El tenista se perderá el octavo torneo de la temporada y se plantaría sin rodaje en Roland Garros
Nadal se seca el sudor en el último US Open.JUSTIN LANEEFE
Rafa Nadal tampoco está en Roma. “Siento mucho anunciar que no voy a poder estar en Roma. Todos sabéis cuánto me duele perderme otro de los torneos que han marcado mi carrera profesional y personal por todo el cariño y apoyo de los tifosi italianos”, anunció el tenista español en redes sociales, justo al mismo tiempo que Carlos Alcaraz se jugaba el pase a la final de Mutua Madrid Open.
El Masters 1000 de Roma se juega del 10 al 21 de mayo, justo una semana antes del arranque de Roland Garros. Con el de Roma ya serán ocho los grandes torneos que se ha perdido el manacorí esta temporada: Doha, Dubái, Indian Wells, Miami, Montecarlo, Godó, Madrid y Roma. Una situación que le ha sacado del Top 10 por primera vez desde 2005.
“A pesar de haber notado una mejoría estos últimos días, son muchos meses sin haber podido entrenar a un nivel alto y el proceso de readaptación tiene sus tiempos y no me queda más remedio que aceptarlos y seguir trabajando”, apuntó Nadal.
El tenista cumple hoy 107 días desde su último partido: segunda ronda del Open de Australia ante Mackenzie McDonald.
Crece la polémica por el atropello múltiple de Cornellà en los instantes previos del partido entre el Espanyol y el Barcelona en las afueras del estadio. En un vídeo desde otro ángulo difundido en redes sociales se evidencia un primer atropello antes del acelerón posterior de la conductora.
Uno de los testimonios directos del atropello, un joven de 16 años que evitó "de milagro" ser embestido por el coche, explica a EL MUNDO como vivió los hechos. "La calle estaba repleta de gente de todas las edades y vimos de repente como aparecía un coche que atropellaba varias personas", recuerda.
"Todo fue muy rápido. Hubo pánico y sorpresa. En ese momento, varias personas empezaron a gritar a la conductora, golpear el coche y recriminarle el atropello [el primero], cuando aceleró y se llevó por delante a muchos otros seguidores". "En ese momento, pensé que era un atentado terrorista. No era una zona donde pudiera pasar un coche. Es vergonzoso todo", lamenta M.N.
La juez dejó este sábado en libertad a la conductora del atropello de Cornellà en los instantes previos del partido entre el Espanyol y el Barcelona del jueves: le retira el carné y el vehículo, y deberá personarse periódicamente ante los juzgados. La investigación está abierta por los presuntos delitos contra la seguridad vial, desobediencia a la autoridad y lesiones por imprudencia ("sin más tipificación" hasta que cada una de las personas heridas tenga los informes definitivos de las consecuencias de las heridas).
Un colectivo de abogados analiza las imágenes y podría asesorar a los heridos para que emprendan acciones legales.
Sobre lo sucedido, la investigación debe aclarar qué ocurrió, aunque la policía trabaja desde un inicio con la hipótesis de que la mujer, vecina de la zona, accedió a la avenida adyacente al estadio tras coger su coche de un parking privado, se sintió "agobiada" y quiso huir del lugar después de que los aficionados rodearan su vehículo y la increparan. Entonces y por motivos bajo investigación, aceleró y atropelló a un grupo de personas antes de impactar contra una valla.
El jueves por la noche y durante toda la jornada del viernes, la policía trató de reconstruir los hechos a partir de interrogatorios y el visionado de las numerosas imágenes del momento del atropello, los instantes previos y los posteriores. Con todo el material elaboraron el atestado policial entregado antes de que la detenida, la conductora de 34 años, haya pasado este sábado a disposición judicial y haya salido luego en libertad. Faltan todavía los informes definitivos de las consecuencias de las heridas.
"La conductora apareció, cometiendo un primer atropello. Cuando la gente le recriminó lo que estaba haciendo, se produjo el segundo atropello, este masivo. Es un milagro que no haya habido muertos", explicó a este periódico la noche del jueves un aficionado blanquiazul que se encontraba en ese momento cerca de donde se produjo el incidente.
Al Barça le bastó con un gol de Dani Olmo para llevarse la victoria ante un rocoso Mallorca, sostenido por Leo Román, suplente habitual de Dominik Greif y autor de un partidazo. El ibicenco frustró una y otra vez las llegadas del equipo de Hansi Flick, que optó por reservar a varias piezas llamadas a tener un indudable protagonismo en la final de Copa del Rey. Y, aunque hubo también algún momento en el que le tocó apretar los dientes, acabó por sumar tres puntos que le acercan un poco más al objetivo de hacerse con la Liga. [Narración y estadísticas (1-0)]
Flick recogió el guante y dio la titularidad a Ansu Fati y Héctor Fort, quienes se quejaron ostensiblemente de haberse quedado sin minutos en el loco encuentro del sábado ante el Celta. El 10, como recambio de Raphinha a quien, como en los casos de Jules Koundé, Pau Cubarsí, Gerard Martín y Frankie de Jong, prefirió reservar con vistas al clásico en La Cartuja. El joven delantero, quien parecía destinado a ser un jugador de época, se esforzó de lo lindo para buscar la manera de ganar más protagonismo. Sus intentos, no obstante, no lograron romper la resistencia de un Mallorca sujetado a un arquero con mucho ánimo de revancha.
Leo Román, que no jugaba en la Liga precisamente desde que el Barça le endosó un 1-5 en Son Moix, se erigió en el mejor de los visitantes a lo largo de los primeros 45 minutos. Arrancó con una doble intervención a sendos disparos de Ferran Torres, relevo en punta del lesionado Robert Lewandowski, y Lamine Yamal. Y, a partir de allí, encadenó paradas mientras los azulgrana trataban una y otra vez de romper la igualada.
A la vuelta del descanso
Donde no llegaba el guardameta, además, lo hacía la zaga del conjunto balear para evitar que el balón acabara besando la red, ante la desesperación de Flick. En ataque, mientras, los visitantes lo fiaban todo a intentar romper el fuera de juego y al cuerpo a cuerpo que Cyle Larin mantenía de forma casi constante ante Ronald Araujo. Y, en las contadas veces en que se acercaron con algo de peligro, Wojciech Szczesny se resarció también de la jugada que propició el sábado el inicio del terremoto, al final sin consecuencias, ante el Celta.
Tras el 0-0 con el que se llegó al descanso, la segunda parte no pudo arrancar mejor para el líder. Antes de que se cumpliera el primer minuto, Dani Olmo, tras una asistencia de Eric García, encontró el premio del gol. No tardaría mucho tampoco Ansu Fati en volver a poner a prueba los reflejos de Leo Román. Una vez logrado el 1-0, todo invitaba a pensar que los barcelonistas podrían abrir aún más brecha. El Mallorca, no obstante, respondió con un cabezazo de Antonio Raíllo tras saque de falta que llevó el susto a las tribunas.
Pedri, ante Antonio Sánchez, el martes en Montjuïc.EFE
Flick, para dar una marcha más al juego y, de paso, reservar a uno de los jugadores que puede ser clave para el clásico, dio entrada a Raphinha y Fermín por Ansu y Olmo, respectivamente. La efervescencia de los primeros instantes del segundo tiempo, pese a todo, se fue diluyendo. Y Lamine Yamal, solo ante el portero tras asistencia de Pedri, vio cómo Leo Romän se le imponía en el uno contra uno, en una de esas acciones que, de no sumar los tres puntos, se lamentan amargamente.
Y aún tendría el meta visitante varias opciones para añadir más buenas intervenciones a su haber tras un disparo de Pau Víctor y dos de Fermín, el primero envenenado tras tocar en los pies de un defensa, que dieron aún algo de esperanzas para los suyos. Finalmente incumplidas.