Luis Rubiales, el fin de un mandato lleno de escándalos

Luis Rubiales, el fin de un mandato lleno de escándalos

Después de un pulso de semanas contra todos, Luis Rubiales ha dimitido. No por Salobreña, no por las comisiones por la Supercopa en Arabia, no por el espionaje a directivos o periodistas, no por cinco años de polémicas y escándalos. Sí por 90 minutos de vergüenza en el momento culmen del fútbol femenino español. Sí por un “pico” que, desgraciadamente, ya es historia del deporte nacional. Un beso en la boca a Jenni Hermoso que hizo girar las miradas del mundo entero hacia el presidente de la Federación, el mismo que se había tocado los testículos en el palco al lado de la Reina Letizia o había insultado a sus críticos en la radio en horario de máxima audiencia.

El ex futbolista había ganado hasta ahora todas sus batallas, intocable en la trinchera de oro de la RFEF y resguardado por las mismas fuerzas políticas que ahora le han abandonado, no sin razones. En el CSD siempre habían esquivado públicamente una respuesta a todas sus polémicas, poniendo su caso en manos de la justicia para no explorar la vía de la inhabilitación deportiva. Tras el beso a Hermoso, ese discurso cambió. También el del Gobierno, que iba de su mano en la carrera por el Mundial 2030 a pesar de todas las informaciones que salían sobre él. De nuevo, después de su actuación en la final femenina, el Ejecutivo no ha tenido piedad.

Para saber más

A su espalda quedan cinco años de un mandato contundente en lo deportivo, con una Liga de Naciones masculina y un Mundial femenino en el bolsillo, pero traumático en lo ético y, veremos, en lo judicial. El Juzgado de Instrucción número 4 de Majadahonda, donde es responsable la jueza Delia Rodrigo Díaz, analiza desde hace meses todo su caso.

Acumulación de denuncias

El 17 de mayo de 2018 y después de haber reactivado durante ocho años la AFE, con la primera huelga en 27 años incluida, Rubiales accedió al puesto de Ángel María Villar como presidente de la Federación con una mayoría absoluta sobre Juan Luis Larrea. “Hay que corregir los errores del pasado”, dijo en su primer discurso. A las cuatro semanas le llegó el primer problema.

A 48 horas del inicio del Mundial de Rusia, Rubiales despidió a Julen Lopetegui tras hacerse oficial su fichaje por el Real Madrid una vez terminara el torneo. El presidente de la RFEF lo sabía, pero no perdonó que se hiciera público y puso a Fernando Hierro en el banquillo sin dudar. España, en uno de sus grandes fracasos, cayó en octavos contra Rusia.

En septiembre de ese año comenzaron a acumularse las denuncias a su alrededor. La arquitecta que había trabajado para él en su casa de Valencia, Yasmina Eid-Macheh, le acusó de haber querido pagarle una deuda personal hinchando facturas de la AFE y le demandó por agresión. Según ella, en 2017, el que era presidente de la AFE “forcejea, me agarra del brazo y me golpea con el puño y con la puerta de un taxi en el costado”.

En 2018 también se produjo el famoso viaje a Nueva York que Rubiales, según diversas informaciones, “habría pagado con dinero de la Federación”. Según desveló El Confidencial, simuló reuniones con la ONU y la Major League Soccer para pasar seis días en EEUU, donde estuvo acompañado de una pintora mexicana. La estancia corrió a cargo de los presupuestos de la institución.

Salobreña, el mayor escándalo

En 2020 llegaría la fiesta de Salobreña, que vio la luz en 2022, uno de sus puntos más bajos. Juan Rubiales, tío y ex jefe de Gabinete del presidente de la RFEF, denunció ante la Fiscalía Anticorrupción el pago de fiestas privadas con dinero federativo. Según su declaración, Rubiales celebró “a principios de 2020 una orgía en un chalé privado de Salobreña, pagándose los gastos con tarjetas de la RFEF e invitando a un grupo de ocho o 10 chicas jóvenes”.

Ese 2020, Rubiales convocó elecciones anticipadas y, aunque Iker Casillas anunció su candidatura, finalmente el ex portero del Real Madrid se retiró de la carrera y dejó vía libre para el que ya era presidente de la Federación.

El inicio de su fin comenzó en 2022. A la publicación de los detalles de la fiesta en Salobreña se sumaron las comisiones por el acuerdo para llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí, sus mensajes con Gerard Piqué, la acusación de grabar a miembros del Gobierno, incluido Pedro Sánchez, su guerra fría con Javier Tebas, presidente de LaLiga, y con David Aganzo, responsable de AFE.

El mensaje a Sánchez

Presidente, ¿tú crees que me merezco esto?”, le llegó a escribir a Sánchez, según El Confidencial. En ese momento, el Partido Popular se “cuestionaba” sobre si “la pasividad” del Gobierno ante las prácticas del presidente de la RFEF se debía “a esos audios o a los vínculos familiares que tiene con el PSOE”. El Gobierno le pidió explicaciones, pero le mantuvo en el poder a pesar de todas estas noticias: “Rubiales burló las normas para que la RFEF le pagara un piso de lujo en la Plaza de España de Madrid”, “La Fiscalía abre una investigación por las presuntas irregularidades de Luis Rubiales al frente de la Federación”, “Rubiales urdió un ‘plan oculto’ para pagar a Piqué 24 millones por la Supercopa“…

Sus relaciones con Piqué han sido de lo más sonado de su mandato. La Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) asegura que “la relación entre la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y Kosmos (empresa propiedad de Piqué) se quiso mantener oculta” en relación con el contrato para que la Supercopa de España se disputara en Arabia Saudí a cambio de comisiones millonarias para el futbolista.

Rebelión de las jugadoras

El año 2022 siguió con “El Gobierno teme que Rubiales haya grabado a Pedro Sánchez”, “Tebas dice que es ‘una grabadora andante'” o “Rubiales espió con detectives al jefe de Investigación de EL MUNDO para descubrir la fuente de los Supercopa Files”.

Noticias que acompañaron a las polémicas deportivas que también se acumularon a su alrededor, con el uso del VAR como principal punto de fricción con los clubes masculinos y la rebelión de las jugadoras de la selección en septiembre del año pasado como gran batalla en un fútbol femenino que también estaba en guerra contra él, con la Liga F en la trinchera. Rubiales decidió apoyar a su seleccionador, Jorge Vilda, y un año después son ellas, en la voz y el silencio de Jenni Hermoso, las que le han dado una fuerte estocada.

kpd