Un Real Madrid a medio gas goleó a un Sevilla lamentable. Quizá el peor equipo que ha pasado esta temporada por el Bernabéu. Todo fue marcar y dormir porque el equipo andaluz era sólo un polvorón de Navidad.
Se dirá que el Madrid de Ancelotti ha resucitado, pero los que lo salvan son los grandes jugadores que tiene. Ancelotti en otro equipo sería un mal entrenador en perfecta decadencia.
Un líder no puede encajar dos goles en su propio estadio cu
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París arrancó la ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos este miércoles con un viaje "desde la discordia..." hasta la Concordia, nombre de la plaza donde tuvo lugar el espectáculo, y con una nueva interpretación de un clásico francés.
En pleno atardecer y con el telón de fondo de la Torre Eiffel y el Grand Palais, el escenario instalado alrededor del obelisco de la plaza parisina se llenó de bailarines para ofrecer un show cargado de significado.
Unos 140 artistas trajeados y otros 16 con discapacidades y vestidos con tonos azules, rojos y blancos, presentaron una actuación llena de energía que comenzó con las notas del piano de Chilly Gonzales.
Los dos grupos de bailarines introdujeron una "paradoja", palabra con la que el director artístico Thomas Jolly decidió titular la ceremonia: una sociedad que quiere ser más inclusiva, pero que debe seguir esforzándose para integrar a las personas con discapacidad.
Mientras ambos grupos bailaban, ignorándose en gran medida entre ellos, el artista francés Christine and the Queens entró en escena para poner algo de ritmo a la hasta entonces completamente abstracta actuación.
A diferencia de la clásica interpretación de Céline Dion del famoso "Hymne à l'amour" de Edith Piaf durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, Christine and the Queens cantó una versión electropop del "Non, je ne regrette rien" de la célebre artista del siglo XX.
Al término de la canción, los dos grupos de bailarines se colocaron frente a frente, mirándose a los ojos, antes de que los cazas de la 'Patrouille de France' pintaran de azul, blanco y rojo el cielo de la capital francesa y dieran paso al desfile de los paradeportistas.
El 22 de marzo de 2022, el Barça de Xavi Hernández sembró la desolación en el Bernabéu con un 0-4, pero menos de tres meses después, el Real Madrid cerró el curso en el Stade de France con un doblete: Liga y Champions. A ese recuerdo se agarró ayer Carlo Ancelotti para alzar la moral de su vestuario tras una debacle que podría marcar su destino. "Creo que este año no va a ser muy distinto del anterior. La temporada es muy larga y no hay que bajar los brazos. Tenemos que aprender de esta derrota, como ya hicimos tras la última y creo que ahora volverá a pasar lo mismo", valoró el técnico.
"Tenemos que levantarnos rápido. Hay que mejorar nuestros errores del tramo final y seguir compitiendo y luchando", analizó sobre uno de esos resultados que deja secuelas en lo anímico. "El 0-4 no refleja lo que ha sucedido en el campo. Pudimos adelantarnos, pero cuando ellos lo hicieron, aumentó su confianza. Hasta el 0-1 todo estuvo muy igualado y nosotros tuvimos más oportunidades. En la primera parte, con nuestro 4-4-2, lo hemos hecho muy bien", subrayó el italiano. Por si no bastase, Ancelotti aún tuvo que hacer frente al controvertido festejo del Barça tras el 0-4 de Raphinha: "Su asistente no ha sido un señor al celebrar ese gol delante de nuestro banquillo. Se lo he dicho a Flick, que estaba de acuerdo".
El señalado era Marcus Sorg, que colabora con Flick desde agosto de 2021, cuando ambos se pusieron al frente de la selección alemana. Conocido como el descubridor de Joshua Kimmich, Sorg se ha convertido ahora en el principal enlace entre el primer equipo del Barça y La Masia. A las figuras de Marc Casadó, Pablo Torre y Héctor Fort, habituales en este arranque de curso, en su nómina de debutantes también se incluyen Pau Víctor, Gerard Martín, Andrés Cuenca, Sergi Domínguez y Marc Bernal. Se da la circunstancia de que el pasado miércoles, Sorg también protagonizó una agria discusión con Sven Ulreich, portero suplente del Bayern, durante el descanso del partido de Champions en Montjuïc.
Asimismo, el gol de Raphinha también provocó un tenso episodio en el tiempo añadido entre Gavi y Vinicius. El onubense, que había saltado al verde tres minutos antes en sustitución de Pedri, cometió una dura falta sobre el '7' blanco, castigada con tarjeta amarilla por Sánchez Martínez. Cuando el brasileño acudió a pedirle explicaciones, Gavi tampoco dudó en recordarle el resultado que lucía en el marcador 360º del Bernabéu: "¡4-0, 4-0!"
Tras el citado enfrentamiento frente al túnel de vestuarios, Ancelotti tuvo que aceptar de buena gana su papel como principal portavoz del club. Compareció con unos minutos de retraso en la rueda de prensa, poco después de que Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales, ofreciese las primeras reacciones en Real Madrid TV. No quedó costancia, sin embargo, del sentir del vestuario, dado que ningún futbolista ofreció declaraciones.
El capitán, Lucas Vázquez, no quiso tomar el relevo de Nacho Fernández, que durante las dos últimas temporadas había asumido la responsabilidad en los malos momentos. Tampoco hubo rastro de Vinicius y Kylian Mbappé, las dos grandes figuras del vigente campeón de Liga y Champions. Una de las contadísimas muestras de temperatura llevó la firma de Antonio Rüdiger, pidiendo perdón al Bernabéu justo después del pitido final.
"No hay nada que tirar a la basura"
Este silencio, que podría interpretarse como falta de líderes claros en un momento de crisis, hubo de compensarlo Ancelotti, convencido de que hasta el 0-2 su equipo había jugado "con mucha energía y presionando alto". "No hay nada que tirar a la basura, porque durante la primera hora hemos competido muy bien. Es un momento duro, pero se trata de una derrota distinta a la de Lille, donde no competimos y jugamos muy mal", recalcó.
La desesperación de Vinicius, tras una oportunidad perdida.AFP
Preguntado sobre la defensa adelantada del Barça, que dejó 12 veces a sus delanteros en fuera de juego, y sobre la gris actuación de Mbappé, Carletto quiso quedarse con el lado positivo. "Hemos tenido cuatro mano a mano con el portero. Desgraciadamente, no hemos marcado. Mbappé ha tenido tres o cuatro oportunidades y le ha faltado algo de acierto", admitió.
De momento, el Madrid acumula dos derrotas en Liga, las mismas que durante toda la pasada campaña. Antes de visitar el sábado Mestalla, el equipo disfrutará de dos días de descanso, porque el 5 de noviembre aguarda otro compromiso de enjundia en Champions ante el Milan. El calendario de noviembre se completará con un duelo ante Osasuna en el Bernabéu y las visitas a dos destinos tan distintos como Butarque y Anfield.