Una proeza en el deporte está cerca y en España sólo unos cuantos locos lo saben. «Es como si un tenista pudiera ganar los cuatro Grand Slam en un mismo año», analiza Fran Sánchez, jugador español de billar y comentarista de Eurosport. «Todos los astros se han alineado, va a estar por encima de todo lo que hemos vivido», añade Sergio Gutiérrez, narrador de la cadena. Hoy empieza el Mundial de snooker en Sheffield, Inglaterra, y el inglés Ronnie O’Sullivan se encuentra a pocas jugadas del Olimpo. Este año ya ha levantado el Campeonato del Reino Unido y el The Masters y sólo le queda el título planetario para completar su primera Triple Corona y confirmarse -si había duda- como el mejor de la historia.
El desafío en sí ya es atractivo: un jugador puede ganarlo todo, sólo ha ocurrido cuatro veces antes, la última en 2002. Pero con O’Sullivan la atención se multiplica. ¿Por qué?
En 2012, antes de cumplir los 40 años -ahora tiene 48-, es decir, en la cúspide de su carrera, O’Sullivan se cansó de dominar el circuito y se marchó a trabajar como voluntario en una granja de cerdos. «Fue genial porque no había presión. Cuando estaba ahí cuidando a los cerdos tenía que meterme en el barro y apestaba», confesó años más tarde. La experiencia resume al personaje. En el Reino Unido su figura se compara con Michael Jordan, Novak Djokovic o Lewis Hamilton, pero no tiene mucho que ver con ellos. La mayoría de leyendas del deporte siempre han querido serlo, han dedicado la vida entera a alcanzar la gloria. O’Sullivan, un genio con el taco, lo ha hecho a ratos.
La motivación de Ronnie
Con un padre encarcelado por asesinato, a los 17 años ya era invencible en la mesa, pero se enganchó a todo lo adictivo -alcohol, drogas- y eso lastró su trayectoria. Entre títulos y más títulos, como sus siete mundiales (2001, 2004, 2008, 2012, 2013, 2020, 2022), ha pasado por programas de rehabilitación, por episodios depresivos y por varias crisis de juego. En el cercano Mundial, de hecho, su mayor rival será él mismo.
«O’Sullivan es un jugador especial, el mejor de siempre, pero a veces está motivado y a veces, no. Hay torneos en los que ha jugado mal por eso. No creo que pase en el Mundial, más con la Triple Corona en juego, pero quién sabe. Lo que está claro es que si fluye es difícil que le ganen”, analiza Sánchez, profesional del pool, que comentará el arranque del Mundial.
O’Sullivan no debuta hasta el próximo miércoles, pero este fin de semana ya entrará en acción el belga Luca Brecel, vigente campeón, y el lunes se estrenará el galés Mark Williams, que en el último torneo disputado le ganó la final. Si no hay sorpresas, los tres deben encontrarse en cuartos, semifinales y final en la primera semana de mayo.
«O’Sullivan siempre ha sido un genio excéntrico, pero en los últimos años ha trabajado mucho. Estoy convencido de que veremos su mejor versión, aunque también lo creía el año pasado, cuando estaba más sereno y serio que nunca y desapareció en cuartos de final. Con él nunca se sabe», añade el periodista Sergio Gutiérrez, con cierta incertidumbre.
¿Camino a la retirada?
Porque al borde de los 50 años la retirada de O’Sullivan siempre es una posibilidad cercana -ya ha amagado varias veces- y si levanta la Triple Corona será difícil que encuentre motivos para seguir jugando. Es el jugador con más títulos grandes y si gana su octavo mundial rompería la igualdad con Stephen Hendry, otra leyenda. Su rivalidad con Williams o el escocés John Higgins, los dos de su quinta, de 49 años, fue acicate, pero ya no lo es tanto y no hay muchos jóvenes que le reten. Muchos de los veinteañeros en el cuadro del Mundial, de hecho, son jugadores chinos como Si Jiahui, Lyu Haotian o Pang Junxu con los que apenas tiene relación.
«Ahora ya no tiene que demostrar nada y sólo seguirá jugando si le apetece. Viajar tanto siempre pasa factura, pero quizá aguante unos años más», analiza Sánchez. «Hay rumores de retirada, pero yo no me los creo. El dinero de Arabia Saudí está entrando con fuerza en el snooker y O’Sullivan ha firmado para jugar un torneo allí los próximos tres años. Está cobrando como nunca y está encantado con eso», finaliza Gutiérrez.