Álvaro Granados, sobre el gol con el que hizo historia del waterpolo: “Era el único recurso que tenía, lo intenté, y salió”

Álvaro Granados, sobre el gol con el que hizo historia del waterpolo: "Era el único recurso que tenía, lo intenté, y salió"

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El nombre de Álvaro Granados (Terrassa, 1998) ya ha quedado grabado para siempre con letras de oro en la historia del waterpolo español. Un golpe de genio cuando la presión habría atenazado a prácticamente cualquiera, un lanzamiento tan inesperado como certero, acabó por transformarse en un gol que selló la remontada de España ante Croacia en Zagreb y le valió a su vez tanto su primer Europeo como el pasaporte definitivo para los Juegos Olímpicos que se celebrarán este verano en París.

«Es una cosa que pruebas en los entrenamientos, que hace gracia, de las que te dices ‘a ver si la meto’, pero que no suelen hacerse en los partidos. En ese momento, era el único recurso que tenía, lo intenté, y salió», explica en una conversación con este diario.

Este miércoles, por supuesto, era el jugador más buscado por los medios de entre todos los campeones. Y no era para menos. Su actuación en el Europeo de waterpolo, con el gran colofón de la final, le valió marcharse de Zagreb no sólo con un oro buscadísimo por la selección española, sino también con los reconocimientos como máximo anotador, con 21 tantos, y MVP del torneo. Algo para lo que ha trabajado muy duro desde que se metió por primera vez a nivel competitivo en una piscina.

«Si hago algo, lo hago bien. Y con el waterpolo, lo que más. Era mi sueño», destaca. Lo más curioso es que esta disciplina no es precisamente la que a él más le atraía de jovencito. En la que más le gustaba, eso sí, también había balón de por medio. «Mi hermano mayor jugaba a fútbol y yo quería seguir sus pasos, pero a mis padres no les gustaba el ambiente, me dijeron que hiciera natación o waterpolo y, como era un buen niño, les hice caso», señala.

Llegó un momento en el que la natación en sí empezó a aburrirle un poco. Quién sabe, también puede que el balón, en el fondo, le siguiera atrayendo con sus figurados cantos de sirena. Así que, en cuanto pudo elegir, se decantó finalmente por el waterpolo y se puso la figura de Felipe Perrone como modelo a seguir.

«Es el jugador que más veía, que más me gustaba y, ahora, es mi amigo. Veía vídeos suyos y pensaba ‘que bueno es este tío’ y ahora es mi compañero de habitación y un gran amigo. Algo así es una de las cosas más bonitas del deporte», señala un Álvaro Granados que, tras formarse en el Club Natació Terrassa y pasar por las filas del Club Atlètic-Barceloneta, emprendió la aventura de enrolarse en las filas del Novi Beograd en 2022.

«Cuando vives solo en un país extranjero, se magnifica todo, pero estoy muy contento con la decisión que he tomado», apunta. Aunque habla con sus compañeros en inglés, sí puede entender algo de serbio tanto en la piscina como en una conversación informal, como, por ejemplo, en un café. «Hablarlo, en cambio, es muy difícil», asegura.

Por supuesto, estaría más que encantado con la idea de volver a jugar en España. «Claro que me gustaría, estar cerca de la familia, en tu país, no tiene precio… Lo que sí lo tiene, por desgracia, es cómo te valoran», explica. «Hay una diferencia abismal entre el waterpolo en España y el waterpolo en los países balcánicos, en Italia, en Hungría… Me atrevería incluso a decir que es algo común a todos los deportes en general», señala.

Por eso, muy posiblemente, no ha descuidado en absoluto su formación académica: le quedan cuatro o cinco asignaturas para acabar la carrera de Derecho. Y, aunque es un deportista de élite, y no le gusta mucho la palabra foodie, sí confiesa que la buena comida, ir a restaurantes, es uno de sus principales hobbies. «Mi día perfecto sería ir a cenar a un sitio nuevo», apunta.

En cuanto a los Juegos, por mucho que el pasaporte esté ya en el bolsillo, son algo que, ahora, queda muy lejos. «El Europeo nos hace crecer como equipo, darnos cuenta de la madurez que tenemos, pero va a ser una temporada muy larga. Antes de los Juegos, tenemos el Mundial, los compromisos de nuestros clubes y lo mejor es ir paso a paso. Si pensamos en París desde ya, mal vamos», sentencia.

kpd