Horas antes de su debut en Indian Wells, la tenista española Paula Badosa ha anunciado que sigue lesionada y no podrá disputar el torneo, del que fue campeona en 2021.
“Lamento mucho tener que retirarme de mi torneo favorito”, escribió la jugadora en su cuenta de Instagram. “Lo intenté todo para poder jugar pero no fue suficiente”.
“Estoy pasando un momento muy difícil con mi lesión pero lucho cada día para volver lo antes posible“, dijo la española, de 26 años.
“Quiero dar las gracias a los aficionados que me siguen apoyando, en particular en el último año. Siento no haberos dado lo que esperáis de mí y que solo os dé malas noticias últimamente. Quiero dar las gracias al torneo por la carta de invitación, sois el mejor torneo del mundo”, agregó.
Exhibición
La noche del martes, Badosa participó en una exhibición en Indian Wells formando dobles con su pareja, el tenista griego Stefanos Tsitsipas.
La ex número dos mundial debía debutar en la noche del miércoles frente a la estadounidense Ashlyn Krueger, pero fue sustituida por la argentina Nadia Podoroska.
Badosa viene sufriendo problemas de espalda desde la fractura por estrés en la columna vertebral sufrida el año pasado en el torneo de Roma.
Tras estar de baja durante el segundo semestre de 2023, la jugadora catalana ha vivido un complejo inicio de temporada con una derrota en tercera ronda en el Abierto de Australia y un abandono entre lágrimas en su estreno en el WTA 1000 de Dubái en febrero.
«Tenía 23 años, perdí totalmente el brillo en los ojos». Nil repasa en voz alta lo que él mismo define como un «duelo». Habla de «odiar» todo lo que le hacía feliz, de «sentir lástima» por sí mismo y hasta de apartarse de «personas que quería un montón»; se negaba a recordar lo que había sido. Nil Riudavets (Mahón, Menorca, 1996) ahora tiene 28 y es pura inspiración, desde aquellos abismos, desde el accidente compitiendo que le costó la movilidad de su brazo derecho. Es el enfermero que era y el triatleta también. Aunque todo lo detestara. «He perdido el brazo, pero he ganado una vida», presume hoy, tras un verano inolvidable: bronce paralímpico en París y subcampeón del mundo en Torremolinos.
Aquel 1 de mayo de 2019, en el Prat, Campeonato de Cataluña por equipos, Nil, promesa del triatlón nacional, dándolo todo en cabeza del suyo, no fue capaz de esquivar ni el impacto frontal contra otro ciclista ni el destino. «Se dieron todos las factores posibles en un circuito que no era lo seguro que tenía que ser. Después del choque recuerdo muy poca cosa. En el suelo hice un análisis rápido de mi cuerpo y vi que el brazo derecho ya no lo movía. Sentí miedo, me vino muchísimo dolor, empecé a gritar... allí perdí el conocimiento», relata el instante que cambia para siempre una vida.
Se despertó 12 horas después en la UCI del hospital de Bellvitge sin entender nada. «Mis padres me explicaron la gravedad», cuenta Nil, detallando el parte médico. «Tenía partida la clavícula en varios trozos. Lo más crítico fue la arteria subclavia, la que lleva la sangre al brazo, una hemorragia interna muy bestia. Y la secuela principal, el arrancamiento del plexo braquial, que es el paquete de nervios que se encarga de la motricidad y la sensibilidad del brazo. No podía mover nada. Estuve un mes y medio en la UCI».
El triatleta paralímpico Nil Riudavets, en Mahón."Germán Lama"MUNDO
Entonces llegó lo peor, la negación, la vida marcada para un chico que «ya era independiente en Barcelona, hacía deporte, trabajaba de enfermero en urgencias... Y vuelvo a Menorca siendo una persona dependiente, en casa de mis padres... Siempre había sido muy optimista y durante ese periodo de mi vida soy una persona apagada, con muchas inseguridades. Asimilé que estar mal era lo normal. El duelo me duró dos años».
Nil atiende a EL MUNDO jovial, a punto de irse de vacaciones con su pareja a Tailandia, tras su jornada en el hospital Mateu Orfila de Mahón. Ya no se desempeña en Urgencias, donde le encantaba «el aliciente de la adrenalina», sino en Seguridad del paciente y Calidad. Volver al trabajo fue el primer paso. Pero a aquel niño que jugó al fútbol hasta Bachillerato, que nunca dejó de nadar y que cada verano completaba todas las carreras de su isla, le quedaba recuperar una parte de su existencia. «No podía ver ciclismo. Odiaba todo lo que tuviera que ver con las dos ruedas. Era súper fan del Tour y durante tres años no lo vi. Y desconecté totalmente de todo lo que fuera triatlón. Me creaba mucha rabia que un deporte que yo quería tanto me había llevado a una situación tan dura como es perder un brazo», revive ese agujero de «ira y resquemor», de «pérdida de identidad brutal». «Me miraba al espejo y sentía lástima por la persona que veía reflejada. Me hacía mucho daño».
El primer paso hacia el reencuentro con el deporte Nil lo sitúa en un viaje con su novia a Picos de Europa. «Vimos una carrera de ultradistancia, la Travesera. Y empecé a conectar un poco con el mundo del running», recuerda. Aunque mucho antes, todavía en el hospital, había recibido una visita de esas que jamás se olvidan, la de Álex Sánchez Palomero. «Se presentó a la semana del accidente, yo no le conocía de nada. Era un chico con la misma lesión, la misma discapacidad. Había sido bronce en Tokio en triatlón. Me explicó cómo era su día a día con un brazo. Eso me marcó mucho. Vi a una persona con una vida totalmente plena. Me animó siempre a perseguir mi sueño, a normalizar todo», alaba a quien ahora es, a la vez, su compañero y su rival.
Nil Riudavets, en Mahón."Germán Lama"MUNDO
Una vez hechas las paces consigo mismo y con el deporte, Nil empezó a correr. En cuatro meses completó un 10k en 32:40, su mejor marca, y una media maratón en 1:10. Y se planteó lo impensable, intentar acudir a los Paralímpicos en Maratón, aunque justo eliminaron del programa su categoría. «¿Y si lo intentó en triatlón?»
Ese segundo paso era el más complicado, quizá el inimaginable. Nil, que antes era diestro y tuvo que hacerse zurdo -«desde el minuto uno cuando subí a planta en el hospital. Pintando mandalas, con libros de caligrafía...»-, se subió de nuevo a una bicicleta. Con todos sus miedos. «En el viaje en coche de vuelta, le dije a mi padre que yo no volvía a montar», asegura de un proceso lento pero seguro con su bici adaptada. También había que nadar con un solo brazo. «Costó mucho, porque tienes que adaptar totalmente la técnica. Son horas y horas. Nunca me hubiese imaginado que con un brazo se pudiese nadar tan rápido», se felicita.
Riudavets, durante los Juegos de París.EM
Y, tras un durísima preparación, cinco años después del accidente, estaba en la línea de salida de unos Juegos Paralímpicos. Con un triatlón por delante hasta la medalla. Tras el agua y la bici, aún mantenía sus opciones. Acudía a un desenlace de película. «En la carrera mis amigos me dijeron que parecía que me habían puesto la estrella del Mario Bros. Empecé como un loco, con la piel de gallina. A 400 metros alcancé al tercero, estaba vacío de energía, pero tenía un plus de rabia acumulada. Le arranqué y llegué a meta gritando, llorando. Todo el esfuerzo había merecido la pena».
Nil Riudavets, tras ganar el bronce en los Juegos Paralímpicos de París.EM
«En el momento que cambié la mirada hacia mí mismo, todas las de la gente también cambiaron. Ganar una medalla en el deporte que me hizo perder el brazo fue perdonarme con la vida. Ahora veo miradas de orgullo y emoción y ninguna de lástima», concluye Nil, con otro reto maravilloso por delante. Pretende acudir a los Paralímpicos de Invierno de 2026 en Milán-Cortina d'Ampezzo en esquí de fondo. «Sería un sueño después de haber ido ya a unos de veranos. Y más siendo yo de Menorca, que aquí nieve, cero», bromea.
El español Carlos Alcaraz debutará el próximo martes en el Abierto de Estados Unidos con el tenista australiano Li Tu, procedente de las rondas clasificatorias.
Tu, número 188 del mundo, llega a la primera ronda en Nueva York tras ganar tres partidos en la fase previa al español Alejandro Moro, al argentino Marco Trungelliti y al holandés Jesper de Jong, los tres con mejor ránking que él.
Con la llegada de los tenistas procedentes de las rondas previas, como Tu, se completó el cuadro salido del sorteo de esta mañana.
El rival en primera ronda del serbio Novak Djokovic, número 2 del mundo, también salió de estas rondas clasificatorias y será el rumano Radu Albot (n.138), con el que jugará el lunes.
El camino de Alcaraz al título
Si supera la primera ronda con Tu, Alcaraz se enfrentará o bien al canadiense Denis Shapovalov o al neerlandés Botic van de Zandschulp. Su rival más probable en la tercera ronda sería el inglés Jack Draper, aunque también podría ser el argentino Facundo Díaz Acosta.
En octavos de final, Alcaraz podría cruzarse con el estadounidense Sebastian Korda o con el chileno Alejandro Tabilo. Y en la ronda de cuartos, sus probables rivales serían o bien el polaco Hubert Hurkacz, séptimo del mundo, o el australiano Alex de Miñaur, décimo.
En las semifinales, el murciano podría cruzarse con el italiano Jannik Sinner, número 1 del mundo, o con el ruso Daniil Medvedev, quinto favorito.
Con Djokovic tan solo podría encontrarse en una hipotética final, en la que su rival también podría ser el alemán Alexander Zverev, cuarto del mundo, en caso de que el serbio caiga antes.
También se clasificó en las rondas previas el argentino Diego Schwartzman, que jugará su undécimo y último Abierto de Estados Unidos, dado que ha anunciado su próximo retiro.
Schwartzman jugará la primera ronda con el francés Gael Monfils.
En el cuadro femenino se clasificaron en la previa la argentina Solana Sierra, que se enfrentará a la alemana Tatjana Maria, y la española Marina Bassols, que debutará con la checa Barbora Krejcikova, octava del mundo.