En lugar de cumplir la sanción en la próxima carrera, en Argentina, donde podría no estar por lesión, lo hará en la siguiente prueba en la que esté
Marc Márquez, en la carrera de Portimao.Jose BretonAP
Hasta este martes, en MotoGP existía una regla: en caso de sanción, ésta debía cumplirse en la siguiente carrera. Anteriormente ya había ocurrido que el piloto castigado se perdía por lesión esa prueba y la penalización se quedaba en el limbo, desaparecía, se esfumaba, pero nunca se consideró un cambio. Hasta este martes. Después de la polémica alrededor de la acción de Marc Márquez en el pasado Gran Premio de Portugal, quienes regulan el Mundial decidieron cambiar la normativa para sancionar al español sí o sí. Ante la posibilidad de que se pierda la próxima carrera en Argentina por su fractura en la mano derecha, la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) emitió un comunicado para adaptarse a la situación.
“[La pena] será cumplida por el piloto en la próxima carrera en la que él pueda participar”, aclararon los comisarios del organismo, Freddie Spencer, Andrés Somolinos y Tamara Matko, en una clara rectificación de la nota anterior en la que se especificaba que el castigo escogido, un doble paso por la zona de ‘long lap’, debía cumplirse “en la carrera del Gran Premio de Argentina”.
El equipo de Márquez, el Repsol Honda, no ha aclarado si apelará el cambio de criterio que perjudica enormemente al español. Si realmente se pierde la carrera en Argentina y regresa para la siguiente, en Austin, Estados Unidos, estará lastrado de uno de sus circuitos favoritos, quizá el que más. Después del abandono en Portugal por culpa de su embestida a Miguel Oliveira, la presumible ausencia en la próxima prueba y los problemas en Austin podrían apartarle de la lucha por el Mundial de manera prematura, pues esta temporada se reparten más puntos cada fin de semana.
"¡Buen saque, Rafa!", exclama Alcaraz y Nadal se ríe: "Hay que apretar, ¿no?". Apenas 24 horas antes de que España debute en las finales de la Copa Davis ante Países Bajos (este martes, a partir de las 17.00 horas, Movistar), los dos mejores tenistas de la historia del país se citan en el pabellón Martín Carpena de Málaga para un entrenamiento conjunto y un set de práctica. ¿El marcador? 4-4. Pero eso no es lo importante.
Lo importante es que los dos preparan sus partidos individuales o, como mínimo, eso parece. Mientras Marcel Granollers se ejercita junto a Pedro Martínez y la pareja de Estados Unidos para el dobles, Nadal practica en solitario contra Alcaraz con el objetivo de medirse a Botic van deZandschulp en el encuentro que debe abrir la eliminatoria. La decisión está en manos del capitán español, David Ferrer, que ya advertido que apurará al máximo para anunciarlo -debe ser una hora antes del inicio-, pero el entrenamiento sería ilógico si finalmente Nadal juega el dobles.
Su probable rival, Van de Zandschulp, verdugo de Alcaraz en el último US Open, es un tenista inconsistente muy lejos de su mejor ranking -hoy es el 80 de la lista- y, además, el español llega en buena forma. Después de dos días de sesiones más livianas, este lunes se ejercitó al máximo y exhibió de lo que todavía es capaz. Con su familia casi al completo en las gradas -no estaba su mujer Mery, pero sí su hijo con los abuelos-, sobrepasó a Alcaraz con su saque y mandó con su derecha, a pesar de los pesares. Sus problemas llegan en el resto y en los desplazamientos laterales, pero con lo visto ya es capaz de vencer.
Jorge ZapataEFE
Si Nadal se enfrenta a Van de Zandschulp, Alcaraz se enfrentará después a Tallon Griekspoor, un rival al que siempre ha dominado -cuatro victorias sin ceder un sólo set- y si hace falta, quedará el dobles. Granollers y posiblemente Martínez se medirán a Wesley Koolhof y Van de Zandschulp en un duelo siempre incierto por la clasificación. A España, por supuesto, le conviene solventar antes en los dos partidos individuales y encarar dos días de descanso antes de unas semifinales que también serán propicias.
Allí estarían Alemania o Canadá, dos selecciones de peso, pero carentes de sus mejores tenistas. Ni Alexander Zverev ni Félix Auger-Aliassime están en Málaga así que Alcaraz y Nadal no se enfrentarán a un Top 10 hasta una hipotética final, donde sí debería estar Italia con Jannik Sinner, Estados Unidos con Taylor Fritz o Australia con Álex de Miñaur. En su contra, únicamente, la superficie rapidísima instalada en el Martín Carpena que este lunes acaparó sus quejas.
Es verano y en la playa de Castro Urdiales, tan amplia, tan larga, un chaval corre, corre y corre con una colchoneta bajo el brazo cuando de repente se arrebata: la lanza delante y se tira encima sin parar siquiera. ¿Se ha vuelto loco? No. Es uno de los mejores pilotos de skeleton del mundo y, de alguna manera, como puede, está entrenando.
«Estoy intentando poner un raíl en la pista de atletismo de Castro, pero mientras utilizo un trineo con ruedas de patines o me invento cosas, como tirarme a la colchoneta en la playa. También hago visualizaciones tirado boca abajo en el sofá. No somos un país de hielo, hay que echarle imaginación», reconoce Adrián Rodríguez, que entre el jueves y el viernes disputó su tercer Mundial y acabó vigésimo tercero, la segunda mejor posición de un español, sólo por detrás del vigésimo puesto de Ander Mirambell en 2017. El año próximo, de hecho, Rodríguez debería seguir los pasos de Mirambell como olímpico en los Juegos de Milán-Cortina d'Ampezzo.
Mirambell, Mirambell, Mirambell; él se inventó el skeleton en España, él lo organizó todo y ahí sigue, haciéndolo crecer, como entrenador. Hace ya más de seis años, Mirambell organizó un casting para buscar pilotos y apareció Rodríguez, aún no sabe muy bien por qué.
"Conocía el skeleton por la Wii"
«Desde pequeño había hecho atletismo: al principio crosses, luego triple salto y finalmente, a partir de los 16 años, velocidad. Llegué a dos finales del Campeonato de España de 200 metros [su mejor tiempo, 21.45 segundos]. Un día me llegó un mensaje por Whatsapp de mi club de atletismo con una noticia del Marca que decía que la Federación Española buscaba nuevos pilotos de skeleton. Yo sólo conocía el skeleton por la Nintendo Wii. Pinché, vi que cumplía los requisitos y me presenté. Ahora estoy en mi sexta temporada», recuerda Rodríguez, de 28 años, que ha tenido compañía en el último Mundial: Clara Aznar, de sólo 18 años, debutó con un vigésimo séptimo puesto.
¿Recuerda su primera bajada de skeleton?
Perfectamente. Tuve la suerte de debutar en Sankt Moritz, que es la cuna de este deporte, una pista de hielo natural. Sin correr, me tumbé en el trineo y Ander me empujó hacia abajo. Pasé muchos nervios, pero me enamoré de la sensación de velocidad, de la adrenalina.
Una dura caída hace un año
Desde aquel día, Rodríguez ha ido mejorando en el skeleton, pero hace justo un año, en el Europeo de Europa de Sigulda, en Letonia, vivió el susto de su vida. Su trineo no giró en la salida de la curva 11 y salió volando a más de 110 km/h. «No esperaba ningún problema justo en esa curva, pero toqué el techo, fue un susto muy grande. Por suerte no me rompí nada», rememora quien también trabaja como profesor de Ciencias de la Actividad Física de la Universidad Europea del Atlántico en Santander, que reconoce que España todavía está muy lejos de optar a las medallas en skeleton.
La Federación Española de Deportes de Hielo está potenciando la especialidad, pero faltan sponsors y, por supuesto, instalaciones. El mayor éxito fue la creación hace dos años una pista de arranque de skeleton en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid, donde Rodríguez entrena como mínimo una vez al mes. Pero imaginar un circuito en los Pirineos o en Sierra Nevada es utópico.
«Hemos mejorado porque cuando Ander empezó no había nada, pero todavía falta. Es muy difícil competir con países que viajan con ingenieros mientras los españoles ajustamos las tuercas nosotros mismos. También el trineo, la variedad de cuchillas... piensa que los mejores entrenan en túneles de viento, como en la Fórmula 1 o en MotoGP. Estamos muy lejos de eso», reclama Rodríguez que a su vez cuenta con algo que envidian alemanes, suizos, austriacos o canadienses, es decir, los mejores de su disciplina. «Alucinan cuando me ven en Instagram entrenando en la playa», finaliza.