La Fórmula 1 registra récords de audiencia en la televisión de pago, el merchandising vuela y Montmeló espera un llenazo gracias al enorme interés alrededor de Alonso. ¿Cómo lo ha conseguido a los 41 años y tras una década sin victorias?
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GP de Austria
JAVIER SÁNCHEZ
Enviado especial
@javisanchez
Spielberg
Actualizado Domingo,
2
julio
2023
-
20:01Ver 6 comentariosDos paradas demasiado lentas en el box y...
El tenis ha normalizado una amistad que es extraña se mire por donde se mire. Jannik Sinner desesperó este domingo a Carlos Alcaraz en la final de las ATP Finals, le llevó al error, incluso celebró un punto con uno de sus gestos icónicos y minutos después ambos se fundieron en un abrazo. Rafa Nadal y Roger Federer, precedente y ejemplo, no llegaron a tanto mientras estuvieron en la cima. Pese a episodios como la remontada de Roland Garros, la relación de los dos mejores jugadores del mundo resiste ante todo, tanto que incluso en pleno partido, durante el primer set, se animaron a una tertulia improvisada mientras los sanitarios atendían a un aficionado indispuesto.
"Es un jugador increíble, siempre vuelve más fuerte de las derrotas. Una vez más ha demostrado a todos lo que es capaz de hacer. Especialmente con el saque, con el que siempre te presiona mucho. Es realmente difícil jugar contra él", alababa Alcaraz, cuyo equipo pasó al completo por el palco de Sinner para felicitar a sus entrenadores.
En cuanto acabó el partido, el número uno del mundo se sentó en su banquillo y pasó unos minutos mirando al vacío, serio, muy serio. Una derrota en una final nunca es fácil de asimilar, pero luego tampoco tardó tanto en recuperar la sonrisa. En cuanto se subió a la tarima de la ceremonia de premios, el público del Inalpi Arena de Turín empezó a corear su nombre y su alegría habitual regresó de inmediato.
Antonio CalanniAP
"Estoy contento. Creo que he hecho un torneo espectacular, yendo de menos a más, jugando un tenis increíble. En la final me he sentido muy bien. Jannik y yo hemos jugado a una velocidad que yo mismo decía: ¡Joder! No estoy ni dolido ni jodido. Tengo que dar valor a haber llegado a la final de la Copa de Maestros y de haberlo hecho bajo techo", valoró quien aceptó que había cometido "un par de errores" en momentos decisivos y que eso le condenó.
La duda con la Davis
Este lunes al mediodía, después de un merecido descanso, saldrá en furgoneta del Hotel Principi Di Piemonte de Turín para recorrer los 332 kilómetros hasta el Bologna Fiere, la sede de la Final a Ocho de la Copa Davis. No entrenará hasta el miércoles, pero se reunirá allí con sus compañeros del equipo español y probará su físico. En el primer set de la final ante Sinner notó un pinchazo en los isquiotibiales de la pierna derecha al realizar un saque y toca analizar la gravedad del asunto.
"Mi intención es jugar la Copa Davis y darlo todo con España. Creo que no me perjudicará, espero que no, haremos pruebas. Cuando te haces un poco de año empiezan los pensamientos, pero he acabado bien el partido. Quizá no podía hacer el loco, correr bolas imposibles, deslizarme varios metros, pero he podido jugar normal, con fuerza, llegando a los apoyos", comentó Alcaraz, que este domingo cerró su temporada individual, la mejor temporada de su carrera.
MARCO BERTORELLOAFP
Fueron dos Grand Slam, tres Masters 1000 y tres ATP 500, fue recuperar el número uno -y lo que le queda con él-, fue una consistencia que nunca había tenido. "No ha sido una temporada perfecta porque no he ganado todos los títulos, pero ha sido una temporada brillante. Le doy mucho valor al crecimiento. Desde el principio de año he sabido lidiar con todo tipo de momentos, he crecido como persona y como tenista", proclamó el español.
Después de la Copa Davis tendrá un par de semanas de vacaciones -aunque en medio juega una exhibición en New Jersey ante Frances Tiafoe y otra en Miami ante Joao Fonseca- y 13 de diciembre volverá a los entrenamientos para preparar 2026 con una tarea pendiente. "Voy a intentar ponerlo todo en esa pretemporada para empezar la próxima temporada aún más fuerte. Una de las cosas que haremos es analizar esta final, valorar el partido, ver qué he hecho bien y qué he hecho mal. Lo estudiaremos todo", finalizaba Alcaraz, con una cercanía realmente única con el único rival que le discute.
Fuera de la piscina, en una esquina, la seleccionadora española, MayukoFujiki, y su ayudante, Cecilia Jiménez, animaban constantemente. "¡Bieeen! ¡Bieeeen, chicas!", se escuchaba desde las gradas. Muchos aplausos, muchos pulgares en alto, mucha energía para que las nadadoras se vinieran arriba en los pocos segundos que pasaban fuera del agua. Pero, de repente, en un instante, en la quinta de las siete acrobacias obligatorias, las entrenadoras pararon. Ya no había fuerza, sólo tensión: se cogieron la mano y esperaron. Uno, dos segundos y ¡zas! Txell Ferré, la benjamina del grupo, de sólo 17 años, salió volando, hizo una pirueta, se zambulló de nuevo y Fujiki y Jiménez se volvieron locas. El movimiento más arriesgado había salido bien. Ya estaba.
España ganaba una medalla en natación sincronizada por primera vez desde los Juegos de Londres 2012. Después de brillar en la rutina técnica del lunes y sufrir un traspiés en la rutina libre del martes, este miércoles en la rutina acrobática se rehicieron para colgarse el bronce. Sólo la China de Anna Tarrés y la Estados Unidos que entrena Andrea Fuentes estuvieron por delante.
España, ya en el podio, completó su reto más difícil: dominar la nueva natación artística. Después de la crisis que se produjo alrededor de la figura de la propia Tarrés, la selección empezó un proceso de reconstrucción a las órdenes de Fujiki, pero en 2022 cambió todo. La natación artística, que hasta 2017 se llamaba natación sincronizada, creó un nuevo reglamento para ser más espectacular y, sobre todo, menos previsible. Hasta entonces, antes de los Juegos Olímpicos ya se podía saber qué países se llevarían las medallas: sólo un error garrafal podía provocar una variación. Ahora eso ya no ocurre.
Sin una saltadora hasta Ferré
Con los base marks todo -o casi todo- puede pasar. Los base marks son unas penalizaciones que pueden imponer los jueces si consideran no se ha alcanzado el grado de dificultad prometido en alguno de los ejercicios. Si eso ocurre, la puntuación baja y la posición, también. A España le ocurrió en la rutina libre, aunque se benefició de que Japón, la cuarta, también fue penalizada.
En la rutina acrobática, la selección no tenía margen de error y no erró. Y eso que antes hubo nervios. La nueva normativa otorga mucha importancia a los saltos, a las piruetas, a esas cabriolas fuera del agua -tanto que ha creado una rutina exclusiva para ello- y España no tenía una especialista.
Mientras las otras selecciones, como Estados Unidos, contaban con nadadoras procedentes del Circo del Sol o de espectáculos similares, las nadadoras españolas partían de la sincronizada clásica, de trabajar desde niñas en sus clubes, y les faltaba dominar esas artes. Con el equipo que nadó con Ona Carbonell en los Juegos de Tokio 2020 hubo que buscar alguna saltadora y ahí apareció Ferré. De Manresa, nadadora del Sabadell y no del omnipresente Kallipolis, siendo aún junior le descubrieron habilidad para volar y saltó a la selección absoluta para acabar con su maldición. Después de dos Juegos Olímpicos de desastre, Río 2016 y Tokio 2020, España entendió de qué iba la nueva natación artística y regresó al podio.