Cuando Bob McAdoo aterrizó en Milán en el verano de 1986 era toda una rareza. El que había sido máximo anotador de la NBA luchando por la Copa de Europa. Lo mismo que Dominique Wilkins años después en Atenas. En la Euroliga que arranca este jueves y que festeja su 25 aniversario (todavía sin sede para su Final Four de mayo) sólo hay un equipo, el novedoso París Basketball, en el que ninguno de sus jugadores ha debutado en la mejor liga del mundo. Otros, como el aspirante Olympiacos, posee hasta 10 con pasado yankee. El trasvase de cada verano se ha convertido en la gran animación de la competición. Y este 2024 no ha sido excepción.
La noticia ya no es que los mejores de Europa acaben en las redes de la poderosa y millonaria NBA, que apunta directamente a los jugadores en formación. Esta vez apenas le ocurrió a Gerschon Yabusele, impulsado a última hora por su asombroso despliegue con Francia en los Juegos Olímpicos. Sasha Vezenkov, que para la mayoría de los General Managers es el mejor refuerzo del verano (para el 53,8%, según la encuesta de BasketNews) ha deshecho el camino que recorrió hace un año junto a Vasilje Micic y está de vuelta en el Olympiacos. Un viaje en sólo ya una dirección que incluye jugadores de todo pelaje, desde veteranos que encuentran un motivante último baile en Europa, hasta jóvenes en busca de la oportunidad que no se les otorga en el frenético mercado americano con 30 franquicias (y 15 jugadores en cada una de ellas, además de los equipos afiliados de la G-League). Pero también tipos en el mejor momento de sus carreras ávidos de nuevos alicientes competitivos.
Es el caso, por ejemplo de Cedi Osman, el último fichaje del campeón. El turco tiene 29 años y ha disputado casi 500 partidos en la NBA (más de 70 la pasada temporada con los Spurs). Ahora está a las órdenes del inefable Ergin Ataman. «Si se tratara de otro jugador que no tuviera experiencia europea en su carrera, no hubiéramos hecho este traspaso. Pero Cedi tiene una gran carrera en la NBA y no tiene 33 o 34 años. Vino a Europa porque no encontró lo que quería en la NBA. Decidió jugar en la Euroliga porque vio y entendió, como muchos jugadores de la NBA finalmente entienden ahora, que la Euroliga es una competición de nivel NBA. A veces, más alto que el nivel de la temporada regular», aseguró rotundo el técnico del Panathinaikos.
Un caso parecido podría ser el del Evan Fournier (Olympiacos) o el de Furkan Korkmaz (Mónaco). El verano pasado ya habían llegado a la máxima competición europea tipos con mil batallas americanas como los hermanos Hernangómez, Kemba Walker o Jabari Parker. Y esta temporada el Real Madrid (que debuta en Múnich ante el Bayern, 20.45 h.) recoge el retorno de Garuba (como en su día hizo con Musa, Deck, Campazzo,Hezonja o Tavares), el Efes contará con dos clásicos de rotación como Stanley Johnson o Jordan Nwora, el Barça con Chimezie Metu, el Fenerbahçe con Boban Marjanovic, el Partizan con Aleksej Pokuevski, Frank Ntilikina y Carlik Jones, el Asvel con Shaquille Harrison y el Panathinaikos también con el gigante turco Omer Yurtseven. Todos tuvieron más o menos recorrido el año pasado en la NBA.
En total, serán 91 los jugadores que al menos han disputado un partido en la NBA. Ninguno de ellos como Serge Ibaka (ahora en el Real Madrid tras un curso en el Bayern), con 1.071 noches a sus espaldas, al que sigue Marco Belinelli (925). Sólo seis de los 18 equipos no podrían integrar un quinteto exclusivo de ex NBA, con el mencionado Olympiacos a la cabeza seguido de bien cerca por el Partizan (9) y Fenerbahçe (para los GM, el equipo de Jasikevicius es el que mejor se ha reforzado), Madrid, Barça y Monaco con ocho jugadores. En la ficticia clasificación de partidos NBA en sus filas, el primero con diferencia es, curiosamente, el Barça (1.955), seguido por el Madrid (1.750) y el Panathinaikos (1.617).