El entrenador azulgrana señaló a cuatro de sus jugadores durante el partido ante el Shakhtar y después reclamó “amor propio”
Un Xavi Hernández iracundo, lo nunca visto. Esta vez no hubo excusas: ni el rival, ni el arbitraje, ni la suerte, ni tan siquiera el césped del Volksparkstadion de Hamburgo, un césped maltratado. El entrenador del Barcelona estaba enfadado, vaya si lo estaba. Tanto que en la derrota ante el Shakhtar Donestk este martes (0-1) no dudó en señalar a cuatro de sus jugadores. De golpe, en el minuto 59 del partido, sustituyó a varios titulares a la vez para evidenciar su cabreo. Marcos Alonso, Oriol Romeu, Ferran Torres y Raphinha se marcharon al banquillo, sin más. ¿Qué pasó?
“Ha sido uno de los peores partidos que recuerdo, estamos en un momento malo de la temporada. Un momento bajo en cuanto a juego, en cuanto a pérdidas de pelota, en cuanto a entender cómo atacar… en cuanto a confianza. Hay algunos jugadores que deben hacer un reset”, explicó el entrenador azulgrana en rueda de prensa, que justo esta semana cumplía dos años en el cargo.
Durante el encuentro ya dio muestras de su malestar, como con el cuádruple cambio o al descanso, cuando voló al vestuario para dar instrucciones a los suyos sobre cómo remontar el gol de Sikan, pero fue sobre todo después cuando no se escondió. “Tenemos que sacar el carácter, el amor propio y recuperar la confianza. Hace poco jugábamos bien al fútbol, ahora estamos en un bache”.
Peligro ante el Oporto
Desde principios de octubre, cuando salvó de milagro su visita al Oporto en Champions o el partido ante el Athletic de Liga, el Barcelona ya arrastraba problemas, pero la derrota ante el Real Madrid en el último clásico derribó el estado anímico del conjunto. Ante la Real Sociedad, con un mal juego, venció igualmente; este martes ante el Shakhtar no tuvo la misma suerte. Además de los cuatro sustituidos, otros líderes como Lewandowski o Gundogan quedaron señalados y ahora la Champions vuelve a estar en peligro.
Para alcanzar los octavos de final, objetivo mínimo, objetivo inalcanzado en las dos últimas temporadas, el Barcelona necesita ganar o, como mínimo, empatar ante el Oporto en el Estadi Lluís Companys el próximo 28 de noviembre. Si cae, si vuelve a resbalar, incluso podría no servirle de nada una victoria ante el Amberes en la última jornada, un escenario peligroso. “Estamos enfadados, esto no nos puede pasar a nosotros. ¿Las palabras de Gundogan después del clásico? Por favor dejadnos de preguntar sobre ello. Dijo lo que dijo porque se sentía así. Tenía razón, tenemos que mejorar si queremos ganar”, declaró Ter Stegen, en consonancia con su entrenador. Después de la derrota, el enojo. Un Xavi Hernández iracundo, lo nunca visto
