El Comité de Competición de la RFEF ha impuesto un partido de suspensión a Kylian Mbappé, expulsado el sábado pasado ante el Alavés. El delantero del Real Madrid ha sido castigado “por producirse de manera violenta con ocasión del juego o como consecuencia directa de algún lance del mismo, con multa/s accesoria/as en aplicación del artículo 52 CD (Artículo: 130.1)”.
De este modo, Mbappé se perderá únicamente el partido contra el Athletic Club, correspondiente a la 32ª jornada de Liga, que se disputa el próximo domingo en el Bernabéu (21:00 horas).
En el minuto 38, Mbappé realizó una dura entrada a Antonio Blanco, lo que le costó la expulsión con tarjeta roja directa. Consciente de que había protagonizado una reacción desmedida, el astro francés se disculpó con todos sus compañeros y con el rival.
César Soto Grado reflejó lo sucedido en el acta arbitral, definiendo la acción como “entrar con el pie en forma de plancha a la altura de la espinilla de un contrario, en la disputa de un balón, usando fuerza excesiva”. Al considerar la acción como un lance de juego, ya no se podía interpretar como agresión.
Un partido para Manu Sánchez
En ese mismo partido también fue expulsado Manu Sánchez por una acción sobre Vinicius, que también se perderá un partido por el mismo motivo que Mbappé y el del Getafe Diego Rico.
Además, Competición ha impuesto un partido de suspensión, por acumulación de amonestaciones, a Kike Salas (Sevilla), Dani Raba (Leganés), Martín Zubimendi (Real Sociedad), Javi Puado (Espanyol) y Álvaro Mouriño (Alavés).
Marc Márquez está más que dispuesto a arrasar en su estreno con Ducati en el Mundial de MotoGP. El de Cervera no solo se hizo con la pole en Tailandia, sino que se llevó también de manera incontestable la victoria en la primera sprint race de la temporada y vuelve a ver su nombre al frente del Mundial 1.931 días después. Su hermano Álex terminó segundo y Pecco Bagnaia, su compañero en el equipo oficial, fue tercero.
La sorpresa, mientras, fue el gran papel de Ai Ogura en su debut tanto con Aprilia como en la máxima categoría del motociclismo en las filas del Trackhouse Racing, con un más que meritorio cuarto puesto. Pedro Acosta, por su parte, fue sexto y Joan Mir, mientras, cerró los puntos como noveno.
Los hermanos Márquez confirmaron las buenas sensaciones que habían dejado a lo largo de las últimas semanas. Marc, con una salida fulgurante, aprovechó la pole para abrir brecha desde los primeros instantes, con Álex como el único capaz de seguirle el ritmo durante gran parte de la prueba, si bien el seis veces campeón del mundo de MotoGP acabó por aventajarlo en algo más de un segundo en una carrera en la que no dio opción alguna a la sorpresa.
Pecco, por su parte, se quedó aún más atrás, a dos segundos de su compañero de equipo, con un Ogura que llegó a amenazarlo con la opción de pasarlo en los primeros compases de la prueba, pero logró finalmente afianzarse como tercero en una carrera en la que Jack Miller protagonizó la única caída, si bien logró también terminarla.
"Ha sido el sábado perfecto. La sensación que tengo es fantástica, por ser capaz de salir de esta forma y mantener esta constancia. Estoy contento de arrancar el campeonato de esta manera, pero ganar el Gran Premio será lo más importante. Hemos conseguido la primera victoria, la primera pole y lucharemos por estar en el podio también este domingo", sentenció un Marc Márquez que, de nuevo, se siente fuerte. No en vano, acabó la primera prueba en lo más alto de la tabla, algo que no vivía desde hace prácticamente seis años. Y, desde luego, peleará con uñas y dientes para mantener ese puesto y sumar su séptimo campeonato del mundo en MotoGP.
"Es fantástico estar en el podio, considerando lo que pasó el viernes y cómo habían ido los test. Hay que trabajar, tengo las mismas sensaciones que tuve el año pasado en la sprint race, y es verdad que apretaron, pero estoy contento con este puesto", señaló, por su parte, un Pecco Bagnaia que, a pesar de estas palabras, no parecía estar realmente satisfecho con el resultado.
Las carreras de los sábados fueron todo un caballo de batalla para él el curso pasado y las cosas, por el momento, no han cambiado. "Estoy súper contento, hemos conseguido lo que era el máximo objetivo. Todo dependía del arranque de la carrera y Marc ha hecho una gran salida y una gran primera vuelta. Acabar segundos era el objetivo que nos habíamos marcado y estoy feliz. Ahora, tenemos que empezar a estudiar las trazadas de Marc, pero ganarle aquí será muy difícil", señaló por su parte Álex Márquez.
Se ajustaba el nudo de la negra corbata mientras apretaba el gesto. Cristiano acababa de dar al Real Madrid su undécima Champions League tras el fallo de Juanfran que estrelló su penalti en el poste de Milán. Luego Diego Simeone abrazaba a Gabi, que lloraba desconsolado en su hombro. Su cabeza era un bullir de emociones que salieron en rueda de prensa. "Es un momento para pensar", dijo y provocó un arqueo de cejas en la sala de prensa que obligó a preguntarle si dejaría el Atlético e insistió en lo de pensar.
Era un tiempo de "curarse las heridas en casa", pero también muy complicado para el mejor entrenador de la historia del Atlético de Madrid. Confesó en su reciente renovación hasta 2027, que fue el momento más difícil en el club y que sólo un viaje exprés de Miguel Ángel Gil Marín a Argentina en sus vacaciones consiguió sacarle del bache. Ahora va camino de ser el entrenador más longevo en el banquillo de un equipo español superando al madridista Miguel Muñoz, que hizo 14 años. Pero, aunque menos dramático, estos últimos cinco días no han sido un camino de rosas. El entrenador no estaba tan tranquilo como una semana normal aunque era consciente de que su única influencia está en el fútbol y no en el ruido mediático exterior.
Los incidentes del Metropolitano prendieron una mecha en el técnico que estalló en rueda de prensa. Apareció tras el partido con una vehemencia nada habitual en él e incluso elevó la voz en alguna ocasión. El técnico está más cómodo en el partido a partido, en la pelota y en el césped. Y, tras el domingo, quería que ese fuera el foco del Atlético de Madrid, club del que es principal portavoz.
Sin embargo, las reacciones políticas y la posterior sanción de tres partidos y 45.000 euros al club fueron desviando el foco del fútbol para disgusto del técnico, que tuvo que volver a explicar sus impresiones en la rueda de prensa previa al enfrentamiento con el Benfica. "No soy una heladera", argumentó sobre las sensaciones que vivía y que le obligaban a dar su opinión cuando la situación lo requería.
Su opinión, como repitió, siempre fue la misma: "Tuve tres entrevistas antes de la rueda de prensa y en todas anoté el rechazo a la violencia y a los agresores". Luego él añadió el tema de la provocación de los protagonistas del fútbol. Un tema, por cierto, en el que no entró el Atlético de Madrid en ninguno de sus comunicados. "Nos detenemos en posicionar solo una situación, el club hizo un comunicado perfecto", apuntó el argentino.
Mensajes diferentes
El Atlético de Madrid hizo dos comunicados tras los incidentes del derbi. En el primero, secundaban la primera parte del mensaje del Cholo, el rechazo a los violentos, pero obviaban la segunda y más polémica, la provocación de Courtois. El segundo se produjo para anunciar la identificación de uno de los agresores y para prohibir entrar con cualquier elemento que impida reconocer el rostro y se volvió a expresar su rechazo a la violencia. No obstante, la entidad tanto el del derbi como los posteriores estuvo apoyando al técnico y a Koke, capitán y segunda voz del club.
Con el ambiente enrarecido y con el club asegurando que "el equipo ha estado aislado de cualquier elemento extra deportivo y concentrado en preparar el partido" llega la debacle en Lisboa. El Cholo aseguró que "se jugó mal", pero recalcó que en absoluto se debió a una falta de intensidad. "No hubo falta de tensión ni de actitud. Cuando se juega mal se confunde con falta de actitud", comentó tras el 4-0 que les infligió el Benfica en la segunda jornada de la Champions League.
Los jugadores del Atlético, tras caer derrotados en el derbi.FILIPE AMORIMAFP
En el plano de las ocupaciones del Cholo, la derrota del Benfica supera con creces al ruido mediático que escuchó en torno al derbi. No así la violencia en el fútbol, a la que se opone frontalmente pese a que haya tenido que repetir ese mensaje en varias comparecencias, cinco desde el derbi. El equipo no sólo estuvo mal sino que perdió una seña de identidad que parecía había recuperado esta temporada, la seguridad defensiva.
Además, tras un inicio de temporada que no se recuerda respecto al tono físico, comienzan a aperecer las lesiones. Una, fortuita, pero grave, la contusión craneal de Le Normand y otra en el muslo derecho de Llorente así como la que se produjo Barrios, en su caso con la selección.
Ahora, tras recibir muchas críticas en redes, comienza el debate de Julián Álvarez. Infrautilizado y mareado en el sistema del Cholo entre la punta y la izquierda. Pero el técnico, a lo suyo. Ni las redes, ni la prensa, él está centrado en el fútbol, en las buenas y en las malas.