La nueva edición apuesta por un perfil montañoso, con Ancares, Cuitu Negru y Picón Blanco, y cambia el tradicional paseo de clausura en Madrid por una contrarreloj decisiva.
Plano del recorrido de la Vuelta a España 2024.UNIPUBLIC
Reencuentro con La Santina, la protectora de los ciclistas. La Vuelta 2024 recupera la icónica cima de Lagos de Covadonga, coronada hace 40 años por Marino Lejarreta tras exhibirse en los espléndidos parajes de la Huesera, el Mirador de la Reina y los embalses de Ercina y Enol. El Junco de Bérriz fue el mejor escalador de la ronda de 1983, ganada por Bernard Hinault. Para la historia quedó la cabalgada del francés por la sierra de Ávila junto al vasco y a Vicente Belda en la que humilló al líder Julián Gorospe. Desde entonces, los Lagos se convirtieron en un emblema de la Vuelta. La montaña de los Picos de Europa se ha ascendido en 22 ocasiones, el último ganador fue Primoz Roglic, en 2021. Pedro Delgado, Lucho Herrera y Laurent Jalabert son los únicos que han ganado en dos ocasiones.
Los precipicios de Covadonga son los principales reclamos de una edición presentada este martes en el hotel Marriott Auditórium de Madrid. La prueba comenzará en 17 de agosto en Lisboa y finalizará el 8 de septiembre en Madrid, con visitas por Portugal, Extremadura, Andalucía y la zona norte. El centro y levante, excluidos. La capital portuguesa será sede de apertura por segunda vez en su historia, la anterior fue en 1997, edición ganada por el suizo Alex Zülle.
El telón se levantará con una contrarreloj de 12 kilómetros. La segunda etapa transcurrirá entre Cascais y Ourém, la tercera arrancará en Lousã y finalizará en Castelo Branco. Portugal acogerá las tres primeras jornadas tras aportar dos millones de euros, una inversión que esperan recuperar con intereses por la llegada de la caravana de la Vuelta (3.000 personas), turistas y aficionados.
Cuitu Negru
La entrada en España se producirá el 20 de agosto, con salida en Plasencia y final en Pico Villuercas, primera cita con la montaña, con tres kilómetros sobre cemento y rampas del 16%. Luego el pelotón se desplazará a Sevilla y Córdoba. En las cercanías de Granada habrá un doble ascenso a Hazallanas antes del traslado a Ponteareas (Pontevedra), cuna de Álvaro Pino y Delio Rodríguez. La etapa 13ª finalizará en el puerto de Ancares, donde vencieron ‘Purito’ Rodríguez y Alberto Contador. En esta ocasión se ascenderá, por primera vez, por la vertiente leonesa. La 15ª será crucial, con la durísima subida a Cuitu Negru, en el puerto de Pajares, previo doble paso por la Colladiella.
La última semana arrancará con la mediática visita a Lagos de Covadonga y concluirá con un tríptico tremendo. La cita de viernes 6 de agosto acabará en el alto de Moncalvillo, un primera categoría donde se impuso Roglic en 2020. La del sábado es la etapa reina, con una ruta encadenada de siete ascensiones entre Cantabria y Burgos, con final en el alto de Picón Blanco, con más de ocho kilómetros de longitud y pendiente media del 9%.
El domingo llegará la novedosa clausura de Madrid. Javier Guillén ha prescindido del tradicional paseo por el centro de la capital para apostar por una contrarreloj individual de 22 kilómetros con un perfil llano, con salida en el Distrito de Telefónica y final en la Gran Vía. Un final de taquicardia para una ronda en la que el estadounidense Sepp Kuss defenderá título y se esperan las presencias de Juan Ayuso, Carlos Rodríguez y Nairo Quintana. Cuatro escaladores para una prueba que mira hacia arriba, con ocho etapas de montaña y cinco de media montana.
El mejor fisio del mundo moldeó sus manos lavando vasos en el restaurante de su padre. «Yo ayudaba a mi familia en lo que podía. Pasé muchas horas entre platos y mesas». Más de 40 años después, el asador donde creció Marcelino Torrrontegui (Albandi, 1964) sigue ofreciendo fabulosos chuletones txogitxu, cordero a la estaca y entrecot de vaca vieja. Una clientela fiel que acude allí tras disfrutar de las playas del concejo asturiano de Carreño en las que Torron también trabajó de socorrista. «Antes de ser auxiliar de ciclismo me buscaba la vida mientras hacía un módulo de Deportes», afirma el masajista más experto del próximo Tour de Francia, que arranca el sábado en Lille. Será la undécima edición de la Grande Boucle que afronta el asturiano, ahora en el Movistar. También es colaborador del Comité Olímpico Español (COE), la Federación de Fútbol (RFEF) y profesor en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga (UMA).
Este fisio de sonrisa permanente trabajó en el Málaga CF durante 21 temporadas, acudió a ocho Juegos Olímpicos (cinco con la Federación de Ciclismo y tres con el COE), 26 Mundiales de ciclismo, cuatro Juegos del Mediterráneo, 13 Vueltas, 10 Tour y cinco Giros de Italia. Por sus manos han pasado futbolistas, atletas, nadadores, ciclistas, balonmanistas, karatecas, piragüistas, golfistas, esquiadores. La relación de ilustres es extensa: Craviotto, Llaneras, Hierro, Chema Olazábal, Van Nistelrooy, Valverde, Contador, Rominger, Freire, Delgado, Olano, Isco, Joaquín, Frankie Fredericks, Chema Martínez, Cubarsí, Francescoli, Juan Ayuso, Viran Morros, Aguinagalde, Darío Silva, Zulle, Virenque, Rafa Lozano, Garralda, Barrufet, Entrerríos, Hugo González, Jessica Vals, Carmen Weiler...
Tras disfrutar de varios días de descanso, este martes hará las maletas para marcharse a Lille con el Movistar para preparar la salida del Tour.
Torrontegui comenzó en el ciclismo en la Vuelta a España de 1988, en el Clas de José Manuel Fuente. «Recuerdo que la salida fue en Tenerife y que saltamos a Las Palmas. Me incorporé al equipo de El Tarangu gracias a la ayuda de Carlos Muñiz, ciclista y amigo mío de Candás. Aquella Vuelta la ganó Sean Kelly y el primer neoprofesional clasificado fue, precisamente, Muñiz. Yo tenía 23 años y ya me apasionaba el deporte. Esa pasión proviene de mi entorno de juventud, en Candás. Esta localidad está declarada por el COE Villa de Olímpicos, porque es el pueblo de España con más olímpicos por habitante. Allí nacieron, entre otros, Herminio Menéndez, Julio Alberto, López Carril, Enrique Rodríguez Cal o Carlos Prendes», dice mientras pasea por Candás, antes de la sesión de fotos en las instalaciones de Mareo del Sporting de Gijón que ilustra este reportaje.
Torron debutó en el Tour de Francia en 1991, el primero ganado por Miguel Indurain. Desde entonces, el carismático fisioterapeuta y el campeón navarro mantienen una relación cercana. «Somos de la quinta del 64 y hemos coincidido muchas veces, aunque nunca compartimos equipo. Él estaba en el Banesto y yo en el Clas, con Tony Rominger. En la selección español estuvimos juntos, pero nunca le traté. Él tenía su propio masajista, Vicente Iza. Sí traté a Perico Delgado, Óscar Freire o Alberto Contador, pero nunca a Miguel. Estuve con Indurain en los Juegos de Atlanta, cuando ganó el oro en la contrarreloj, y Abraham Olano, la plata. Mi primer Mundial fue el de Stuttgart de 1991, cuando Indurain fue bronce. También estuve en el histórico Mundial de Duitama de 1995, donde logró el oro en la contrarreloj y la plata en la ruta, con Olano primero. En la actualidad, cuando Miguel pasa por Asturias nos vemos. Últimamente bromeamos sobre que ya va siendo hora de que toque sus músculos», explica el técnico, de 61 años.
Federer y Nadal
Torron fue el hombre de confianza del suizo Rominger, conquistador de tres Vueltas y adversario de Indurain en la carretera y en la pugna por el récord de la hora. «Tony y Miguel fueron rivales y ahora son amigos. Son como Federer y Nadal. Se respetan, tienen una buena relación».
Las manos mágicas del asturiano cuidaron a grandes corredores del Clas, como Olano, Escartín, Mauleón, Ruiz Cabestany, Rominger, Suárez Cueva..., con los que mantiene amistad. «Ellos tienen la costumbre de juntarse todos los años para cenar durante una etapa de la Vuelta. Desde 1988 organizamos partidos de fútbol-playa a los que viene gente como Luis Enrique. Lucho es un gran entrenador y una persona majísima, pata negra, un friki del ciclismo».
Con su paisano Samuel Sánchez comparte complicidades. Las abuelas de ambos eran primas. «A Samu le conozco desde chaval, cuando venía a veranear a Albandi. Yo le vaticiné que sería campeón olímpico. En 2007, un año antes de la carrera en ruta de los Juegos de Pekín, fuimos a ver el recorrido y le dije que el trazado le venía a huevo para ganar. Aquel equipo, con Sastre, Freire, Valverde, Contador y Samu fue fabuloso», recuerda.
JORGE PETEIRO
Las manos prodigiosas de Marcelino han cuidado a miles de deportistas. El que más le impactó, por su elasticidad y fortaleza, fue el canadiense Mark McKoy, campeón olímpico de 110 vallas en Barcelona'92. Entre los ciclistas destaca el motor de clasicómanos como Bortolami, Baffi o Museeuw. Los músculos de Freire también le sorprendieron, como las piernas de los futbolistas Salomón Rondón y Julio Baptista. Dice que quien mejor supo sacar provecho a su físico fue Fernando Escartín.
Asegura que el ciclismo actual atraviesa por un momento espléndido y que Tadej Pogacar es un fenómeno: «Le vi el pasado año en el Tour y me sorprendió. El ciclismo de ahora no da tregua. Las etapas son más cortas y todos van a toda hostia, no frena nadie. Los técnicos y auxiliares no tenemos tiempo para tomar un bocadillo. La tecnología ha mejorado mucho el rendimiento de los corredores».
Pocos en el deporte español empatizan tanto como este extrovertido asturiano. «Me dicen que soy el mejor masajista del mundo, pero yo respondo que tengo la suerte de trabajar con gente muy buena. Yo, por mi manera de ser, siempre genero buen rollo y caigo bien a la gente, y eso influye».
La depción del Málaga
Durante sus 37 años en el alto nivel han abundado los éxitos. Las decepciones fueron mínimas, pero dolorosas. Las heridas provocadas por el despido del Málaga ya cicatrizaron, aunque quedaron marcas: «En el Málaga me dejé media vida, medio corazón. Me tuve que marchar por unas diferencias económicas mínimas. Me di cuenta de que no me querían en un sitio donde trabajé más de 20 años. Salí noqueado. Estuve muerto, pero reviví. Después de irme se me abrieron muchas puertas».
En plena pandemia, Torron dice que se reinventó. Estudió podología, se doctoró en Fisioterapia y se incorporó a la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Málaga: «Llegué para cubrir una baja, y ahí sigo, impartiendo clases. La docencia es una carrera de fondo. Me gusta, pero al principio me costó, porque yo hablaba con las manos, luego me he ido soltando. Ahora, hasta doy ponencias en el Master de Fisioterapia de la Escuela Universitaria UAX Rafa Nadal o el Máster de Fisioterapia del Real Madrid. Soy como una hormiguita. Cumplo mis sueños. Trabajo con chavales, eso me mantiene joven».
«Tengo la suerte de que la UMA apuesta por la transferencia del conocimiento de sus profesionales, lo que posibilita que pueda colaborar de forma activa con Movistar, con el que tengo un contrato Otri, y al mismo tiempo cumplir con mis obligaciones docentes e investigadoras en la Facultad de Ciencias de la Salud», añade.
JORGE PETEIRO
A sus 61 años, Torron quiere ser agradecido: «Cuando te vas haciendo mayor te acuerdas de la gente que te ayudó. Yo estoy muy complacido con Eusebio Unzúe. Un día necesité salir de casa y él estaba allí. Siempre tuve la fortuna de contar con la comprensión del Málaga, que me permitía ir a los Mundiales y a los Juegos Olímpicos. También estoy muy agradecido a Alejandro Blanco por la oportunidad de trabajar en el COE. Él me rescató de la crisis que tenía, lo pasé mal. Yo sé bien lo que supone estar en primera línea y de ponto el teléfono deje de sonar».
Hijo futbolista e hija nadadora
La genética y el entorno profesional indicaron, inevitablemente, el camino a seguir. La actividad deportiva domina el entorno familiar de Torrontegui. Los hijos del fisio asturiano se han criado entre balones, raquetas y bicis, por eso no extraña que Samuel y Carlota se hayan decantado por el deporte. Los tres, siempre mimados por Susana, la filóloga inglesa, la madre, la compañera, la que sostiene todo el edificio.
Samuel, que tiene 20 años, sobresale en las categorías inferiores del Sporting de Gijón, en el equipo C. El fútbol le atrapó desde niño. Comenzó en el Málaga y allí estuvo durante nueve temporadas, en las que coincidió con Dean Huijsen, el nuevo central de la selección española y del Real Madrid. «Estuvieron juntos en alevines, cadetes e infantiles. Son buenos amigos. Yo mantengo contacto con los padres de Huijsen, unos holandeses muy majos que abrieron negocio en Málaga», dice Marcelino, un padre encantado con los goles y el desempeño de su hijo: «Samuel juega de delantero, es bueno, pero a mí lo que gusta es su madurez. Entrena, juega, se cuida y estudia segundo de Ingeniería Mecánica. No es raro verle a las 12 de la noche con libros o estirando», recalca el fisio del Comité Olímpico Español.
El Almería quiso ficharle, pero él prefirió seguir en el Sporting. En su trayectoria ha mostrado sus excelentes dotes de goleador, con buen manejo de ambas piernas y juego de espalda. «Tiene futuro, pero es un poco pupas, siempre le pasa algo», dice el progenitor.
Carlota apostó por la natación, triunfando en los campeonatos autonómicos y nacionales. Se formó en el Club Natación Inacua de Málaga y en 2021 fichó por el CN Santa Olaya de Oviedo. En 2021, con 18 años, se proclamó campeona de España de 200 mariposa, lo que le sirvió para obtener plaza para el Europeo de Budapest, torneo en el que logró colarse en las semifinales, terminando en el puesto 14 del top-16.
Torrontegui destaca que Carlota, de 22 años y estudiante de Derecho, tiene mucha fuerza de voluntad: «Durante muchos años se levantaba a las cinco y media de la mañana para entrenar en el CETD de Málaga. Creo que venirnos a Asturias frenó su progresión. Uno de mis sueños era compartir unos Juegos Olímpicos con ella».
Una Vuelta internacional y con reclamos suculentos. Javier Guillén se ha inventado una ronda atractiva para cautivar a público y corredores en 2025. La prueba, presentada este jueves en el Palacio Municipal de IFEMA de Madrid, apostará por un perfil montañoso y pujará fuerte por contar con Tadej Pogacar, la guinda para el 90 aniversario de una carrera que se vistió de gala con la asistencia de una quincena de ganadores: Pedro Delgado, Alberto Contador, Fabio Aru, Chris Froome, Nairo Quintana, Laurent Jalabert, Alex Zülle, Roberto Heras, Ángel Casero, Álvaro Pino, Melcior Mauri, Agustín Tamames, Abraham Olano y Marino Lejarreta.
Pogacar ha asegurado que acudirá al Tour de Francia para sumar su cuarto título y ha dejado la puerta abierta a su presencia en la carrera de Unipublic. El nuevo fenómeno del ciclismo, tras imponerse el pasado año en el Giro de Italia, quiere adornar su palmarés con un triunfo en la tercera gran cita por etapas. El esloveno atesora un grato recuerdo de su única participación en la Vuelta, en 2019, cuando finalizó tercero, tras Primoz Roglic y Alejandro Valverde, y se anotó tres triunfos, en las cimas de Els Cortals d'Encamp, Machucos y Plataforma de Gredos. Entonces sólo tenía 21 años y aquel fue su bautismo en las grandes rondas.
La presencia de Pogacar impulsaría los índices de audiencia a las cotas más altas de las últimas temporadas. Su repercusión sería superior a la edición de este año, ganada por Roglic, que ya ha anunciado que no defenderá su título porque se centrará en el Giro y el Tour. Guillén espera a Pogacar y se ilusiona con el regreso de El Angliru. El coloso asturiano, dos años después, volverá a presidir la etapa reina. Será la décima ocasión en la que se ascenderá el emblemático puerto, hollado por primera vez en 1999 por Chava Jiménez.
Cuatro etapas en Italia
La ronda arrancará el 23 de agosto y finalizará el 14 de septiembre en Madrid. El telón se levantará en Italia, en la zona del Piamonte. Esta será la sexta ocasión en la que la salida se realice en el extranjero y la primera desde Italia. Antes se partió de Lisboa (1997 y 2024), Assen (2009), Nimes (2017) y Utrecht (2022). En 2026 saldrá de Mónaco.
La jornada inaugural de esta 80ª edición (90 desde que nació) partirá de Torino-Reggia di Venaria y terminará en Novara en una jornada de 183 kilómetros, con subida a Bienca-Tomalino. La segunda se iniciará en Alba y concluirá, 157 kilómetros después, en Limone Piemonte, en lo que supondrá el primer final en alto de la carrera. La tercera etapa, ya en territorio de los Alpes, se disputará entre San Maurizio Canavese y Ceres, con ascensión al Issiglio. La cuarta etapa empezará en Susa, localidad cercana a la frontera con Francia.
Luego habrá un traslado hasta Figueres, con una crono por equipos de 20 kilómetros, y un paso por los picos montañosos de Andorra. El recorrido continuará en la zona septentrional de la península, con finales en Cerler, Valdezcaray, Larra Belagua y Bilbao (con doble ascensión al Vivero y selección definitiva en Pike Bidea). En la etapa 13ª llegará El Angliru y un día después, final en la Farrapona. La 17ª terminará en el alto del Morredero, la 18ª será una crono individual de 26 kilómetros en Valladolid. La resolución final, como ha sucedido en numerosas ocasiones, será en la Sierra de Madrid y Segovia, con una jornada con salida en Robledo de Chavela y meta en la Bola del Mundo. La bajada del telón, en la clásica etapa por las arterias centrales de Madrid.
El ángel de la guarda del nuevo demonio del ciclismo empezó jugando al fútbol, pero abandonó el balón a los 12 años cuando un entrenador de ciclismo visitó su escuela. «Probé la bici y me gustó». Desde entonces, el polaco Rafal Majka (Zegartowice, 1989) inició una carrera meteórica. En 2011, con 21 años, fue invitado por el equipo Saxo Bank a un stage en Mallorca, en un entrenamiento de comienzo de la temporada fue el único que consiguió aguantar a Alberto Contador en una subida. Bjarne Rijs decidió contratarle de inmediato.
A sus 34 años, este escalador que siempre albergó la idea de conquistar una de las tres grandes rondas por etapas, ha sabido reinventarse como escudero de calidad de Tadej Pogacar en este Giro que afronta su recta final. Nunca falla, siempre protege a su jefe en los momentos decisivos de la carrera. Los rivales le temen, porque saben que en las rampas más exigentes toma las riendas del pelotón e impone un ritmo machacante para minar energías y catapultar al esloveno. Siempre es así, todos lo saben, pero nadie puede evitarlo. Lo hizo ayer en el Passo Broncon y antes en las llegadas a Monte Pana, Livigno o Patri di Tivo.
El suyo es un trabajo sacrificado, poco vistoso pero muy apreciado por los directores. Una labor que Majka desempeña como ninguno tras asumir un costoso proceso interior. Y es que él, por condiciones, podría considerarse superior a los dos principales perseguidores de Pogacar en la general: el colombiano Daniel Martínez, con corto palmarés en las tres grandes, y el galés Geraint Thomas, que hace tiempo ofreció la mejor versión de sí mismo.
Y es que el protector de Pogacar atesora una brillante hoja de servicios y también un pasado con pretensiones. Aprendió con los mejores. Fue gregario de Alberto Contador en Saxo Bank y en el Tinkoff, grupo en el que también coincidió con Peter Sagan, Iban Basso o Roman Kreuziger. El equipo patrocinado por el impulsivo magnate ruso Oleg Tinkov se convirtió en una olla a presión por la permanente exigencia de resultado. Los abandonos de Contador en el Tour de 2014 y el quinto puesto en la edición de 2015 hicieron crecer a Majka en el escalafón. Algunos le acusaron de traidor y de velar sólo por sus intereses. Desde que llegó al Saxo Bank se consideró un ciclista de largo recorrido. Ganó el Premio de la Montaña del Tour de 2014 y fue tercero en la Vuelta a España de 2015 y quinto en el Giro de 2016. Es un ídolo en su país tras conseguir la medalla de bronce en la prueba en ruta de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016.
En 2021, cuando Joxean Fernández Matxin le convenció para fichar para el UAE, consumó una apoteósica escapada en la Vuelta a España, con un triunfo en El Barraco tras una fuga de 125 kilómetros.
Majka se muestra satisfecho con ser el guardaespaldas de Pogacar, un corredor al que admira: ''Tadej es un gran líder, no sólo por sus cualidades ciclistas, también en el trato personal, siempre correcto y agradecido. Cuando él forma parte del equipo, noto que el nivel de todos es mejor''. Unas palabras que coinciden con las de Matxin: ''Pogacar no es un campeón, es un líder que siempre está atento a sus compañeros. Si el gana siempre reparte con ellos''. En el UAE deslizan que líder del Giro quiere regalar una etapa a su guardián, las jornadas de mañana y el sábado son las más propias.
«Lo mejor de mi trayectoria deportiva es el bronce en Río de Janeiro de 2016, subir al podio del Premio de la Montaña del Tour de Francia y correr con Pogacar en su segundo triunfo del Tour de Francia», apunta el polaco, siempre abriendo camino a la maglia rosa del Giro.