El presidente del Barça se posiciona a favor de la amnistía: “Que todos los que participaron acaben de sufrir, empezando por el presidente Puigdemont”
Laporta, tras su imputación por el caso Negreira: “Hay un madridismo sociológico en los centros de poder”
Un día después de ser imputado por un delito de cohecho en el ‘Caso Negreira’, Joan Laporta intentó lanzar un mensaje de tranquilidad a los socios del Barcelona al asegurar que “acabará en una sentencia absolutoria” para la entidad azulgrana y que su aparición en la causa por los pagos al que fuera vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros no tendrá recorrido.
“Eran informes útiles. Hemos demostrado que había unos servicios y unos informes, que estaban documentados, que había un asesoramiento”, ha asegurado en una entrevista a Catalunya Ràdio Joan Laporta, al que el juez investiga por un delito continuado de cohecho durante su primer mandato en el club.
El magistrado discrepa así del criterio de la Fiscalía Anticorrupción, que entiende que la responsabilidad de Laporta en los pagos, que se produjeron entre 2001 y 2018, había prescrito. En este sentido, el presidente del Barça recordó que la fiscalía “califica los hechos de corrupción deportiva y administración desleal, pero en ningún caso cohecho” y reiteró su extrañeza porque un juez instructor, “que lo que tiene que hacer es investigar”, califique los hechos, “que es lo que corresponde a la parte acusadora”.
En cualquier caso, Joan Laporta insistió en que en el club reina la serenidad, “porque no lo han probado y no lo podrán probar, porque no es cierto” que los 7,3 millones que facturó Enríquez Negreira fueran por la compra de árbitros en lugar de por la elaboración de informes técnicos arbitrales y de seguimiento de jugadores.
“Negreira no es funcionario”
“De nuestra época, todos los pagos se pueden constatar. Desde el punto de vista fáctico, está demostrado. Y también técnico. La parte que nos acusa de corrupción deportiva no se puede probar. Además, no hay soborno porque el señor Negreira no tiene calificación de funcionario“, justificó Laporta en la entrevista.
El presidente del Barcelona señaló al Real Madrid al apuntar que hay una campaña para desestabilizar a su club. “Hay un madridismo sociológico que tiene mucha fuerza, contra el que hemos luchado y hemos ganado. El madridismo sociológico sufrió al presidente del probablemente mejor Barcelona de la historia… Es un reto muy grande combatir, con deportividad, contra el madridismo sociológico. Estamos acostumbrados. Está en los medios de comunicación, en sectores políticos, en el poder deportivo… y lo hemos de aceptar con normalidad. Pero como culés hemos de competir, y hemos ganado, contra esto. Les da pánico un Barcelona ganador, admirado y querido”, apuntó.
Laporta confió en una resolución favorable del caso: “Estamos en la vista previa. Soy jurista y veo que no puede prosperar. Nuestros servicios jurídicos lo están trabajando y bien. El caso Negreira es un apartado más de este madridismo sociológico. Tratan de ensuciar”.
Al presidente del Barcelona también le preguntaron por la situación política en Cataluña y se mostró partidario de la amnistía para los políticos del procés. “Lo que sí deseo es la amnistía. Que todos los que participaron acaben de sufrir, empezando por el presidente Puigdemont. Me gustaría que se consiguiera la amnistía porque es una injusticia”.
Hasta hace poco, decir "Negreira" era invocar uno de los mayores escándalos del fútbol español. Pero este deporte, que a veces devuelve los golpes con gracia, ha querido regalarle al nombre un poco de alegría inesperada. Porque en Galicia, a apenas 20 kilómetros de Santiago de Compostela, seis mil habitantes saben que existe otro Negreira, uno que huele a hierba mojada, donde los vecinos se conocen "de toda la vida" y con un equipo de Preferente que, contra todo pronóstico, se ajusta las botas para recibir esta noche a la Real Sociedad en la primera ronda eliminatoria de la Copa del Rey, ese torneo que permite poner a los modestos frente a los gigantes del fútbol nacional.
La palabra suena ahora a himnos ensayados en el bar del pueblo, chavales agotando las camisetas del club y un equipo de técnicos colocando las gradas provisionales. "Nadie en su sano juicio cree que vayamos a ganar", reconocen los jugadores. Pero da igual. Ellos saben que esto no va de goles, sino de 90 minutos para "hacer historia" y recordarle al fútbol de Primera División que todo empezó con coñas en los vestuarios y balones embarrados.
"Es una delicia. He visto a la mayoría de estos chicos dar sus primeras patadas, y que ahora vayan a medirse con jugadores como Kubo, Oyarzabal o Odriozola es algo inexplicable", confiesa el director deportivo de la SD Negreira, Carlos Berdullas. Como casi todos los que han pisado el césped del municipal García Calvo, la suya es una historia de lealtad. Empezó a vestir el rojo del equipo con nueve años, luego lo hizo su hermano, y hoy su hijo también juega. "Aquí no hay glamour, ni portadas ni focos. Lo que hay es unión, grupo y familia", dice.
"Nos lo pasamos bien"
Quizá por eso nadie en el pueblo sueñe con una victoria milagrosa. En el SD Negreira no ha habido contratos millonarios ni estrellas colgando de la camiseta. Sus futbolistas han aprendido a compaginar la pasión por el deporte con la vida real y se pegan madrugones para cargar cajas en el supermercado o apilar papeles en la imprenta. Alberto Freire, uno de los que más expectación levantan sobre el campo, combina la pelota con su trabajo de policía en Santiago de Compostela.
"Llego a los entrenos a las 20.00 horas, salgo a las 22.00 y muchas veces me voy a trabajar ya agotado y sin cenar", confiesa. Lo más duro llega los fines de semana, cuando trabaja de noche y al día siguiente tiene que saltar al césped sin haber dormido. "No somos profesionales, cada uno tiene su vida, sus problemas, pero al final lo que cuenta es que nos lo pasamos bien", añade.
El equipo, que se clasificó para la Copa del Rey tras un año recorriendo las competiciones regionales y alzarse con la Copa del Sar, la Copa de la Diputación y la Supercopa Galicia, sigue frotándose los ojos cada mañana. "Nadie esperaba esto. Íbamos ganando torneos, pero lo veíamos tan lejos... y al final decíamos, joder, pues a lo mejor sí que puede pasar", explica el entrenador Adrián Vázquez.
"no podemos soltar tantas animaladas"
El momento más surrealista llegó con el sorteo, cuando todos los ojos se posaron sobre el equipo que comparte nombre con el ex número dos de los árbitros, José María Enríquez Negreira, protagonista del caso que puso en entredicho la limpieza arbitral al descubrirse que el FC Barcelona le pagó más de ocho millones de euros durante dos décadas. El propio Adrián no pudo evitar bromear entonces: "A ver si hay un pequeño amaño y nos toca contra ellos", dijo en referencia al equipo culé.
Desde entonces las coñas en los vestuarios del equipo gallego no han parado de repetirse. "Para nosotros era normal, es el nombre de nuestro pueblo y aprovechábamos para hacer la broma. Pero ya hemos visto que en el fútbol profesional hay que medir lo que se dice, porque genera revuelo. Ahora ya somos más conscientes de que no podemos soltar tantas animaladas como en nuestra categoría", dice Alberto.
Dentro de Galicia son conocidos desde hace años como uno de los equipos más fuertes de la Preferente, pero a ojos ajenos siguen cargando con la broma del nombre. Queda por ver cómo se portará realmente el equipo arbitral con ellos.
El modesto vestuario local del SD Negreira.J. B. C
Tomar consciencia de todo lo que se les venía encima fue imposible. Desde el último mes, todo llegó como un vendaval. Miradas que se cruzan, llamadas a cualquier hora, cafés tibios en despachos a puerta cerrada, discusiones con la RFEF. Tanto trajín que tuvieron que fichar a alguien a última hora para que controlase la comunicación del equipo y gestionar el contacto con la prensa. Todo, claro, para que hoy (21.00 horas) 3.030 vecinos puedan llenar las gradas frente a la Real Sociedad. Literalmente, la mitad del pueblo (6.000) mirando de cerca lo imposible.
Los vestuarios que recibirán a la Real Sociedad son pequeños, sencillos, con paredes de azulejos blancos que guardan la memoria del club desde su fundación en 1963. Allí cuelgan fotos de momentos históricos, como la visita del balón de oro coruñés Luis Suárez, y retratos de generaciones que han vestido la camiseta. Cada rincón refleja humildad y orgullo. El pueblo entero se ha volcado para que el partido sea perfecto. Los vecinos se han ofrecido desinteresadamente para gestionar los minibares o colocar grúas con focos improvisados. Todo es artesanal, hecho con esfuerzo, mimo y mucha improvisación.
"Vivir la experiencia de Primera División con nuestros recursos está siendo agotador, pero lo hacemos por los nuestros", explica Carlos. Los "nuestros", son también los ultras de la barandilla, un puñado de "unos 20 locos" -dice con cariño-, que cada domingo se amontonan en la barandilla del campo, con la misma entrega que un estadio de Primera, y por un par de horas convierten un partido de Preferente gallega en un Bernabéu en miniatura.
"cambiar el turno a algún compañero"
Lo que tienen claro es que el encuentro supondrá "una importante inyección de dinero para el club" y también es una oportunidad para ganar visibilidad y atraer a más gente. Nada les hace más ilusión que poner en el foco a un equipo "de toda la vida", donde los jugadores llevan los motes del pueblo como si fueran medallas. 'Juan de Selia', extremo del equipo desde hace tres años, se llama así por su madre, Celia, y por su seseo, y el apodo se quedó pegado a él. "Antes del partido voy a tener que currar de 7 a 3, no sé cómo voy a organizarlo. Todavía estoy viendo si puedo cambiarle el turno a algún compañero", cuenta.
La experiencia es lo que más esperan. Angelo Liñares la vivirá por segunda vez, ya que hace unos años, cuando jugaba en el CD Boiro, tuvo la oportunidad de medirse con el RCD Mallorca en la Copa del Rey. "Perdimos 4-0, pero nos lo pasamos como críos. Espero que esta vez sea igual", dice. Y lo que sueña, lo que de verdad le hace ilusión, es intercambiar alguna camiseta con los rivales. "Ya le escribí a Brais Méndez por privado, pero no me contestó. A ver si con esto de la entrevista le llega y consigo su camiseta después del partido", ríe.
Cuando el último rayo de luz se apaga sobre el campo del SD Negreira, los camiones y las grúas siguen despiertas. Alberto se marcha a patrullar Santiago, Carlos aún sigue pegado al teléfono y Adrián repasa la alineación. Como un comentario inocente, el redactor suelta un "ahora solo queda ganar", a lo que responden: "Ganar está bien, pero aquí tiramos del corazón y de las ganas de disfrutar".