La misma historia en la final masculina de los 100 metros que en la femenina. En el tablero de ocho piezas, Estados Unidos presentaba tres (Noah Lyles, Fred Kerley y Kenneth Bednarek). El resto del mundo, cinco. Dos Jamaica (Kishane Thompson, Oblique Seville) y una Sudáfrica (Akani Simbine), Botswana (Letsile Tebogo) e Italia (Lamont Marcell Jacobs). Un mapa geográfico y étnico.
En la tradicional e incruenta guerra de los mundos de la velocidad, e
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Un increíble y maravilloso Mbappé no pudo solo contra el Barça. La descomposición final de Ancellotti raspó el bochorno. Fue por su desacertada alineación ante un Barça, que precisamente no llega a este final como un gran triunfador. Hasta había provocado cierta histeria general.
El equipo de Flick terminó pidiendo la hora. Casi muerto físicamente, no supo lograr un tanto en el segundo tiempo y se escurrió entre la mediocridad orquestal de su ridículo sistema defensivo, que es una hemorragia total de fallos y de un desorden grotesco.
El final incluso pudo ser madridista. Y es que, aunque resulte un disparate, pudo ganar en los últimos minutos ante un Barcelona acogotado, mezquino y con la memoria del día de San Siro para terminar el choque en manos del rival.
Pero con Ancelotti son demasiados los errores. ¿Cuántas veces hemos denunciado que Lucas Vázquez no puede jugar de nada? Se empeña trágicamente el italiano, porque quiere demostrar a la Casa Blanca que se equivocaron al no fichar a nadie en defensa.
Y eso es verdad. Nadie dirá ahora que este descuartizado equipo puede ganar el esperpento del Mundialito. Máxime cuando hizo un ridículo partido en defensa, con Vázquez, que regaló dos goles, y uno más de un torpe y acabado Ceballos.
El Madrid sólo jugó con Mbappé, contra todo el venerado Barcelona. Pudo hacer hasta cinco goles. Es asombrosa su peligrosidad, su tino ante el gol. Parecía que jugaba un sólo jugador contra todo el mundo azulgrana. Impresionante.
Él no es es defensa, no puede hacer nada con la desfachatez de retaguardia y con un Bellingham absolutamente perdido en la niebla, un Fran Garcia que no da la talla y un combinado perverso de brasileños de Ancelotti.
La salida de Ancelotti es tardía. Alguien tiene que decirle a Florentino que los jugadores reniegan cuando saben que el técnico no va a seguir. Pecado mortal que no lo hubiera despedido con aquel cuatro a cero al comienzo de la temporada, con un Barcelona que lo ridiculizó hasta ser un pelele.
Nadie puede creer ahora que Xabi Alonso, con estos jugadores, haga un milagro en Miami. Más le vale a la Casa Blanca que piense que es un equipo al que le sobran nada menos que Vinicius, Rodrygo y Bellingham, entre los famosos
Yo los podría a la venta. Tienen mercado y son un disparate más, como el actual fútbol de Brasil. Bellingham parece un fantasma que juega de espaldas. Claro que Arda Güler estuvo mal. Si es que lo hizo jugar de lateral derecho para socorrer al mediocre Lucas Váquez. Incluso no le dejó jugar en el centro del campo.
Este nuevo episodio de un Madrid burlesco, lo desacredita hasta la infamia. Hay que limpiar la plantilla y se van a necesitar cientos de millones. Para ayudar a un Mbappé desamparado por la mitad del equipo. Es absolutamente indecente lo que le han hecho al francés
EMILIO SÁNCHEZ-VICARIO
@EmilioSVicario
Actualizado Lunes,
17
julio
2023
-
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«No puede entrar a ver una película de Brigitte Bardot. Para recibir el sueldo, los billetes con los que le pagan, su padre tiene que actuar en su nombre». Esto escribía Nelson Rodrigues, uno de los más influyentes periodistas de Brasil, acerca de un muchacho de 17 años que no podía acceder a nada de eso y, sin embargo, podía marcar dos goles en la final de un Mundial y tres en la semifinal. Ese muchacho era Pelé.
Luca Hoek Le Guenedal sí puede ver una película de Brigitte Bardot, pero no puede votar, ni conducir, etc., porque, al igual que Pelé entonces, es menor de edad. Tiene también 17 años, cumplidos en marzo. No puede hacer nada de eso, pero sí competir en el Mundial de Natación que se celebra en Singapur e ilusionar al aficionado español.
Luca, sin embargo, era francés hasta hace dos años y competía como infantil por Francia, el país de su madre. A su padre, neerlandés, lo trajeron tempranamente los abuelos a Sitges y allí, ya mayorcito, conoció a mademoiselle Le Guenedal. Luca nació en Sant Pere de Ribes, a cinco kilómetros de Sitges, y empezó en la natación como actividad extraescolar. A los nueve años, descubierto por Emilio Huete, pasó a entrenarse en el Club Natació Sitges.
marcas excepcionales
Ben Titley, el reputado técnico británico, ex técnico de estrellas como Summer McIntosh, Kylie Masse o Penny Oleksiak, responsable del CAR de Sant Cugat, lo reclutó para el Centro, lo incluyó en una concentración del equipo nacional con gente como Mireia Belmonte y Hugo González, y lo convenció para que adoptara la nacionalidad española. No tuvo que insistir mucho. Luca, que ha pasado a segundo de Bachillerato, seguirá en el CAR durante todo este ciclo olímpico y después ya decidirá dónde y qué estudiar.
Su irrupción en la natación nacional ha sido la de un maremoto, con marcas excepcionales a los 15 y 16 años. Para el gran público ha aflorado a los 17. Brilló en los trials de junio, que le proporcionaron el pasaje a Singapur y explotó en el Europeo Júnior, del que salió con dos oros (100 libre y relevo mixto 4x100 libre) y dos bronces (50 libre y 4x100 estilos). En el 4x100 libre mixto realizó, en el primer tramo, 48.14, por debajo del récord absoluto de España de Sergio de Celis (48.34). La marca no fue homologada al ser establecida en una prueba mixta.
Horas después dejó el primado en 48.25. Y, además, rompió el de los 50. Lo esculpió en 21.99, borrando los 22.04 que ostentaba Javier Noriega desde 2009, cuando Luca tenía un añito, en los tiempos del poliuretano. Se convertía de ese modo en el séptimo nadador de la historia menor de 18 años en nadar los 50 por debajo de los 22 segundos. Luca, que se mira en el espejo de David Popovici, es, pues, un velocista puro que, mientras va fortaleciendo un cuerpo todavía en formación, no se va a prodigar en los 200. En Singapur nadará los 100 y los relevos 4X100 libre. Es algo atrevido, pero no descabellado, colocarle en la final individual. Tendría, probablemente, que bajar de los 48 segundos. No es imposible, dada su progresión. Para el equipo es más factible entrar entre los ocho primeros.
Luka Hoek, con una de sus medallas.RFEN
María Daza, también aún de 17 años (cumplirá 18 en agosto), brilló asimismo en esos Europeos Júniors con dos oros (4x100 libre y 4x100 libre mixto) y dos platas (100 y 200 libre). Como curiosidad, la espaldista Carmen Weiler Sastre (20 años), que nadó los 100 en los Campeonatos de España en un registro (58.83) que le hubiera supuesto el quinto puesto en París, creció en Singapur.
Una mujer de mundo. Hija de padre alemán y madre española (valenciana), nació en Bangkok, se crió, como decimos en Singapur, y reside en Estados Unidos, donde estudia Ciencias Biológicas en el Instituto Politécnico de la Universidad Estatal de Virginia. Un buen sitio para estudiar y nadar. Al mando de la piscina figura Sergi López, un prestigioso técnico, afincado desde hace muchos años en EE.UU. y cuyas enseñanzas han contribuido a forjar grandes campeones. Sergi, bronce en los 200 braza en los Juegos de Seúl88, fue cocinero antes que fraile. Carmen está en buenas manos.