Hugo Duro no se rinde jamás, es irreductible. Un jugador de brega continua en el área, un 9 que atrae centrales como un imán y capaz de hacer lo más difícil. En un derbi igualado, él se inventó cómo romperlo en el minuto 80. Peleó el balón con Manu Sánchez, la salva con el pecho para que le caiga a Gayà que, al primer toque, se lo cuelga al área y decide engancharla de chilena. La plasticidad hizo explotar Mestalla, que no veía una victoria del Valencia desde septiembre. [Narración y estadísticas: 1-0]
Se pareció mucho el derbi a lo que se imaginaba ahora que los dos equipos sin vecinos también en la parte baja de la clasificación. Intensidad, dureza e ideas claras de las grietas por las que podían hacerse daño. Si Corberán pensaba en crecer desde las mejores sensaciones que dejó el duelo ante el Betis, Calero encontró la forma de evitarlo. La debilidad de este Valencia está en el inicio del juego. Se ofusca demasiado y comete errores. Pepelu es el faro al que se encomiendan, pero con Carlos Álvarez mordiendo sus tobillos y la amenaza de Etta Eyong e Iván Romero rondando, todo se hacía más difícil.
Aun así logró estirarse con una salida en largo que acabó en un remate sin fe de Gayà. Un disparo de fogueo frente a la ocasión que erró Oriol Rey. La genialidad la protagonizó, cómo no, Carlos Álvarez lanzado a la carrera para pinchar un balón en largo a la espalda de Copete que sirvió a Toljan para que cruzara un centro al corazón del área que el centrocampista mandó a la grada.
Entró en calor el Valencia encontrando la forma de salir de esa presión tan alta buscando los carriles. Thierry fue capaz de escaparse y sirvió un centro a Lucas Beltrán, pero su remate lo salvó Ryan y el rechazo a Danjuma se le fue muy alto. Agitar al Levante llevándolo de lado a lado era un camino. El otro era encontrar al argentino entre Matías Moreno y Dela. Lo hicieron, pero faltó la ayuda al remate de Diego López, menos afilado, y Danjuma mucho más vigilado.
Se sostenía el Levante sin sufrir en exceso, como si solo necesitaran mantener la calma hasta que el rival se desordenara. Si no aparece Dela para salvar bajo palos el remate de Javi Guerra desde la frontal del área pequeña, el plan se hubiera hecho trizas a la media hora del partido. Thierry había vuelto a burlar a Manu Sánchez para asociarse con Beltrán y que sacara un centro que enganchó el canterano. Casi la misma jugada se repitió al filo del descanso, pero esta vez el tiro, más lejano, lo escupió Carlos Álvarez.
Gol anulado a Diego López
El Valencia subió un punto su intensidad al inicio de la segunda parte y Corberán envió a Hugo Duro al campo para hundir a los granotas en el área. Suya era la pelota y suyo fue el gol que no subió al marcador. Danjuma colgó un balón al borde de la corona del área que peinó Copete para que empujara Tárrega ante Ryan. No lo logró pero apareció Diego López. Muñiz Ruiz y el VAR helaron Mestalla cuando lo anularon por un fuera de juego milimétrico del pie de Copete.
Un punto ya tenía valor para el Levante, pero en el minuto 70 Calero refrescó el ataque de su equipo, buscando más movilidad con Brugué y Koyalipou. Retrucó el banquillo valencianista con Rioja, que se lamentó enseguida por cómo remató su primera pelota solo en el punto de penalti al cuerpo de uno de los centrales granotas.
Pero el Valencia estaba tan cerca que el gol llegó de la manera más plástica que deja el fútbol: de chilena. Hugo Duro, hombre de fe, peleó y ganó. En diez minutos, los granotas ya solo pudieron responder con un testarazo de Koyalipou que salvó Tárrega casi en la escuadra bajo palos. Aún tuvo una más en una carrera de Morales ante una mala salida de Agirrezabala que cruzó en exceso y Toljan no llegó para empujarla. No iba a ser la noche en que el Levante, por primera vez en la historia, asaltara Mestalla, que se volcó en proteger a su goleador en una tangana final propia del resquemor de un derbi.






