Pecco Bagnaia y las órdenes de equipo en Ducati: de la negación a los abrazos

Pecco Bagnaia y las órdenes de equipo en Ducati: de la negación a los abrazos

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Hasta este domingo, la marca italiana negaba las instrucciones a sus pilotos, pero Johann Zarco cedió el podio al italiano y reconoció haberlo hecho. “Seguimos un poco una estrategia”, dijo

Miller, Oliveira y Bagnaia, en el podio.Kittinun RodsupanAP

Al acabar la carrera en Tailandia, Gigi Dall’Igna y Davide Tardozzi, los dos jefazos de Ducati, corrieron a abrazar a todos los componentes del Pramac, uno de los equipos satélite de la marca italiana. Cosa rara, hecho insólito. Y más cuando no había ganado ningún piloto del filial, ni tan siquiera había subido al podio. Pero uno de ellos, Johann Zarco, había renunciado a adelantar a Pecco Bagnaia, el líder de Ducati, le había cedido la tercera plaza y había multiplicado así sus opciones en el Mundial. Sus mecánicos bien merecían un abrazo.

Ahora Bagnaia está a sólo dos puntos de Fabio Quartararo y a falta de tres carreras (Phillip Island, Malasia y Cheste) se le puede considerar el máximo favorito. A su favor existen dos motivos. El primero: que Quartararo está peleado con su Yamaha, una moto cada vez más lenta, y ha perdido toda confianza en sí mismo. Y el segundo: que el italiano tiene detrás a toda Ducati y esta temporada ésa supone la mayor de las ventajas.

«Desde hace algunas carreras intentamos seguir un poco una estrategia. Ducati nos deja libertad si peleamos por la victoria, pero por otras posiciones los pilotos debemos ser más calculadores. Hoy lo he sido», aceptaba Zarco en meta desvelando que, pese a que la fábrica lo ha negado muchas veces, las órdenes de equipo existen y serán esenciales en lo que queda de campeonato.

Ducati tiene la moto más rápida de la parrilla y además cuenta prácticamente con un ejército. Honda, KTM y Yamaha presentan cuatro pilotos a cada prueba, Suzuki y Aprilia sólo dos y Ducati disfruta de ocho, es decir, Bagnaia y siete compañeros. La marcha de Suzuki y la superioridad de la marca italiana ya abrieron un debate sobre si MotoGP debería limitar sus movimientos en el futuro, pero en el próximo mes poco habrá que hacer desde los despachos.

Los rebeldes

Para darle más emoción al desenlace del Mundial, de hecho, lo único que se puede esperar es que algún piloto de Ducati se niegue a cumplir con las directrices de la fábrica y no ayude a Bagnaia. Puede parecer extraño, pero hay varios candidatos a hacerlo. No lo es Zarco, que ya se ha demostrado obediente, y en principio tampoco Jorge Martín, pero sí lo son Jack Miller y Enea Bastianini. Por razones muy distintas.

El primero, compañero de Bagnaia en el equipo Ducati oficial, se marcha el año que viene a KTM y, después de acabar segundo ayer, aún aspira al título: está a 40 puntos de Quartararo y la próxima carrera es en Phillip Island, su circuito fetiche. Y el segundo, sustituto del mismo Miller el año próximo en el conjunto oficial, también es todavía candidato a campeón -está a 39 puntos- y quiere probar su valía: en Alcañiz ya le arrebató la victoria a Bagnaia y en Japón le estorbó hasta provocar su caída.

En todo caso, Bagnaia tiene ahora el viento de cara. Este domingo en Tailandia Quartararo confirmó su crisis con un decimoséptimo puesto inexplicable y el otro aspirante, Aleix Espargaró, terminó undécimo. Mientras se recupera Marc Márquez, este domingo quinto, este Mundial parece que será de quien diga Ducati que sea. Y luego ya se repartirán abrazos los jefazos.

kpd