En España e Italia cae en picado el número de aficionados en los circuitos y ante el televisor. “No podemos hablar de crisis, es un reajuste”, dice la organización, con cambios ya para 2023.
Fue en Cheste, en 2015. En las gradas se vivieron escenas de locura y en las casas españolas, casi seis millones de espectadores se entregaron a MotoGP. Recuerdos. De aquella fiebre desatada por la guerra entre Valentino Rossi, Jorge Lorenzo y Marc Márquez ya sólo quedan recuerdos. La realidad del Mundial hoy es muy distinta. De repente, MotoGP es un deporte de nicho, que pierde interés entre el público general, que carece de estrellas y que ofrece menos espectáculo. ¿Qué ha pasado en sólo siete años?
“Se han juntado varias cosas. En primer lugar, la pandemia. Este 2022 estamos viviendo el primer Mundial sin restricciones, pero hay promotores de circuitos que han pasado por dificultades, en algunos lugares ha habido incertidumbre sobre cuántas entradas se podían vender… En segundo lugar, han faltado héroes. Valentino Rossi se ha retirado y en Italia se ha notado, Marc [Márquez] se ha perdido muchas carreras y en España se ha notado. Ha bajado un poco la afición, pero conocemos las causas. No podemos hablar de crisis, es un reajuste, MotoGP goza de buena salud”, analiza Carlos Ezpeleta, director deportivo del campeonato, en conversación con EL MUNDO, tras meses de trabajo para virar el rumbo.
Porque aunque el mensaje sea optimista -“No vivimos un mal momento”, insiste- la organización del Mundial ha preparado cambios radicales para recuperar lo perdido. El año que viene, por ejemplo, MotoGP tendrá carreras cortas los sábados para atraer al público joven. ¿Será suficiente? Habrá que ver.
Sea como sea, la remontada deberá venir desde abajo. Porque, pese a que han aumentado los aficionados en Francia gracias a Fabio Quartararo, MotoGP ha caído en sus principales mercados, España e Italia. Este año en Jerez, Montmeló, Alcañiz, Mugello y Misano se perdieron entre 15.000 y 40.000 aficionados en las gradas respecto a 2019, con cifras que no se veían desde principios de siglo, y las audiencias televisivas fueron por el mismo camino.
DAZN, la propietaria de los derechos en España, sólo ofrece datos de sus espectadores a través Movistar y en esa plataforma cada carrera atrae a entre 150.000 y 200.000 seguidores, unos 100.000 menos que el año pasado y un tercio de los que congrega la Fórmula 1. La última prueba en Alcañiz, emitida en abierto por La 1, sólo tuvo 820.000 televidentes, lejos del año anterior (950.000) y a años luz de los dos millones habituales hace un lustro. Unos números preocupantes.
Otros motivos
Como apunta la organización, la pandemia, la retirada de Rossi y la lesión de Márquez son los principales motivos de esa pérdida de interés, pero hay más. Por ejemplo, la transición a la televisión de pago. O el ‘boom’ de la aerodinámica, que ha hecho que los adelantamientos sean cada vez más difíciles y peligrosos. O incluso el carácter de los pilotos actuales. Lo nombraba el propio Marc Márquez, cuestionado recientemente por el bajón de MotoGP: “Ha sido una tormenta perfecta. La retirada de Rossi afectó, como las de Pedrosa, Lorenzo, Dovizioso… Un deporte engancha cuando hay iconos y rivalidades. Ahora Quartararo ya tiene un nombre y Bagnaia va rápido, pero aún le falta. El buenrollismo está muy bien, pero a la gente le gusta el morbo”.
Lo cierto es que quienes pelean por este Mundial no son capaces de mover masas como hicieron quienes les precedieron. Quartararo ha logrado abrir camino en su país, un éxito notable, pero Bagnaia no ha heredado la afición que seguía a Rossi y el buen momento de Aleix Espargaró mueve a pocos en España. Faltan estrellas. Y para intentar crearlas el año que viene MotoGP abrirá el paddock los domingos a los aficionados. Que los pilotos hablen con los fans, que se hagan fotos, que se ‘humanicen’.
“Cualquier historia necesita que los personajes se conozcan. Y no tenemos que inventar nada, sólo mostrar el carácter de cada uno. Por eso queremos que los pilotos inviertan mejor su tiempo en ese sentido, hacerles crecer como iconos, que se acerquen más a los fans”, explica Ezpeleta en una misión histórica. Que el Mundial de MotoGP recupere el show, que cree referentes, que vuelva a interesar.