LaLiga Santander
Cientos de jóvenes aficionados lanzan falsos billetes durante el partido para denunciar los pagos del club culé a Enríquez Negreira
“¡A Segunda! ¡A Segunda! ¡A Segunda”, rugió San Mamés después de que cientos de jóvenes de la grada de animación arrojaran billetes blaugranas contra la “mafia” del Fútbol Club Barcelona. La afición del Athletic, dividida por la iniciativa de parte de su sector juvenil, demostró su indignación contenida en tres minutos intensos en los que el colegido Gil Manzano, representante involuntario del fantasma de la corrupción arbitral, se convirtió en protagonista. Una tarjeta amarilla a Iñaki Williams en el minuto 29 del partido tras forcejear con Koundé y desplazar el esférico calentó a la grada. A toda la grada y trasladó el imponente San Mamés la indignación que se había cocinado a fuego lento durante toda la semana.
La amarilla de Williams en un partido eléctrico y el gol inicialmente anulado por fuera de juego a Raphinha en el minuto 45 terminó de encender San Mamés. Gil Manzano aguantó impertérrito en el centro del campo las indicaciones de su compañero González González en el VAR y la confirmación del gol (0-1) terminó de cabrear a los más de 40.000 aficionados que aborrotaban La Catedral.
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Un estadio siempre activado para empujar a su equipo y en el que hizo evidente el cabreo generalizado contra el Barça. Ya en los prolegómenos del encuentro, el callejón donde un pelotazo de goma de la Ertzaintza mató a Iñigo Cabacas en abril de 2012 gritaba al anísono: ‘¡Puto Barça, puto Barça, ehhhh, ehhhh!’ Más de medio millar de jóvenes ataviados con camisetas y bufandas rojiblancas, con katxis de cerveza y botellines de Estrella Galicia mantenían el grito entusiasmados en el largo calentamientos antes de recorres los apenas trescientos metros que les distanciaban de San Mamés. En ese instante, cuando faltaban casi dos horas para el partido pero el Barça, antaño un club admirado, una institución casi hermana para los aficionados abertzales del Ahtletic se acercaba al Estadio perseguido por la sombra de la corrupción deportiva.
Iñigo Cabacas Herri Harmailea (ICHH) imponía sus cánticos contra el Barça en los alrededores de la calle Corazón de María mientras miles de aficionados caminaban hacia San Mamés. Ni un mal gesto entre aficionados. Pese a que, como señalaba Koldo, 62 años y con un gin tonic en la mano, el aficionado al fútbol acababa de descubrir el rostro oculto del Futbol Club Barcelona.
“El Barcelona le ha hecho un flaco favor al juego limpio que debe imperar en el fútbol. Espero que a muchos aficionados incluidos los del Athletic se les haya caído la careta respecto a este club, comprendo el rechazo explícito a comprar o ni siquiera intentar comprar ayudas arbitrales”, sentenciaba bajo la atenta mirada de media docena de aficionados.
El rechazo casi unánime de la afición rojiblanco a la presunta compra de favores arbitrales del caso Negreira se resquebrajaba en el apoyo al lanzamiento de billetes de euros con la palabra “Mafia” propuesto por ICHH. “El caso Negreira no es más que la puerta del iceberg. En el minuto 30 del Barça, muéstrales tu enfado. Descarga, imprime y llámales por su nombre“, difundió ICHH en la primera iniciativa de aficionados tras desvelarse la presunta trama de pagos irregulares del Barça al ex vicepresidente del comité de árbitros.
El grupo de aficionados (más de 4.000) que pueblan la grada de animación de San Mamés instó a los suyos a imprimir los falsos billetes de la “mafia” futbolística aunque las excusas se repetían en los instantes previos al partido. “Es que yo le dije a mi aita que me los imprimiera pero esta mañana se le ha olvidado y nosotros no tenemos ninguno”, se excusaba Aitor, 18 años, camiseta de Villalibre -el búfalo de Gernika que ahora juega en el Alavés- y con cara de circunstancias ante su cuadrilla.
No todos los jóvenes del Ahtletic respaldaron el señalamiento de la plantilla de Xavi Hernández. “La afición de San Mamés siempre es la mejor aficion del mundo y eso conlleva tener respeto al rival. Los jugadores del Barça no tienen la culpa de lo que ha podido pasar y soportar un saco de billetes con la palabra mafia”, defendía Mikel, 24 años y seguidor incondicional, antes de que Gil Manzano saltara al campo escoltado por De Marcos y Sergio Busquets.
¿Qué consiguió el Barça engrasando su relación con los árbitros con el pago de hasta 7,3 millones de euros entre 2001 y 2018? Luis, canario de La Palma y con la camiseta blaugrana, esbozaba una sonrisa antes de responder apoyado en su fe barcelonista: “Algo hubo aunque no creo que compra de partidos. Algo hubo está claro”, reconocía ante la atenta mirada de Miriam, vestida con la rojiblanca del Athletic pero madridista de corazón. “Debe ser la primera vez en la historia”, asumía Luis, un tanto avergonzado pero expectante ante las prometidas explicaciones de Joan Laporta para aclarar lo que aún no ha reconocido amparado en el silencio. Miriam, sin las ataduras del forofismo futbolero de su pareja, lo tenía más claro: “Corrupción tristemente hay en todos los ámbitos y es bueno que salgan los escándalos y que la gente reaccione”, le corrigió Miriam, anticipando el veredicto de uno de los templos del fútbol español.