que azotó el Campo Centrale del Foro Itálico desde el calentamiento. Y en segundo por la estrategia de su adversario, siempre molesta, monótona e incluso aburrida.

Pese a su juventud, Alcaraz conoce las amenazas que el circuito le guarda; adversarios que le pueden acabar de estropear un mal día. Todos tienen el mismo perfil y Jack Draper es paradigma. Un saque de los que conceden pocas oportunidades, golpes potentes desde el fondo de la pista y, en este caso un cambio de mano, pues es zurdo. En los enfrentamientos anteriores, como en las semifinales del último Masters 1000 de Indian Wells, el británico ya le había amargado obligándole a jugar siempre de revés, todo el rato de revés, y por eso Alcaraz salió a la pista con toda la seriedad del mundo.

FILIPPO MONTEFORTEAFP

“¡Va, anímate!”, le pedía su entrenador, Juan Carlos Ferrero, en el primer set, pero en realidad no estaba apagado: estaba concentrado.

La pelea en el segundo set

Necesitaba estudiar las condiciones, el viento y la imposibilidad de dominar con su derecha. El margen era estrecho, dibujaba un plan. Con los primeros errores -incluida una doble falta- concedió un break y se descubrió por debajo en el marcador (2-4), pero a partir de ahí todo cambió. En cuanto Draper empezó a fallar sus primeros servicios, Alcaraz entró en la pista y la hizo suya. A base de piernas desmontó el tenis de su rival y luego pudo gustarse, bailando sobre el vendaval, aprovechando el aire para sus dejadas.

Con tres roturas consecutivas del servicio del británico, no sólo giró el primer set (6-4), también arrancó el segundo set con ventaja. Pero entonces le tocó tirar de oficio. El orgullo de Draper le devolvió el break y a partir de entonces padecía en cada servicio. Un dato: en ese periodo, el británico realizó 22 saques y el español, 51. Hubo que resistir, resistir y resistir -incluso salvar tres bolas de rotura- hasta que con 4-4 se abalanzó sobre Draper y se hizo con el triunfo.

kpd