Baloncesto
La selección norteamericana buscará mejorar la sexta posición lograda en el último Mundial de baloncesto apostando otra vez mayoritariamente por la juventud en lugar de los focos
Desde que Estados Unidos abrió la veda a que sus estrellas de la NBA participaran en competiciones internacionales en los Juegos Olímpicos de 1992, su selección siempre es la máxima favorita para hacerse con todos los títulos y el apodo de Dream Team es permanente, pero su historial en los Mundiales no ha estado siempre a la altura del apelativo. Desde que cuenta con los profesionales, ha ganado tres de siete (España y Yugoslavia se reparten por pare los otros cuatro).
En el último Mundial, conquistado por los de Scariolo hace cuatro años, Estados Unidos presentó una selección basada fundamentalmente en el talento joven que se hizo con una discreta sexta plaza. Dos años más tarde, en los Juegos de Tokio, sólo Khris Middleton y Jayson Tatum repitieron convocatoria y el equipo, con Kevin Durant a la cabeza, se hizo con el oro.
Este verano vuelve a suceder lo mismo y la selección yanqui, que se enfrenta esta noche a España en Málaga (21.30, La 1), como preparación para el Mundial de Filipinas, Japón e Indonesia, ha apostado otra vez por un conjunto en el que prima la savia nueva y faltan superestrellas.De hecho, no hay ninguno de los campeones de la pasada cita olímpica.
Los 12 elegidos por Steve Kerr para el Mundial son Paolo Banchero, Mikal Bridges, Jalen Brunson, Anthony Edwards, Tyrese Haliburton, Josh Hart, Brandon Ingram, Cam Johnson, Walker Kessler, Bobby Portis, Austin Reaves y Jaren Jackson Jr. El primero, Banchero, es el mejor ejemplo de lo que pretende el combinado dirigido por Steve Kerr: formar piezas para el siguiente gran DreamTeam. El ala-pívot de Orlando Magic ha sido nombrado mejor novato de la última temporada y ha acabado decidiendo defender a la selección de EE.UU. en lugar de a Italia, de donde proviene su familia y que era su elección hasta hace pocos meses.
En cualquier caso, no hay que dejarse engañar por la falta de brillantina. Seis de sus jugadores promediaron más de 20 puntos este curso en la NBA y tres fueron all star: Haliburton, Edwards y Jaren Jackson, que además ganó el premio al Mejor Defensor del año. Otros, como Brandon Ingram, lo fueron en años anteriores y todos tienen pinta de acabar siéndolo muy pronto.
Por ejemplo, Jalen Brunson. A este base de 26 años le ha sentado de maravilla cambiar los Dallas Mavericks por los New York Knicks. A lo largo de la temporada regular promedió 24 puntos y 6,2 asistencias antes de subir aún más el nivel en los playoffs con 27,8 puntos y 5,6 asistencias. Los Knicks han recuperado el orgullo gracias a él.
El otro director de juego, Tyrese Haliburton, cuenta con un perfil más pasador, pero para nada reñido con la efectividad. A sus 23 años, firmó la temporada pasada unos números con Indiana Pacers que incluyen una media de 10,4 asistencias y 20,7 puntos por encuentro con grandes porcentajes.
Ingram, por supuesto, es otro de los nombres que merecen ser destacados. Los Lakers lo eligieran con el número dos del draft en 2016 para afrontar el que iba a ser su primer año sin Kobe Bryant, pero las lesiones acabaron por ponerle demasiadas trabas a su juego. Al fin estalló en los New Orleans Pelicans y la pasada temporada, a los 25 años, firmó las mejores estadísticas de su carrera con una media de 24,7 puntos por partido.
Defensa
Pero el ancla del equipo debe ser Jackson Jr. Este ala-pívot de 23 años, perteneciente a los Memphis Grizzlies, es el perfecto interior moderno: una máquina de taponar capaz de correr la pista y lanzar de tres. Un jugador fabuloso. Como Edwards, de 22 años, seguramente el mejor escolta puro joven de la NBA y el que más trazas de futura superestrella tiene en el equipo.
La plantilla la completan jornaleros de lujo como Bobby Portis. Con 28 años, el pívot de Milwaukee es uno de los más veteranos y aportará una intensidad a veces desmedida. Que se lo digan a Nikola Mirotic, a quien mandó al hospital tras una pelea a puñetazos cuando ambos compartían vestuario en los Chicago Bulls.