El piloto ha contado, a través de un vídeo en sus redes sociales, que no se había pronunciado antes porque tenía la boca completamente cerrada
“Ya puedo sonreír y abrir un poco la boca”, así comienza Pol Espargaró a narrar su estado actual, después de que hace más de un mes sufriera una grave caída en Portimao, en el primer gran premio de MotoGP de la temporada.
“Si antes no he dicho nada es porque tenía la boca completamente cerrada, sobre todo las cuatro primeras semanas. Ahora llevo una semana con la boca abierta y comiendo. He perdido mucho peso, casi ocho o nueve kilos por tener la mandíbula completamente cerrada.”, reconoce el piloto, quien también declara que ha podido recuperar algo del peso que ha perdido durante este tiempo.
Espargaró también explica que se partió la mandíbula por dos sitios y agradece al doctor Arcas el trabajo que ha hecho con él durante este tiempo, ya que con su ayuda “he ido recuperando la movilidad y después de la operación tengo algún tornillo por aquí, pero estoy comiendo con normalidad y esto es lo que más agradezco”.
En cuanto al parte de lesiones, el piloto español reconoce que la lesión en la mandíbula le ocasionó “algún problema en el oído, que también me operó el doctor Conti justo después de la caída en Portimao”. Pero las dolencias no finalizan aquí, el campeón del mundo de Moto 2 en 2013 narra en el vídeo que se hizo “una fractura en las cervicales; quizá esto es lo que menos he sufrido, pero he tenido un problema neuronal, un problema en los nervios bastante importante en el cuello que me baja hasta la escápula”. Además, Espargaró explica que ha perdido potencia en algún músculo, que se ha inhibido por estar el nervio afectado y que tiene “algún otro músculo que no tiene fuerza y que tengo que recuperar con rehabilitación, pero eso no es un problema”.
EL PROCESO DE RECUPERACIÓN
Para regresar lo antes posible a la competición, el piloto reconoce que va a trabajar “tanto como pueda, pues también tuve dos fracturas en las costillas, que llevo bastante bien. No me ha dolido mucho y es quizá lo que mejor llevo”.
Espargaró explica, con el sentido del humor que lo caracteriza, que “la gallina de los huevos de oro, son las tres fracturas”. En especial la que sufre en la vértebra octava y que lo obliga a llevar un corsé todos los días. “Poquito a poco voy volviendo a la normalidad y empiezo a entrenar, que es una buena noticia”, revela el piloto.
AGRADECIDO POR EL CARIÑO RECIBIDO
El deportista también agradece a los médicos que han estado acompañándolo durante este proceso. “Al doctor Ángel Charte, que ha estado detrás de mí y de mis lesiones durante todo este tiempo, y que me ha estado cuidando como un padre, y también al doctor Xavier Mir“.
El piloto tampoco se quiso olvidar de sus seguidores ni de su familia, a los que les agradece el apoyo. “A todos vosotros, que me habéis mandado muchos mensajes de ánimo, y que sois mi combustible para seguir creyendo y tener ganas de volver a estar subido a la moto. Y sobre todo a mi mujer, Carlota, que durante estas últimas semanas ha sido crucial tenerla a mi lado”, finaliza en su vídeo Espargaró.