El SuperMadrid de Florentino Pérez ya tiene su primer título. Una Supercopa de Europa nacida de los pies de sus grandes estrellas. Bellingham se echó el equipo a la espalda, Vinicius asistió en el 1-0 de Valverde y Mbappé sentenció al Atalanta con un tanto tras asistencia del británico. Un triunfo perfecto para confirmar el Big Bang de la nueva galaxia madridista.
Carlo Ancelotti entregó a la afición del conjunto blanco su alineación deseada. Courtois, Carvajal, Militao, Rüdiger, Mendy, Tchouaméni, Valverde, Bellingham, Rodrygo, Vinicius y Mbappé. Los 'Galácticos 2.0', a falta del lesionado Camavinga. Como si Varsovia fuera Tokio en el verano de 2003, una ciudad entregada a la galaxia blanca para una amistoso contra el Dragon Team nipón, con Mbappé en el papel del debutante David Beckham.
Pero el calendario futbolístico exprime tanto a jugadores y clubes que el debut de la nueva estrella del conjunto blanco llegó en la Supercopa de Europa ante el guerrero Atalanta de Gasperini. El italiano no entiende de agostos ni de pretemporadas, y en el Estadio Nacional de Polonia obligó a los suyos a marcar al hombre a sus rivales. Así le ganó una Europa League al invicto Leverkusen de Alonso. Mordiendo sin respiro.
Sufrió ahí el Madrid en la primera parte, en el debut veraniego de Carvajal, Mendy, Tchouaméni, Bellingham, Valverde y Mbappé y en el primer día en la vida sin Toni Kroos. Cómo responderá el conjunto blanco a la ausencia del alemán es una de las grandes preguntas de la temporada. En Varsovia, la plantilla contestó con contundencia.
Y eso que el inicio fue difícil. La presión al hombre del Atalanta y la falta de frescura en las piernas madridistas dejaron un duelo de balones largos, de imprecisiones y de pocas ocasiones. Todo lo que el espectador no quería. Ante la presión rival, Courtois buscó mucho los pases largos a sus delanteros. Sólo por acercar la jugada a la meta rival. Así pudo respirar el Madrid, incómodo.
El Atalanta encontró sus opciones en los despistes madridistas. Un centro de De Roon dio en Militao y terminó impactando en el larguero para susto de los de Ancelotti, que buscaban soluciones en salida de balón. Rüdiger avanzando hasta el mediocentro, Militao en banda para buscar el balón largo, Vinicius bajando a recibir...
Antes del descanso, Rodrygo pudo poner el 1-0 tras un gran pase de su compatriota con el exterior, pero remató al larguero.
Tras el intermedio, Courtois, como en los viejos tiempos, salvó a su equipo con un vuelo extraordinario a un cabezazo de Pasalic. Fue la gran opción del Atalanta, que hincó la rodilla cuando sus pulmones no le permitieron llegar a marcar al hombre, generando espacios entre su centro del campo y su defensa. Un defecto que nadie castiga como el Madrid.
Bellingham, MVP
Creció Bellingham en ese momento, asumiendo en sus hombros la responsabilidad en la construcción. Recibió, filtró, llegó al área... Lo hizo todo, en un partido más de marzo europeo que de agosto polaco.
En el 59, el británico encontró a Vinicius en la izquierda y el brasileño se inventó un recorte para sentar a su defensa y ceder atrás a Valverde, que aterrizó en el área pequeña para empujar el balón a gol. Fue un suspiro, pero el Atalanta murió.
Los italianos, sin oxígeno, crearon un huracán madridista. Un minuto después Vinicius se quedó mano a mano con Musso tras un pase al hueco de Bellingham, pero erró al definir al centro.
Cinco minutos después, el éxtasis. Bellingham esperó el desmarque de Mbappé y el francés se estrenó como goleador en su primera aparición. La guinda del pastel para el primer título de una temporada en la que la galaxia del Madrid aspira a siete en total.