En 48 horas, durante el fin de semana, el fútbol, como actividad única alrededor de un balón y sujeto a un reglamento, nos ofreció un espléndido contraste intercontinental de edades y sexos (ahora se dice géneros). La selección española femenina sub’
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No lo intenten. Si no han estudiado, al menos, un par de años de alemán, pronunciar el nombre del pueblecito donde ha elegido estar España durante esta Eurocopa es casi imposible. Se escribe Donaueschingen, y se pronuncia... pues como se pronuncie en alemán. Ayer, en los alrededores de los campos de fútbol del SV Aasen, un equipo de fútbol de regional que tiene una hierba que ya quisieran muchos equipos de Primera División en España, los lugareños lo pronunciaban realmente bien, al punto de no entenderles. Se les entendía mucho mejor, eso sí, el nombre del equipo al que habían ido a ver los 500 aficionados con entrada para el primer entrenamiento: «¡Espannnnnna! ¡Espannnnnna!». Porque sí, España abrió su entrenamiento ayer a la ciudadanía de este pequeño enclave en mitad de la Selva Negra.
Esos 500 que tenían entrada eran todos amigos, o conocidos, de Erik Pauly. ¿Y quién es Erik Pauly? Pues Erik Pauly es el alcalde de Donaueschingen, que lo es desde hace ya siete años y que, en las últimas elecciones, celebradas en 2021, ganó por un ajustado margen: sacó el 98% de los votos del pueblo, de unos 21.000 habitantes, aunque ese día apenas votó el 25% de la gente. «Es un personaje», decía una persona de la delegación española que estuvo ayer toda la tarde coordinando con él cómo sería el acceso de la gente.
El personaje andaba por allí, aunque confundido entre el personal, mientras un puñado de hinchas españoles, algunos de ellos niños, rodeaban las vallas del complejo para que les dejaran pasar. «¡No ticket, sorry!», decía un señor enorme en la puerta de acceso, y es que las entradas que no manejaba el alcalde las manejaba (pocas) la UEFA. «¡Dejadnos entrar!», gritaban desde fuera, hasta que el personal de la Federación consiguió, no sin dificultad, que pudieran pasar a ver el entrenamiento de la selección española porque, a todo esto, la noticia ayer en este pequeño, y precioso, enclave, era que una de las selecciones grandes echaba a andar cinco días antes de que debute, el sábado contra Croacia (18.00 horas) en Berlín.
Comer y cenar
El asentamiento que la Federación Española ha elegido para transitar en este torneo garantiza tranquilidad. Hay serias dificultades para comer después de las 14.00 horas y para cenar después de las 21.30. Eso no es ni bueno ni malo. Eso, simplemente, es. Entre el hotel, un lujosísimo resort de nombre Der Öschberghof, y el campo de entrenamiento, hay apenas un kilómetro y medio, y algunos empleados de la Federación se decidieron a hacer el trayecto en bicicleta. A los jugadores se les ofreció hacer lo mismo, pero prefirieron unas mini furgonetas blancas sin pedales.
En las vallas, un montón de pancartas que hacen referencia al espíritu que Luis de la Fuente quiere que presida la concentración, y que se resume en una palabra: familia. Está por todas partes, acompañada de otras referencias como superación, sacrificio, unión, equipo... El grupo sabe que no tiene las individualidades de otras selecciones como Francia, Inglaterra, Portugal... y por eso el énfasis se pone en el colectivo, en estar todos juntos, como cuando todos, menos los porteros, corrieron a mover una de las porterías para echar el partidillo. Por cierto, en ese momento Morata, viendo que había gente fuera de la valla que quería entrar, se puso a dar voces: «¡It's open, it's open!».
El entrenamiento en sí no fue gran cosa. Unos estiramientos, unos rondos, un ejercicio de posesión y un partidillo a medio campo para que el balón empiece a rodar. Al terminar, un puñado de jugadores se quedaron a firmar a los amigos del alcalde que gana las elecciones con muchos apuros. Entre ellos Mikel Merino, Dani Carvajal, al que se ve muy feliz por aquí, y Pedri. Conseguida la firma, los amigos del alcalde se fueron a comer salchichas y beber cerveza en una carpa que ellos mismos habían puesto para amenizar la espera primero y el post entrenamiento después.
A Rey muerto, Rey puesto. Xabi Alonso asumirá el mando del banquillo del Real Madrid el 1 de junio, después de la última jornada de Liga y del merecido homenaje a Carlo Ancelotti, el entrenador más laureado en la historia del club. El italiano, tras anunciar este lunes Brasil que será su nuevo seleccionador, recibirá el cariño del Santiago Bernabéu en el duelo ante la Real Sociedad (o en el de mañana ante el Mallorca) y se centrará entonces en su nuevo destino: la selección de Brasil, a la que, si nada cambia, dirigirá ya en los partidos de junio. En su lugar llegará el tolosarra, que hizo campeón de Alemania al Bayer Leverkusen y que aterriza con muchos deberes sobre la mesa, con algún problema contractual, con lesiones y con un Mundial de clubes que será la primera piedra en su camino como técnico en Chamartín, donde firmará por tres temporadas.
La Bundesliga termina este mismo fin de semana, unos días antes que la Liga, así que Alonso estará en Madrid a comienzos de la semana que viene para ir planificando y gestionando su nueva etapa en Valdebebas y en la capital de España. Junto a él, su agente, Iñaki Ibáñez, que también lleva a Mikel Arteta, Ernesto Valverde o Andoni Iraola, entre otros, y el grupo de trabajo que ha tenido en Alemania.
Sebas Parrilla, con el que lleva desde que empezara a entrenar en la cantera del Madrid, será su segundo, y Alberto Encinas, con pasado en el Barcelona, su preparador físico de confianza. A la espera de conocer a más miembros de su nuevo equipo, esto deja la duda de la situación de Antonio Pintus, sargento de la preparación física del Real Madrid y fichaje estrella de Florentino Pérez en 2021, antes incluso de la llegada de Ancelotti. Luis Llopis, entrenador de porteros, mantendrá su puesto.
Una vez resuelto el banquillo, toca el vestuario, con muchos frentes abiertos. Por un lado, Alonso llegará en un momento atípico y lejos de lo ideal. La temporada todavía está en marcha, con un parón de selecciones que enviará a casi toda la plantilla a sus respectivos países. En los primeros días, Valdebebas estará vacía. Por ahí estarán los lesionados, Carvajal, Militao, Rüdiger, Alaba, Mendy, Camavinga y compañía, y los no internacionales como Lucas Vázquez.
La Final Four de la Liga de Naciones, por ejemplo, que disputan Alemania, Portugal, España y Francia, se celebra el 4, 5 y 8 de junio, y la Croacia de Modric juega el 6 y el 9 del mismo mes. Los internacionales regresarán para viajar directamente a Estados Unidos, con un vuelo planeado el día 14. Es decir, Alonso tendrá poco tiempo desde su llegada hasta el viaje a Estados Unidos, así que el Mundial se convierte por obligación en la pretemporada del conjunto blanco. Un mes entero (si llegan a la final) entre Miami y Nueva York. Los primeros 15 días serán claves para la convivencia inicial y para que el vasco siente las bases de su liderazgo.
Todo ante un vestuario cansado tras una temporada agotadora, que comenzó el pasado agosto en la Supercopa de Europa en Varsovia y puede terminar el 13 de julio en Nueva York. Once meses en los que han ganado dos títulos pero han perdido tres, cada uno de forma más dura y con el Barça, su gran rival, anotando 16 goles en los cuatro clásicos. Recuperar la moral será casi más importante que el físico en las primeras semanas del nuevo técnico, que mirará primero a los lesionados. Rüdiger debería volver para el torneo, pero Mendy y Camavinga están descartados. Con Carvajal, por su parte, no hay prisa. Y Bellingham, pendiente de su operación de hombro, no ha decidido cuándo pasar por quirófano.
Xabi Alonso.CHRISTOPHER NEUNDORFEFE
Después, Xabi entrará en los temas contractuales. Vallejo, Lucas y Modric terminan contrato el 30 de junio. Los dos españoles tienen difícil seguir, mientras que el croata quiere continuar y, si asume su rol como en las últimas temporadas, tiene opciones. Debería, como Lucas, ampliar su contrato 15 días para estar en Estados Unidos, así que el entrenador podría encontrarse con varios futbolistas que saben que no seguirán.
En cuanto a fichajes, Alonso quiere reforzar la defensa, algo que comparte el club. El anuncio oficial de Alexander-Arnold es cuestión de días y el Madrid trabaja para que esté en el Mundial. Será el primer refuerzo. Los blancos peinan el mercado para contratar un central y un lateral izquierdo, claves para Xabi, que le dará un giro de 180 grados al esquema y al estilo del equipo. En eso puede haber un perjudicado: Rodrygo Goes. No parece Alonso muy fan de situar a los tres delanteros junto a Bellingham, algo que repitió Ancelotti durante este curso, y sí le gustaría afianzar piezas en la defensa y en el centro del campo para dejar más espacio arriba para su gran objetivo: potenciar la relación Mbappé-Vinicius.
El nombre de Rodrygo es el gran protagonista del umbral de salida. Con cartel en Inglaterra, su venta podría ayudar a asumir los fichajes en la zaga, pero todavía queda pendiente una charla entre el técnico y el brasileño. En el capítulo de llegadas también hay que situar a Nico Paz, al que el club quiere recuperar para la primera plantilla tras su gran año en el Como de Cesc Fàbregas.
El olfato de Luis de la Fuente no falló Mestalla. Vivió el partido más difícil de su era como seleccionador porque España tuvo que bregar para golpear al Países Bajos, que se levantaba siempre, pero se encontró con la absoluta madurez de Pedri en el penalti de la tanda que era decisivo, en la capacidad de Unai Simón para intuir y parar lanzamientos y un goleador en Oyarzabal cuando más lo necesitaba. "No concibo el deporte y casi la vida sin sufrir, pero este equipo es insaciable", resumió De la Fuente, que recordó a un "iluminado que dijo que esta competición era menor".
Fue Juanjo González, el flamante segundo entrenador, quien decidió el orden en la tanda y Pedri sabía que, tras el fallo de Malen, le tocaba el decisivo. Una foto en el vestuario lo presagiaba: Morata le daba el balón en el duelo ante Suiza en Tenerife (3-2). Entonces, en casa, falló. En Mestalla, no. "Juanjo nos dijo quien tiraba. Yo hablé con Dani Olmo y le dije que lo iba a tirar abierto y arriba. Es bonito hacer feliz a la afición pero no hubiera sido posible sin Unai, que siempre para uno. Estábamos seguros de que lo haría", confesó el centrocampista.
Se quitó mérito Unai Simón ante los elogios de su compañero. "Ser los segundos en tirar nos hacía depender un poco más de mí para ir con ventaja. El penalti de Simons durante el partido me dio mucha rabia porque se paró y no pude impulsarme bien. El de Van Dijk en la tanda no me le orientado bien y el otro se me ha colado por debajo del brazo", explicó. El de Malen lo tenía muy claro: "Él iba centrado a ese lado, por lo que habíamos visto, y me le lanzado ahí convencido", desveló. Anuló así el error de Lamine Yamal. "Está feliz por la clasificación", desveló el seleccionador.
De la Fuente le dio la titularidad a Unai Simón y también a Oyarzabal, que no estuvo en la tanda pero fue muy protagonista antes. Dejó el seleccionador en el banquillo a Álvaro Morata y no le falló el capitán de la Real Sociedad. De penalti marcó su gol número 14 con España, el noveno con el seleccionador riojano en el banquillo. Ese tanto lo convierte en el máximo goleador de la era De la Fuente, con dos de diferencia sobre Morata y tres sobre Ferran Torres.
Oyarzabal fue titular por segunda vez en esta Nations League. En noviembre, ante Dinamarca en Copenhague inició el partido y también abrió el marcador, aquella vez en el minuto 15, mientras Morata esperó al minuto 69 para saltar al césped. Mestalla festejó ese gol de penalti con el recuerdo del marcado en la final de la Eurocopa ante Inglaterra que convirtió a España en campeona. Aún le quedaba otro en a segunda parte. Salvó su disparo con la cara el meta Verbruggen, pero el rechazo lo empujó con la cabeza para convertirse en el segundo jugador de la Real en marcar un doblete con la selección en partido oficial. Sólo lo había hecho Bakero en 1988.
"Lo más importante es que la era De la Fuente suma ya dos títulos cuando nadie creía en nosotros. Todos aportamos para que el colectivo vaya para arriba", resumió con cierta modestia.
Llenazo en Mestalla por la dana
Con un estadio a reventar, la afición comenzó la fiesta antes de que arrancara el partido alentada por el gol de Iniesta a Países Bajos en el Mundial de Sudáfrica de 2010. Si los neerlandeses recordaron en un tifo la dura derrota que infringieron a España cuatro años después en Brasil, en Valencia se proyectó en los videomarcadores aquel gol que hizo a España campeona del Mundo. Hubo tiempo para eso, para llenar de banderas nacionales la grada, tararear el himno nacional y hasta acordarse del 'Peter, vete ya' en el minuto 19. Mestalla lucía diferente, pero era Mestalla y ni falló. Hasta respaldó con aplausos a Huijsen cuando, desde la esquina alta del Gol Norte, los 2.500 holandeses le silbaban.
Todos disfrutaron porque el partido lo mereció. España quería mandar y golpeaba, pero también recibía. De hecho, mostró vulnerabilidad porque en tres partidos de esta Nations League, ante Suiza y los dos ante Países Bajos, recibió dos o más goles.
Eso fue el fútbol, que importaba y mucho porque la victoria y la clasificación permiten a España luchar por otro título el próximo mes de junio, pero había más en juego en Mestalla. Se llenó un estadio con 48.082 espectadores que recordó a los afectados de la dana. Para recuperar los campos arrasados por la riada irá la recaudación y la RFEF invitó a alcaldes y representantes de todas las poblaciones afectadas y fueron los niños de estas escuelas afectadas los que saltaron al campo con los jugadores. «Jugamos por vosotros», rezaba la una gran lona en el círculo central.
Fue el apoyo de todo el estadio el que empujó a la selección cuando más lo necesitó. Por esto estalló con la parada de Unai Simón a Malen y de manera definitiva cuando Pedri, en el penalti decisivo batió la portería del gol sur de un Mestalla que está de despedida.
Francia y el camino del Mundial
España estará en Alemania para la fase final de esta Nations League y su rival en semifinales será contra Francia, recordando aquella polémica final en Turín en la que la jugada decisiva entre Mbappé y Éric García que provocó un cambio en la norma del fuera de juego.
Pero también aclara el camino que deberá seguir España para estar en el Mundial de 2026. Sus rivales finalmente serán Turquía, Georgia y Bulgaria. Arrancará la selección el 4 de septiembre en Bulgaria y tres días después jugará ante Turquía. El primer partido como local será ante Georgia ya en la ventana de octubre y cerrará la clasificación recibiendo a Turquía en noviembre.