El de Barrika firma la segunda mejor vuelta de la historia en un ‘Major’ con 63 golpes
Jon Rahm hizo saltar por los aires el Open Championship, el jugador español firmó en la tercera jornada 63 golpes, la vuelta más baja de su carrera en majors, batió por dos golpes el registro más bajo jamás logrado en un Open en Royal Liverpool.
El español salió al campo pasadas las 11.30 de una jornada más tranquila de lo esperado, apenas una brisa suave y sin lluvia. ‘Corbatón’ en el hoyo uno con un putt de birdie desde 12 metros, oportunidad fallada en el 2 desde 3 metros, en el tres desde menos de seis y en el cuatro desde menos de cinco. La salida en el primer par cinco, hoyo cinco, terminaba en el búnker.
Pese a las buenas sensaciones del español, no terminaba de arrancar la vuelta, pero la paciencia de ‘Rahmbo’ tendría recompensa en el green de ese mismo hoyo, con el primer birdie del día desde cuatro metros. “Quizás el momento clave llegó con el par en el hoyo 8 y el birdie en el 9”, decía el jugador de Barrika en referencia al buen approach y putt en el hoyo 8 y al enorme putt desde 7 metros para lograr el segundo birdie del día.
A partir de ahí, el engranaje del juego del ganador del Masters pareció acoplarse a la perfección, y protagonizó diez hoyos épicos para la historia de los majors. Siete birdies en 10 hoyos, una obra maestra en uno de los campos más complicados de toda la rotación. A medida que avanzaban los birdies de Rahm junto al coreano Sungjae Im, más público se iba sumando al partido, que terminó abarrotado y salpicado de una magia especial con tintes histeria colectiva. Se mezclaron los olé, olé, olé con los desgarrados gritos de ‘Rahmbo’ y algún que otro vítor en castellano de los aficionados españoles que pudieron disfrutar de este día histórico.
Rahm hizo birdie en los hoyos 10, 11, 12, 15 ,16 y 18 parra meterse en el desenlace de un torneo donde no estaba invitado. El de Barrika terminó empatado en el puesto 89 tras los primeros 18 hoyos, y de momento es segundo a falta de los últimos 18. Solo hay una referencia parecida en la historia de los majors, el norteamericano Steve Jones ganó el Us Open de 1996 terminando el primer día empatado en el puesto 84.
“Sabía desde el hoyo 1 que la podía liar”, pese a su enorme desventaja, era el propio Rahm el que más confiaba en sus propias posibilidades. Salió con la mentalidad agresiva desde el primer hoyo y la confianza de los buenos golpes desde el tee se tradujo pronto al resto de su juego. “Hoy ha sido uno de esos días en los que me siento invencible”, decía tras la histórica ronda, su gesto no era de euforia ni satisfacción, era el de la responsabilidad ante ‘una misión’ que aún tiene que culminarse.