Un máster intensivo gratis

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Hay algunas cosas que no entran en los libros de historia, que no se reflejan en las estadísticas de ningún piloto, maniobras que muchas veces pasan inadvertidas para el gran público, pero que no todo el mundo puede hacer. Fernando Alonso estaba, de forma inesperada, en la última vuelta de un gran premio en el que había pensado que puntuar era imposible, rodando sexto, pero presionado por un coche más rápido y con unas ruedas mucho más jóvenes que las suyas, el Sauber de Gabriel Bortoleto. Todo en contra y tres zonas de DRS para que su rival pudiera adelantarle. Sin embargo, sucedió algo.

Lando Norris llegaba por detrás, liderando la carrera, para doblarles. Una vez que lo vio detrás lo dejó pasar justo después de la línea de detección de DRS que hay antes de la curva 3. Así, cuando Lando le pasó, Fernando utilizó su rebufo y el DRS para defenderse de Bortoleto en la frenada de la curva 4, el último punto realmente peligroso antes de la bandera de cuadros.

Se da la circunstancia de que Bortoleto forma parte de la agencia de representación de A14, la empresa que montó Fernando para ayudar a pilotos jóvenes a progresar en el mundo de la competición. Gabriel no pudo adelantarle, pero a cambio recibió una lección práctica, un master intensivo de cómo defender tu posición cuando lo tienes todo en contra.

No fue lo único que hizo Fernando en Austria. El asturiano rodó toda la carrera detrás de Liam Lawson sin adelantarlo. Podría parecer que era imposible, pero la realidad era que Alonso tenía más velocidad punta que el neozelandés. Sin embargo, no le pasó porque entendía que estar detrás de él con DRS le hacía seis décimas por vuelta más rápido que si iba solo. Colaborar con él, le venía mejor que destruirse mutuamente. Fernando utilizó un símil ciclista para definir la situación. Era como cuando en el Tour dos escapados colaboran y se dan rebufos para mantener la distancia con los rivales. Mejor juntos que por separado.

Es cierto que, pese al ingenio y la picaresca de Fernando, puntuar en Austria hubiese sido imposible si la carrera hubiese sido normal. El gran premio se puso mucho más barato cuando Kimi Antonelli jugó a los bolos en la salida con Max Verstappen. Dos abandonos que se sumaron a los dos de Williams. Carlos Sainz no pudo comenzar y Alex Albon abandonó muy temprano cuando apareció un problema de fiabilidad en su coche. Así, puntuar se convirtió para Fernando en algo difícil, pero no imposible. Su ingenio puso el resto.

La carrera tuvo poca historia. Los dos McLaren lideraron desde la primera curva y su batalla duró poco. Duró exactamente hasta el momento en el que Oscar Piastri bloqueó sus neumáticos apurando una frenada y estuvo a punto de llevarse por delante a Norris, tal y como el británico había hecho en Canadá hace dos semanas. McLaren que había alardeado de que sus pilotos tenían claras cuáles eran las reglas y que estaban dispuestos a respetarlas, se dieron cuenta de que frenar la ambición de dos pilotos con el mismo coche es algo imposible y que lo mejor era separarlos.

Para evitar males mayores, llamaron a boxes a Lando, como en una pelea de patio de colegio, separaron a los dos niños que peleaban para evitar males mayores. No se volvieron a ver hasta el final en el que Piastri se quedó a dos segundos de Norris durante muchas vueltas. Quizá no pudo, pero yo creo que después del susto le debieron decir que no lo intentase otra vez y pusiera en peligro el doblete del equipo. No obstante, estoy convencido de que volverá a ocurrir.

Oscar y Lando tienen este año la oportunidad de lograr algo que han soñado desde que eran niños: ganar un Mundial de F1. Por muchas reglas que quieran ponerles, por muchas veces que les separen, por muchas reuniones que hagan, tarde o temprano volverán a las manos. No hay rivales, no hay nadie que ponga en peligro el título de constructores de McLaren. Hay más de 200 puntos con el segundo clasificado (Ferrari) y no tiene sentido nada que no sea dejarles correr. Es bueno para el deporte y bueno para el espectáculo y, además, viendo el ritmo de McLaren en Austria tienen margen para dejarles competir.

Próxima estación, dentro de siete días, en Silverstone. Volverá a ocurrir.

kpd