Juan Ayuso, tercero en la Vuelta, y Kilian Jornet, ganador en UTMB, prueban que se puede competir con un positivo. Un estudio demostró que en un 2% de los casos el virus provoca miocarditis. “Con un positivo no se debería someter al cuerpo a la máxima exigencia”, dice el doctor Antoni Trilla
Juan Ayuso se sintió “realmente mal” durante la Vuelta a España, “bastantes síntomas, dolor de cabeza”, y pese a ello continuó: finalizó tercero, podio en su primera grande, a los 19 años.
Kilian Jornet notó “eso en los pulmones” en pleno Ultra Trail del Montblanc (UTMB), no podía “respirar bien”, sufría “calambres en las piernas”, y pese a ello continuó: ganó, ganó como nadie lo había hecho, en menos de 20 horas.
Ambos compitieron con coronavirus y no pasó nada: el mundo ha cambiado. Sólo dos años después de que la pandemia lo paralizase todo, de que se pusiera en cuarentena a cualquier contagiado y de que se crearan estrictos protocolos de control ya hay deportistas corriendo, yendo en bicicleta o jugando con un test positivo en el bolsillo. Las vacunas, la evolución del virus y el conocimiento del mismo han permitido la evolución, pero aún existe cierta incertidumbre: ¿Y si estamos yendo demasiado rápido?
“Sin duda es parte de la nueva normalidad, de la relajación de las medidas, de la convivencia con el virus, pero a nivel médico no es lo recomendable. Quizá no tanto por los contagios porque estamos hablando de cargas virales bajas y de deportistas al aire libre y sin contacto, pero sí por los riesgos. Con un positivo, aunque sea un positivo residual, no se debería someter al cuerpo a un ejercicio de máxima exigencia. Si lo hacen es bajo una muy buena supervisión médica y aceptando el peligro que supone para todas las partes implicadas”, explica Antoni Trilla, jefe de Medicina Preventiva del Hospital Clínic de Barcelona y catedrático en la Universidad de Barcelona.
Bajo su punto de vista, la aparición de síntomas debería suponer la retirada inmediata del deportista de la competición y, en los casos asintomáticos, el cuidado debe ser exagerado. “El coronavirus está claramente asociado con problemas cardiovasculares, es decir, puede dañar al corazón, por ejemplo provocar arritmias. Cuando más próximo al virus, más débil está el organismo y deberían evitarse los sobreesfuerzos en todos los casos”, añade Trilla.
Un 2% de casos
En su discurso, los estudios que han relacionado deportistas con coronavirus y sus inquietantes resultados. El año pasado, investigadores de 13 universidades estadounidenses siguieron las evoluciones de más de 1.500 atletas de esos centros al pasar o después de haber pasado el coronavirus y descubrieron que más de un 2% presentaban miocarditis, es decir, inflamación del corazón. Una dolencia que puede generar arritmias y, en el peor de los casos, muerte súbita.
Por eso en los últimos tiempos se han multiplicado las pruebas de esfuerzo en clubes y federaciones y por eso algunos deportistas, como les ocurrió a los futbolistas Pierre-Emerick Aubameyang o Alphonso Davies, han pasado períodos de baja en observación.
“Mi planteamiento es que si hay fiebre, está prohibido hacer deporte, existe riesgo de daño cardiovascular, y si no hay síntomas, se puede hacer prudentemente. Kilian era asintomático y pudo correr por su sistema inmunológico y su eficiencia metabólica. Durante toda la carrera de UTMB estuvo monitorizando su lactato para no superar el umbral anaeróbico y exigir demasiado al corazón”, expone Dani Brotons, especialista en Medicina del Deporte por la Universitat de Barcelona y doctor de confianza del propio Kilian Jornet. Según su experiencia la respuesta al coronavirus entre los deportistas es totalmente dispar, de aquellos que lo superan como un simple resfriado a aquellos que tardan “de dos a seis meses en recuperarse al 100%”.
“Me he encontrado alguna arritmia funcional, no patológica, y casos en los que después del coronavirus cogen una infección, como una mononucleosis que agrava el caso. Hay peligros, pero también casos leves o muy leves. En mi opinión, con controles se puede llegar a competir, al fin y al cabo ése es el trabajo de un deportista de élite. Más que Kilian, me preocupan los pacientes de riesgo, con patología crónica, que tienen que seguir haciendo ejercicio porque es imprescindible para su salud y contraen el virus”, finaliza el doctor.
En su reflexión, la conclusión: quizá el deporte de élite vaya demasiado rápido, pero siempre es así. El riesgo para la salud es inherente al éxito: Juan Ayuso y Kilian Jornet son la última prueba.