Los blancos vencen en Granada y un Joventut plagado de bajas rompe la racha del Valencia
Los días pasan, desde aquel temprano 16 de septiembre que abrió la temporada para el Real Madrid con un clásico en la Supercopa que alzó al día siguiente por sexta vez consecutiva, y las victorias no cesan. Un 15-0 para amanecer en la 2023/2024, una racha a salvo de cualquier inclemencia en la que se debería incluir también el triunfo ante los Mavericks de Luka Doncic en su visita al WiZink. Un ritmo que nadie es capaz de seguir: ya son dos victorias de colchón sobre Barça y Joventut en la Liga Endesa.
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En Granada los blancos sudaron para no perder comba (76-83). Y eso que acudían ante el colista (y sin Joe Thomasson), con solo una victoria liguera, y tras una semana de descanso por el aplazamiento de su partido de Euroliga contra el Maccabi de Tel Aviv -«hemos perdido ritmo competitivo», admitió Chus Mateo-. Pero con un enorme ejercicio de coraje y el liderazgo de Lluís Costa y los puntos de David Kramer, los nazaríes plantaron cara y a punto estuvieron de dar la sorpresa.
Tras un espectacular tercer cuarto, llegaron a mandar en el marcador (70-67). En ese impas final emergió toda la electricidad de Facundo Campazzo (21 puntos, cinco asistencias) para desarmar todos los argumentos locales. Fue el mejor de un Real Madrid que también encontró en Vincent Poirier la eficacia en la pintura. «Hemos pensado que estaba encarrilado demasiado pronto. Hemos vuelto defendiendo y reboteando», concedió el entrenador blanco, que dio descanso a jugadores como Sergio Rodríguez o Gerschon Yabusele. Su Real Madrid es líder en solitario de la Liga Endesa y de la Euroliga, donde este jueves recibe a la Virtus de Bolonia, también en un excelente momento.
La sorpresa de la jornada llegó por la tarde en el Olímpic. Porque si el Madrid es el equipo más en forma de Europa, el Valencia parecía seguirle de cerca: sólo había perdido dos partidos de 12 entre ACB y Euroliga. En la competición doméstica eran seis triunfos consecutivos y visitaba a un Joventut completamente plagado de bajas: sin Ante Tomic, Andrés Feliz, Brodzianski, el huido Chinanu Onuaku (tampoco llegó a tiempo el pasaporte del recién fichado Kenny Cherry). Partido trampa. Sin Brandon Davies ni Chris Jones (se torció el tobillo), los de Alex Mumbrú acabaron mordiendo el polvo ante la osadía verdinegra (80-76). Deshaun Thomas (29 puntos, ocho rebotes) fue el líder de la Penya, en la que jóvenes perlas como Rubén Prey y Miguel Allen mostraron todo su potencial. «Nos meten 80 puntos, no hemos estado a la altura», confesó el entrenador taronja quizá en el escenario donde menos esperaba perder su inercia.
También por la mañana había vencido el Barcelona, en un encuentro que resolvió en los minutos finales ante el Breogán (63-79), con Jan Vesely como líder y su defensa como bastión. «Ganamos jugando bien aunque tuvimos algunos momentos malos. Siempre que nos falta algún jugador lo voy a echar de menos, pero creo que hemos solventado bien las bajas», reflexionó Roger Grimau, que no pudo con tar con dos de sus bases, Nico Laprovittola y Rokas Jokubaitis. El que no levanta cabeza es el Baskonia. Pese al reciente cambio en el banquillo -fue despedido Joan Peñarroya, volvió, en su cuarta etapa, Dusko Ivanovic-, los vitorianos cayeron en casa ante el Gran Canaria (76-88) de un imparable Brussino (19 puntos, 11 rebotes, cinco asistencias para 34 de valoración), su tercera derrota seguida en ACB.
