Una ACB sin estrellas, con jóvenes a la fuga y con el 70% de los jugadores extranjeros

Una ACB sin estrellas, con jóvenes a la fuga y con el 70% de los jugadores extranjeros

Comienza la temporada

Actualizado

La temporada de la Liga Endesa comienza con el retorno de Campazzo y de Willy Hernangómez como grandes reclamos y con la tiranía de Madrid y Barça como tendencia.

Campazzo, entre Jokubaitis y Willy Hernangómez, durante la Supercopa.MARIANO POZOACB PHOTO

«¿Cómo puede ser que Juan Núñez, uno de los pocos jugadores por los que un aficionado pagaría una entrada, no esté en la ACB?». La pregunta, formulada al aire por un reputado agente que no es el del ex jugador madridista, pone de manifiesto uno de los nuevos dramas de la Liga Endesa que arranca este sábado. Si la fuga de talento era ya una realidad desde hace tiempo, ahora ya huyen hasta las promesas, antes incluso de explorar la posibilidad de hacerse un hueco en la competición nacional.

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Fue el caso de Núñez y es el de Aday Mara, que se formará en UCLA tras su debut el año pasado en Zaragoza. A Izan Almansa o Baba Miller, campeones del mundo júnior, ni se les vio en ACB, como tampoco a Santi Aldama, el pionero. Usman Garuba duró bien poco y ha optado por seguir apurando sus opciones NBA antes que volver. Todos ellos prefieren EEUU antes que la incertidumbres domésticas. Y la ACB sigue en la línea de los últimos años: ni el 30% de los jugadores que hoy arrancan son nacionales, unos 68 de los 230 que forman de inicio en las 18 plantillas (o dicho de otra forma, el 70% son extranjeros). Denunció Sergio Scariolo que de los 12 de la selección que disputaron el reciente Mundial, sólo Joel Parra era titular en su equipo, el Joventut (este año es uno de los fichajes estrella del Barça de Roger Grimau). Antes, el seleccionador de la actual campeona de Europa (y número dos del ranking FIBA) había mostrado públicamente su preocupación porque «España sea el país del mundo en cuya Liga hay menos jugadores nacionales. Eso dificulta mucho el camino».

No hay competición en Europa con semejantes cifras y ni la normativa de cupos (cuatro nacidos o formados al menos tres años en España por plantilla) evita casos como el del UCAM Murcia: ninguno de sus 13 jugadores es español (le sigue el Baskonia con uno de 12), hay 10 nacionalidades distintas y hasta tres suecos. «Seguimos mal, nos cansamos de predicar en el desierto. Este porcentaje es muy bajo. Hay que dar más oportunidades a los jóvenes, porque hay muchos veteranos que pronto se van a retirar y no hay relevo», protesta Alfonso Reyes, presidente del sindicato de jugadores (ABP).

Joel Parra, durante la presentación de la Liga Endesa.FERNANDO VILLAREFE

Significativo, por habitual, es el caso de Chumi Ortega, una de las pocas caras nuevas de casa en la Liga Endesa. Ya debutó con 19 años, canterano, precisamente en Murcia, «minutos de la basura», y tuvo que dar pasos atrás. Tras años de pelea en la sombra de la LEB, anotó 32 puntos en el partido definitivo por el ascenso del Zunder Palencia en junio. Ahora con 26 le llega la oportunidad que a tantos se les niega. «Es una pena que en la liga ‘española’ haya tan pocos españoles. Esto es un negocio y todos los clubes intentan buscar a los mejores para ganar, pero se debería mirar más al mercado español. Creo que hay mucho valor y no se aprecia», denuncia, altavoz de semejantes. Y razona, él que lo vivió reciente. «Hay clubes que en vez de dar la oportunidad a un jugador español, cogen al mismo prototipo pero del extranjero. Y como viene de un país que su apellido acaba en vic… No llaman a Ortega, prefieren a Ortegovic. Es una pena. A los jugadores españoles nos desmotiva. Si ya es difícil llegar a la ACB… Por suerte yo lo he conseguido a través de ascensos, pero hay gente en LEB Oro que tiene el nivel pero no la oportunidad», cuenta el alero.

Curiosamente, las dos plantillas con más nacionales son las de Barcelona y Real Madrid (seis de 14 cada uno). Coincide con que son los que menos apuros pasan para lograr sus objetivos: han copado siete de las últimas 10 finales. Así que a la falta de identificación que tanto desapego provoca en el aficionado, se une la falta de alicientes deportivos, pues, para que alguien que no sea blanco o azulgrana levante un título nacional tienen que pasar años. Así le ocurrió al Unicaja, flamante y sorprendente ganador en Badalona de la Copa del Rey, 14 años después del Baskonia.

El mercado tampoco ha traído demasiadas ‘estrellas’ este verano. Dos retornos podrían encabezar el cartel, el de Facundo Campazzo al Madrid y el de Willy Hernangómez, morbo azulgrana. Y Jabari Parker y Jahlil Okafor (Barça y Zaragoza), chicos predestinados a ser estrellas en la NBA (número 2 y 3 de sus drafts, respetivamente) llaman la atención con asterisco. Por contra, escaparon a otras ligas europeas alguno de los mayores reclamos del torneo, empezando por Niko Mirotic (Milán). Pero también Cory Higgins (como el montenegrino, despedido por el Barça, sigue sin equipo tras su lesión), sensaciones del pasado curso como Darius Thompson (del Baskonia al Efes) o Kyle Guy (del Joventut al Panathinaikos, donde será compañero de Juancho Hernangómez) y clásicos de los que el aficionado se engancha como Jasiel Rivero (Maccabi) o Bojan Dubljevic (Zenit)… Y hasta reclamos en el banquillo como Sarunas Jasikevicius ya no están.

kpd