Mundial de Baloncesto
España, eliminada
El alero, especialista defensivo, sorprendió con 11 puntos clave en el último cuarto. Los Grizzlies decidieron no renovarle tras sus continuas polémicas, entre otras agredir y llamar “viejo” a LeBron James
Dillon Brooks no estaba en el guion de Sergio Scariolo. Entre tantos talentos de Canadá, pocos pensaron que el realmente decisivo en ese otro último cuarto para olvidar de España iba a ser el histriónico alero. Si Shai Gilgeous-Alexander dio la puntilla a la selección, en la remontada canadiense fue el antihéroe el protagonista. El villano de la NBA, el tipo más odiado al que Jordi Fernández ha logrado reconvertir para su causa.
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El pasado mes de abril, durante los playoffs de la NBA, Brooks golpeó en sus partes a LeBron James y fue expulsado. No era su primera travesura -ya había tenido una enorme pelea con Donovan Mitchell– y con el propio King se las había tenido ya, llamándole “viejo” y provocándole. Aunque después en la cancha acabara humillado y derrotado. No le importa al de Mississauga, aunque después de todo aquello, de su bajo rendimiento, sus continuas polémicas y sus 18 técnicas, acabara ‘expulsado’ de los Grizzlies, su única franquicia en la NBA desde 2017.
Fue un momento crítico para Dillon, aunque pronto firmaría un jugoso contrato con los Rockets, 80 millones por cuatro años. Un volver a empezar para un tipo que antes tenía una misión con Canadá. “Después de un año difícil con mi antiguo equipo, fue fantástico refrescarme con la sangre canadiense. Con chicos que creen en mí, que confían en mí”, se felicitó después de destrozar a España en un último cuarto en el que firmó 11 puntos (22 en total) y fue el capitán de una defensa que bloqueó completamente al equipo de Scariolo.
Brooks, como es habitual en él, se las tuvo con casi todos. Se enganchó con Rudy, batalló físicamente con cualquiera. Su descomunal fuerza física y su versatilidad, capaz de defender a un alero o a un pívot, le han hecho un especialista en la NBA y oro puro para un Jordi Fernández que ha sabido sacar lo mejor de él. Pero fueron los triples del último cuarto -está promediando por encima del 50% en el torneo- los que rompieron cualquier pronóstico.
“Él es un líder. Hace lo correcto en la cancha, juega con la energía adecuada. Esta noche fue recompensado con los tiros”, le elogió sin duda Gilgeous-Alexander, todos felices por la gesta canadiense: lucharán por las medallas en Manila (no estaba en cuartos desde 1998, el Mundial de Toronto) y volverán a unos Juegos 24 años después. “Mi sueño siempre ha sido llegar a los Juegos. Desde que me uní al equipo de Canadá en U16. Sé que a partir de ahora enorgullecemos a muchos canadienses. Sé que cuando regresemos después de descubrir cómo ganar este oro, será genial”, proclamó el malo de la NBA, al que las gradas del Indonesia Arena llevan gritando MVP desde el primer día, cuando también fue clave en el triunfo ante Francia.