Evenepoel planta cara a Pogacar en la primera contrarreloj del Tour

Evenepoel planta cara a Pogacar en la primera contrarreloj del Tour

Por orden de llegada, por grado de apropiación y cercanía a la amorosa victoria, en la cumbre del ciclismo mundial, Remco Evenepoel,Tadej Pogacar,Primoz Roglic y Jonas Vingegaard se enzarzaron en la disputa de una contrarreloj primorosa en su interés, su intensidad y su emoción. No tanto en su trascendencia estricta, porque las diferencias, en 25,3 kms., no podían ser grandes entre ellos.

Pero, en lo escueto de su lenguaje cronométrico, el resultado certificó que, a expensas de que la carretera y sus azares se pronuncien más adelante de modo diferente, hay cuatro hombres para tres puestos de un podio aún sin determinar. Cuatro hombres a los que, realmente, sólo les mueve el afán de ocupar su cima, aunque Pogacar, en el conjunto de posibilidades teóricas, parece el destinado para ello.

La primera gran referencia la estableció Kévin Vauquelin al bajar de los 30 minutos (29:44). Lo dejó atrás por 76 centésimas Victor Campenaerts. Quienes salieron después no rebajaron ese tiempo hasta que los Fab Four entraron en liza. Desde el primer momento, y en los tres puntos intermedios, situados en los kms. 8,6; 14,4 y 19,9, Evenepoel, Pogacar y Vingegaard realizaban los mejores tiempos. Bueno, en el tercero, Roglic se adelantó a Vingegaard y ese cambio dictaminó la clasificación final.

En su primer Tour, Evenepoel (28:52) fue el único que, a 52,6 kms. por hora, bajó de los 29 minutos. Pogacar (a 12″), Roglic (a 34″) y Vingegaard (a 37″) bajaron de los 29:30. Las espadas están en todo lo alto. Remco aspira a lo máximo, pero debe pasar la reválida de los grandes puertos. Pogacar permanece como máximo favorito y no admite más dudas que, tras el Giro, pueda acusar la tercera semana. Vingegaard parece, a medida que acumula kilómetros, ir adquiriendo la forma que le permita enfrentarse a Pogacar y, quizás, a Evenepoel. En cuanto a Roglic, es la solidez personificada, y descartarlo en el vértice de la baraja sería un atrevimiento.

La modalidad de contrarreloj es paradójica. Los corredores actúan por separado. Pero, en la ausencia de acompañantes o intermediarios, se enfrentan directamente. A distancia, pero unidos, defendiendo cada uno su suerte, por un cronómetro neutral, objetivo, insobornable. Justo.

Juan Ayuso (decimoquinto, a 1:18) y Carlos Rodríguez (decimoséptimo, a 1:27) no nos dejaron satisfechos. Conservan, sin embargo, en la general, sus puestos en el Top-10. Ayuso es quinto, a 2:16. Rodríguez, séptimo, a 2:31. Tal como están las cosas, no ofrecen quejas. Ayuso, por otra parte, tiene por delante una doble tarea: mantener el tipo y echar una mano a Pogacar.

kpd