Luka Modric cumplió 40 años el pasado 9 de septiembre, entrando en una especie de cuarta juventud, la primera lejos del Santiago Bernabéu después de 13 temporadas en las que se convirtió en Balón de Oro y en el futbolista con más títulos, 28, en la historia del Real Madrid. La dirección del conjunto blanco decidió no renovar su contrato, se fue al Milán y, lejos de asomarse al horizonte de una retirada, es el jugador más utilizado por Massimiliano Allegri en un equipo que compite de tú a tú con el Inter y Nápoles por la Serie A.
Modric ha sido titular en todas y cada una de las 15 jornadas del Calcio, algo impensable en sus últimos años en Chamartín. Y no sólo eso. Ha disputado los 90 minutos en 13 de esos encuentros y sólo ha sido sustituido en dos, en los minutos 74 y 81 de los partidos. Es decir, ha jugado más que Maignan, el portero del Milán, baja en una cita por una lesión muscular. Nadie acumula más minutos que él en la plantilla rossonera: 1.325.
«Yo me siento bien, me gusta lo que hago. Me encuentro bien física y mentalmente, me estoy divirtiendo y todo está saliendo bien. Espero seguir así», dijo el croata este mes, comparando también el futbol italiano con el español: «El fútbol italiano es diferente al español, pero es una liga muy competitiva. Desde fuera quizá no se aprecia lo difícil que es. A mí no me ha sorprendido porque siempre lo he seguido».
Uno de los mejores medios del Calcio
Esa cifra le deja a sólo seis partidos de superar lo que disputó en la última Liga con el Madrid (1.820) y a tres de lo jugado hace dos cursos (1.744). Y todavía estamos a finales de diciembre. Allegri le ha entregado las llaves del centro del campo de su equipo y Modric ha respondido con un gol, dos asistencias y el quinto mejor ‘rating’ de todos los centrocampistas de la Serie A, según la plataforma de estadística avanzada WhoScored. Al croata sólo le superan el canterano madridista Nico Paz (Como), Calhanoglu (Inter), Anguissa (Nápoles) y Barella (Inter).
Un 7,12 de media que curiosamente mejora a todos los centrocampistas del Real Madrid salvo a Jude Bellingham (7,25). Ni Tchouaméni (6,97), ni Güler (6,89), ni Fede Valverde (6,75) ni Eduardo Camavinga (6,74) llegan a los números de Modric.
Ahí reside la contradicción madridista de estos meses. Mientras el conjunto blanco sufre problemas en la construcción de juego, Modric lidera a un aspirante al Calcio jugándolo todo. En el Bernabéu saben que los minutos que acumula en Italia serían imposibles de igualar en el Madrid, pero algunas voces dentro del club también reclaman que su incidencia dentro y fuera del campo hubiera sido necesaria en este vestuario madridista.
Según confirman varias fuentes cercanas al vestuario, Modric era, junto a Carvajal y Lucas, uno de los futbolistas veteranos que ponía las normas y controlaba que la plantilla no se saliera del camino correcto. El gallego se ha ido al Bayer Leverkusen, el de Leganés está lesionado y el croata está ahora en Milán, dejando al vestuario vacío. «Era el gran referente», explican desde Valdebebas, donde le echan de menos en el día a día.
Y dentro del césped, Ancelotti le rotaba lo justo y necesario, aprovechándole en los últimos minutos de los encuentros o para controlar el juego desde el inicio. Ahí están también sus números, dos goles y seis asistencias en las 35 jornadas que disputó en la última Liga, titular en la final de Copa contra el Barça y en la ida de Champions contra el Arsenal, donde el Madrid cayó.
El decidido “no” del Madrid
El equipo blanco ha perdido su juego y la ascendencia que tenía sobre la plantilla, donde ahora sólo Carvajal, Courtois y un poco Militao son lo suficientemente veteranos y con peso en el club como para lidiar con los problemas. El resto, demasiado jóvenes o con poco tiempo en la institución para tener la suficiente influencia sobre el resto de compañeros del club.
Pero la decisión de la dirección del Bernabéu estaba tomada desde hacía meses. Ya en la primavera de 2024 hubo dudas en la cúpula del Madrid sobre la continuidad del croata, pero la insistencia de Ancelotti y del vestuario y la importante salida de Toni Kroos decantaron la balanza por una renovación de una única campaña. Doce meses después, ganó el «no» a Modric.
El croata quería terminar su carrera en la Castellana y ofreció diferentes rebajas en su salario, pero la idea de la dirección era dar el relevo definitivo a Tchouaméni, Camavinga, Valverde y Güler en el centro de la medular, todos por detrás de Bellingham, jefe de la mediapunta.
Esa idea la asumió también Xabi Alonso, que en el Mundial de clubes dirigió los últimos encuentros de Modric en el Madrid y usó al croata como futbolista de rotación en los últimos minutos de los encuentros. Le hubiera gustado que siguiera, pero sabía que no era su decisión y se centró en explotar a los jóvenes. Unos meses después, Modric brilla en Italia y la medular del Madrid, y el vestuario, sufre para encajar sus piezas.






