Entrevista
“Aún me quedan cosas por hacer, puedo animar a más gente a correr”, asegura el keniano, que el viernes recibirá en Oviedo el Premio Princesa de Asturias de los Deportes.
Eliud Kipchoge (Kapsisiywa, Kenia, 1984), por primera vez en España. El mejor maratoniano de la historia recibirá este viernes el Premio Princesa de Asturias de los Deportes en el Teatro Campoamor de Oviedo (18:30 horas), aunque antes tiene algo más importante que hacer. Por la mañana se pondrá al frente de un enorme grupo de niños para correr unos kilómetros por el Campo San Francisco de la ciudad asturiana. A los 38 años, después de haberlo ganado todo, aún alimenta ambiciones personales, pero nada le motiva más que inspirar a los jóvenes, animarles a hacer deporte, mejorar el mundo a su manera, de zancada en zancada.
“Desde que empecé a correr supe que era algo poderoso, que corriendo se podían conseguir cosas importantes. Me hace muy feliz recibir el Premio Princesa de Asturias, es un reconocimiento a todo en lo que he creído profundamente a lo largo de mi carrera”, comenta en una charla breve con EL MUNDO antes de cambiar sus habituales mallas y sus zapatillas mágicas por un traje y unos zapatos.
- Sus dos oros olímpicos en maratón, sus récords del mundo, el desafío de Viena en el que rompió la barrera de las dos horas en una prueba no oficial. ¿Tiene la sensación de haber terminado ya el trabajo?
- Creo que todavía puedo animar a más gente a correr, aún me quedan cosas por hacer. Realmente pienso que un mundo en el que se corre es un mundo más feliz y más pacífico.
- Este año ha sufrido en el maratón de Boston [sexto, 2:09:23] y ha brillado en Berlín [victoria, 2:02:42]. Tan acostumbrado a ganar, ¿Cuánto le cuesta superar un mal día?
- Por supuesto que Boston acabó con un resultado duro para mí, pero hay paralelismos entre correr y vivir. Hay que saber disfrutar de los buenos días y superar los malos. Es importante cuidar de la salud mental para ser feliz.
Kipchoge recibe el honor en Oviedo dos semanas después de perder un título que ostentaba desde 2018: el hombre más rápido del planeta. El también keniano Kelvin Kiptum batió su récord del mundo de maratón en Chicago (2:00:35) y tomó su relevo en la carrera por demoler el muro de las dos horas en una carrera homologada. Pese al avance de la tecnología en calzado o en nutrición, parece improbable que Kipchoge busque una nueva plusmarca el año que viene; su objetivo es otro.
En los Juegos de París 2024 aspirará a la eternidad. En los alrededores del Sena, con salida en el Hotel de Ville y meta en Los Inválidos, intentará sumar su tercer oro olímpico consecutivo y así superar al alemán Waldemar Cierpinski (1976 y 1980) y sobre todo a la leyenda etíope Abebe Bikila (1960 y 1964). En las dos citas olímpicas anteriores, Kipchoge apenas encontró oposición y venció con más de un minuto de ventaja, pero esta vez se espera diferente. El propio Kiptum ya ha anunciado que quiere estar en los Juegos y también lo intentará Kenenisa Bekele, que podría correr este diciembre en el maratón de Valencia para buscar su plaza.
- ¿Cuánto hay de ambición personal en su objetivo de ganar el tercer oro olímpico?
- Es una motivación personal, no lo puedo negar. Me gustaría ser el primero en ganar tres oros olímpicos en maratón.
- Ya ha confesado que nunca dejará de correr, pero… ¿Se ve practicando otros deportes cuando se retire?
- Me gustan muchos deportes y los sigo como espectador, pero si tuviera que escoger uno, probaría jugar a tenis.
La fecha del adiós de Kipchoge es una incógnita. Ya han pasado muchos años desde su debut como internacional en el Mundial de cross de 2002, desde su oro en los 5.000 metros del Mundial de 2003 e incluso desde su debut en 2013 en maratón, la distancia que le ha dado más gloria, pero todavía no ha anunciado cuándo se retirará. El cajón más alto del podio de los Juegos de París 2024 se entiende como el mejor lugar… o no.
Hace unos años el keniano emprendió el reto de ganar los seis majors, los maratones más prestigiosos del planeta, y todavía le faltan Boston y Nueva York. En Berlín ha vencido cinco veces, en Londres, cuatro, y una vez en Chicago y Tokio, pero su curriculum guarda esos dos huecos. Quizá buscará el doblete en 2025. En todo caso, ya merece el Premio Princesa de Asturias de los Deportes que recibirá este viernes en Oviedo por su trayectoria y por su entrega para inspirar a niños como los que correrán con él en el Campo San Francisco de la ciudad asturiana.