Las dos ruedas son una de sus grandes pasiones. Con o sin motor. De hecho, incluso le han acusado de estar más pendiente del ciclismo que de las motos. Pero lo que nadie puede negarle a Aleix Espargaró (Granollers, 30 de julio de 1989) es que siempre ha trabajado a destajo. Debutó en el Mundial de Motociclismo a finales de 2004 y ahora, cuando el campeonato llegue a su fin, 20 años después de ese estreno, se retirará de los circuitos. Así lo ha anunciado él mismo a las puertas de un Gran Premio de Cataluña que, sin duda, le trae excelentes recuerdos. Sobre todo, a raíz de su triunfo en Montmeló el curso pasado.
«A final de esta temporada, me retiraré de ser piloto a tiempo completo de MotoGP. Este es un sitio muy especial para mí, donde crecí desde pequeñito, donde empecé a ir en moto y donde el año pasado gané. Ha sido una trayectoria muy extraña, como la de todos los pilotos. Nadie nos regala nada y ni el mejor guionista de Hollywood podría haber imaginado que, con 30 años, empezara a ganar carreras. Ese niño que corría aquí ni soñaba con esto. Tomé muchas decisiones con el corazón y ahora la cabeza me dice que podría seguir, pero el corazón me pide que me quede en casa, con mi mujer y mis hijos», aseguró el piloto de Aprilia, de quien sus compañeros en el paddock siempre han destacado como un trabajador incansable. Algo que él mismo, desde luego, tiene muy asumido.
«Me siento muy contento. A veces pensé que no tenía el talento de otros, pero trabajando mucho he logrado cosas y me lo he pasado muy bien», confesó un Aleix Espargaró a quien le encantaría repetir la victoria de la temporada pasada. «Me gustaría retirarme con buenas sensaciones. A lo mejor me dejan ganar este fin de semana como regalo de despedida», bromeó. Su trayectoria en el Campeonato del Mundo de Motociclismo ha sido muy larga. El mismo año de su debut, tras iniciarse con el enduro en 1998, logró hacerse también con el Campeonato de España de 125cc, el que sería su primer gran título. En 2005, su primer año completo en el Mundial, en el que compitió como compañero de Álvaro Bautista en el Seedorf Racing Team con una Honda, consiguió un total de 36 puntos y acabó como decimosexto clasificado.
Su salto a MotoGP
Su pilotaje llamó la atención del equipo Honda BQR, que se hizo con sus servicios para el curso siguiente y que, además de hacerlo competir en 125cc, propició su debut en 250cc. En 2007, en el mismo equipo que mudó su nombre por el de Blusens Aprilia y cambió la marca japonesa por la italiana, siguió logrando buenas marcas. Hasta tal punto, que el equipo Lotus Aprilia, campeón de la categoría en 2007, apostó por contratarlo. Las cosas, allí, no fueron según lo esperado y el equipo acabó por disolverse, lo que dejaba a Aleix sin moto para 2009. Por eso, empezó a probar lo que serían las futuras Moto2 y, al final, pudo competir. En primer lugar, en Assen, en 250cc, como relevo de Nemeth en el Balantoring Team, donde firmó una gran actuación que le permitió acabar como cuarto clasificado. Y, en segundo lugar, en Indianápolis, en MotoGP, como sustituto en el PRAMAC Racing de un Mika Kallio que, a su vez, le tomó el relevo a Casey Stoner en el equipo oficial de Ducati. Un hecho que, hasta el estreno de Iker Lecuona en Valencia en 2019, lo convirtió en el piloto español más joven en debutar en la máxima categoría.
Tras mantenerse un año más en el PRAMAC, en 2011 compitió en Moto2 con una Kalex en el Pons HP40 y, desde 2012, se ha mantenido siempre en MotoGP, pasando por las filas del Power Electronics Aspar (Aprilia), el NGM Forward Racing (Yamaha), el Team Suzuki Ecstar y, finalmente, el equipo oficial de Aprilia, con en el que Pippo, el apodo entre cariñoso y socarrón que le pusieron sus amigos tras enterarse de que, de niño, tenía un hipopótamo de peluche con ese nombre, pondrá este año fin a su carrera. Un final al que ha contribuido también la decisión de su hermano, Pol, que apostó por centrarse en su familia tras sufrir un gravísimo accidente el año pasado.