La charla “motivadora” de Carvajal y la sinceridad de Navas: “El míster lo ha pasado mal”

La charla "motivadora" de Carvajal y la sinceridad de Navas: "El míster lo ha pasado mal"

UEFA Nations League

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El veterano lateral marcó el último penalti que hizo buenas las paradas de Unai. Rodri los reivindica: “Hemos sido fuertes mentalmente y le pongo un 10 a este equipo”.

Carvajal anota el penalti decisivo de la final.Peter DejongAP

Once años después, España es campeona. Una selección que llegó envueltas en dudas pero superó sus demonios, hasta el mal fario de la tanda de penaltis ante una Croacia experta en esta suerte, salió reforzada de una competición que no es una Eurocopa ni un Mundial, pero sí un bálsamo para Luis de la Fuente, que llegó en medio de una tormenta pero, cuando tienes que ganar a Italia, campeona de Europa, y a Croacia, podio en Qatar, nunca es un trofeo menor. Es la bombona de oxígeno que necesitaba para seguir moldeando un proyecto que va pareciéndose a lo que el riojano busca.

“Estoy muy feliz por lo que hemos logrado, porque hemos estado exprimiendo al máximo a nuestros jugadores. Les he dicho antes de la tanda que para mí ya eran campeones por el trabajazo que habían hecho. Son tan honrados que alguno que sentía que no estaba bien le ha cedido el penalti a otro”, confesó el seleccionador con mucha pausa. La procesión la llevaba por dentro. Más exultante estaba su ‘jefe’, el presidente de la Federación, Luis Rubiales, que lo dedicó “a todos los niños y niñas que juegan al fútbol en España y necesitan estos ídolos y estas ilusiones”. No fue el único, también lo hizo Jordi Alba, pero se acordó de Luis Enrique, a punto de firmar por el PSG, “porque él y su cuerpo técnico nos trajeron hasta aquí”.

La victoria comenzó a gestarse en el vestuario y tuvo un mismo protagonista: Dani Carvajal. Rodrigo volvió a ser la brújula, las manos de Unai Simón emergieron para atajar dos penas máximas, pero el lateral del Real Madrid ejerció de veterano tirando a lo panenka el último lanzamiento y desvelando qué había pasado antes de saltar al campo para disputar el primer título de una generación. «Era una oportunidad única para los que nos hemos quedado fuera de los campeonatos demasiado pronto. Era mi primera final que no jugaba como titular y he dado una charla motivadora en la que he llegado a emocionarme», confesaba. Que iba a tirar el sexto penalti lo sabía. «Lo teníamos muy claro. Lo hemos entrenado y sabíamos que a ellos les gusta el 0-0 y que, pese a ser especialistas, su portero se tira pronto», desveló. A nadie le vino a la mente lo que ocurrió en Qatar con Marruecos, esta vez no.

«Hay gente jovencísima en esta selección y hemos sido muy fuertes mentalmente. Por eso, le pongo un diez a este equipo. Hay cosas que mejorar, pero el primer paso era ganar», añadió un excelso Rodrigo.

España acalló un estadio que pareció el Maksimir de Zagreb. De los 41.000 aficionados que llenaron la gradas en esta final, sólo 6.000 eran españoles, y se notó. Los croatas rugieron durante todo el partido y tembló el estadio de Rotterdam. Aparecieron bengalas en los fondos que se le colaron a la seguridad, que sí retuvo durante un buen rato a una aficionada española que llevaba una bandera de Asturias. Las bengalas pasaron, pero la bandera hubo que revisar. Junto a ellas bien podría haber lucido la de Los Palacios, la localidad sevillana de 38.000 habitantes que tenía a tres de ellos en el once de Luis de la Fuente: Gavi, Fabián Ruiz y Jesús Navas, convertido en el único jugador de mundo con Eurocopa , Mundial y Liga de Naciones en su palmarés.

Emocionado después de una temporada terrible que cierra con gloria, el capitán del Sevilla fue el único que admitió el sufrimiento del seleccionador. “El míster lo ha pasado mal. Somos un grupo increíble y nos merecemos esto”, aseguró el veterano futbolista que se retiró lesionado.

A los pocos españoles les costó hacerse oír entre la marabunta croata, que arrancó la final con una gran pitada al himno español. Un gesto muy poco deportivo que sorprendió incluso a los jugadores españoles. A esto se unieron después las bengalas y los vasos que volaron desde los fondos. A esa presión ambiental, que se mantuvo durante todo el partido, se sobrepuso la selección española. Se respetaron tanto los dos equipos en el campo, que hasta el colegiado alemán Felix Zwayer no quiso intervenir en esa igualdad y ni vio dos posibles manos de los croatas ni un agarrón en el área a Le Normand en el último segundo de la primera parte.

El descaro de Joselu y la amargura de Modric

Después de una segunda mitad en la que De la Fuente echó mano del talismán Joselu y Dani Olmo, en los últimos del partido, los dos equipos pudieron abrirlo el partido, Ansu Fati en el minuto 83 vio cómo Perisic bajo palos le privaba del gol en la ocasión más clara, con la que ya había batido a Livakovic. Tampoco acertó Asensio a evitar con un disparo cruzado una prórroga que para los croatas es el pan suyo de cada día. De las 13 eliminatorias que ha disputado en 25 años, diez las ha llevado a los 120 minutos. Y entraron tan bien que Nacho fue salvador rebañándole unapelota a Majer cuando, solo, se plantaba ante Unai Simón. Se salvó España, que no pudo rematar a Croacia en un derechazo alto de Dani Olmo.

Los croatas no temían la tanda de penalti. En esa suerte nunca habían fallado. Cuatro de cuatro ganadas. Esta vez España estaba mentalizada. Había uno con especial motivación. “Le pedí al míster tirar el primero, porque sabía cómo lo iba a hacer y tenía toda la motivación. Y ha salido redondo”, confesó Joselu, que no puede haber entrado con mejor pie en la selección.

España cortó de raíz la racha croata y dejó a su capitán, Luka Modric, acercarse al ocaso de su carrera sin alzar un trofeo para Croacia.

kpd