De los tiempos gloriosos, Barcelona 1992 y Atlanta 1996, hace ya mucho, pero esta vez parecía que sí, que sí que sí, que España volvería al podio en unos Juegos Olímpicos. En los años anteriores fueron campeones del mundo y de Europa y en la fase de grupos arrasaron: cinco victorias en cinco partidos. ¿Qué pasó este miércoles? Habrá días y días de volver a ver el partido, horas y horas de análisis, de estudio, de interpretación, y seguramente la conclusión será la más fácil posible: los nervios. Una España rarísima, temblorosa, desacertada cayó ante Croacia (10-8) en los cuartos de final de los Juegos de París, su torneo, para lo que tanto había trabajado. Fue una decepción tan grande que, al acabar, los jugadores se quedaron ahí, en la piscina, reunidos, callados, sin querer salir. En shock.
Desde que David Martín empezó como seleccionador en 2017, España tenía estos Juegos como objetivo. En Tokio 2020 llegaron a semifinales y fueron cuartos, pero quedó el consuelo: la próxima es la nuestra. Más allá de Felipe Perrone y sus 38 años, líderes como Alberto Munarriz o Marc Larumbe todavía tienen margen, rondan los 30, y además hay jóvenes como el portero Unai Aguirre o Bernat Sanahuja, pero este miércoles tembló todo lo construido.
Al fin y al cabo, Martín basó su equipo en evitar precisamente lo que ocurrió contra Croacia: chocarse continuamente contra un muro. Al llegar montó una selección con los mejores jugadores de cada equipo, fracasó y se dio cuenta de que necesitaba otra cosa: inventarse un estilo. Ni con los métodos de aquel mítico Dragan Matutinovic, podía competir en físico con los balcánicos, incluso con italianos o griegos. Como en el fútbol, el baloncesto o el balonmano había que potenciar la creatividad española para encontrar el gol a base de pases. Cuenta Martín que se inspiró en la selección de Japón, un equipo modestísimo, pero que jugaba “diferente”. También estudió al Barcelona de PepGuardiola o los libros tácticos de equipos de la NBA.
Por eso lo ocurrido este miércoles fue más doloroso: todo el proyecto quedó en duda. Ante Croacia, España se atascó como antaño, incapaz de superar su físico. La tensión de jugar los cuartos de unos Juegos Olímpicos llevó a la selección a la parálisis y, a partir de ahí, todo fue mal. En los primeros 12 minutos no marcó ni un solo gol mientras Croacia, con un inspirado Maro Jokovic, anotaba dos. Esa desventaja, tan temprana, fue definitiva. En algunos instantes España lograba combinar, hacer su juego, pero en otros volvía al problema. Por puro corazón, un gol de De Toro en la boya creó una oportunidad de remontada (9-8, a falta de cuatro minutos), pero un zambombazo de Konstantin Kharkov decidió la victoria. El horizonte de la España de DavidMartín ahora es gris.