Valencia-Villarreal
La Copa África deja bajas en los dos equipos. Baraja quiere mantener “el hilo competitivo” que dejó el empate con el Barça y la victoria en Vallecas
Mestalla aún supura una tristeza melancólica cuando recuerda a Marcelino García Toral en el banquillo dirigiendo a un Valencia cuarto en la Liga y campeón de la Copa del Rey. Hace más de cuatro años de aquel idilio que convirtió al asturiano en el ídolo más reciente de una parroquia que no regala elogios. El futuro de aquel Valencia lo cercenó Peter Lim con un despido fulminante que desdibujó al equipo hasta convertirlo en una sombra de aquel. Marcelino vuelve a Mestalla y, auque ya lo hizo con el Athletic, esta vez será especial.
En el derbi, el último técnico que hizo campeón al Valencia estará en el banquillo del rival autonómico, el Villarreal, el equipo valenciano que luce galones europeos pero que atraviesa una situación delicada. Con apenas mes y medio en el club, Marcelino no ha obrado milagros y el conjunto amarillo llega necesitado de puntos. Mira el descenso a seis y arrastra un buen número de bajas quegeneran la duda de qué imagen dará en Mestalla. Las sanciones de Álex Baena y Comesaña, se unen a las lesiones de Foyth, Pino, Denis Suárez, Pedraza y el último en caer, Sorloth. La zaga tiene riesgo de ser remendada, porque Albiol será duda hasta el último momento y Aïssa Madi está ya en la Copa África.
Los efectos de esta competición también se dejan sentir en el Valencia, que pierde a Diakhaby y Amallah, dos valores esenciales en la corta plantilla de Rubén Baraja, a lo que se une la sanción de Thierry. Para este duelo, el técnico recupera a Javi Guerra después de los dos partidos de sanción, y de pasar una gripe, y al capitán Gayà tras su lesión. Lo que no tiene es ningún refuerzo ahora que el mercado de invierno ha arrancado. No hay presupuesto para fichajes pese a que la plantilla está muy ajustada y cualquier opción queda fiada a la salida de algún futbolista con pocos minutos, como podría ser el caso de Cenk.
La situación en Villarreal es distinta. Marcelino no sólo sabe que tendrá refuerzos sino que ya tiene al central Eric Bailly a sus órdenes. Lo conoce de su primera etapa en el club y ahora regresa con la carta de libertad tras pasar por el Manchester United y el Besiktas. Pero el astuarino no se conforma y espera más. Al menos el club trabaja en ello.
El Villarreal, lejos de puestos altos de la tabla, se ha equivocado ya demasiado y necesita puntuar en Mestalla, algo que nunca le ha resultado fácil. De 23 derbis en el estadio de la Avenida de Suecia, tan solo ha ganado seis y empatado cuatro. No sale del campo con los tres puntos desde la temporada 17/18, justo cuando Marcelino dirigía a los valencianistas. Desde entonces, cuatro victorias locales y un empate la temporada pasada en un duelo agónico.
No llega tan apurado a este partido el Valencia, pero Baraja insiste a sus jugadores en que no pierdan «el hilo de la competitividad» que les llevó a arrancar un empate al Barça y ganar al Rayo en Vallecas.