Era su momento. Daniil Medvedev volaba durante el primer set con su plan de ataque, disfrutaba sobre la hierba de Wimbledon. Carlos Alcaraz peleaba para llevarle al tie-break, pero en esos instantes iniciales el ruso dominaba el juego, la pista, el marcador. Era su momento. Pero su carácter es intratable.
Con 5-3 en el marcador y el saque de su lado, Medvedev defendía una bola de break cuando después de un corto intercambio Alcaraz le tiró una dejada rápida. Corre, corre a por ella; corrió el ruso, pero llegó a impactar a la bola justo cuando había dado su segundo bote. Entonces hubo cierta confusión. Medvedev hizo como si no hubiera pasado nada y Alcaraz, al ver la reacción de su rival, pensaba que el punto seguía así que golpeó de derecha. Sólo la jueza de silla, la griega Eva Asderaki, interrumpió el juego. Con acierto advirtió del segundo bote y cantó el nuevo resultado: “Game Alcaraz, 5-4”. Ahí Medvedev reaccionó a su manera.
Plantado en medio de la pista, sin aspavientos, miró a Asderaki y le soltó tres claros “¡Fuck you! [¡Que te jodan!]”. Luego dejó ir algún otro insulto -“Bitch [Zorra]”, según algunas televisiones- y se sentó en su silla sin más.
Asderaki, internacional desde 2001, con varias finales de Grand Slam a sus espaldas, llamó al supervisor del torneo y le explicó lo ocurrido. Según el reglamento de la Federación Internacional de Tenis (ITF), Medvedev podía haber sido descalificado, pero entre otros decidieron sólo apuntarle un warning por conducta antideportiva.