Hace sólo unos días Sara Sorribes era la imagen de la victoria, líder de la España clasificada para la Final a Ocho de la Copa Billie Jean King, una tenista en un momento destacable. En los últimos tiempos no había brillado en individuales, pero en el dobles venía de colgarse el bronce en los Juegos Olímpicos de París 2024 junto a Cristina Bucsa o de disputar las semifinales de Wimbledon 2023 al lado de Marie Bouzkova. A los 28 años, con dos títulos WTA y en el puesto 85 del ranking mundial, su carrera decrecía lentamente y nada hacía presagiar algún problema. Pero interiormente algo no funcionaba. Este jueves la tenista anunció una pausa indefinida de su carrera profesional.
“Vengo sufriendo desde hace muchos meses dentro de una pista de tenis. La Sara alegre y feliz que se ve fuera de la pista no es ni mucho menos la realidad de todo lo que llevo dentro”, afirmó la española en un escrito a mano publicado en Instagram en el que añadió: “He perdido la ilusión por entrenar, por mejorar e incluso por ir a los torneos. Los momentos de sufrimiento son muchísimos más que los de tranquilidad. Lo dice una persona a la que siempre le ha encantado trabajar, mejorar y competir. Por eso, además de necesitar ayuda, siento que necesito descansar. No sé si definitivamente o temporalmente”.
Probablemente la crisis de Sorribes empezó a mediados de 2022, cuando se lesionó el escafoides del pie derecho y tuvo que estar medio año parada. En ese momento se había consolidado entre las 50 mejores del ranking WTA, había triunfado en los WTA 250 de Guadalajara y Cleveland y había logrado su victoria más importante, ante la entonces número 1 Ashleigh Barty en los Juegos Olímpicos de Tokio. De Castellón, formada en el Club de Tenis Uxó, a los 14 años ya había sumado su primer punto WTA -sigue siendo la española más joven en hacerlo- y en aquel momento vivía su madurez. Especialista en partidos largos, muy largos, superarla se había convertido en un suplicio para sus adversarias. Pero la lesión lo torció todo.
MARTIN DIVISEKEFE
Cayó más allá del puesto 150 de la lista mundial y el regreso le obligó a un esfuerzo notable. Si volvió a la élite fue por su coraje, si volvió a la élite fue para aplaudirla. Aunque cuando volvieron los malos resultados la presión fue exagerada. El año pasado llegó a encadenar seis derrotas entre Roland Garros y Wimbledon y volvió a salir del Top 100. Las victorias en dobles, especialmente en los Juegos Olímpicos, servían como consuelo, pero cada semana costaba más empuñar la raqueta. Esta temporada apenas había superado los torneos clasificatorias en algunos torneos, quedándose fuera del Open de Australia o los WTA 1000 de Miami o Indian Wells. Ahora durante un tiempo indefinido parará para descubrir si quiere regresar o no.
Es diciembre en Murcia, pero qué es el frío. En una de las cuatro nuevas pistas rápidas del Club de Campo, Carlos Alcaraz y Juan Carlos Ferrero, ambos en manga corta, hacen pruebas y pruebas. De un raquetero a rebosar salen raquetas que parecen exactamente iguales y cuya diferencia sólo es apreciable para el ojo experto: en el marco interior de algunas, hay distribuidas una o varias cintas de plomo pequeñísimas repartidas por diferentes posiciones. Alcaraz escoge una, pega fuerte con su derecha, comenta sus sensaciones con su entrenador, cambia de unidad y vuelve a darle. Al final ambos acuerdan que en su Babolat Pure Aero 98, un modelo que hasta ahora usaba de serie, le añadirán una única cinta de plomo de cinco gramos en la parte inferior de la cabeza. ¿Para qué?
«Es física. Si le añades más peso a la raqueta, la bola saldrá a más velocidad. A más masa, más potencia. Ahora con el mismo movimiento, Alcaraz podrá generar más potencia», asegura Xavi Segura, encordador de la selección española de la Copa Davis o de Rafa Nadal, que advierte el culmen de la evolución de Alcaraz como pegador.
Clive BrunskillGETTY
En el Open de Australia que arrancó este domingo y donde debuta este lunes ante el kazajo Alexander Shevchenko (no antes de las 9.00 horas, Eurosport y Max), el español estrenará arma para responder en pistas duras a tenistas contundentes como Jannik Sinner o Alexander Zverev y así poder ganar en el Grand Slam que abre la temporada, el único que se le resiste. La idea es que sus golpes sean más agresivos, con especial atención al resto y, sobre todo, al saque.
Una difícil adaptación en el Grand Slam
«Sacará más puntos gratis con este nuevo peso de su raqueta y el riesgo es pequeño. Al principio notará que la bola le sale un poco más, pero tiene calidad para adaptarse rápido al cambio», añade Segura. El año pasado, Alcaraz ganó el 85,5% de los juegos disputados al servicio, un porcentaje lejos del 90,2% de triunfos de Zverev y del 91,4% de Sinner. De hecho, en número de aces por partido, el español no estuvo ni entre los 50 mejores del mundo, quedándose en 4,7 de media. Su tenis nunca se ha centrado en el saque, ni debe centrarse, pero cualquier desventaja decide partidos, más en determinadas superficies.
«Hoy en día las pretemporadas apenas duran dos o tres semanas, así que imagino que era un cambio que su equipo valoraba desde hace tiempo. Aunque parezca una cosa pequeña, no ha habido tiempo para probarlo así que la primera semana en Melbourne será muy importante para Carlos. También hay que ver cómo le funcionan los cambios técnicos», explica el ex jugador Nico Almagro, hoy comentarista de Eurosport y Max, que ofrecerá todos los partidos del torneo, en referencia también a la novedad en el servicio del número tres del ranking.
FERRERO TENNIS ACADEMY
Cuando empezó a brillar en el circuito ATP en 2021, Alcaraz adoptó un saque con paradas que el año pasado ya transformó para realizar una sola parada y que este invierno ha vuelto a cambiar para no hacer parada alguna. Entre el Club de Campo de Murcia y la Ferrero Academy de Villena, Alcaraz realizó ejercicio de todo tipo para elevar más su gesto y hacerlo más dinámico. Un día incluso, Samuel López, el ex entrenador de Pablo Carreño, que este año acompañará a Ferrero en la mayoría de torneos, utilizó una canasta pequeña de baloncesto atada a un palo para ayudar a Alcaraz a lanzar la bola más arriba de manera controlada.
Dominicana y Nueva York en invierno
De momento, en los dos encuentros disputados este curso, dos amistosos en Australia ante los locales Alex De Miñaur -derrota por 5-7, 6-4, 5-10- y Alexei Popyrin -victoria por 6-3 y 6-4- las novedades se notaron para lo bueno y para lo malo. Alcaraz conectó saques muy rápidos y derechas durísimas y a la vez acumuló más errores de los habituales. En todo caso fueron dos exhibiciones con todo lo que eso implica. Sólo a partir de su debut en el Shevchenko se podrá valorar el éxito del nuevo peso en su raqueta y de su nuevo servicio, con una cita clave: los cuartos de final.
Después de caer en esa ronda en Melbourne el año pasado ante Zverev, el azar le propuso al español el peor rival hipotético posible, Novak Djokovic, por lo que deberá llegar al inicio de la segunda semana en plenitud. Luego llegaría de nuevo Zverev en semifinales y no se encontraría a Sinner hasta una supuesta final. De momento, los miembros del nuevo Big 2, no se han medido en ningún partido por el título de Grand Slam, quizá ocurra el próximo domingo 26.
DAVID GRAYAFP
«Soy un chico muy ambicioso y quiero más. Australia es lo que quiero tatuarme, aunque a mi padre no le guste mucho. Ser campeón en Melbourne es mi principal objetivo para la temporada<, proclamaba Alcaraz días atrás, aún en España, después de una pretemporada de disfrute, sin sobresaltos. Al caer eliminado de las Finales de la Copa Davis de Málaga, con retirada de Rafa Nadal incluida, se marchó de vacaciones con unos amigos a Punta Cana, en República Dominicana, donde llegó a dar una clase a unos niños en el Oscar de La Renta Tennis Center, y luego realizó un pequeño tour por Estados Unidos, entre el ocio y el trabajo.
Mientras gozaba de planes como asistir a un partido de los New York Knicks en el Madison Square Garden o a una carrera de la NASCAR, completó exhibiciones ante los yankees Ben Shelton y Frances Tiafoe con más comedia que tenis. Luego ya se instaló entre Murcia y Valencia, donde pasó las Navidades -y jugó el típico partidillo de fútbol de la Ferrero Tennis Academy vestido de Boca Juniors- y empezó a entrenar los cambios para este año. Más peso en la raqueta y menos paradas en su saque para estrenarse en Australia.
Aparece en la sala de prensa la italiana Jasmine Paolini, flamante finalista de Roland Garros, y todas las preguntas parecen acabar en una misma: ¿Quién eres? De 28 años, hasta este año no había estado entre las 25 mejores del ranking WTA, pero llegó a octavos del último Abierto de Australia, ganó el pasado Masters 1000 de Dubai y ahora... ¡boom! Este jueves derrotó a la joven Mirra Andreeva en semifinales por 6-3 y 6-1 y consiguió el éxito de su vida.
Con un tenis defensivo que responde a sus 1,60 metros, estos días en París se ha mostrado más agresiva y, sobre todo, muy consistente, muy serena, muy lanzada. En la final de este sábado (16.30 horas, Eurosport) se medirá a la gran favorita, la número uno, Iga Swiatek, pero ya nadie le bajará de los cielos. De hecho, el próximo lunes aparecerá, como mínimo, como la número siete del ranking WTA.
Y entonces... ¿Quién es? Nacida en la Toscana, de padre italiano y madre polaca, su origen familiar genera confusión. En ocasiones se habla de ella como ghanesa porque su abuelo materno era de Ghana, pero nunca lo conoció. "Tengo varias sangres en mi cuerpo, pero no sé mucho de mis orígenes ghaneses. ¡Quizá mi velocidad en la pista venga de Ghana! Conozco más Polonia. Mi abuela vive allí, yo iba todos los veranos y, de hecho, hablo polaco. Con Iga a veces hablo en polaco. Igualmente me siento muy orgullosa de ser italiana", aclaraba Paolini después de un partido perfecto.
CAROLINE BLUMBERGEFE
Pese a que nunca había pasado de segunda ronda en París, se plantó ante Andreeva como si fuera una habitual en estos partidos mientras la rusa temblaba. A sus 17 años, en la Philippe Chatrier, también era lógico. En el primer set hubo más discusión, pero el encuentro se acabó pronto. Andreeva, pupila de Conchita Martínez, tendrá más oportunidades.
El dominio de Swiatek
Paolini vivirá la suya el sábado ante Swiatek. La polaca superó a la estadounidense Coco Gauff por 6-2 y 6-4 y siguió su senda triunfal, intratable, dominadora. En los últimos cinco años ha disputado cuatro finales de Roland Garros y, de momento, ya lleva tres títulos. Este jueves le preguntaban sobre si su figura podía compararse a la de Rafael Nadal y ella contestaba con gracia: "Bueno, preguntadme dentro de 14 años y lo valoramos".
En todo el torneo Swiatek sólo ha sufrido en un partido, en segunda ronda, ante Naomi Osaka, y el resto de duelos han sido una exhibición de su superioridad. Ante Gauff no fue menos. El sábado tendrá la opción de levantar su cuarto Roland Garros, aunque delante tendrá a una Paolini crecida a la que ya nadie bajará de los cielos.