¿Cómo es vivir los sueños con los ojos abiertos? Sería entrar en el octógono del T-Mobile Arena de Las Vegas y conseguir el cinturón del peso ligero con un récord inmaculado, 17-0. Sería hacerlo en el primer round del mejor combate del UFC 317. Sería vencer a Charles Oliveira (35-11), el luchador con más finalizaciones de la historia de la promotora con 20. Y sería conseguir el cinturón de campeón en dos categorías diferentes ¿Cómo es vivir con los ojos abiertos? Ilia Topuria ha vuelto a enseñar cómo hacerlo, 17 rosas después.
El reloj marcaba las 6.52 de la mañana del 29 de junio en España cuando Ilia Topuria colocó una derecha que tumbó al brasileño. Apenas pasaban 2 minutos 47 segundos del primer round, asalto donde dijo que lo tumbaría. Primero le abrió la guardia con la izquierda y después el gancho demoledor. Cuando caía aún le dio tiempo de colocarle otra izquierda, pero Oliveira estaba ya noqueado. Un nuevo trago de café para el hispanogeorgiano.
En una anécdota quedó la primera derecha del brasileño. Sus intentos de tirarlo al suelo y de controlarlo desde la lona del T-Mobile arena. Porque incluso en la lona, se veía la superioridad de El Matador. De hecho, tras conseguir levantarse el español, aún se quedó Oliveira unos segundos en el suelo como ganando aliento, preparado para lo que venía.
Poco más pasó porque Topuria no quiso. Cuando le tuvo cerca, cuando Do Bronx le confrontó en el centro del octógono y perdió la distancia de seguridad, terminó la contienda. “El estilo de Oliveira nos favorece”, decía el equipo de Topuria en la previa a EL MUNDO. Menos de 200 segundos después del inicio del gong, se pudo comprobar.
Poco antes había salido Oliveira con su look de empollón de clase, con sus características enormes gafas por los problemas de visión que ha tenido desde siempre, pero el brasileño “es un león” como le calificó el propio Topuria en la previa. 35 años de resiliencia y de dominio tras un periodo inicial de zozobra en la promotora. Lo hacía con el favor del público, como underdog y uno de los luchadores más queridos de la promotora.
Topuria lo hacía sonriendo, como siempre tras los acordes del Mariachi, escoltado por su hermano Aleksandre al que brindó su medalla tras santiguarse tres veces. Una más antes de entrar al octógono y mudar esa sonrisa inicial por concentración, por esa capacidad innata que tiene para enfocarse confiando siempre en sus posibilidades, que parecen infinitas.
El hispano georgiano aprovechó la oportunidad que dejó Islam Makhachev tras subir al wélter y dejar el cinturón del peso ligero libre. Algo que él tuvo que hacer con el de pluma y que pudo recuperar el rival al que venció, Alexander Volkanovski, quien estaba entre el público de Las Vegas para ver al hispanogeorgiano hacer historia y convertirse en uno de los pocos dobles campeones de la promotora. Apenas nueve luchadores lo habían conseguido antes, entre ellos, el que fuera al principio ejemplo y luego enemigo de El Matador, el irlandés Connor McGregor.
En la pelea previa, Alexandre Pantoja retenía con éxito el cinturón de peso mosca tras vencer por sumisión al aspirante Kai Kara-France. Lo hizo en el tercero tras dominar la pelea desde el primer round. Demasiado fuerte el brasileño, con récord de victorias en el mosca (14), en el suelo y poco pudo inquietarle el neozelandés. Se quedaba el retador boca abajo decepcionado, pero no hubo color en la contienda previa al evento principal.
Fiesta familiar
Un evento que parecía una fiesta familiar y no una velada en la que hacer historia. Ambos contendientes llegando con sus hijos y mujeres al T-Mobile Arena de las Vegas como si fueran a un cumpleaños infantil. Pero a nadie se le escapó el detalle de que Hugo, el pequeño Topuria, ponía sus pies en el venue de la ciudad americana con una réplica del cinturón que horas después conseguiría su padre.
La victoria ya la había celebrado el hispanogeorgiano antes. Tan confiado como es en sus posibilidades. Sin dudas en sí mismo y en su camino. “Lo siento mucho, lo siento mucho, no quería que fuera contra tí”, le susurraba El Matador a Oliveira en el cara a cara previo. “Hablas mucho”, le respondía el brasileño, el underdog de esta pelea por el título del peso ligero. Quizás hable mucho, pero Topuria siempre cumple. 17 victorias, dos cinturones y contando. La historia continúa.